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El bosque de Roberto

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Por aquellos días ya andaba Robert Wagner investigando por el contorno, hasta topar con el paleobosque de su vida. Emiliano Vega, el presidente de nuestra asociación, nos invitaba a tomar parte en el reportaje que se estaba preparando sobre el bosque de fósiles de Verdeña. Allí estaba Roberto, miembro honorífico de “fuente cobre”, disertando sobre un antiguo mar cuyo bosque revuelto salió a la luz en aquellas catas mineras que propiciaron el descubrimiento. Nuestra curiosidad no daba crédito. Aún hoy, cuando emprendo el camino que me lleva a este punto; cuando vuelvo a recorrer aquel sendero de Verdeña, uno de los pueblos más encantadores de nuestra montaña, el mar del que hablaba tan apasionadamente Roberto Wagner, todo me parece un trozo de aquel sueño; las marcas de la pared, restos de árboles retorcidos por un tremendo cataclismo que cambió todo, aquel camino como parte de un cuento; un lugar, en definitiva, al que nunca llegará ese soñado cambio que implica el movimiento de las p

Mons Dei

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A finales de julio visité en compañía de mis amigas Margarita Marcos y Cristina Parbole las Edades del hombre, que este año se han detenido en Aguilar de Campoo. Un año atrás ya entramos en la ermita de Santa Cecilia para admirar una de las obras clave de nuestro románico, transformada este año en Museo para acoger una pequeña muestra de nuestro patrimonio regional, siendo tantas y tan buenas las señales de Arte que atesora nuestra provincia. El pintor riojano, Eduardo Palacios, afincado en Ávila, es el autor de los carteles anunciadores de las últimas exposiciones de las Edades del Hombre, también la de este año en Aguilar. Ciertamente, más allá de las sensaciones que a cada uno le despierte esta muestra, entendemos que cumple con creces el objetivo de la Fundación: difundir y promover el arte sacro de Castilla y León. En la Colegiata de San Miguel, nos llama la atención la pila bautismal románica, de finales del siglo XII-XIII, de autor desconocido, que viene desde la loca

Villallano

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Según la toponimia, "valle del repoblador Juliano". Villallano perteneció a la Merindad de Aguilar, a cuya marquesa -según datos recogidos en el Catastro de la Ensenada-, pagaban 30 reales por martiniega, pedidos y yantar. A escasa distancia y procedente del valle burgalés de Valdelucio, discurre el rio Lucio que viene a entregar sus aguas al Camesa. Su iglesia, dedicada a Santa María la Mayor, es en su mayor parte obra gótica, aunque parece que esta nave reemplazó a otra tardo románica, según se deduce por las arquivoltas de su portada y su pila bautismal. A finales de 2013, gracias a la colaboración de sus feligreses, con la supervisión de la Delegación Diocesana del Patrimonio, se reparaba el retablo, un mueble barroco de finales del siglo XVII, ubicado en el muro sur de la nave. Cerca del templo se localizó hace unos años una necrópolis medieval con varias tumbas. En Villallano hay varias casas blasonadas, entre las que pueden verse escudos de la Orden de Calatra

Castilla

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Es evidente que la suerte está ahí, a un paso, y que a mí me ha alcanzado, pero no por lo que venga después, sino por todo lo que he compartido con ustedes. ¿Quién sabe lo que va a pasar luego? En un segundo, la vida te puede colocar en el peor asiento, ante una riada imprevista, en un atropello, víctima de la navaja de un transeúnte que no conocías. Aunque he venido publicando estos años en ARUZ, una editorial pequeñita que me arropa en asuntos de nuestras historias, muy exigente en el acabado y la presentación de los libros, lo de la novela es otro asunto más complejo, una historia que he querido mantener en la alacena hasta hoy, a propósito de ese anhelo independentista que explotaba hace un año y que sigue rondando en el pensamiento de mucha gente, y no solo de Cataluña, lo que llevará en algún momento, entiendo, a un cambio, a un sistema nuevo de gobierno, a un concepto nuevo de Comunidades y provincias. ¿Publicar una novela? Ya se imaginarán ustedes, no es sencillo. Y a v

Villalbeto de la Peña

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A medio camino entre Cervera y Guardo, lindando con Tarilonte, Pino de Viduerna, Barajores y Recueva, se encuentra este pueblo, cuyo repoblador pudo haber sido un tal "Albito", al que ya hacen referencia los documentos del siglo XI del Monasterio de San Román. Luis Mediavilla cita la existencia de un yacimiento romano cerca del pueblo. Según el catastro del Marqués de la Ensenada, a mediados del XVIII habitaban aquí 40 familias y seis viudas. 24 vecinos eran labradores, siete tejedores, dos sastres, uno carpintero y otro tabernero. A ellos se sumaban cinco criados, el cura y trece hijos ya mayores. El mismo escrito señala la existencia de un batán y ocho molinos. En fechas más cercanas, se cita a Carlos Enríquez de Cisneros y Albornoz, señor de Mazuelos y Villalbeto (113). En el término de Villalbeto y Tarilonte, pueblo con el que linda por el norte y en el paraje conocido como "Riolata", se construyó una presa con el fin de controlar el cauce del rio Valdavia

Villalba de Guardo

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Dividido por el rio Carrión, el pueblo está enclavado en la base de una ladera donde termina el páramo. Navarro García asegura que existía ya en época visigoda y aun antes, en tiempos de los romanos, con el nombre de Petra urca. En documentos de la Edad Media ya se la mencionaba con el nombre de “Villaalva”, y hay textos que afirman que fue Almanzor quien se lo puso impresionado por la luz especial que recibe con el sol de poniente. Para otros investigadores, su toponomástica hace alusión a la villa de los pastos del río, cerca de Guardo, al que perteneció en otras épocas. En el Libro de las Behetrias se dice que Villalba pertenece a Guardo y es "propia" del famoso Garcilaso de la Vega, pasando luego a pertenecer a Juan Alfonso de Alburquerque. Por su término discurre uno de los cordeles de la Cañada Real Leonesa. Un edificio singular es la Casona, que fue propiedad de Isidro Cossío Bustamante, obispo de Valladolid entre 1754 y 1767. A mediados del siglo XIX había

Villafría de la Peña

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Localidad y pedanía perteneciente al municipio de Santibáñez de la Peña y punto de acceso al Santuario del Brezo, citada por primera vez en la documentación de San Román en 1187 como “Villa Frida”. Por su toponimia, encontramos “la población fría en la Peña”. Jesús Merino, le pone una pizca más de intriga: lugar de la pequeña quinta (moteada) fría (en la zona) de la Peña. Madoz ya hace referencia al clima frío y a una escuela a la que asisten 8 niños, haciendo uso de las aguas de un manantial y mencionando dos molinos harineros en la localidad. En varias páginas se menciona la restauración de un par de chozos y el manantial que suministra la mayor parte de agua al embalse de Villafría. La revista alemana Nachrichten des Entomologischen Vereins Apollo descubre recientemente en uno de sus números una nueva especie de mariposa, la Heterogynis yerayi o enlutada cántabra y de la que hay ejemplares en torno a la localidad de Villafría de la Peña. CUADERNO DE ANOTACIONES Municipio

Villaescusa de las Torres

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Lugar de la pequeña quinta escondida (en zona) de las Torres (codezmeras). Se encuentra este pueblo en una zona de singular belleza, al inicio de la meseta de las Tuerces. Como explicábamos en el apartado dedicado a este lugar y, según la referencia de algún cronista, "el agua laboriosa ha esculpido una ciudad de cuento de Borges, llena de túneles, puentes, pasadizos, laberintos y mesas gigantes. Una ciudad que recuerda mucho a la Encantada de Cuenca..." Se localiza aquí el yacimiento arqueológico de Cueva Rubia, en los alrededores de un puente medieval, que los investigadores datan en la Edad de Bronce. La antigua ermita de La Tuda, situada junto a las vías del tren, fue un antiguo edificio tardorrománico del siglo XIII, hoy reutilizado como vivienda. Entre las ofertas turísticas se encuentra el "Cortijo de las Monjas", una casona de origen eclesiástico, edificada en el siglo XVI y restaurada en 2005, donde podemos degustar una sopa morena, un cocido castell

Villacibio

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En 1432, en el "Inventario de los bienes raíces de Leonor de la Vega (25)", se menciona un concejo en el lugar de Gama, formado por cinco barrios entre los que se encuentra Villacibio, que ha formado parte de varios ayuntamientos a lo largo de su historia. Destaca en este lugar la iglesia rupestre de San Pelayo, lugar que ya se cita en 1155, cuando Doña Urraca, cede el convento de Santa María de Mave y la "Cueva de San Pelayo" al Prior de Oña. La datación de estos edificios se sitúa en el siglo X, generalmente repobladores mozárabes que llegaban del sur (26). Al tratarse de un pequeño lugar, algunos observadores se preguntan dónde se colocaba la feligresía y, documentándose, encuentran la respuesta en el Canon XVIII del Concilio de Toledo, año 663: "Se ordena que el obispo y el levita comulguen delante del altar, el clero en el coro y el pueblo fuera de él". Un monje shaolin originario de Galdakao (Vizcaya) ha construido un hotel en Villacibio, sobr

Villabellaco

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Lugar de la villa de Bela. (45) Su iglesia, dedicada a San Pedro Apóstol, es de origen románico del siglo XIII, de la que destaca su portada. En el año 2007 fue sometida a una restauración integral, dentro del Plan de Intervención Románico Norte. A finales de Julio de 2013 se inaugura la casa taller de Herminio Revilla. Con esta iniciativa se pretende dar a conocer la obra del escultor palentino, ampliando a la vez la oferta artística y cultural de estas comarcas.  Amigos y compañeros de profesión del escultor Ursi, deciden diseñar una ruta de senderismo que recuerde los caminos por los que él paseaba. La ruta se inicia en Villabellaco, su pueblo natal, llega hasta la "meseta de los castillos" y baja hasta la ermita de la Virgen del Carmen. A lo largo de la misma se han instalado esculturas de artistas conocidos, la mayor parte del grupo Muriel, que cedieron sus obras desinteresadamente para homenajear al artista fallecido. Es oriundo de esta localidad el entrenador na

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