Para Camilo José Cela, un libro de viajes es un libro antiguo, un libro que “casi no se ha movido desde que lo inventaron”. El escritor viajero es un hombre que se pone en marcha, se sorprende lleno de honestidad con lo que ve, lo apunta de la mejor manera que sabe; si puede y si le dejan, lo publica.
Esos viajes son una muestra de amor a tantos pueblos, a las viejas ciudades castellanas, “en prolongado e inevitable derruirse”.
Extracto del artículo que forma parte del libro "Ver dos veces las cosas"




