Un tesoro en La Olmeda
Pienso en el arrojo, en la soledad, en la suerte de un hombre corriente, aunque especial, como lo fue Javier Cortés para Palencia. Seguro que la mayoría de ustedes ya conocen la historia que arranca cerca de Saldaña, una tarde de 1968, cuando Javier, acompañado de un amigo se dispone a rebajar un terreno para ponerlo en regadío, y aparece una piedra, como le ocurrió a Ciriaco del Rio un siglo atrás en Brañosera, cuando encontró una piedra y comenzó la historia del carbón en nuestra tierra. En este caso se trataba de un mosaico, que al ir excavando va mostrando infinidad de formas y grabados hasta ocupar los 1400 metros de terreno, donde con el correr del tiempo y gracias al empeño de un hombre, se descubrió la Villa Romana de la Olmeda, uno de los principales yacimientos del Bajo Imperio Romano (siglo IV a. de C.) conservados en la península y uno de los más destacados del Occidente. En las crónicas se dice que cambió la vida de Cortés, quien sufragó de su bolsillo la obra dura