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Y es también una constante en este intercambio con las redes sociales, percibir el sonido que atrapa a mucha gente que nunca supo de nosotros. Gente de la que nunca supimos hasta hoy, hijos o nietos de quienes nacieron aquí, algunos comunicándose a diario desde países como Argentina o México, tal es el caso de Santiago de Celis, cuyo abuelo, que nació en alguno de Los Redondos en 1884, emigró con su abuela a Argentina. Gentes que nos miran con ese regusto especial de quien conoce todo esto de lo que hablamos y se apuntan para vivirlo en cuanto puedan, o asienten con resignación cuando saben que este año tampoco podrán visitar esta tierra que permanece todavía oculta e ignorada para muchos. Así mismo tenemos mucho que aprender y admirar de sus lugares, porque el intercambio, también sirve, y soy testigo ahora, después de tantos años, para llegar y emocionar de alguna manera a gentes que viven en tierras distantes, que nada sabían de la historia de estos puertos. Cuesta muc