Esos viajes son una muestra de amor a tantos pueblos, a las viejas ciudades castellanas, “en prolongado e inevitable derruirse”. Cuando con sus “Judíos, moros y cristianos”, llega a
Castilla, según el fuero interno que le guía y al decir de sus seguidores “la mejor de España”, encuentra esas canciones que van de boca en boca: las
canciones de corro, como esta misma de la que hablamos; los romances, el folklore en general que el académico ensalza y bendice, llegando a citar esas voces tan auténticas, tan nuestras, que definen un momento de la vida en esta tierra, que llenan los momentos de las vidas actuales, de las vidas futuras. En el recuerdo intenso que alguien hace en el blog de “
Cervantes” sobre los viajes del escritor aparecen palabras muy citadas por nuestros pueblos:
alcabala,
martiniega,
tercias reales,
almadraque,
pindajo y trepeletré. Está muy difundido por la red que el trepeletré es un baile de cortejo de la zona de los
Picos de Europa. “Alegría, alegría, que dure, dure, que más vale alegría que pesadumbre; al trepeletré, ahora sí que me voy con usted.” Otro día hablaremos de la
Jota Montañesa y
El Pericote, pero tengo para mí, y que conste que de momento no es fruto de ninguna investigación –todo se andará-, que este baile, como el del “
Cuevanito”, que ya mencionaba en el artículo anterior, tiene su orígen en el pueblo de
Lores. Es la expresión, la composición, el acompañamiento donde siempre estaban presentes las “
tarrañuelas” (en otros lugares
Castañuelas) y el triscar de los dedos.
Carlos Antonio Porro, en un interesante trabajo sobre los bailes y las danzas tradicionales en nuestra región, viene a definir el trepeletré como “nombre de la jerigonza o baile del fraile cornudo como se le conoce en algunas zonas y recuerda la versión que
Guzmán Ricis recogió en
La Pernía. Para
Federico Olmeda, al que se le recuerda por una cuarteta que recogió muy significativa: “Todo lo cría la tierra, todo se lo come el sol, todo lo puede el dinero, todo lo vence el amor”, se trata de una denominación general en los partidos de
Castrojeriz, Lerma y Briviesca. El investigador burgalés,
Domingo Hergueta Martín, recoge las voces “Trepoleté” en la de
Burgos y Villarcayo y “
Trempolentrén” en el de
Villadiego. Según este investigador el nombre lo toma del estribillo que dice así: “Trepeletré, ahora sí que me voy con usted”. Se trata del estribillo que sale de Lores. En varias web de coros y danzas a las que he acudido para verificarlo, dicen ignorar su procedencia. En la página del
Conservatorio de Danzas de Córdoba, se comenta –copiado de alguna página cántabra- que solía bailarse en algún pueblo de
Liébana y añade: “todavía quedan
tresvisanos que recuerdan haber pasado muy buenos ratos con el trepeletré”. A mi me parece bien que la gente lo baile y lo difunda, pero que nunca se olvide de dónde procede. “Ahora sí que me voy con usted, dejármela sola, sola solita las quiero yo ver, saltar y brincar, revolotear, dar vueltas al aire...”