Bosque fósil de Verdeña
Robert Wagner Boon, su descubridor, explica en Verdeña, ante un equipo de Televisión Española, los orígenes de un bosque fósil cuya antigüedad se ha calculado en 300 millones de años. Alguien, en algún momento del rodaje, indaga acerca de su posible deterioro, aludiendo con razón a los rigores del invierno, los animales sueltos, los visitantes sin escrúpulos que ya arrancaron trozos de la pared vertical donde se recogen tan importantes vestigios, temores a los que el paleontólogo enseguida pone remedio: "Tranquilos, no se preocupen ustedes, porque de cualquier modo este descubrimiento sobrevivirá a todos nosotros". Lo que ya se hace más difícil de explicar, más incluso que la evolución humana, es el tremendo cataclismo que alteró la tierra y levantó una montaña donde antes reinaba un mar. Wagner habla de la montaña como si fuera parte suya, que lo es en el mejor de los sentidos, apurando pinceladas históricas que cambian de alguna manera esa visión que siempre tuvimos de el