Que sean felices
Ahondando en estas reflexiones, ahora que nos acercamos, según los adivinos de otros siglos, al fin de todo o al comienzo de algo, aunque a veces mejor que nos quedemos como estamos, entiendo que los únicos que han acertado han sido los que han dicho que por encima de las hecatombes y las crisis, los pobres serán cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos. Y esta sentencia podría servir no sólo para los individuos, también para los pueblos. Un día, hace pocos años, las cámaras de una televisión se detuvieron al lado de un hombre que vivía en la calle. Nosotros estábamos en la burbuja esa de viva la vida, aquí todo es posible... y no hicimos ni puto caso de su premonición, que hablaba de un futuro muy negro para muchos millones de personas en un tiempo muy breve, es decir, aproximadamente en este hoy en el que estamos. "Muchas personas se verán, como yo, tirados en la calle "... A mi aquello me impresionó mucho. Porque a la postre, la felicidad no es nada de lo