octubre 2007 - ORÍGENES

27 octubre 2007

Grandes de España, de Cervera y Pernía
octubre 27, 20071 Comments

Desde que Enrique IV de Castilla concede el título de Conde de Siruela a Juan de Velasco en 1470 no han dejado de sucederse en ese cargo todos sus descendientes. Tenía capricho de reproducir esta larga lista, que viene a demostrar la impertinencia de los reyes que pagaban sus favores concediendo honores y rangos sobre tierras que nunca conocieron y por las que nunca preguntaron los galardonados. Este es un pequeño ejemplo de todo el mamoneo al que nos han tenido sometidos siempre gobernantes y reyes. Si alguno sabe de alguien que haya venido preguntando, que me lo diga para anotarlo.


Obsérvese cómo, a medida que avanza el listado y los años, mayores son las prebendas y los nombramientos. Fernando de Velasco, primer señor de Siruela y de los valles de Pernía, camarero del rey Juan II de Castilla y de su Consejo; Juan de Velasco, 2ºSr. y 1er conde de Siruela (1470), Sr de Cervera, de la merindad de Pernía y de Villarías de Campos (1482);Francisco de Velasco, 2º conde de Siruela (1482), Sr de la villa de Roa, Sr de los valles de Pernía y Cervera y de la merindad de Villarías de Campos (1505); y por este orden, heredan el nombramiento sobre estas tierras Leonor de Velasco, Juan de Velasco y la Cueva, Gabriel de Velasco y la Cueva, Magdalena Angela de Velasco, Cristóbal de Velasco y la Cueva. Gabriel de Velasco y la Cueva, Gaspar de la Cueva, Leonor de Velasco y la Cueva, Cristóbal de Velasco y la Cueva Carrillo de Mendoza, Antonio de Velasco y la Cueva.

Sorprende la cantidad de nombramientos que reciben estos grandes de España. Cuando uno lo hace bien y se preocupa por la tierra y sus gentes, parece hasta lógico que lo hereden de forma natural. Pero éste no es el caso y, a medida que pasan los años, van aumentando considerablemente los pueblos y valles sobre los que ostentan su poder.

María Luisa de Silva Velasco de la Cueva Ruiz de Alarcón y Ceballos, 5ª. condesa de Valverde, marquesa de Santa Clara, Sña. de Valverde, de las de Veguillas, Ontecillas, Mezquitas y Talayuelas, y de la casa de Alarcón, en Cuenca; 14ª. condesa de Siruela (1730), Grande de España, Sra. de la villa de Roa, de los Valles de Cervera y de Pernía, de Castrejón, Villalobón, y del mayorazgo de Nogueros en Cuenca.

Miguel José María de la Cueva y Enríquez de Navarra Velasco Guzmán Dávalos Ponce de León Spínola y Santillán, 13º. duque de Alburquerque, 4º. marqués de la Mina, 16º. conde de Siruela, 11º. marqués de Cuéllar, 13º. conde de Ledesma, 13º. conde de Huelma, 7º. conde de Pezuela de las Torres, 3 veces Grande de España, 13º. mayorazgo de Roa, 13º. Sr de los Estados de Mombeltrán, Pedro Bernardo, etc., 6º. Sr del Estado de Salteras, Sr. de las casas y mayorazgos de la Cueva, Velasco, Guzmán Dávalos, Spínola, Santillán, Nazahita, Mijares, Aldea Dávila, San Esteban, Villarejo, Las cuevas y Santa Cruz del Valle, sr de los estados de Roa y Cervera, de las villas de Torre Galindo, La Horna, Villalobón, Olmedillo, Portillejo, San Martín de Rubiases, Pedrosa, Membrilla de Castrejón, Anguix, Quintana de Mambrigo, Campillo, Castrejón, Fuentenebro, Buenavista y su barrio, el Valle Redondo de Pernía, y la villa de Tamurejo, con sus jurisdicciones, merindades y patronatos, teniente general de los RE, Virrey y capitán general de Aragón, comendador de Víboras, administrador con goce de frutos de la encomienda de Benacal, coronel del Regimiento de Dragones de Lusitania, capitán de la Compañía de las Reales Guardias de Alabarderos, gentilhombre de cámara, con ejercicio y servidumbre de Carlos III y de Carlos IV.


Para saber más: "Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", Froilán de Lózar, Editorial Aruz, 3ªedicc, Julio de 2014

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20 octubre 2007

El Fuero: revisiones y dudas II
octubre 20, 20070 Comments

Admitidas parcialmente las dudas del francés Barrau-Dihigo en cuanto a la autenticidad de la carta puebla por el “Anuario de Historia del Derecho Español” y el ensayo titulado “Despoblación y repoblación del valle del Duero (Buenos Aires, 1966), Sánchez Albornoz y Floriano Cumbreño destapan sus dudas sobre el documento.



“Para nosotros es, sencillamente, un documento ampliamente interpolado, quizá no muy bien copiado en la parte auténtica que conserva y, con toda seguridad, mal copiado”. “Nos choca el nombre del conde otorgante, llegando a la conclusión de que Monnio Nunnez era casi un siglo posterior a la fecha asignada al fuero de Brañosera, considerando al respecto que no fuera este documento originalmente una carta sino una donación ad “populando”.

Los investigadortes apuestan por el dispositivo final, que parece ajustado a los usos jurídicos de ese momento histórico, pero muestran su desacuerdo con el tono foral que se emite en cuanto a la cobranza del “montazgo” a los ganaderos forasteros que entrasen a pastar dentro de los términos deslindados y la exención de los pobladores de anubda, vigilas de castillo e infurción”.

Para el catedrático de derecho Gonzalo Martínez Diez, después de este protocolo de los “resabios eruditos”, la carta de Brañosera queda reducida a una donación del siglo IX, corriente en el sentido diplomático e interesantísima en el histórico-jurídico como precedente de las Cartas de Población.

García-Gallo viene a decir que debemos excluir la idea de que se trate de una falsificación, pues todo lo que en ella se suscita y determina –la concesión de un término a unas cuantas personas sin relieve, la exención de ciertas prestaciones...etc– no constituyen motivos para un soborno o una búsqueda de derechos de mayor enjundia. En todo caso se trata de una copia defectuosa del original con ciertas expresiones más o menos pedantes.

Todos los investigadores coinciden en el hecho de que hasta nosotros ha llegado una copia de la original, pero que es buena la fecha 13 de octubre del 824, donde se indica que ese día era quinta feria o jueves, hecho ya verificado y que da fe del documento, siendo muy difícil modificar o inventar la fecha y hacerla coincidir con ese día de la semana.

En medio del latín vulgar del reino de Oviedo en aquel momento, observan los susodichos algunas expresiones rebuscadas, como la de “inter ossibus y venationes”, pues en correcto latín ossibus significaría huesos y no se comprende en este lugar la frase “entre huesos y cacerías”, sino que parece más indicado decir “entre osos y cacerías”.

El conde viene a repoblar aquella tierra y hace una oferta tentadora, eximiendo a todos los que llegasen hasta ella de dos prestaciones que afectaban a todos los habitantes del reino: el servicio de vigilancia para descubrir al enemigo musulmán, y el servicio de guardia en los castillos y fortalezas de la zona, estando sujetos al pago de una contribución al conde o señor del lugar.

Es evidente que uno se sorprende y se apasiona al introducirse en los vericuetos de nuestra historia. Y siempre quedan dudas y heridas que nadie acierta a desvelar ni a cerrar por completo por más legajos y descubrimiento que se vayan sucediendo.


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13 octubre 2007

El Fuero: revisiones y dudas I
octubre 13, 20070 Comments

Es curioso y significativo que la carta puebla de Brañosera no sólo sea el primero de todos los fueros castellanos, sino también, como atestiguan estudiosos e investigadores, sea el más antiguo de entre todos los fueros de todos los reinos y territorios cristianos de España.


En el año 824, con un claro dominio musulmán sobre la Península Ibérica; con nuestras tierras integradas en el reino de Oviedo, al frente del cual se encuentra Alfonso II, hijo de Fruela, el conde Monnio Nunniz y su esposa Argilo otorgan la carta puebla a Brañosera.

A este inicio de repoblación y asentamiento, durante tanto tiempo ansiado, le sigue el de León del año 845 y el no menos esperanzador de Amaya, a diecisiete kilómetros de Aguilar. Lo cierto es que el pergamino original del fuero, en el que se añaden apuntes y confirmaciones de Gonzalo Fernández en el año 912, Fernan Gonzalez en el 968 y Sancho García en el 998, se pierde, nadie sabe muy bien cuándo, citando los historiadores como más probable el año 1835.

Pero no se pierde del todo. En el monasterio de San Pedro de Arlanza se conserva un pergamino de cuero, de donde toma el texto Prudencio de Sandoval, justificándose la presencia de la carta puebla en aquel lugar por la especial vinculación que esta casa tuvo siempre con toda la familia de Fernán González. Sandoval, clérigo benedictino, obispo de Tuy en 1608 y de Pamplona en 1612, es un cronista al que las biografías cuentan con falta de sentido crítico, mezclando realidades con leyendas y admitiendo afirmaciones poco documentadas. Al parecer el pergamino consultado por Fray Prudencio y Francisco de Berganza se pierde, aunque llegan dos copias manuscritas del mismo al monasterio de Santo Domingo de Silos.

La primera se encuentra en un códice catalogado, fue realizada hacia el año 1770 por el benedictino y calígrafo Liciniano Sáez, que ejerció de archivero de dicho monasterio. La otra es obra de un copista anónimo y ofrece lagunas y omisiones entre los testigos que suscriben y la confirmación de los descendientes en el poder.

Lo cierto es que esta copia defectuosa e incompleta es utilizada por Juan Antonio Llorente, canónigo riojano, uno de los principales historiadores antiguos de la Inquisición.

En el siglo XIX, Tomás Muñoz Romero la incluye en su colección de Fueros Municipales, tomando el texto de Sandoval y añadiendo algunas variantes de las utilizadas por Llorente, en las que no confiaba mucho.

En el siglo XX se hacen dos nuevas ediciones, la primera de Antonio C Floriano Cumbreño, en su “diplomática española del periodo Astur”, en la que vuelve a omitir las tres confinaciones de los condes herederos, y la segunda de Justiniano Rodríguez, dentro de su “Palencia Panorámica Joral”, que será copia literal del texto publicado un siglo atrás por Muñoz Romero.

Sobre la autenticidad del diploma custodiado en San Pedro de Arlanza, escribe el profesor García-Gallo en 1984, llegando a la conclusión de que no se trata del texto original de la carta puebla, confirmando las dudas del investigador francés Barrau-Dihigo que muestra su desconfianza por la fecha y por la expresiones utilizadas en la misma; sospechas y dudas de las que disiente el profesor Sánchez Albornoz, que no sin algunas reservas seguía admitiendo la autenticidad de la carta puebla.


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06 octubre 2007

Escriben mis lectores. Colmenares. Condes de Pernía.
octubre 06, 20070 Comments

Desde Torrelavega, me llega un interesante correo firmado por Valentín Ruesga Herreros, al que no he podido responder porque la dirección de correo no parece correcta. Paisano y estudioso de nuestra historia, expone su criterio al hilo de unos artículos publicados en esta misma serie hace unos meses. Debo aclarar que comparto sus dudas y como a él me preocupa la falta de interés que han demostrado hacia nuestra tierra durante lustros Condes y políticos de todas las castas.


Ah, y el gusto es mío. Yo no lo hubiera hecho mejor.

“Interesado en las cosas relacionadas con la montaña palentina, de donde procedo, he comenzado a leer gustoso sus artículos en “Vuelta a los Orígenes”. Como me interesan en particular los temas históricos, he leído los artículos sobre los Condes de Polentinos y, aunque ya los publicó hace algún tiempo, quisiera añadir que los Colmenares se tenían por descendientes del Conde Rodrígo Gustios que, al parecer, nació en Colmenares de Ojeda y murió en Polentinos en 1192, habiendo contribuído a la reconstrucción de la Abadía de Lebanza, según inscripción que se lee en los capiteles que se conservan en Harvard.

Aunque el título de Conde de Polentinos no daba a los Colmenares ningún derecho o jurisdicción sobre el pueblo, pues Polentinos en el antiguo régimen era lugar de abandengo, dependiente de La Abadía, efectivamente es de lamentar que nunca, que se sepa, se hayan ocupado del lugar al que hace referencia su título. Estos olvidos o desdenes deben ser frecuentes pues, por ejemplo, los Condes de Siruela sí que tuvieron dominio y jurisdicción sobre muchos pueblos de Cervera, de la Pernía y de la Peña, pero probablemente ni el actual titular Jacobo Fitz-James Stuart, hijo de la duquesa de Alba, ni ninguno de sus antecesores en épocas modernas, se hayan ocupado en saber cómo son y cómo se vivía y se vive en los pueblos donde sus predecesores ejercieron su señórío.

En la misma época en que Felipe V concedió a los Colmenares el condado de Polentinos, concedió a Luis de Pernía y Girón el título de Conde de Pernía. He leído que Luis arrebató el título a los obispos de Palencia, que lo habian recibido del rey Juan II de Castilla en 1410.

En mi opinión, esto no parece posible, pues no se entiende bien que un laico pueda reclamar y conseguir un título nobiliario ligado a una dignidad eclesiástica. Por otra parte, en el catastro del Marqués de la Ensenada de 1752 figura el obispo de Palencia con jurisdicción sobre San Salvador, Areños, Casavegas, La Lastra y varios pueblos de Liébana y Polaciones, mientras que en el mismo catastro aparece Pelayo de La Pernía como señor de Tielves, en la provincia de Madrid, también con el título de Conde de Pernía. Parece entonces que se trata de dos títulos totalmente diferentes, uno ligado al cargo de obispo de Palencia y otro a la familia de Luis de Pernía y su descendencia. Además, hasta tiempos muy recientes, los obispos de Palencia han sido considerados Condes de Pernía, según parece hasta que por disposición del Vaticano II los eclesiásticos debían renunciar a los títulos nobiliarios.

Me gustaría saber más sobre esta duplicidad de títulos y si los condes de Pernía “laicos” tienen o han tenido algo que ver con el valle palentino. Este título lo posee ahora María Cencillo González Campos.”

Enlaces relacionados en este mismo blog
Los Condes Alfonso y Justa
Ordenazión territorial y mandatarios


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