Un oso, un camino
Tengo nostalgia de las cartas que le enviaba a través de este medio a Palomero y de aquellas que él me devolvía airado, siempre a la defensiva, rebajando cuanto le era posible mi dedicación y profesionalidad, el oso como bandera en cualquier caso. Ha llovido ya desde aquellos días, cuando aludiendo a esa lucha por preservar la vida de este animal, saliera a colación el caso omiso que las autoridades hacen de nuestra carretera comarcal, la que nos comunica con Potes y Cervera, en algunas zonas, en el tramo que va desde Camasobres al último pueblo, en un estado lamentable. Los caminos del oso son inescrutables, lo mismo que incomprensibles son los caminos del hombre. El oso tiene su privilegio sobre los caminos por los que anda. El hombre tiene su castigo por las carreteras que le comunican con otros pueblos y servicios. El oso no se queja pero está bien considerado y defendido. El hombre de estas tierras no hace extensible su queja más allá de la cantina donde coincide con el re