¿Existió la leyenda?
Cuenta la leyenda que, por una historia de celos, tomó la villa de San Salvador su actual nombre, y aunque a los publicistas nos enseñen los libros que, las leyendas sólo sirven para explicar un hecho, lo cierto es que la respuesta del cantor me parece adecuada para explicar el por qué San Salvador de Tremaya, es hoy de Cantamuda. Creamos pues en ella, de la misma forma que creemos en los Reyes Magos. Fue Munio el conde de este valle, lugar que tuvo el privilegio de ser libre antes de que los políticos actuales nos lo anunciaran a bombo y platillo, nombrando a sus señores y rigiéndose por sus fueros, acaso como premonición de lo que ahora se está consolidando en nuestro entorno como mapa regional o autonómico. Con Munio Gómez nos alcanzó la sangre de la llanura, la de la Vega de Saldaña, aplacando así, tal vez, nuestro recio carácter, ahora mismo dormido, congelado, como quien dice -rompiendo aguas ante acontecimientos que llegarán porque el tiempo no se detiene y la esperanza sigue