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Viaje al Otoño (I)

Bilbao-Guardo-La Lastra




"El Otoño ha dejado ya sin hojas los álamos del río" -escribió en 1920 García Lorca. Me duelen las entrañas de esta tierra tan nuestra que ahora en Otoño queda sola, Como si una mano misteriosa corriera un velo sobre ella. Me afectan las palabras del poeta granadino y si las cito aquí es porque, comprendo cuando dice:

"Sobre el paisaje viejo y el
togar humeante
quiero lanzar mi grito,
sollozando de mi
como el gusano desplaza su destino".

Bilbao, la segunda ciudad desde la que a menudo les escribo, me ha dado una familia, unos amigos, personajes que se han ido añadiendo mi equipaje. Ramón Bustamante, locutor de Radio Popular, con uno de los programas matinales de mayor audiencia: "Quédate con Ramón", en el que colaboré el pasado año empujado por su deseo de verme florecer en esta tierra. No tengo ganas por despuntar en nada, ni prisa. Con ese mismo planteamiento he venido trabajando durante todo lo que va del presente año con un autor vasco de mucha solera. Me refiero al escritor y académico Xabier Gereño. De sus trabajos destacan 8 diccionarios creados para la Academia Vasca, de Euskara/lnglés, Euskara/Castellano y Euskara/Euskara, que ahora mismo utilizan los estudiantes. Autor, además, de numerosas obras de teatro y novelas como "Carta fatal", historia de espionaje situada en la Guerra Civil española; "Residencia Rochester", novela de intriga ambientada en el poco conocido mundo de una residencia de lujo para personas mayores, que está a punto de salir en cine, y "Huyendo del pasado", la odisea de una joven que decide abandonar la organización terrorista para vivir en libertad.

La historia que hemos concluído se desarrolla entre Madrid y La Coruña. Un periodista que investiga la misteriosa muerte de un camello y una larga trama donde aparecen camuflados -con la tapadera de negocios legales-, personajes que viven por y para la droga. Poco a poco se va descubriendo la ambición de cada uno, la venganza, los mundos tan distantes que afloran en esa especie de laberinto donde ronda de continuo el dinero y la muerte. Y ahora mismo, se lo digo a Mariano, reposa ya como el buen vino junto a otras historias...

En todo esto medito, mientras dejo atrás un río de gente que ha llegado a Bilbao para asistir a la inauguración del Guggenheim. Algún día, próximamente, les contaré cómo es por dentro, como lo veo yo, porque actores y directores de reconocido prestigio han venido a declarar que: "lo que no se hace en Bilbao, no se hace en ningún sitio". Y acaso debamos rectificar y rendimos a la evidencia, pues algo parecido ocurrió cuando se nombró por primera vez el "metro". Aquello se tomó como una especie de locura, un imposible, una obra esperpéntica, algo que no tenía sentido, algo que sigue sin tener sentido todavia para muchos.

Después de todo, hemos de reconocer, eso si, que las obras de infraestructura que se han realizado nos meten de lleno entre los primeros. Ya no se trata de dorar los compromisos o de buscar el voto prometiendo pequeñas conversaciones. Aquí en el asunto de la comunicación, autovías, carreteras, puentes ... etc... no se ha escatimado nada y cuando pergueño estas líneas a finales de octubre, ya se ha aprobado un nuevo y costoso proyecto que comunicará la zona del recién inaugurado museo.

Llego a Guardo a las 11 de la mañana. Quiero saludar a Jaime Garía Reyero, al que no veo desde la última entrevista que le hice para otro medio de comunicación.

"A propósito -me dice su señora- vienes en el diario", pero ya no quedan "Palentinos". Hablamos del nuevo hospital que han prometido para Cervera de Pisuerga. A medida que corre el tiempo las autoridades de Guardo se van mostrando reacias a permitir semejante enclave. Ahora también las de Aguilar. No me extrañaría nada que tuviésemos que acudir al juicio de Salomón, poniendo otra vez como premisa el asunto de la distancia. Porque, tengamos en cuenta también a Barruelo, a Brañosera, a Aguilar de Campoo y, en suma, a todos los pueblos que se encuentran dentro de esos y otros ayuntamientos. Miremos asimismo las dificultades añadidas de los crudos inviernos. Suponemos también que, detrás del edificio, llegarán los especialistas, por lo mismo que no hay escuela sin maestro, ni minas sin mineros. Pero mañana les resumiré en un extenso artículo lo que pienso al respecto.

Hablamos de las vías de comunicación, tan necesarias para que todas las premisas anteriores se cumplan. Las carreteras son la base principal de todos los tratados. El turismo, las empresas, las personas viven mejor o peor dependiendo en gran parte de las vías de comunicación que tengan. Ponerse de parto en Cervera, suele concluir con el alumbramiento en el coche que te lleva a Palencia. Hablamos de las Guías turísticas que han proliferado como las rosquillas. "Unas a 700 -dice Jaime. Y añade: Otras, que tratan de lo mismo, porque camino sólo hay uno, 1.500". Hay gente que viene, anda el camino y a veces se inspira tanto en los textos de otros, que escribe las bucólicas, olvidando que todo está ya escrito y el milagro que aguardan no llegará en Otoño.

Hablamos de Nuria Donat, compañera del alma, que vino a beber el agua cristalina de Cervera, inspirando al camino con su pluma, dardo que hiere por amor, sin rencor, con la esperanza puesta en estas tierras de agua. Además de "El Resbalón", "El Peñalabra", "El Gure Etxea", o también el Parador Nacional, donde Carlos Cuevas adereza el condumio, cuando vuelvas, Nuria, pasas por Aguilar y haces una comida en el Hotel Valentín. No quiero que te vayas sin probar las fantasías de ahumados, lubinas, solomillos, la carne de las mejores carnes y el queso de la Tierra de Campos.

Y más que todo eso, el trato que bien persigues y mereces; no sé si la elegancia o la profesionalidad; en todo caso, insisto, el detalle y la sonrisa siempre, porque como bien dice un proverbio escocés: "la sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz". Te digo esto porque son viejos compañeros de otras épocas, cuando José Luis Moreno se sentaba en aquellos salones antes de salir al escenario con Macario.

De esta montaña nuestra, escribió Juan Carlos Mancebo hace unos años:
"Quienes hemos saboreado del refugio de esta rinconada palentina, sabemos de caminos, que nos brindan veredas que se quedan atrás vestidas de crepúsculo vespertino, de alba, de lluvia, de lo que mande el cielo ... ".

Y Carlos Urueña:
"Estoy en Aguilar, entre el ensueño del Pisuerga que en rocas campea ... ".

"¡Tocar!, tocar! Poner profundos silencios!"-escribió mi amigo, el poeta y profesor Manolo Bores.
Cuando llego a Velilla y entro en la carretera de montaña, el Otoño penetra por la ventanilla, salpicando de sensaciones nuevas a Carlos del Río, otro buen amigo que ha querido acompañarme y que va situándose en el lugar y en la estación a medida que avanzamos. En la casa rural de "Peñasalbas", en lo alto del pueblo de La Lastra, decidimos tomarnos un respiro.

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