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La romanización (IV)

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Los maestros canteros Un servidor, que no es un especialista, ni un historiador, sino un mero observador de la historia, se sorprende cada vez más del trabajo llevado a término por los canteros de otras épocas. Uno es estudiante de historia toda la vida, porque cada ojo que se detiene en ella la interpreta de una manera distinta y en casi todos las miradas una honda impresión, una exclamación de asombro, un sobresaliente sin que asome una duda. Eso pasa con el románico, que siempre cautiva a los de fuera, a quienes se quedan embelesados mirando una espadaña, o deducen por la perfecta sincronización de los cruceros y el minucioso labrado de portadas como la de San Andrés, en Cabria, más que la entrega, la pasión de aquellos talladores de antaño, que con recursos mucho mas limitados nos entregaron obras tan dignísimas. Siempre se pontifica a los Reyes y Condes que ordenaron levantarlas o ayudaron a iglesias y monasterios para su reforma, pero quedan en el oscurantismo otra ve

La romanización (III)

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En medio de este tratado sobre la romanización, donde intento refrescar un tanto la memoria de nuestros ilustres académicos, recibo la carta de Carlos Camino, un seguidor que ha querido despejar la incógnita sobre los Capiteles vendidos por el dueño de la Abadía de Lebanza en 1927. Bajo el mandato de Alfonso VII (1158-1214), se conceden importantes donaciones a iglesias y monasterios, momento en el que resurgen nuevas formas arquitectónicas y escultóricas. Los capiteles fueron incorporados por Valzania al panteón de la iglesia, uno representando al Salvador y el otro a las tres Marías. Los eruditos atribuyen la autoría de los capiteles a la misma mano que realizó la portada de la iglesia de Santiago en Carrión de los Condes y ya en el libro de "Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", menciono a Kingsley Porter, multimillonario americano, eminente profesor de Harvard de las bellas artes, viajero e investigador de la arquitectura medieval, que desapareció sin deja

La romanización (II)

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La provincia de Palencia es la zona más rica en monumentos románicos de Europa. Y quienes vienen buscando el arte,  encuentran, además,  el bucólico paisaje que lo complementa. Hay menciones allí para las ermitas de San Justo de Quintanaluengos y San Pelayo de Perazancas, ermita ésta última, donde planificó su intervención la Junta de Castilla y León el pasado año, de cara a su restauración. Así mismo, las de Salcedillo, Brañosera y Cordovilla, consagradas en 1118 por el obispo de Burgos; Barruelo, Cillamayor, Verbios, Villanueva de la Torre, Mudá, San Cebrián, Vergaño, Rueda; la ermita de Salinas de Pisuerga y las de Matalbaniega, Cabria, Villanueva del Río, Barrio de Santa María, Vallespinoso, Aguilar... La parroquia de Perazancas, Santa Eufemia de Cozuelos, Moarves, Zorita, Puebla de San Vicente, Nogales, Mave, y un largo rosario de pequeños pueblos desde la Valdavia hacia las Vegas del Carrión así como otros muchos puntos que se citan en los valles del Cerrato. Citan l

La romanización (I)

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Nuestros edificios religiosos levantados en los siglos XI y XII tienen planta de cruz latina y otros recuerdos de lo romano, ábsides circulares o de polígonos, cúpulas, linternas y capiteles historiados sobre columnas que sostienen arcos de medio punto y lobulados. . En la conferencia inaugural del Curso Académico 1953-54 de la Institución Tello Téllez, Revilla Vielva y Torres Martín hacen un canto al Románico palentino. Para los dos estudiosos, el románico, en general, es una transformación de la arquitectura, una renovación latente de muchos templos.  "Tal religiosidad inspiran las iglesias medievales; tal es el silencio contemplativo dentro de sus templos; tal la profundidad de espíritu reflexivo en sus entancias; tal la solidez constructiva de su fábrica; tal, en suma, la delicadez imaginaria decorativa, que la decisión se impuso disipando aquella niebla de zozobra en el comienzo y dando prioridad muy distinguida al tema de apuntarnos." A mediados del

Una paz engañosa

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Aprovechando uno de esos momentos de reflexión, donde salen a flote tantos rostros, no me cansaré nunca de reconocer lo mucho que me enseñaron estos montañeses, un bagaje lleno de historias personales, de superación ante la adversidad, de rebelión también ante el olvido. Yo no creo que tengamos que remontarnos muy atrás para encontrarle sentido a tantas actuaciones que en su momento nos sorprendieron, para seguir luchando por recuperar algo de aquella camaradería.                                                                                     Que parece difícil, porque transitamos por un mundo egoísta,  donde hay que medir cada actuación, cada paso, cada palabra; incluso aquí, en los pueblos pequeños, donde viven cuatro personas, en ocasiones, en el más absoluto de los aislamientos. Yo recuerdo, siendo niño, la alegría que se respiraba en casa de mi abuela Lorenza. El abuelo Clementino, oriundo de Olleros de Paredes Rubias, trabajaba en la mina, en aquella época de la efer

La montaña del mundo

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En cambio, hay mucha fantasía a todos los niveles. Y lo que fluye a nivel nacional, pues le ha servido a la Diputación de Palencia para hacer una llamada a los de Valladolid, asegurando en la espalda de un autobús que "nuestra" montaña es la suya. Suele aconsejarse en publicidad no utilizar imágenes perecederas de personajes públicos, de manera que, una vez que el protagonista del anuncio desaparece o se apaga su estrella, no se vincule su nombre con el producto, para que no decaiga el interés. Pero nadie parece haberle dado importancia a ese consejo, pues los medios están llenos de personajes más o menos relevantes que nos hablan a diario de las bondades de un determinado producto o servicio. En cambio, hay mucha fantasía a todos los niveles. Y lo que fluye a nivel nacional, pues le ha servido a la Diputación de Palencia para hacer una llamada a los de Valladolid, asegurando en la espalda de un autobús que "nuestra" montaña es la suya. Y sorp

En Lores por las Candelas

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Las cosas no se perciben igual después de tanto tiempo andado. Quienes sin más bagaje que un vehículo como este diario, pusimos alma y corazón en ir contando los capitulos de aquel rico folklore, vamos perdiendo voz y fuerza, natural con los años, y quienes siguen obligados por las circunstancias a vivir en aquel mundo no esperan grandes cambios. No se si algo de lo que queríamos se ha cumplido, que es a fin de cuentas dar lectura en voz alta a las historias que nos contaron; ser transmisores de las vivencias que aquí se fueron generando y que seamos conocedores del esfuerzo que realizaron en peores circunstancias nuestros antepasados. El folklorista Joaquín Díaz recoge recientemente la tradición de las Candelas en dos versiones diferentes: la que se canta en Moreruela de los Infanzones y en Lobeznos (Zamora). Es otra de las tradiciones que se van perdiendo en muchos rincones de nuestra tierra. Un viajero por extremadura recuerda cómo se celebraba la fi