Desde Torrelavega, me llega un interesante correo firmado por Valentín Ruesga Herreros, al que no he podido responder porque la dirección de correo no parece correcta. Paisano y estudioso de nuestra historia, expone su criterio al hilo de unos artículos publicados en esta misma serie hace unos meses. Debo aclarar que comparto sus dudas y como a él me preocupa la falta de interés que han demostrado hacia nuestra tierra durante lustros Condes y políticos de todas las castas.
Ah, y el gusto es mío. Yo no lo hubiera hecho mejor.
“Interesado en las cosas relacionadas con la montaña palentina, de donde procedo, he comenzado a leer gustoso sus artículos en “Vuelta a los Orígenes”. Como me interesan en particular los temas históricos, he leído los artículos sobre los Condes de Polentinos y, aunque ya los publicó hace algún tiempo, quisiera añadir que los Colmenares se tenían por descendientes del Conde Rodrigo Gustios que, al parecer, nació en Colmenares de Ojeda y murió en Polentinos en 1192, habiendo contribuido a la reconstrucción de la Abadía de Lebanza, según inscripción que se lee en los capiteles que se conservan en Harvard.
Aunque el título de Conde de Polentinos no daba a los Colmenares ningún derecho o jurisdicción sobre el pueblo, pues Polentinos en el antiguo régimen era lugar de abadengo, dependiente de La Abadía, efectivamente es de lamentar que nunca, que se sepa, se hayan ocupado del lugar al que hace referencia su título. Estos olvidos o desdenes deben ser frecuentes pues, por ejemplo, los Condes de Siruela sí que tuvieron dominio y jurisdicción sobre muchos pueblos de Cervera, de la Pernía y de la Peña, pero probablemente ni el actual titular Jacobo Fitz-James Stuart, hijo de la duquesa de Alba, ni ninguno de sus antecesores en épocas modernas, se hayan ocupado en saber cómo son y cómo se vivía y se vive en los pueblos donde sus predecesores ejercieron su señorío.
En la misma época en que Felipe V concedió a los Colmenares el condado de Polentinos, concedió a Luis de Pernía y Girón el título de Conde de Pernía. He leído que Luis arrebató el título a los obispos de Palencia, que lo habian recibido del rey Juan II de Castilla en 1410.
En mi opinión, esto no parece posible, pues no se entiende bien que un laico pueda reclamar y conseguir un título nobiliario ligado a una dignidad eclesiástica. Por otra parte, en el catastro del Marqués de la Ensenada de 1752 figura el obispo de Palencia con jurisdicción sobre San Salvador, Areños, Casavegas, La Lastra y varios pueblos de Liébana y Polaciones, mientras que en el mismo catastro aparece Pelayo de La Pernía como señor de Tielves, en la provincia de Madrid, también con el título de Conde de Pernía. Parece entonces que se trata de dos títulos totalmente diferentes, uno ligado al cargo de obispo de Palencia y otro a la familia de Luis de Pernía y su descendencia. Además, hasta tiempos muy recientes, los obispos de Palencia han sido considerados Condes de Pernía, según parece hasta que por disposición del Vaticano II los eclesiásticos debían renunciar a los títulos nobiliarios.
Me gustaría saber más sobre esta duplicidad de títulos y si los condes de Pernía “laicos” tienen o han tenido algo que ver con el valle palentino. Este título lo posee ahora María Cencillo González Campos.”
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