Una de las nevadas más grandes que relata la historia, fue la de febrero de 1433. Afectó a toda Castilla y estuvo nevando sin cesar durante cuarenta días seguidos, “que non se falla por crónica que otra tanta en ningún tiempo cayese”. Al otoño siguiente, en el de 1434, las lluvias torrenciales anegaron Madrid y Guadalajara, lloviendo a cántaros desde el 29 de Octubre hasta el 7 de Enero”. Para compensar o descompesar, todo depende, según nos cuentan las “Crónicas de Don alvaro de Luna” en 1446; “hubo unos soles muy fuertes y el calor muy grande”.
Matías Escudero, en la “Crónica de Almonacid de Zorita” cuenta que en el invierno de 1529–30 hizo tanto frío que el Tajo se heló y pasaban por encima las gentes y las mulas”.
La Reina Isabel II quedó atrapada por la nieve nueve días en Pajares en 1864. Fue a mediados de Abril, cuando un temporal desatado ya en primavera, tras un invierno con poca nieve, sorprendió a la comitiva cuando regresaba a Madrid tras una visita a Oviedo.
De: "Invierno siempre, en todas partes", de la serie impresiones, publicada en "Diario Palentino".
Reportaje fotográfico: @Pumar59
En las imágenes, lugares de San Salvador de Cantamuda
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