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La Osa de Ándara

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El título obedece a una obra del escritor Joaquín Fusté Garcés, publicada en 1875, ubicando al suroeste de Cantabria, en las faldas de los Picos de Europa, a un extraño ser. Las versiones posteriores van tomando forma en la voz de los más ancianos, que las recogen a su vez de sus antepasados, y donde se habla de una bestia, mujer-osa, que evita cuanto puede el encuentro con los humanos, que no ataca si no se ve forzada a ello. Al describir su cuerpo dicen que está cubierto de pelo, sus cabellos son largos y morenos, sus manos ásperas y se cubre con una especie de jubón y un refajo. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 750

Un libro para siempre

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En los últimos meses, he tenido la suerte y la ocasión de saludar a un número incontable de gente que sigue mi trabajo; gentes de Guardo, de Aguilar, de Cervera, del Valle Estrecho que me siguen en el diario, en los foros; que venían con el libro que habían comprado en otro sitio para que lo firmara, añadiendo algún mensaje para mi madre, “que recorta los artículos del periódico y los guarda”; para mi hermana, “que es muy especial y no quiere que le cojan el libro los demás porque lo arrugan”... Estamos hablando de un libro, ahora que los libros parecen tocar a su fin ante el avance feroz de la tecnología. Un libro que se vende como rosquillas, primero en Cervera, donde ya el domingo por la tarde se agotaba el número abultado de ejemplares que el editor llevaba para el evento y luego en la feria de San Bernardo, en La Pernía, cien libros en poco más de dos horas, en un pueblo pequeño como San Salvador, donde acudimos a la invitación del alcalde del Ayuntamiento, Mariano San

Lores

Este lugar, poco documentado, aparece así citado en el Becerro de las Presentaciones de León. Por su enclave, algunos se atreven a darle un origen ibérico. Su nombre derivaría de ‘lur’, "tierra". Con la misma raíz tenemos en la cercana Liébana Luriezo y en León hay un Luriana. Alrededor hay muchos otros topónimos del mismo origen. En cuanto al resto de la palabra podemos pensar en ‘aitz’, “roca, peña” como actualmente se dice en euskera. El significado sería, pues, 'lur-aitz', “peña de la tierra". Este pueblo quedó dividido por el río Lores, que recibe la aportación del arroyo Gerino y las fuentes de Montegerino, la Caldera y Hontoria. El sabor montañés que aquí se observa, residencia de la nobleza de Pernía, bien lo evidencia el dicho: "en San Salvador de Campo de Muga y Alabanza, abadengo, en Lores, hidalguía". El diccionario de Sebastián de Miñano de 1826 señala sobre este pueblo tenía entonces “72 vec

Escenas de la vida rural

José Luis de Mier y José Damián Simal Los habitantes Los habitantes eran esencialmente buenos. Estaban metidos en su trajín diario. No tenían más aspiraciones que sobrevivir. No había impulso alguno que les moviera a romper aquel endiablado círculo de trabajo y dificultades. Pocos salieron del pueblo salvo para ir a las ferias a vender una vaca o a Liébana para comprar un cerdo, o a la mili en el Norte de África, de donde volvían cargados de piedras de mechero o de plumas estilográficas que tampoco se podían vender. Las habían comprado en Tánger. Conocidas eran las historias que contaban los que habían ido a la mili y que se repetían de boca en boca. Algunos vecinos impulsaron el que sus hijos fueran a Colegios de frailes. Estábamos en los años de la posguerra y con abundantes vocaciones religiosas. La realidad es que la inmensa mayoría respondía al interés en salir del pueblo. Los padres llevaban a sus hijos a los colegios de curas a primeros de octubre. Sólo una minoría aprovec

Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería

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Tocando y bailando en Redondo Foto recogida por J.L. Estalayo Del libro "Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería" Autor: Froilán de Lózar Editorial: Cultura y Comunicación, 2008 3ª. Edición, Julio de 2014 En las fiestas de los pueblos, a los romeros se les daba, como plato especial, ‘la pucherada’ (garbanzos y carne de oveja). No faltaba tampoco la morcilla, llamada de las ‘trancas’ (velón que va alrededor del hígado y corazón). De postre, los sabrosos frisuelos y arroz con leche. Cuando las fiestas eran en invierno, los forasteros se quedaban en el pueblo ocho o diez días, debido al temporal y a la altura considerable que alcanzaban los neveros. En mayo se celebraba “el día de la caridad”. Por ejemplo, en Polentinos, tenían la llamada “caridad” gente de Vañes y Estalaya. El cura entonces rezaba: “Por los fundadores del prao rincón”, “Por los fundadores del prao las presas”, “por los fundadores del prao muñices”, etc. y de carga se entregaban dos libras de pan por e

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