La nevada del siglo XXI
Haciendo el especial para el fin de año me tocó recordar una vez más, aunque jamás me olvidaré de ella, la gran nevada que sufrimos los vecinos de la Montaña Palentina; o mejor dicho la sucesión de nevadas que vivímos entre enero y febrero de 2015 los montañeses palentinos. Lo de enero fue un simple ensayo pero lo gordo llegó en febrero. Pueblos incomunicados, autovías cortadas, gente atrapada y todo ello ante la estupefacción de todos. No sé si es que se nos había olvidado lo negro que es el manto blanco que tanto gusta a a algunos, yo siempre digo que lo odio a más no poder. No me gusta, nunca me ha gustado desde que dejé de tirarme montaña abajo con trineos en mi infancia y luego con los esquís hasta que me lesione. También, y es una razón más que suficiente, porque mi padre se pasaba el día en la carretera y cuando nevaba mis nervios se ponían de punta. Pero es que el día a día para vivir y trabajar con la nieve es complicado. No podía entender la pacie