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Mostrando las entradas etiquetadas como Impresiones

Un viaje sin alforjas

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La Seo/BirdLife, con sede en Madrid, fundada en 1954; Wwf, o fondo mundial para la naturaleza, fundada en 1961 y con sede en Suiza; la fundación conservacionista Oso Pardo, constituida en 1992 y Gedemol, que lucha por la conservación de la montaña oriental leonesa. Cuatro son las Asociaciones Ecologistas que han realizado propuestas para paliar la situación que viene deteriorando la vida de las comarcas situadas en el entorno de San Glorio. Y lo hacen ahora, después de tantos años de ostracismo. Ahora, cuando la sangría poblacional hace temer la desaparición de muchos de estos pueblos. Entre sus propuestas, un Centro de interpretación, un spa termo lúdico, el acondicionamiento de un humedal en la cola del embalse de Riaño y más de lo mismo: "uso del Parque Regional de Picos de Europa como instrumento de desarrollo sostenible". Lo único que garantizan es la "diversidad biológica del territorio", que incluye un acercamiento a lo que se ha hecho en Somi

Así habló Zaratustra

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Lo cierto es que después de muchos años de polémica no tenemos ninguna; ni aquellas ni otras nuevas que nos faciliten una salida clara, como la que parecía llegar de la embotelladora de aguas de "Lebanza". Se despeja uno de los interrogantes que nos quedaba siempre después de oír a unos y a otros sus apabullantes retrancas sobre los inconvenientes de una estación de esquí en San Glorio, un túnel en Casavegas que nos dejaba a pocos kilómetros de Potes o una estación de biomasa en Salinas de Pisuerga. Personalmente (no soy esquiador, ni constructor, ni traficante), apoyé durante mucho tiempo la primera; sugerí la segunda, dentro del grupo Fuente Cobre y desestimé la tercera, pero sin poner contra las cuerdas a nadie. Expuse mis razones y escuché las razones de los demás, contrarias o alejadas de las mías, pero sin descartar nada ni a nadie, porque, por buenas razones que uno tenga, no hay que echar en saco roto las buenas razones de los demás, cosa que no todo el mundo h

Agua de borrajas

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Pero la indiferencia no es hacia lo idílico del paisaje, que es lo primero que te da en la cara, sino hacia el forúnculo envenenado que se advierte dentro. A uno le pone en guardia la indiferencia que se palpa en torno a lo que sucede a nuestro alrededor. No me refiero a la indiferencia hacia los demás, que también, sino hacia los problemas que se suscitan en el resto de pueblos, en el mundo rural, y para la que, seguramente, mi amigo Fernando Martín Aduriz nos aportaría una respuesta ecuánime. Pero la indiferencia no es hacia lo idílico del paisaje, que es lo primero que te da en la cara, sino hacia el forúnculo envenenado que se advierte dentro. Hacia los asuntos tan manidos y preocupantes como la despoblación de la que hablamos todos, situándola en un plano distinto, como un tabú al que no llegamos por más soluciones que pinten quienes lo pergeñan desde lejos. Y me parece preocupante que no nos preocupe en absoluto nada de lo que se relaciona con el medio, excepto s

Golobareando

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En base a lo que se tiró en aquel lugar de la provincia, Enrique Martín, uno de los últimos presidentes de la Diputación de Palencia, hizo amago de llevar una solución al Golobar, un parador de invierno que la misma Institución, siendo presidente Angel Casas Carnicero, comenzó a construir allá por la década de los 70 del pasado siglo. Lo he contado aquí y lo he contado en otros sitios, no por vanagloriarme de contarlo, que vergüenza me da, sino porque lo sepa también la gente más joven y no se vuelva a cometer la torpeza de hacer castillos en el aire. Para que nos entendamos. El parador del Golobar fue en Palencia como el aeropuerto ahora en Castellón. Torpes mausoleos a la memoria de quien apostó por ello, sin que sepamos bien , en nuestro caso a qué se debió la paralización de las obras cuando se había hecho lo más costoso: una carretera mejor que muchas de las que ahora se utilizan, se había subido la luz y estaba en pie el edificio, que los desaprensivos y viandantes se d

Los tres Mier

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A lo largo de mi vida sólo he coleccionado libros. Tantos libros que no he podido hasta el momento ordenarlos todos, hacer una biblioteca en toda regla; que la casa sea, esencialmente, un lugar donde a cada paso te encuentres con los libros. Después de muchas vueltas, he conseguido colocar los más queridos, aquellos a los que acudo con más frecuencia, soportando por ello, todo hay que decirlo, buenas reprimendas de la familia que, aunque son buenas lectoras y estudiantes, no comprenden esta locura mía por el papel. Entre los que he conseguido colocar se encuentra uno muy singular. Se trata de la segunda edición corregida y aumentada sobre la historia General del Derecho Español, cuyo autor fue el político de Verdeña Matías Barrio y Mier. No tendría mayor importancia si no viniera dedicado por otro Mier, el abogado José Luis de Mier, que me lo entrega en la espectacular biblioteca de su casa rural, en Santamaría de Redondo y, cuya reseña, a punto de cumplirse el aniversario de

Un bólido en Villalbeto

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El 9 de Julio de 1931, Rosa, una niña de 11 años, se encontraba jugando a las afueras del municipio leonés de Ardón cuando escuchó un gran estruendo y vio a pocos metros de ella una pequeña roca humeante que había caído del cielo. Una historia similar se repite el día 4 de Enero de 2004 en Villalbeto, un pueblo de la Peña, a medio camino entre Cervera y Guardo, fundado por un tal "Albito", al que se refieren los documentos del Monasterio de San Román. Aquella tarde de domingo, según leo de un testigo, un potente flash lo invadió todo y el tiempo pareció detenerse en muchos kilómetros a la redonda. Las referencias, al principio eran confusas. El asteroide se fragmentó al entrar en la atmósfera y, curiosamente, no entiendo de qué modo, aseguran que por primera vez en España se pudo seguir con precisión la trayectoria seguida por el mismo. Así se supo que el objeto sobrevoló el sur de la provincia de León, pasando a 80 kilómetros de altura por la capital, y dirigiéndose

Decir adiós sin despedirse

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No se entiende ni se valora la lucha que, desde otro punto de vista, otros mantienen por lo mismo, y es habitual bajar las espadas o volcarnos en vanas alabanzas cuando aquellos se debilitan por algún motivo o cuando mueren, triste canción que se repite aquí y en todas partes desde que el mundo es mundo. Generalmente, todo lo que nos hace daño se mueve con más ímpetu, y cuando no se hace daño, o no hay virulencia en la demanda, o no se crea suficiente polémica, pues parece que lo que vayas a decir está de sobra. Quienes por contrato o por hábito nos ejercitamos en la tercera de un diario con tanta solera como el nuestro, es evidente que no disfrutamos a la hora de reclamar la mejora que ansiamos para los lugares donde nacimos, si para ello tenemos que defenestrar a quienes por voluntad del pueblo ocupan el asiento en una institución o parlamento. Parece que no me acompaña la suerte. Entre los artículos que remitía al diario hace unos días, se encontraba uno para publica

Un oso corriendo. Un perro ladrando.

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Hace unos días, Fernando Martín Aduriz, emocionado por uno de los artículos donde mencionaba al compositor Luis Guzmán Rubio, subió una foto de la tercera página del diario al muro de facebook, sugiriendo su lectura e invitando a removerlo. Menos mal que era la foto de este diario. Gonzalo Alcalde, por su parte, le hizo un guiño a pie de foto, comentando que lo mío no tenía mérito pues había nacido en la tierra de la que hablaba tanto. Desde luego no le falta razón a ninguno. Entiendo la emoción de Fernando, que es lo primero que te ocurre después de visitar los pueblos que la forman y degustar la comida del Peñalabra o el menú degustación de mis parientes de "La Taba", que ya he visto opiniones contrarias que el psicólogo entenderá aunque no las comparta. Aquí cada uno con su canción. Mientras divagábamos y sonreíamos en aquella red social, los ecologistas palentinos protestaban porque se había absuelto a un joven de ejercer una caza a caballo y con un perro sobre un

En Camasobres, la nieve

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Permítanme que vuelva a recordar en estas líneas la figura de un folklorista palentino Luis Guzmán Rubio, que atesora en discos y libros una fuente inagotable para llegar al conocimiento de tantas personas como participaron, primero en las recopilaciones de su padre y, después, en las armonizaciones que fueron engordando el cancionero universal. Luis recuerda con muchísimo respeto la figura de su padre, Guzmán Ricis, y el año 1928, cuando su trabajo sobre el folklore local es publicado en las actas del Congreso de Praga. Alli se citan una treintena de armonizaciones entre las que se encuentran El Cura de Perales, El Papudo de Paredes, El Pingajo, Levántate morenita... Son incontables las personas y los pueblos que pasan a formar parte de este importante legado y que van de norte a sur de la provincia. Así recuerda el maestro y amigo las que le dictan en Villada el dulzainero Juan Cuevas y Juanina Rodríguez. Así mismo, las que le dictan en la Valdavia o en la Ojeda. Pero se recre

Ustedes son mi triunfo

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Me alegro sinceramente cuando alguien cercano triunfa. Hoy se entiende por triunfo tener una cuenta en las redes sociales con miles de seguidores, arrasar en el cine o en la música, lograr una medalla exponiendo aquello que nos ha cautivado y de lo que vamos tomando notas nuevas que mantendrán la luz y harán las delicias de quienes nos siguen. Pero no me refiero a ese triunfo, ni al triunfo de la farándula de este país. Hay quienes buscan ese tipo de éxito, que les aclame el mundo y se los rifen, a veces sin motivo, porque son lo que son por la fama de algún familiar suyo, sin que sepan hacer bien ninguno de los trabajos por los que cobran una millonada. No quiero ese triunfo para las personas cercanas. Yo quiero un triunfo pequeño, familiar, porque algo de calor siempre necesitas cuando lo que quieres es llegar al mundo desarrollando una actividad creadora. Y aunque siempre quedan gentes valiosas en las sombras, hay quienes por alguna circunstancia o apoyo recibido, contando siemp

Un tesoro en La Olmeda

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Pienso en el arrojo, en la soledad, en la suerte de un hombre corriente, aunque especial, como lo fue Javier Cortés para Palencia. Seguro que la mayoría de ustedes ya conocen la historia que arranca cerca de Saldaña, una tarde de 1968, cuando Javier, acompañado de un amigo se dispone a rebajar un terreno para ponerlo en regadío, y aparece una piedra, como le ocurrió a Ciriaco del Rio un siglo atrás en Brañosera, cuando encontró una piedra y comenzó la historia del carbón en nuestra tierra. En este caso se trataba de un mosaico, que al ir excavando va mostrando infinidad de formas y grabados hasta ocupar los 1400 metros de terreno, donde con el correr del tiempo y gracias al empeño de un hombre, se descubrió la Villa Romana de la Olmeda, uno de los principales yacimientos del Bajo Imperio Romano (siglo IV a. de C.) conservados en la península y uno de los más destacados del Occidente. En las crónicas se dice que cambió la vida de Cortés, quien sufragó de su bolsillo la obra dura

Todo igual, menos tu sentimiento

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Centrado en otras historias, pasan los días a una velocidad prohibida y aprovecho este momento para volver atrás la vista, (ya casi no me alcanza), con nostalgia pero sin arrepentimiento, por todo lo que pasó, por todo lo que vivimos, por aquellos familiares y amigos que se fueron, por todos los que siguen aquí, aparentemente, en el mismo lugar, bajo los mismos yugos. Iglesia de Lomilla | Froilán De Lózar Porque la naturaleza, vestida con los colores de cada estación, que aquí se evidencian tanto, es la misma: los montes, los caminos, las iglesias... Nada parece haber cambiado después de los años; después, incluso, de los siglos. Hasta las gentes, que son descendientes de los que fueron tus compañeros de escuela y de correrías, parecen los mismos; pues, aunque imbuidos en otras modas y costumbres, se mueven por los mismos lugares. Entonces, ¿por qué lo ves distinto? ¿Por qué no lo disfrutas como antes? ¿Por qué no nos emociona como cuando volvíamos del colegio?

Todo distinto, menos tu pensamiento.

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Con esta entrega, antes de vacaciones, pongo punto y seguido a este viejo cuaderno, donde he ido anotando, como de costumbre, mis impresiones y mis miedos. Todo ha cambiado. Es evidente. Parece un síntoma de progreso, una necesidad de experimentar nuevas historias, incluso en estos rincones tan apartados de provincia; una respuesta urgente para buscar por algún resquicio la solución a esta endémica fiebre que nos vacía los pueblos. Soy reticente en ello, y aunque algunos lectores y amigos me insistan que está bien, que es muy sano, que hablar del mundo rural, de lo que va quedando, de los problemas que le atañen, de las historias singulares... es muy digno y muy útil, yo pienso, sinceramente, que no sirve para nada. Que uno clama en el desierto; que nadie vuelve los ojos a este drama; que no compensa a los políticos, acostumbrados a mentir; que no interesa a los urbanitas , apoltronados en su ambiente y que tampoco parece preocupar en exceso a quienes viven en ellos, perdida y

Límites confusos

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Sin hacer uso del patriotismo, que huyo de todos los símbolos como de las moscas, es verdad que uno se siente molesto cuando ve a su comarca o a su pueblo enclavado dentro de otras comunidades o provincias. Es una discusión vieja que no tiene remedio, pues aunque parezca pasajera, vendrán otros más tarde que oficialmente den un vuelco a los límites; y si no es oficialmente, tochos no faltan en ningún lugar que, sin conocer el pueblo del que hablan, enseguida le hacen un hueco en cualquier sitio. Y está bien que amemos nuestra tierra, nuestra patria, pero está mejor que vayamos adentrándonos en ella, en sus caminos, entre sus gentes, para presentarla debidamente a quienes quieran conocerla. Durante años, nuestro alejamiento ha contribuido a unas anexiones y cambios que no han hecho más que confundirnos. El 28 de Agosto de 1857 el obispo de Palencia, a la sazón, Jerónimo Fernández, manda que el Arciprestazgo de Cardaño se llame a partir de entonces Arciprestazgo de Pernía.

Sobre la identidad palentina

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En un interesante artículo publicado en nuestro diario a finales del pasado año y firmado por Carmen Cuesta y Luis Calderón se hace una interesante reflexión sobre el turismo que no acaba de cuajar en nuestros campos. El análisis ahonda en lo que unos y otros hemos venido reflejando en los últimos años, sin otro anhelo que ver despertar nuestra tierra al turismo, darle más ritmo a lo que se viene haciendo ahora en las distintas comarcas y una propuesta si cabe más rotunda sobre la identidad. Yo estimo que el románico es un aliciente poderoso que, combinado con el paisaje y la gastronomía puede generar en pocos años un trasiego importante de gente nueva, que es a fin de cuentas lo que echamos en falta, aunque tampoco es malo que quienes vienen vuelvan, lo que va de acuerdo con una popular campaña que se publicitó hace unos años. A mi no me preocupa en exceso la identidad. Palencia, para mí, es irrepetible por todo. Me identifico con sus paisajes, con su gente, con su rico

La montaña, toda y para todos

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Eso es lo que voy a sugerir en este libro que ahora llevo entre manos y que, si todo marcha bien estará en las librerías palentinas en el plazo de un año. Metido de nuevo en la aventura, notas de historia y de leyenda de todos y cada uno de los pueblos que comprenden la montaña palentina. La idea no es nueva y si el románico luce espléndido y es una carta de presentación única en la comarca de Aguilar, la historia no desdice tampoco en los Santuarios más importantes del norte, la Reserva de los bisontes en San Cebrián de Mudá, Centro de interpretación de la Cigüeña en Barrio de San Pedro, la Casa del Oso en Verdeña, la Casa del Parque en Cervera de Pisuerga, la ruta de los pantanos y la historia que pende de cada uno de estos lugares, sin olvidar el encanto de despoblados como Frontada y de pueblos que siguen latiendo bajo mínimos, como los Llazos. Es verdad que en los últimos años se ha retratado de arriba a abajo la montaña palentina;  quienes hemos nacido en ella no n

Una paz engañosa

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Aprovechando uno de esos momentos de reflexión, donde salen a flote tantos rostros, no me cansaré nunca de reconocer lo mucho que me enseñaron estos montañeses, un bagaje lleno de historias personales, de superación ante la adversidad, de rebelión también ante el olvido. Yo no creo que tengamos que remontarnos muy atrás para encontrarle sentido a tantas actuaciones que en su momento nos sorprendieron, para seguir luchando por recuperar algo de aquella camaradería.                                                                                     Que parece difícil, porque transitamos por un mundo egoísta,  donde hay que medir cada actuación, cada paso, cada palabra; incluso aquí, en los pueblos pequeños, donde viven cuatro personas, en ocasiones, en el más absoluto de los aislamientos. Yo recuerdo, siendo niño, la alegría que se respiraba en casa de mi abuela Lorenza. El abuelo Clementino, oriundo de Olleros de Paredes Rubias, trabajaba en la mina, en aquella época de la efer

La montaña del mundo

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En cambio, hay mucha fantasía a todos los niveles. Y lo que fluye a nivel nacional, pues le ha servido a la Diputación de Palencia para hacer una llamada a los de Valladolid, asegurando en la espalda de un autobús que "nuestra" montaña es la suya. Suele aconsejarse en publicidad no utilizar imágenes perecederas de personajes públicos, de manera que, una vez que el protagonista del anuncio desaparece o se apaga su estrella, no se vincule su nombre con el producto, para que no decaiga el interés. Pero nadie parece haberle dado importancia a ese consejo, pues los medios están llenos de personajes más o menos relevantes que nos hablan a diario de las bondades de un determinado producto o servicio. En cambio, hay mucha fantasía a todos los niveles. Y lo que fluye a nivel nacional, pues le ha servido a la Diputación de Palencia para hacer una llamada a los de Valladolid, asegurando en la espalda de un autobús que "nuestra" montaña es la suya. Y sorp

Porfiar sin apostar

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Los abuelos solían decir que se porfiase lo que hiciera falta, pero que nunca se apostase por nada. "Tú porfía, pero no apuestes". En realidad, el dicho está acuñado ya en las hemerotecas y procede de algún pensante anónimo: "Guarda y no prestes; porfía y no apuestes". En un lugar de la red que se dedica a recopilar frases, he leído: "Guarda y no protestes; porfía y no apuestes." Y aunque te da la risa lo que alguien ha copiado mal o apresuradamente, ambas definiciones nos viene bien para enlazar la entrada de hoy. El consejo, que parece sensato en base a la experiencia que van dando los años, a mi me parece equivocado en determinados asuntos porque, cuando uno ve o siente algo serio por algo o por alguien y hay un camino abierto, lo apuesta todo y lucha por llevar adelante su proyecto. Es así como se han logrado muchas cosas en todos los ámbitos, tanto en el plano personal como público; tanto en la ciudad, como en el pueblo. En nuestro ento

Carta europea

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Llevo muchos años exponiendo historias, con un planteamiento firme de llevarlas tan lejos como sea posible. Que la montaña se pronuncie, que resuene, que se mueva en esa especie de boca a boca que tantos buenos paños rescató del pasado. Pero sucede que nunca es suficiente como prueba lo que se encuentra y lo que se cuenta, por más valor y enjundia que atesore. No se ponen de acuerdo gobernantes y expertos en el mejor modo de administrarlo, acudiendo de tiempo en tiempo a proyectos que se presentan como empujones para venderla al mundo. Es la conclusión que saco de esa apuesta reciente por la calidad que ahora se persigue de cara a obtener la carta europea de turismo sostenible. Y lo que sorprende es la contradicción en la que entran muchas de las personas que ahora se suman a la puesta en marcha de ese sistema de calidad. Quienes se oponen a San Glorio, vuelven la cara sorprendidos al ver entre los promotores de esta iniciativa a personas que han apoyado la esta