Ver a los ciervos vivos
Esta mañana me he despertado con el sublime canto de Nacho González Urcelay en un portal de Cantabria. Asegura que en aquel lado de la montaña quien no paga por verlos vivos, paga por verlos muertos, en estos días en que el otoño vuelve a cubrir los campos y llegan a los pueblos sus potentes bramidos. Como bien apunta Nacho, simboliza sendos cantos a la vida y a la muerte que el hombre ha unido para componer una sola sinfonía: el negocio. Negocio al que allí le han sacado buena punta. La Consejería de Ganadería de aquella Comunidad ofrece dos salidas diarias hacia Campoo, Liébana y Saja/Nansa con un éxito rotundo de acogida, gentes que llegan desde otras comunidades para contemplarlo, habiéndose completado todas. En Polaciones, la Dirección General de Montes autorizó a las juntas vecinales la captura y la posterior subasta de venados, lo que ha reportado un beneficio de 40.000 euros, amén de lo que se embolsen comercios y posadas por quienes vienen a verlos vivos. No es una histor