ORÍGENES

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El bosque de Roberto

Por aquellos días ya andaba Robert Wagner investigando por el contorno, hasta topar con el paleobosque de su vida. Emiliano Vega, el presid...

05 noviembre 1997

Cinco monjas, un destino y el sermón de Ferreras
noviembre 05, 19970 Comments
Ya me ha dado usted un buen sermón, señor Ferreras. Eso sin conocerme. Y usted que pertenece a la Iglesia me ha llamado ignorante y mentiroso, después de veinte años predicando a la provincia y de la provincia, por amor; sólo y exclusivamente por amor. Eso ha despertado a los cobardes enemigos que me leen y que, de tarde en tarde, sin dar su nombre, me llaman y dejan mensajes de euforia a los más allegados: "Lee, lee, verás cómo te ponen hoy".




Pero usted no se ha quedado corto ni manco y ha metido en el saco, guiado por una obsesión enfermiza, a mis amigos, a todos los que me leen, a quienes le han publicado a usted el artículo en primera página, sin censurarle ni siquiera un insulto, porque no he llegado a las primeras páginas del periódico por mentiroso ni agorero. Está bien, a mí me agrada que le publiquen todo, porque para eso he defendido en otras circunstancias la libertad de expresión. Y una de las consecuencias con las que ya cuento de antemano es la discrepancia en muchos asuntos. Pero no a la torera, como usted ha hecho. Me parece bien que usted defienda a capa y espada a la Iglesia y al obispo que en nombre de la Iglesia ha clausurado el convento. ¿O ha sido todo una mentira? ¿No es verdad que si se descuida su Excelencia le linchan los vecinos? ¿No es cierto que tenían ahorrados noventa millones en el banco? ¿No es verdad que -conforme declaró su representante- querían quitarles hasta el hábito? Pues si no se trata de un capricho, señor García Ferreras, dígame usted de qué se trata. ¿Le gustaría que a usted le quitaran el hábito o la condición de sacerdote por viejo, o porque se ha equivocado en algo? ¿Aceptaría que le dijeran que debe abandonar la Casa Parroquial porque ha dado un mensaje que no ha encontrado satisfacción en sus más inmediatos superiores? Pero sucede muy a menudo, usted debe saberlo, que lo del hambre en el mundo, lo de la pobreza, lo del terrorismo, lo pagan y lo padecen otros y nosotros sólo podemos rezar un padrenuestro. Y es posible que estemos dando la vuelta a un sermón equivocado, porque en nada se parece el pensamiento al sentimiento. Muchos lo pensamos, pero no lo padecemos en carne y hueso.

Hoy mismo, otro sacerdote que me sigue, y al que usted ha llamado asimismo ignorante, me ha dado el visto bueno del referido artículo, porque seguramente sabrá por los periódicos que la historia, tal y como la cuento, se ha dado en aquel pueblo de Guadalajara. Otra cosa es la opinión personal que yo tenga y que usted no va a cambiar con ese sermón donde aflora el desprecio.

Yo le ruego que, si puede, si no lo ha tirado a la papelera, como dice que debió hacer, dejando a un lado el menosprecio que le mueve hacia mi persona, sin conocerme, que eso sí que es desacreditarse a todos los efectos, métase un momento en la piel de esas monjas que se quedaron sin el hogar donde crecieron.

Y mire usted que le estoy tratando con demasiada delicadeza, con todo el cuidado y mimo con el que afronto todas las historias que aquí cuento, porque los años y la experiencia en esta y otras casas me han ido enseñando a manejar las historias con mucho tacto.

¿Qué le voy a decir? A mi me siguen repicando los versos del poeta, que usted, con mucho aplomo, ha soslayado, para evitar acaso dejar por sentado lo de la ignorancia, que es un insulto grave y gratuito, dado todo el material de información que llega cada mañana hasta mi mesa de trabajo.

"No quiero que me ofrezcas paraísos de luz en lejanía y vayas devorando, implacable, mi vida".

© Froilán de Lózar para Diario Palentino
Contestando al artículo del sacerdote Germán García Ferreras


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04 noviembre 1997

El destino
noviembre 04, 1997 10 Comments

¿Está escrito el destino?

Esa es la gran pregunta. Probablemente, sí. Nacemos predestinados a... y no hay regla que valga. Que por una casualidad pueda evitarse una catástrofe, no impide que el ser humano, haga lo que haga, sea de la condición que fuere, tenga ya asignado su sino. A veces, ese final más o menos trágico, lo vamos presintiendo rodeados como estamos de depresiones y de amagos de infarto. Un día, de improviso, junto a la trayectoria rutinaria de nuestra ajetreada vida pasa una ráfaga de viento y nos arrastra, dejando acá entre los allegados la sorpresa y la típica frase: ¡qué bueno era¡ Mira, lector, la rueda del destino es imparable y no valen seguros de ningún tipo. Hoy estamos aquí, rodeados de planes de futuro y de jubilación cuando está escrito ya nuestro final. Que tenga o no sentido la vida es discutible, pero no hay plazos para la muerte. Lo verdaderamente penoso es que seamos felices haciéndonos rabiar, sabiendo como sabemos lo contado que lo tenemos todo.
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03 noviembre 1997

El capador Oliva
noviembre 03, 19970 Comments


OLIVA descendía de Villaprovedo. Tenía una moto. Era mujeriego y, según cuentan los vecinos de la montaña "debió hacerse millonario capando cerdos en aquellos tiempos". Pero, quizá, lo que más despunte de esta historia es su enorme sentido del humor, razón por la cual se le recuerda y le traigo a estas páginas. Por ejemplo, sabía diferenciar a sus clientes.




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FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020
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31 octubre 1997

Viaje al otoño (III)
octubre 31, 19971 Comments

De aquellos políticos, este Golobar





Hace unos días, el compositor Luis Guzmán Rubio, a caballo entre Tarragona y Palencia, amigo entrañable a pesar de la edad y la distancia, estuvo en San Salvador y me dejó un mensaje, porque sabe que en estas latitudes es muy difícil encontrarme en casa. Y lo recalcó bien -según testigos- que por nada del mundo me metiera en política. Aunque con menos bagaje y experiencias, vengo movido por eso que ahora llaman cultura. Me apasiona escribir y en otro tiempo también viví la música en solitario y con otras personas. Fue allí cuando ya me di cuenta que la política estaba en todas partes, se filtraba como el agua o el aire por todos los resquicios. Era como un fantasma inoportuno que siempre paseaba sus demonios, llegando a provocar la guerra una frase que algún sector del público rechazaba por cuestiones de equivocado patriotismo. Uno de los últimos años, ofrecí en León, durante una semana, una serie de recitales. La mayor parte de los temas eran canciones de amor de mi propia cosecha y se incluían asimismo temas tradicionales; romances recogidos en los pueblos de la montaña, una versión de la despedida de la novia a la puerta de la casa, y coplas adaptadas a la guitarra, además de algún tema obligado de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Hilario Gamacho, Pablo Guerrero y otros autores a los que de alguna manera seguía y admiraba. Fue el último día, al interpretar una canción que hablaba de Castilla y con la que yo me inicié hace muchos años en un festival de la canción que se hacia en Alar del Rey, cuando recibí una tremenda reprobación del público asistente. La letra decía así:

Amigo Andrés: de un pueblo quiero hablarte
que late bajo el cielo de Castilla,
pueblo que guarda intacta la semilla
como el de tu Rogelio he de aclararte.
Mantienen estas gentes su estandarte
de raza colonial, noble y sencilla,
conservando la imagen amarilla
que suelen conservar las obras de arte.


La letra que había publicado Timoteo Herrero en una revista de Laguna de Duero, me llenó tanto que decidí ponerle música y añadirle a mi equipaje. Y yo que traté toda mi vida -creo que todavía trato- de pasar de largo de la política, me encontré con aquella brusca reacción del respetable, interpretando, precisamente, una de mis canciones preferidas. Fue el encargado del local quien me advirtió que la sacara del programa porque allí lo de Castilla no estaba muy bien visto. Con tantos amigos como yo tenía en aquella tierra, que colaboraron conmigo como poetas o escritores... recuerdo a María Azucena Modino Robles; el poeta de Villablino, Víctor Corcoba, que los últimos años me enviaba sus trabajos desde Granada; gentes de Veguellina de Orbigo, de Prioro, de Riaño, que además consideraba paisanos míos, me estaban diciendo de alguna manera que me encontraba en otro país y no debían mezclarse los dos vientos.

Tú sabes bien, amigo Luis que no me gusta la política. Mis impresiones o mis críticas en ese campo han tratado de ser siempre objetivas; perdona, Nuria, ya sé que no compartes lo de la objetividad conmigo. Ni entiendo la obsesión de quienes se esfuerzan en demostrar que están en la política para defender los intereses de los ciudadanos que le votan. Allí se supera con creces el 2,5 por 100 de subida que asignan con mucho morro para el resto de los funcionarios, los que se hallan en los círculos de abajo y que son por añadidura los que reciben siempre las pedradas. Conforme las señales que nos llegan, allí deben superarse todas las incomodidades y de cuando en cuando se les exige a los compañeros del Parlamento una atendón a modo de codazo hacía un determinado asunto, que en nuestro caso puede ser el Parque, el mirador de Piedrasluengas, la minería...

Da la Impresión, yo así lo entiendo por los comunicados de prensa, que en muchos pueblos hay una contienda brutal entre la oposición y el partido en el poder. "Que no me toques los bemoles, que esto lo hice yo, que lo de más allá fue gracias a nosotros que nos movimos ... " y así una serie larga de meneos que no vienen a cuento, porque las cosas se hacen y se mejoran entre todos y a todos les toca un poco de gloria cuando se consiguen y un poco de penar cuando se malogran. Sí quienes están metidos dentro no se ponen de acuerdo, poco podemos esperar quienes lo vemos desde lejos, y para muestra unos botones:

"Nuestro objetivo -declaraba hace unos años Alberto Fernández, el portavoz del Partido Socialista en el Ayuntamiento de Cervera- es luchar por la comarca de la montaña palentina, donde la dejadez de la Junta y la dejadez de la derecha, han creado clarísimas deficiencias de infraestructura".

El Partido Socialista de Palencia habló así a propósito del Golobar: "Estamos cansados de oír que el norte de la provincia de Palencia necesita desarrollar iniciativas que generen riqueza y puestos de trabajo, y que la vocación principal es la del desarrollo turístico. Ahí tenemos una iniciativa importante y fácilmente desarrollable, pues a pesar del aspecto catastrófico del edificio, su estructura está bien, el tendido eléctrico está bien, la carretera es aceptable y pueden crearse de quince a veinte puestos de trabajo estable".

Fue en Otoño también. Hace unos años. El gerente del Hotel Valentín me había localizado y quería que me hiciera cargo de la discoteca los fines de semana. Era joven, inquieto y me rendí a dicha propuesta porque las horas del día podía aprovecharlas para recorrer lugares y contar luego historias en un diario nuevo que fracasó en Palencia. El día que visité la estación del Golobar por primera vez, aquello me pareció la prolongación de un sueño. Fue como el descubrimiento de un secreto a pocos kilómetros de casa. Fue un espejismo que duró lo que dicen que dura un caramelo a la puerta de un colegio. Todo pasó como una ráfaga. En cuestión de segundos. Bajar y despertarme ante un montón de ladrillos rotos, griferías arrancadas y, en fin, establo de caballos y de vacas. Ver para creer, como vio y contó años más tarde en este mismo diario el senador Felipe Calvo.

Una carretera en toda regla, un mirador hacia Campoo en la explanada. Un lugar con su tendido eléctrico, y un Parador colgando estratégicamente, a socayo del viento, a doscientos metros de la Sierra. El espectáculo estaba asegurado. La idea no pudo ser más acertada, ni mejor el comienzo (tanto como costoso debió de ser guardar el secreto de más de mil millones de gasto generosos). Y nunca he podido superar lo que para mí significó el silencio más absoluto sobre aquello por parte de nuestros mandatarios. Los políticos dejaron enterrada una fortuna en aquella parte de la Sierra y me consta que nunca darán explicaciones, que aquello, no sé por qué oscuro motivo, está condenado a la desidia.

_______________

NOTA.-En el Parador Nacional, un lector me increpó duramente, porque había leído un artículo mío donde se decía lo siguiente: "Según Julio Caro Baraja, antes de la romanización, en todo el sector Cantábrico, desde Galicia hasta los Pirineos, se habló una lengua o dialecto de una sola lengua que sería el euskera".

Como es lógico citaba al prestigioso investigador a raíz de la crítica que le hacía al escritor leonés José María Villanueva Lázaro. Personalmente nunca me he pronunciado al respecto, ni lo deseo para el presente, tal y como están las cosas de los nacionalismos, pero no podemos negar nuestro pasado, ni podemos borrarlo, ni echar más carbón por tanto incomprendido.

Más bien me inclino a pensar que fue un poco la venganza hacia el artículo que sobre aquel centro escribió Nuria Donat.

Ella sus motivos y razones tendrá. A mí, que me registren.


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30 octubre 1997

Viaje al Otoño (II)
octubre 30, 19971 Comments
Mío, Tuyo, Nuestro, Suyo




Todo el mundo parecía relajado hasta que a mediados de octubre se filtró la noticia. El presidente de la Diputación, Jesús Mañueco, había establecido ya contactos con el consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León y con el ministro del ramo, señor Romay Beccaría. El asunto a abordar era la posible construcción de un hospital en el norte de la provincia, cuyo coste rondaría los 500 millones de pesetas. (Después de los 24.000 millones del Guggenheim, esto parece agua de borrajas).

Pero lo que parecía más difícil, que era llevar ante alguien el propio plan, ha resultado ser lo más sencillo y es a la hora de buscarle un enclave idóneo cuando nadie parece querer ceder un ápice; cada cual quiere mover ficha a su antojo y todo el mundo encuentra causas más que justificables y defendibles para hacerlo. Ahora bien, en otras circunstancias y proyectos puede ganar cualquiera, para un hospital sólo hay un punto idóneo por una razón básica.

Cervera de Pisuerga es el centro neurálgico, si tenemos en consideración a los pueblos más alejados de la provincia, los que forman las comarcas de Pernía; Polentinos, con Ayuntamiento propio y La Castillería, esta última anexionada al Ayuntamiento de Cervera de Pisuerga, donde viven, sobreviven más bien, a un olvido de siglos veinticuatro aldeas.

No se puede zanjar un olvido con otro. No cabe la presunción de inocencia para quien se atreva a relegar por más tiempo un acercamiento a la provincia de la que se sienten deudores e hijos, en un asunto que es -junto al de las comunicaciones- clave, yo añadiría que absolutamente necesario para revitalizar todas aquellas facetas que ahora mismo están consiguiendo despertarnos.

Guardo sufriría doblemente si resultara Aguilar el agraciado y lo mismo le sucedería a Aguilar de ser Guardo el elegido. En cualquier caso no sería Cervera el más perjudicado, sino todos los pueblos que viven en el entorno y sobre todo aquellos que están más alejados, como Camasobres, Casavegas o Piedrasluengas, casi tocando ya frontera cántabra; Brañosera, Barruelo de Santullán y todos los pueblos de la zona de Mudá; asimismo los pueblos que desde Velilla a Ventanilla padecen ahora mismo unas carreteras estrechas, llenas de maleza, cuando no de baches, donde el único médico que se conoce llega cuatro o cinco días a la semana, pasa visita de ministro y se vuelve a esperar novedades a Cervera. No me parece de recibo que ahora los alcaldes se peleen por un caramelo como los chiquillos. El portavoz del partido Socialista en Cervera de Pisuerga le reprochaba hace unos días al alcalde Luis Cabeza que se apuntara un tanto en el asunto del Instituto de Secundaria. Se suponía que él jugaba también en aquella baza, que él también formuló el deseo, que también se debe a su gestión el próximo levantamiento de este nuevo edificio y queda ridículo venir acusando a otros con el dedo de antropofagia.

Espero que ahora luchen los dos a brazo partido para que Cervera de Pisuerga tenga un hospital en toda regla, con todas las prestaciones necesarias, cueste lo que cueste. Porque si resulta ser cierto, si el ministro lo entiende (hasta que no meta la mano como el Apóstol ya no me creo nada) estaremos hablando entonces de un futuro cargado de esperanza, pues no olvidemos que dos de las causas principales por las que la gente emigra son: la educación de los hijos y la cercanía de un centro hospitalario, que redima o compense de algún modo la distancia que nos separa de Palencia. Las otras dos son el trabajo y el invierno. El turismo es una puerta abierta a la primera y se luchará siempre mejor contra la segunda cuando haya gente suficiente para solicitar máquinas y medios que impidan la incomunicación durante tantos días.

Si las autoridades reinantes, incluida la oposición, han hecho como me dicen en Cervera un esfuerzo para que llegue un hospital, y la Diputación ha destinado ya un dinero importante para comenzar el estudio de situación, no es de recibo que ahora nos echemos a la calle para decir que "allá, no; que aquí, que mio, que Guardo es más grande, que está desamparado; que Aguilar está mejor comunicado, es más turístico; que Cervera ya tiene un Juzgado de Instrucción y un Parador Nacional...". No le llenemos al pueblo de mensajes equivocados. Mucho me tira mi tierra de nacimiento, pero por lo mismo que no puedo pedir que se ubique un centro de esas características en San Salvador de Cantamuga, tampoco deseo, ni me imagino, que lo lleven más lejos de Cervera, porque cojan un mapa, extiéndanlo sobre la mesa y que alguien con un poco de cabeza, que no tenga parte en el poder o en los ayuntamiento sopesando todas las causas; con el corazón frío, porque en este caso el pueblo es la montaña, señale el lugar más adecuado para todos.

Si resulta Aguilar, pues bien; si es Guardo, adelante, pero no me vengan con patriotismos ni dardos envenenados que lo único que pedimos es la mejora para los 40.000 habitantes que viven en estas latitudes, no la comodidad para unos pocos.

Estoy convencido de que si lo entienden así, los proyectos no sólo hallarán el visto bueno del Ministro y de la Junta de Castilla y León. También los ciudadanos llegarán a entender que no se ubica en una localidad por expreso deseo de sus autoridades -porque en ese sentido habrán luchado todos y cada uno de los alcaldes de todos y cada uno de los pueblos-, sino para dar vida al pueblo que, se entiende y responde al nombre de la Montaña Palentina, a todos por igual, porque este debate es ya muy viejo y nadie medianamente cuerdo debe echarse a la calle para discutir su ubicación.

Otro caso es que un alcalde o un concejal quiera lucir mañana unas medallas en el pecho.

La Colmena, 30 Oct 1997
Imagen de Amando Vega


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29 octubre 1997

Viaje al Otoño (I)
octubre 29, 19970 Comments
Bilbao-Guardo-La Lastra




"El Otoño ha dejado ya sin hojas los álamos del río" -escribió en 1920 García Lorca. Me duelen las entrañas de esta tierra tan nuestra que ahora en Otoño queda sola, Como si una mano misteriosa corriera un velo sobre ella. Me afectan las palabras del poeta granadino y si las cito aquí es porque, comprendo cuando dice:

"Sobre el paisaje viejo y el
togar humeante
quiero lanzar mi grito,
sollozando de mi
como el gusano desplaza su destino".

Bilbao, la segunda ciudad desde la que a menudo les escribo, me ha dado una familia, unos amigos, personajes que se han ido añadiendo mi equipaje. Ramón Bustamante, locutor de Radio Popular, con uno de los programas matinales de mayor audiencia: "Quédate con Ramón", en el que colaboré el pasado año empujado por su deseo de verme florecer en esta tierra. No tengo ganas por despuntar en nada, ni prisa. Con ese mismo planteamiento he venido trabajando durante todo lo que va del presente año con un autor vasco de mucha solera. Me refiero al escritor y académico Xabier Gereño. De sus trabajos destacan 8 diccionarios creados para la Academia Vasca, de Euskara/lnglés, Euskara/Castellano y Euskara/Euskara, que ahora mismo utilizan los estudiantes. Autor, además, de numerosas obras de teatro y novelas como "Carta fatal", historia de espionaje situada en la Guerra Civil española; "Residencia Rochester", novela de intriga ambientada en el poco conocido mundo de una residencia de lujo para personas mayores, que está a punto de salir en cine, y "Huyendo del pasado", la odisea de una joven que decide abandonar la organización terrorista para vivir en libertad.

La historia que hemos concluído se desarrolla entre Madrid y La Coruña. Un periodista que investiga la misteriosa muerte de un camello y una larga trama donde aparecen camuflados -con la tapadera de negocios legales-, personajes que viven por y para la droga. Poco a poco se va descubriendo la ambición de cada uno, la venganza, los mundos tan distantes que afloran en esa especie de laberinto donde ronda de continuo el dinero y la muerte. Y ahora mismo, se lo digo a Mariano, reposa ya como el buen vino junto a otras historias...

En todo esto medito, mientras dejo atrás un río de gente que ha llegado a Bilbao para asistir a la inauguración del Guggenheim. Algún día, próximamente, les contaré cómo es por dentro, como lo veo yo, porque actores y directores de reconocido prestigio han venido a declarar que: "lo que no se hace en Bilbao, no se hace en ningún sitio". Y acaso debamos rectificar y rendimos a la evidencia, pues algo parecido ocurrió cuando se nombró por primera vez el "metro". Aquello se tomó como una especie de locura, un imposible, una obra esperpéntica, algo que no tenía sentido, algo que sigue sin tener sentido todavia para muchos.

Después de todo, hemos de reconocer, eso si, que las obras de infraestructura que se han realizado nos meten de lleno entre los primeros. Ya no se trata de dorar los compromisos o de buscar el voto prometiendo pequeñas conversaciones. Aquí en el asunto de la comunicación, autovías, carreteras, puentes ... etc... no se ha escatimado nada y cuando pergueño estas líneas a finales de octubre, ya se ha aprobado un nuevo y costoso proyecto que comunicará la zona del recién inaugurado museo.

Llego a Guardo a las 11 de la mañana. Quiero saludar a Jaime Garía Reyero, al que no veo desde la última entrevista que le hice para otro medio de comunicación.

"A propósito -me dice su señora- vienes en el diario", pero ya no quedan "Palentinos". Hablamos del nuevo hospital que han prometido para Cervera de Pisuerga. A medida que corre el tiempo las autoridades de Guardo se van mostrando reacias a permitir semejante enclave. Ahora también las de Aguilar. No me extrañaría nada que tuviésemos que acudir al juicio de Salomón, poniendo otra vez como premisa el asunto de la distancia. Porque, tengamos en cuenta también a Barruelo, a Brañosera, a Aguilar de Campoo y, en suma, a todos los pueblos que se encuentran dentro de esos y otros ayuntamientos. Miremos asimismo las dificultades añadidas de los crudos inviernos. Suponemos también que, detrás del edificio, llegarán los especialistas, por lo mismo que no hay escuela sin maestro, ni minas sin mineros. Pero mañana les resumiré en un extenso artículo lo que pienso al respecto.

Hablamos de las vías de comunicación, tan necesarias para que todas las premisas anteriores se cumplan. Las carreteras son la base principal de todos los tratados. El turismo, las empresas, las personas viven mejor o peor dependiendo en gran parte de las vías de comunicación que tengan. Ponerse de parto en Cervera, suele concluir con el alumbramiento en el coche que te lleva a Palencia. Hablamos de las Guías turísticas que han proliferado como las rosquillas. "Unas a 700 -dice Jaime. Y añade: Otras, que tratan de lo mismo, porque camino sólo hay uno, 1.500". Hay gente que viene, anda el camino y a veces se inspira tanto en los textos de otros, que escribe las bucólicas, olvidando que todo está ya escrito y el milagro que aguardan no llegará en Otoño.

Hablamos de Nuria Donat, compañera del alma, que vino a beber el agua cristalina de Cervera, inspirando al camino con su pluma, dardo que hiere por amor, sin rencor, con la esperanza puesta en estas tierras de agua. Además de "El Resbalón", "El Peñalabra", "El Gure Etxea", o también el Parador Nacional, donde Carlos Cuevas adereza el condumio, cuando vuelvas, Nuria, pasas por Aguilar y haces una comida en el Hotel Valentín. No quiero que te vayas sin probar las fantasías de ahumados, lubinas, solomillos, la carne de las mejores carnes y el queso de la Tierra de Campos.

Y más que todo eso, el trato que bien persigues y mereces; no sé si la elegancia o la profesionalidad; en todo caso, insisto, el detalle y la sonrisa siempre, porque como bien dice un proverbio escocés: "la sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz". Te digo esto porque son viejos compañeros de otras épocas, cuando José Luis Moreno se sentaba en aquellos salones antes de salir al escenario con Macario.

De esta montaña nuestra, escribió Juan Carlos Mancebo hace unos años:
"Quienes hemos saboreado del refugio de esta rinconada palentina, sabemos de caminos, que nos brindan veredas que se quedan atrás vestidas de crepúsculo vespertino, de alba, de lluvia, de lo que mande el cielo ... ".

Y Carlos Urueña:
"Estoy en Aguilar, entre el ensueño del Pisuerga que en rocas campea ... ".

"¡Tocar!, tocar! Poner profundos silencios!"-escribió mi amigo, el poeta y profesor Manolo Bores.
Cuando llego a Velilla y entro en la carretera de montaña, el Otoño penetra por la ventanilla, salpicando de sensaciones nuevas a Carlos del Río, otro buen amigo que ha querido acompañarme y que va situándose en el lugar y en la estación a medida que avanzamos. En la casa rural de "Peñasalbas", en lo alto del pueblo de La Lastra, decidimos tomarnos un respiro.

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24 octubre 1997

Cinco monjas y un destino
octubre 24, 1997 2 Comments
Hay asuntos que nunca entenderemos, por más devoción y esfuerzo que pongamos en ello. Una de estas historias, de la que se han ocupado estos últimos días los medios de comunicación, habla de cinco monjas que viven o vivieron en el Convento de la Asunción, de Espinosa de Henares, en la provincia de Guadalajara. El obispo de Sigüenza les ha ordenado que disuelvan la Comunidad y abandonen el Convento. A estas monjas les viene como anillo al dedo aquel poema de Juan Ramón:

"Y yo me iré; y estaré solo,
sin hogar, sin árbol verde,
sin gozo blanco, sin cielo azul y plácido...
y se quedarán los pájaros cantando".


La Iglesia que busca misioneros, que anhela vocaciones, que desespera porque parece que la devoción se está perdiendo, les ha dado una buena patada en el trasero a estas monjas de Espinosa, que cuidaban la huerta y repartían las horas entre el rezo y la limpieza del convento. Les han echado de casa y no ha servido la cuenta corriente con noventa millones que durante el siglo entero, como hormigas, fueron acumulando.

"Si las monjas desobedecen la orden -explicó su representante-, además de la exclaustración, perderán a su capellán, les será cerrado el sagrario y hasta les quitarán el hábito".

Es decir, lo perderán todo, hasta la vocación que se lleva en el alma les será arrebatada. Esto de mandar a freír churros a la gente por la edad avanzada y el reducido número, me recuerda mucho a los motivos esgrimidos por nuestros políticos y autoridades en relación con nuestros pueblos. Para que se hagan una idea, eso es como echarle a uno a una residencia sin estar preparado; plantar1e a uno en la calle después de tantos años bajo el mismo techo, embargarle, expropiarle, romperle a uno los esquemas por un capricho sin sentido de la Santa Sede.

Parece que está bien visto que el Papa disfrute de una "Ciudad del Vaticano", mientras que cinco monjas en el ocaso de su vida se debaten entre la duda y el exilio. Que las autoridades de la Iglesia me expliquen cómo se como esto, mientras medito a solas los versos del poeta:

"No quiero que me ofrezcas
paraísos de luz en lejanía
y vayas devorando,
implacable, mi vida".


© Froilán de Lózar para Diario Palentino
Imagen: Espinosa de Henares, en Todo Pueblos


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18 octubre 1997

La otra vía
octubre 18, 19970 Comments

Alfonso J. Aparicio Mena, que me brindó el prólogo de uno de mis libros: "Tradiciones y leyendas", y que anduvo profundamente inmerso en ese mundo de las piedras, con la publicación de una revista 'Suiseki", ya escribía a propósito de "La otra vía', en 1984, mencionando entonces la tranquilidad y la imagen serena de estos pueblos: "donde la gente aún se sienta a las puertas de la casa las tranquilas noches de verano", y recuerdo ahora que, frente a tantos caminos como se nos brindan, proponía la alternativa rural. Veinticinco años después, aquella premonición de mi buen amigo se ha cumplido con creces, hasta el punto de encantar a mucha gente que nunca creyó que dicha alternativa consiguiese frenar el constante goteo de la emigración.

 

Para ver, hay que andar, otro lema que bien podría añadirse al de venir para volver, pues sabemos que la belleza que brota al otro lado de los pueblos, queda sólo a merced de montañeros y pastores. Es verdad que cada uno describe de manera distinta lo que allí encuentra, las impresiones que recibe, lo que a lo largo de la vida se le ha ido grabando a fuego lento, mensajes en los que el forastero apreció siempre un tono grandilocuente, como de fanfarronería, aunque quienes lo cuenten lo hagan con toda la naturalidad del mundo.

No es presunción de nada, ni ganas de marear a nadie. Quienes han elegido esta vía y en ella se mantienen pese a todas las discriminaciones que reciben por parte, incluso, de quienes les gobiernan, están alimentando una esperanza. Frente al olvido que impera en muchos pequeños pueblos de provincia, motivado en ocasiones -también hay que decirlo- por su propia desidia, se prodigan a la par y a manos llenas los olores, sabores, sensaciones, donde el hombre prevalece por encima de tantos y tan sofisticados aparatos, por encima de tan suculentos contratos y tanta marcha como nos vende la ciudad.

La historia es muy distinta. Ya sabemos que no es fácil dejarlo todo y agarrarse a este camino para vivirlo con todas las consecuencias que conlleva, pero es cierto que hay mucha gente que lo está intentando y algunos que ya lo han conseguido.

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16 octubre 1997

Momentos
octubre 16, 19970 Comments

Todos nos hemos detenido a pensar alguna vez en la vida. Vivimos de momentos, de pequeñas compensaciones, de pequeños proyectos. Nos ilusionamos ante la simple proyección de un fin de semana, una cena con los amigos, un encuentro con la persona amada... Pensando en todo esto, sabemos que no es conveniente amarrarse demasiado a historias que no tienen sentido o que implican peligros para nuestra familia, para nosotros mismos. Si entregamos mucho más de lo que pedimos; si por norma general, merecemos mucho más de lo que nos dan, no podemos en un momento de descuido y de desconfianza echar por la borda tantos sueños. Excepciones hay muchas. Hay razones suficientes a veces para desanimarse. Los momentos gratos se cuentan con los dedos de una mano, por eso debemos reflexionar para tratar de conseguir el máximo numero de ellos sin volver la cara hacia el abismo, con la seria propuesta de vencer esa enfermedad que nos acecha, ese vicio que nos mina, ese malestar que nos atormenta a veces sin motivo para llegar tan lejos, tomando caminos que no tienen salida.

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15 septiembre 1997

El precio de la fama
septiembre 15, 19971 Comments




Los famosos suben como la espuma. Cuentan a manos llenas sus triunfos. Sin ellos, la vida en estos años no tendría mayores alicientes para nosotros, los restantes mortales, casi todos preocupados por las historias pequeñas. Reconozco que a este lado de la tapia echamos de menos muchas cosas, aunque no imprescindibles para vivir, sí necesarias para viajar por este mundo que el ser humano se ha empeñado en cargar de veneno. Y nada se puede hacer, esa es la impresión general, mientras tanto, ellos siguen subiendo, siguen jugándose a una carta todo.

Es triste que debamos conocer a duques y princesas por detalles que poco o nada tienen que ver con ellos, huyendo a diario de la ruleta de periodistas y fotógrafos que saben que una foto puede hacerlos millonarios. Ahí están los personajes disfrazados, representando un papel cada día, fundidos entre manjares generosos, reapareciendo entre alguna que otra fiesta benéfica, cansados ya de tanto maniqueo en las páginas de sociedad de los periódicos...
¿Hasta dónde la realidad?
¿Hasta dónde la burla?
¿Tienen derecho a la privacidad quienes se jactan de manipular su propia vida para venderla luego a las revistas y sacar dinero por ella?

Imagen: Yo dibujo

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27 julio 1997

Cien pueblos
julio 27, 19970 Comments

Con las labores de la siega, el acarreo y la trilla, estos pueblos de montaña despedían los meses de verano. Ahora, veinte años más tarde, el trillo, la veldadora, los garios y, todos los aperos que ayer se utilizaban para poner la cosecha a buen recaudo, se pudren en las tenadas o, parcialmente rescatados, se lucen en los museos.


Más o menos, cien pueblos, que en el transcurso de un siglo han tocado las más altas cotas de progreso y se han hundido al mismo tiempo con él, porque nuestra gente se fue al despuntar del mismo en busca de otros horizontes.

Ciertamente, además de la historia y el valor de cuantos se fueron, porque tras ellos dejaban media vida, una familia, un pueblo, sorprende el tesón y la fe de cuantos se quedaron. Hoy a nadie le disgusta un pueblo limpio, una casa pintada, una pared bien compuesta y un huerto bien cuidado. Si además de esto, la casa temporalmente so abre y un perro ladra en la tenada, y varios niños juegan en la plaza, intercambiándose entre ellos un poco de las dos culturas y siempre aprendiendo cosas nuevas de ambas, ese singular hecho se mantiene como un claro manifiesto dé esperanza.

Pero a nadie que entienda un poco, se le oculta la cruda realidad. La historia que aprendimos los nativos, reciclada una y otra vez , no ha perdido ese estigma que la hace tan especial para nosotros y que enamora al forastero.

Todo eso es verdad, ya lo sabemos, peró la realidad es otra cosa bien distinta. El dramatismo y la agresividad que impregnaron el ojo avizor del viejó cronista quedan detrás de ese gran fuego, cómo una mancha siempre, como un soplo; los habitantes podrán desarrollar su vida normalmente, sin olvidar nunca que la distancia es una señal inamovible de peligro, que el Parque Natural es un doble juego de los potentados: se acuerdan de la Tierra y le ponen candado.

Cien pueblos, en fin, venerados, absortos, descritos de cien formas, que tratan de ganarle tierra al olvido poniendo en la balanza un equipaje tentador: su gente, su enclave, su leyenda. La situación geográfica les hace distintos y la leyenda les mantiene en una especie de suspense. Quienes viven aquí son conscientes del sacrificio al que se exponen y el tiempo se encarga de ir limando todas las asperezas.

Pero, podemos pedir más: a los gobiernos, a los medios de comunicación, a los turistas. Por una serie compleja de leyes y atributos, les corresponde a los gobernantes decidir el reparto de bienes y de ellos depende un asunto que es clave: las vías de comunicación. Los medios hablados y escritos son el parte vivo, la memoria, cuentan la historia, mueven las piezas necesarias para que nadie se duerma en los laureles y, finalmente, los turistas disfrutan y publicitan lo que han visto cuando vuelven a sus lugares de residencia.

Arrastramos un poco de ese dramatismo y agresividad que los viejos cronistas advirtieron. Hay en el fuero interno de los propios habitantes, opiniones encontradas en cuanto a la conveniencia de promocionar el turismo en esta tierra, poro no so puede ni se debe luchar contra el proyecto maravilloso de demostrar a la gente que la montaña palentina es uno de los paraísos más bonitos del mundo.

La gran mayoría de los que ocasionalmente llegan a estos puertos, suelen regresar a sus casas con una opinión, en general, satisfactoria: los habitantes, el arte, la comida, el paisaje..., todos ellos se funden y se complementa- Al visitar una casa rural encontré en las habitaciones un sencillo bloc de notas, donde los viajeros manifestaban las impresiones recibidas, y prometían volver al mismo lugar el año próximo. En cierta ocasión, alguien a mi lado exclamó: "¡Si esto lo cogieran los catalanes!". Y algo parecido he leído después en este mismo diario a compañeros que firman en las primeras páginas. Seamos honestos: de una pequeña tierra no se pueden esperar grandes prolegómenos, y no es el problema la belleza que en su conjunto aflora, sino las dificultades que en todos los caminos se nos cruzan y que muy poca gente entiende o capta.

"El Monje de Arlanza", citado por Víctor de la Serna en la ruta de los foramontanos, reconocía ya las duras condiciones de vida a las que estuvieron sometidos los habitantes de estas tierras, y el mismo escritor, al comienzo do "Castilla Navegada", habla de una Palencia dramática, despiadada, agresiva. Cuando el viajero se adentra por vez primera en estos pagos, llega a poner en duda la existencia de unos pueblos que, encajonados en los valles, o asentados en las laderas, han permanecidos ignorados sistemáticamente por todos los gobiernos. Los escritores, al relatar su viaje por las entrañas de esta tierra, tienden a idealizarla, olvidando ese dramatismo que sólo el viejo crítico captó y contó. En torno a estos cien pueblos se mueve un mundo mágico, donde so hace puente la leyenda y el río se hace camino. El verano le tiende un lazo inmenso al emigrante, se hinchan los pueblos, la fiesta en la campera te abre la puerta del recuerdo, y todo es armonía, y todo es fuego. Entonces es normal que, quienes vienen y asisten a tales manifiestos, se prometan volver pronto, unidos sentimentalmente a estos lugares por una especie de encantamiento.

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22 julio 1997

La balada de los poderosos
julio 22, 19970 Comments


Alfonso Pascal Ros, poeta navarro, de Barañain, a quien encontré por primera vez en un suplemento cultural del diario madrileño ABC, cita mi nombre en el prólogo de la revista "Archione", (Madrid, 1994) –dirigida por Gonzálo de Luis–, entre media docena de personas. “Si uno no consigue hacer amigos, ayudar aunque sólo sea en sus reducidísimas posibilidades y amar a los demás, para qué sirve su obra. El gigante egoísta –añade– no fue feliz por completo hasta que los niños volvieron a jugar en su jardín”. “La casa del amigo es un refugio contra el mundo de las bocinas y del trepa, un Amazonas que se defiende de las palas y la especulación. Yo sé que hay muchas casas como esta, y son las que a mí me gustan.”


Sirve este comentario de mi buen amigo para abrir el artículo de hoy, porque muchas son las pautas que en aquellas líneas suyas vienen dadas, de manera que sirven para justificar nuestro propio trabajo.

La vida está llena de mentiras y, es posible, algún día lo sabremos, que nuestra Tierra a partir de ahora esté sujeta a la especulación de la que viene hablando Alfonso.

Aquí, como en otros lugares, hay dos opciones claras: aceptar el turismo, con todas las consecuencias que de ello se deriven (buenas y malas), o aceptar el declive, la vejez y la muerte paulatina de un pueblo. Vistas así las cosas, se ha optado claramente por la primera. En realidad, nosotros no hemos hecho nada extraordinario, salvo abrir la puerta de la casa y reafirmar una vez más nuestra presencia. Ahora bien, cuando asomaron sus narices los que mandan y empezaron a planificar historias de futuro, se nos vino abajo el planteamiento, hallando incompatibles sus manifiestos con muchos de los trabajos que aquí se venían desarrollando.

Puede que el papel sensibilizador que llevan a cabo algunas Asociaciones, como la Fundación Oso Pardo, premio Castilla y León de la Naturaleza, 1996, sirva de atenuante o advertencia para esa minoría cuya ley siempre parece ser la del más fuerte, pero más allá de reprocharles nada y, sabiendo la teoría de la suerte que a todos los premiados acompaña, cualquier pobre ayuntamiento del norte provincial hubiera sido un receptor dignísimo, porque ya que hablaron del oso, su vida se debe en buena parte –salvo aisladas excepciones– a ellos mismos, que respetaron su camino.

Y es este un manifiesto muy curioso. Se alía la Administración, que otorga el premio, con la Fundación que lo recibe, a los cuatro años de su existencia. Se alían dos armas poderosas: los que llevan el peso de todas las cosas, quienes otorgan o desaprueban por leyes no siempre justas y acordes al lugar y al momento y, quienes sólo tienen ojos para la Naturaleza, para la vida que se mueve más allá de los hombres y los pueblos. Hay como un acuerdo simpático: se premia porque se espera a cambio una voz que se mueva en el entorno, que vigile, que denuncie, que en cierta manera venga “advirtiendo” al ciudadano.

Y opino, además, que se recoge dicho premio con regocijo –no por el valor material–, sino porque para ellos también la Administración implica un lazo y un mentor que atenderá sus quejas. Si mañana los gobernantes necesitan una voz que hable bien del Parque Natural, ellos serán su voz aquí, sólo por el amor que dicen tener hacia la tierra y hacia el animal y porque, fundamentalmente, la ley del Parque apoya de una forma incondicional lo que ellos dicen amar y defender por encima de todo: “el hábitat del oso pardo”.

En este sentido, yo creo que nos encontramos ante un abuso de poder, una fuerza que de nada le va a servir al ciudadano que aquí vive; muy al contrario, si durante años ha soportado estoicamente el silencio y el olvido de ambos, de la Administración y de los Ecologistas, ahora aquellos se harán con el poder votando y deshaciendo cualquier denuncia que no vaya a la par con sus anhelos. A la insalvable distancia se une la prepotencia de quienes nunca defenderían, por ejemplo, la escuela para un grupo de niños, o la consulta médica para un grupo de pueblos. Es decir, que no estamos en la época de las cavernas, ni de los esclavos, pero en un mundo muy superior venimos a ser el reemplazo de aquellos.

Es verdad que el camino que ahora hemos iniciado es el que nos lleva hacia el futuro, pero, visto lo visto, que nadie piense que vamos a estar a salvo de la especulación y del contrasentido. “Quienes hacen la ley, hacen la trampa” y en esa corta acepción se encierra un buen trecho de espinos, que nuestra gente tendrá que sortear con la voluntad que antes depositó para mantenerse y sobrevivir en el olvido más absoluto y más absurdo.

22.07.97 Vuelta a los orígenes

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14 julio 1997

Hogar de oficios
julio 14, 19970 Comments

Todos los artículos que vengo desgranando están confeccionados lejos de casa, en una ciudad llena de humo, por donde corre el metro más moderno del mundo. Todo este movimiento que yo vivo casi como ustedes, a través del periódico, no me subyuga como pudiera hacerlo la casa donde nací tal día como hoy, hace 39 años. Es cierto que utilizo y comparto todos los servicios y adelantos que a empujones nos meten en ese siglo nuevo, en el que no pensaron ni los grandes genios de los ordenadores. Pero nada se puede comparar con este aliento que recibo del pueblo, con su escuela, con su iglesia, y ahora mismo con un movimiento de gentes que nunca antes alcanzó el norte de Palencia.





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15 junio 1997

Los caminos de la montaña
junio 15, 19970 Comments

Los caminos de la montaña, como los del Señor, son inescrutables. Te llevan por lugares que nunca pisaste a la cima de las más altas cúspides. Una de las visiones más increíbles la tuve en la Sierra de Brañosera, por encima del refugio “muerto” del Golobar.

 

Hacia un lado, la cuenca minera, como valle encantado: “luz de Madrid” –dijeron los cronistas de la época–. Hacia otro lado, como eslabón de una cadena interminable, un montón de montañas que escalonadamente te van alejando de la tierra: Sestil, Cueto Mañin, el Cuchillón, Pico Tres Mares y Peñalabra”. Muchos de ellos sé que existen, que están allí enclavados, los reconozco cuando me los nombran; los viejos del lugar me los señalan, pero lejos de este contorno a más de uno no acertaría a situarlos sin un buen mapa delante de los ojos.

Hace ya algunos años, por la puerta de Herreruela de Castillería llegamos a la Cueva del Cobre, después de atravesar los lugares del Cuadro y la Centella, donde compartimos café con los pastores extremeños. Lugares de Sotosorrocedo, el Desanche y las Babosas; las Adras, Campullao; en Celada, la garganta de las traviesas y Tejedo en terrenos de Redondo. A medida que asciendes, tal y como el gran angular de una buena cámara, la imagen se hace enorme y al asomarte al puerto de Corisa recoges también elementos de agua: las colas del Pantano de Requejada, el Pantano de Aguilar de Campóo y el extenso bosque de la Castillería con sus pequeños pueblos que aparecen y desaparecen a gusto del caminante. Sobre la cima del Cueto, a contraluz, vacas y terneros pastan asomados al valle de Mudá.

Pues bien, si aquel camino era ya una postal emocionante, si aquél paraje te llenaba de fuerza y a trozos se te iba desbordando el alma, la visión de la tierra palentina desde aquellos lugares de La Braña, es una expresión máxima que nunca acertaría a definir con precisión en estas líneas.

No se puede pedir más perfección. Si quienes viviendo en la montaña, desconocen la impresión que se recibe asomándose a los valles y a los pueblos desde una de las cimas más altas de la provincia, nunca describirán de la misma forma los sonidos y la historia del pueblo. Ocurre algo parecido en Vidrieros. Esa misma leyenda que habla de un monstruo enorme es una alegoría que trata de hacernos comprender la grandeza del lugar a través de una fiera que no existe. Porque, de otro modo, ¿es posible imaginarse encanto mayor que, en medio de uno de nuestros mayores símbolos –como es el Curavacas–, surga un lago? ¿No es digno de mencionarse un mirador como Peña Tremaya, desde donde se divisan pueblos como Areños, Los Llazos, San Salvador, Tremaya, Redondo, Urbaneja, la Abadía y el Campo? Y apurándome un poco, sin hacer demasiados esfuerzos, aquellos que viajan a Potes y se detienen a estirar las piernas en el Collado de Piedrasluengas, un día claro, asistirán a un magnífico espectáculo: el valle de Liébana y los Picos de Europa.

Desde Polentinos o Resoba, los caminos te llevan hacia el pasado más reciente de estos lugares, recorridos antaño por carreteros y feriantes y, la belleza se manifiesta a cada paso, en cada pueblo. Cada parada va llena de un halo misterioso que impregnará los huesos del viajero hasta absorberlo por completo. De igual forma que Gabriel García Márquez asegura no idealizar Aracataca, su pueblo natal, y viaja con nitidez por la tierra de sus antepasados, yo vuelvo los ojos a los míos, hurgando con la paleta del recuerdo en esa especie de brasa que, movida por tanta gente, ha devuelto una luz de esperanza a tantos pequeños y acogedores pueblos de la montaña palentina.

Como emigrante tengo la impresión de haber perdido una batalla: la vuelta a tu lugar de origen es cada día más imposible, porque son muchas y a veces insalvables las cosas que te atan a tu lugar de residencia.

Como nativo de esta tierra, me aferro a la ilusión, invoco al sueño, paseo diariamente por los caminos que recorrí de niño. Soy consciente de que, a pesar de haber andado tanto, quedan paradas de belleza increíble a las que no me condujeron ni la publicidad ni las buenas gentes que aquí moran. Sencillamente porque, quienes hacen la publicidad no saben lo que significa vivir aquí trescientos sesenta días al año y, para quienes viven aquí, este paraíso sigue siendo el camino más natural del mundo.

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01 junio 1997

La Cantabria leonesa
junio 01, 19970 Comments

José María Villanueva Lázaro, leonés de 75 años, licenciado en Farmacia y colaborador del “Diario de León”, firma en Llanavés de la Reina, el 25 de Julio de 1989, un libro extenso que abarcando toda la zona de la montaña palentina, ayudado de una numerosa bibliografía, viene a englobarla dentro de la Cantabria leonesa.




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