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Allá los montañeses

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Siempre se ven las cosas de otro modo, para qué vamos a discutir lo indiscutible. La montaña es lo mejor para pasar un fin de semana dando saltos, para llenar los pulmones de aire bendito, para dejar atrás el ajetreo incesante y pernicioso de las ciudades. Y qué bienestar produce asomarse desde la imaginación a la Montaña. Pero los montañeses no encuentran el mismo apoyo a la hora de desenvainar la espada contra los empresarios de las explotaciones a cielo abierto, por ejemplo. A quienes les sienta bien el aire, les importa tres pitos que las máquinas entren a saco y arrasen montes y terrenos a costa de lo que sea. Ya vendrá mayo y se aplacarán lo ánimos. Las cosas se ven de otra manera. Y poca gente se implica con entusiasmo en asuntos que sólo nos aportan coscorrones. La montaña cae bien, pero quienes viven en ella se matan en soledad para impedir atropellos y proyectos dudosos.

Dorar la píldora

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"Hay una lucidez deslumbrante, siniestra, sórdida en el dolor", explica el filósofo Rafael Argullol en su lucha contra un dolor físico irresistible. Nosotros no luchamos ahora contra ese tipo de dolor, el de tantos como se nos descubren a lo largo y ancho de la vida. Es posible que nos neguemos a ver la realidad, la que habla de la inexorable agonía de nuestros pueblos. Esa fórmula de los políticos que nos doran la píldora, ocultan datos para rebajar la inflacción, quitan importancia a las declaraciones vergonzosas de un individuo en torno a la pensión de las mujeres ..... Ha sido la misma fórmula que han utilizado los grupos que se disputan la Montaña: sublimar los proyectos y obras que no impiden la emigración. Nuestro dolor no tiene cura, por más dinero que se invierta en programas de desarrollo: A mí me lo advirtieron y me rebelé mucho, pero el tiempo hace justicia a la lucidez que demostraron quienes ya entonces se descubrieron en el dolor.- Imagen: Pumar59, en P

Galleta amarga

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Todos tienen razón, pero son pocos. Es verdad que han cerrado empresas en muchos lugares por voluntad o quiebra. Aquí se quiere cerrar Fontaneda -como han dicho- porque la presión humana no les hará ningún efecto a quienes adquirieron la fábrica para jugar con ella. Quienes ahora desprecian su valor (porque nada les costó levantarla) se quedan tan frescos notificando al empleado un destino nuevo lejos de los suyos, lejos de la tierra que aman. Cuarenta añós después, resurge aquel efecto que parecía episodio para las hemerotecas, reaparece el fantasma de la emigración, notablemente desfigurado, porque no va la gente voluntaria a buscar futuro, sino obligados por cuatro danzantes que han dado la puntilla al sueño de un hombre llevado a lo más alto. Y es que yo me pregunto: ¿pero hay pena más grande que la muerte definitiva de una tierra? Tarde nos vamos dando cuenta de lo que pintamos para el mundo .

Parques eólicos

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A quienes han defendido por activa y por pasiva los parques eólicos, se les viene encima un verdadero impacto. Porque, más allá de las bondades de la supuesta riqueza que generan, van a invadirlo todo a una velocidad de vértigo. Lo que no se mueve para las carreteras, o para los centros de salud, vuela para la instalación de aerogeneradores, entendiendo nosotros, los profanos, que a igual velocidad entrará el dinero que se sirvan pagar por ello a los ayuntamientos u organismos palentinos. Toda la provincia de Palencia tendrá en el futuro muchos parques, lo dijo Marcelo de Manuel, pero me temo que en el norte crecerán como hongos. ¿Hay aire más puro que el que se ha respirado siempre en nuestra montaña? ¿A quién beneficia esto de verdad? Y sobre todo, interesa saber si se pondrá un límite o si se invertirán adecuadamente en nuestra zona las riquezas que genere. De la seccion del autor para la prensa: "Impresiones". Imagen: Rosario Yukatán desde Valberzoso

El prao de las angas

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Ahora recordamos, con ciertas dosis de incredulidad, muchas de las costumbres que marcaron las pautas en el entorno montañés. Muchas historias se han ido recogiendo en los libros, otras se transmitieron de boca en boca y, algunas no han trascendido porque quienes las conocían no consideraron oportuno divulgarlas. Antes de la boda, los padres de la novia recibían la pedida del novio. Llegó a mis oídos por varias fuentes una curiosa historia. El novio pidió a los futuros suegros el prao que lindaba con el suyo. La primera vez no llegaron a un acuerdo. El novio le pedía calma a la novia: "Tú no te preocupes, que aunque tu padre no me ceda el prao de las angas, yo me casaré contigo". Y cuentan que se casaron y vivieron felices. La poetisa del lugar elaboró la copla que explicaba el asunto: Gracias al prao de las angas sino, no tenemos boda. Ese es el amor que tiene el señor novio a la novia.

No y No a los desmontes

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Uno de los mayores movimientos de protesta que se han generado en la montaña, ha partido de Guardo. En Peñota, en la comarca de Pernía, el espectáculo era impresionante. Impresionante es poco. Era alucinante. En Barruelo, hace unos años, el pueblo entero se echó a la calle para decir ¡basta!. Y es bueno que, al margen de nuestros compromisos políticos o profesionales, gritemos de vez en cuando para que nos oigan, para que nadie se tome a la ligera el desfalco de un monte, aludiendo al hecho de un material que viene bien al empresario siempre y que genera ocho o diez puestos de trabajo. Es la primera vez que pienso que una protesta sirve aquí para algo si se sigue cuidando, porque no se trata de un grito aislado, ni de una queja pasajera, ni de un grupo pequeño o concreto. Me consta que varias personas que conocen y que aman de verdad el lugar donde nacieron, se han implicado hasta la médula para detenerlo. Y están dispuestos a obtener resultados. A favor de ese movimiento estamos mu

Javier, dixit

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Vivir al calor de la ciudad y poder salir de vez en cuando a disfrutar de la naturaleza, sin tener que pisar barro o boñigas todos los días, sin tener que ir al monte a cuidar el ganado o por leña, gritar que se está cerrados por la nieve o sin teléfono, desplazarse más de cien kilómetros o ir al médico y llamarse ecologista es fácil. Así cualquiera puede ser ecologista y estar enamorado del' oso pardo». No se puede decir más, ni mejor en pocas líneas. Javier Cuesta, sacerdote que ejerce en La Pernía, implicado en su comunidad (con los problemas y enemigos que ello conlleva, lo escribía en la revista "Sementera" hace un par de años. Todos estamos resentidos con grupos que llevan a rajatabla la defensa de la fauna, como si molestasen las gentes y las villas que se levantan en el entorno. Como si el hombre no importara o debieran trasladarse los pueblos para que los bichos retozasen en paz.

A pulmón cerrado

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Sorprende a mucha gente la actuación de algunos colectivos, que defienden con uñas y dientes ciertos hechos: véase la tala de árboles, la limpieza de los ríos... y nada dicen de la explotación a cielo abierto. O, si lo dicen, muy bajito. Me lo pregunta un vecino de aquellos pueblos de La Peña, que ha salvado una de sus tierras porque una mujer se negó a vender la que lindaba con ella. “ Si a mí me dan dos millones por ella, yo la vendo” –reflexionaba. ¿Qué haríamos nosotros si pagasen tan bien unas fincas que siempre se han dejado a cambio de un carro de leña, o por nada, o que se han llenado de maleza porque quienes las llevaban se cansaron de prepararlas? Pues eso, venderlas al mejor postor sin importarnos lo que hagan luego de ellas. Es por eso que, todo el éxito que puedan obtener quienes se movilizan en contra, peligra si un empresario sin escrúpulos y con dinero se decide a llevarles la contraria.

Misión cumplida

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El Comité de Dirección de la Agencia de Desarrollo del Norte Palentino, es decir, ACADE, ha cerrado las puertas. Sus motivos tendrá. Y razonable será su cansancio. Y alguna justificación tendrá su despedida, pero aquí nadie ha concluido nada, aquí no sobra nadie. Ninguno de los que procuramos hacer algo, a nivel político o publicitario, a nivel personal o patrimonial, podemos cerrar el libro diciendo que nuestro papel está cumplido, como si la Montaña Palentina hubiera alcanzado ya las soluciones. Me puedo cansar yo de pregonarla, o cualquier otro de escribirla y no pasará nada, pero una asociación, a través de la cual llegan ayudas, se fraguan proyectos, se generan partidas económicas importantes... no puede cerrar las puertas alegando que su papel está cumplido. Es doloroso que se rindan quienes nos venden esperanza, pero lo de Acade es un mensaje de impotencia cuando quedan por hacer tantas cosas... 2002. De la sección " Impresiones ", en " Diario Palentino &q

Volver todos los días

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Creo que es Llamazares, en una especie de libro autobiográfico, el que se recrea con los temores de la mina. La tremenda impresión que produce ver a un hombre metido dentro de un agujero diminuto, abierto en el costado de la galería, buscando la posición menos incómoda para hincar la herramienta, hasta habilitar una cueva en el aire, consciente en todo momento de que puede hundirse y atraparle. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 100

Nunca como ahora

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Nadie se preocupó tanto como ahora de la nieve y sus circunstancias. Nunca como ahora se sopesó el aislamiento. Si contabas que en tu pueblo la gente, aprovechando los inmensos neveros, tocaban los tejados, estabas alucinando; eras un soñador, cuando no un loco. Ahora sí que alucino yo con la nueva ola de periodistas que describen impresionados una incomunicación de dos jornadas. En mi tierra hubo pueblos que vivieron quince días sin ver asfalto. Quince días a oscuras, sin luz y sin teléfono, buscando a tientas los caminos que se fueron creando a fuerza de muchas pisadas lentas y repetidas. A mí me gustaría que cayera una nevada de cinco metros por igual en muchos lugares, no sólo porque la nieve es buena, sino por satisfacer una curiosidad que tengo. Aunque ahora mismo tampoco tendría sentido la experiencia. Llegarían máquinas de todas partes.  Y todos hablarían por los codos de ello. De la seccion del autor para la prensa: "Impresiones". Imagen: Vecinos de los pueblos

Aquellos emigrantes (y II)

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Existieron emigrantes que, después de hacer fortuna, pensaron en su pueblo. Es el caso de Francisco Buedo, natural de Tremaya, que emigró a Argentina a finales del siglo XIX. Francisco mandó construir la Casa de la Escuela, el Puente y el Cementerio. A principios del siglo XX se lleva a sus sobrinos y otras gentes de la comarca a aquel país, que prosperaron económicamente (regentando allí la Banca Buedo): Ceferino, César, Constantino, David, Vicente, Moisés, Cristina... Algunos regresaron y se llevaron a otras gentes del pueblo: Esther, hermana de Ninfa; Eugenia, hermana de Abilio; Florencia, hermana de Gregorio Gaitón; Andrés, hijo del guardamontes de Tremaya; María, una muchacha de Celada que falleció en la travesía... Pero nadie volvió los ojos como él a su lugar de nacimiento. Ahora, las posibilidades de hacer fortuna fuera están mermadas y parecen muy mermadas también las ganas de hacer algo, lo que sea, aunque sólo implique esfuerzo personal, por el lugar de nacimiento.

Aquellos emigrantes (I)

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Interrumpo y valoro un correo, que mi amigo Luis Guzmán envía al misionero José Luis Estalayo, que me saluda desde México. José Luis nació en Tremaya, pueblo en el que recayó nuestro mentor allá por el año 1943. Cuando Luis ejercía como maestro en la escuela de San Felices, cuenta que, acompañado por Clementino, el hijo del maestro de Herreruela, llegaba hasta Celada, subían por Valsemana hasta la Espina para caer así por gran pendiente sobre Tremaya. En ese cúmulo de recuerdos, Luis se detiene en la cantina, en la pradera donde se hacía el baile, en las eras donde se jugaba a las cartas y se adquirían pipas y almendras garrapiñadas. Luis recuerda también a la abundante mocedad de los pueblos inmediatos. Mi amigo y maestro nunca deja de asombrarme, porque tiene tantos recuerdos que sería justo acudir a él para conocer muchas de las historias que los propios lugareños olvidaron.

El turismo en la Montaña

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Parece que hemos asumido bien la idea. Se trataba de engrasar todos los goznes que tuvieran algo que ver con el turismo. La Montaña Palentina, poco a poco, se ha llenado de casas rurales y de museos donde se recupera la memoria de nuestro más reciente pasado. Pero la losa de la emigración sigue pesando mucho. No hay gente para vivirla y los veranos son muy cortos. Por más que las empresas que lo explotan o lo administran se esfuercen en publicitarlo cada año, las perspectivas no son nada halagüeñas. Antes adolecíamos de infraestructuras. Ahora estamos equipados, pero la gente, a excepción de los puentes y las vacaciones, llega con cuentagotas, lo que viene a recordarnos una vez más que seguimos muy lejos de Palencia y que, si no lo complementamos con algo más, a la vuelta de unos años muchos pueblos se quedarán vacíos . Imagen: Las tuerces

Criterios y prioridades

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Un servidor, que vive lejos de su tierra, mira la noticia del diario y se frota los ojos. Esto es una inocentada del redactor de turno, piensa él, que ha visto con sus ojos la colegiata de su pueblo. Palabra que lo cierro y vuelvo a las cartas de los lectores que, un día tras otro, se quejan por los olores de los cerdos, sin que nadie, a excepción de quienes seguimos la noticia, vuelva sus ojos hacia ellos. Palabra que me rebelo contra estos políticos que todo lo convierten en material de cambio. El señor Armisén ha dicho en el Parlamento regional que «existen unos criterios de prioridad». Allí están a la espera de que se caigan las campanas que faltan, o la espadaña, y que el agua se meta por los muros. Este tío, y todos los que están "cuidando la región", tiene una lista de preferencias en la que no estamos apuntados. Hemos hecho un cultivo de su "criterio" y vemos una enfermedad vieja y terrible: el olvido. Cuídense mucho. Se contagia.

El lobo de Bernardino

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Yo insisto en recordar a mis paisanos y amigos la lectura reposada de “Las tradiciones etiológicas palentinas” (Núm. 32 de la Institución Tello Téllez de Meneses, 1972), donde se recoge con minuciosidad la historia de esta tierra, por qué tras determinada sentencia vino un pleito, a qué motivos se deben ciertos nombres, qué explicación puede darse a la fuentecilla que, en el lugar conocido como “las peñas del moro”, en el centro de la vinajera chica, viene manando desde hace siglos, al revés de las otras, de arriba abajo, cayendo el agua gota a gota en una pila donde no se aprecia desagüe alguno y donde no se derrama nunca el agua. Misterios que Matías nos dejó en verso y que algún día explicará la metafísica. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 110

El Oso como símbolo

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Hace muchos años que los montañeses polemizan sobre el papel del animal. Cuentan que un tocayo mío, de Valdeprado, mató 14 osos cuando los osos abundaban tanto como los jabalíes o los corzos. Y es curioso que, los animales, bellas criaturas, aunque a veces dañinos y feroces, sigan formando parte importante de las tertulias. ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO VER DOS VECES LAS COSAS FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020 LECTURAS EN EL BLOG +DE 130