Desde Mazcuerras


Pasan los años y uno tiene la sensación de que se deja algo en el camino, de que se queda al margen alguien que ha prestado su voz desde otros púlpitos.
La vida es un círculo en el que más pronto que tarde vas coincidiendo con voces que hablan tu misma lengua, con gentes que defienden a su modo el latido de los últimos pueblos de la cornisa cantábrica.



Y eso es lo que ha pasado ahora, cuando me llega desde la localidad cántabra de Mazcuerras, un libro del palentino José Manuel Gutierrez Bravo, oriundo de Bascones de Ojeda, licenciado en filosofía e Historia Moderna por la universidad Complutense, y en el que ha colaborado con estupendas fotografías el doctor Jose Antonio Andrés Vera, natural de zaragoza y médico de profesión, vinculados ambos de alguna manera y sobretodo emocionalmente a aquellos lugares de Cantabria.

Es la historia del Santuario de la Virgen de la Peña (1756-1842), y como bien señala el texto del profesor Carlos Urdiales que lo abre, se trata de un libro memorable y de preciosas semblanzas, lo suyo pesa, que si como bien señala importa sobre todo a los habitantes del valle de Cabezón, interesa a cuantos de alguna manera estamos en deuda de admiración con las vecinas tierras de Cantabria...

Excelentes imágenes de los molinos del valle, cómo eran el comercio, las comunicaciones y los transportes, los mercados, el arreglo de los caminos, los oficios y la religiosidad, las gentes que vivían y laboraban por aquellos años, donde ya se cita en el concejo de Mazcuerras a cuatro abarqueros, un tendero de bacalao, hierro, ballenas y dalles, un Ollero y un escribano de millones.

Una de mis entradas en la colección "Historias de la Montaña Palentina", lo que con toda probabilidad podemos considerar como el primer reportaje gráfico realizado en La Pernía, llega por casualidad a las manos de los autores de este excelente libro, localidad de donde procedía José González Zuloaga, el padre de César y autor de las fotografías, realizadas en su mayoría entre 1905 y 1918, algunas, incluso, en la última década del siglo XIX, motivo por el que se establece la comunicación entre nosotros y que prometo comentar con amplitud próximamente.

Imagen: Libro "El Santuario de la Virgen de la Peña"

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