ORÍGENES

29 marzo 2004

Amigos del Valle de los Redondos
marzo 29, 2004 3 Comments

La inquietud es la que pone luz y sentimiento a quienes se denominan "Los Amigos del Valle de Redondo", Asociación que nace como entidad en Mayo de 2002 y que viene con la intención de promover el tremendo potencial endógeno del valle de Redondo. Mari Carmen de Mier, que reside en Bilbao y pone voz y participación también en la de "Fuente Cobre" —para conjugar así pasado y futuro de estas tierras— es consciente del interés que siempre ha despertado este lugar en los viajeros.



Matías Barrio y Mier y la leyenda que da razón de estos lugares, describiendo su forma de vida y el milagro de su Patrona, la Virgen de Viarce; Gonzalo Alcalde Crespo, que destaca en varios libros la riqueza etnográfica e histórica de los Redondos; Laureano Pérez de Mier, que escarba en al árbol genealógico promovido en el año 1817 por José de Mier Alonso y José de Mier Torices, vecinos de Santa María, hallando que tanto los litigantes como todos sus ascendientes por ambas líneas figuran en los padrones de distinción de estados como pertenecientes al Estado Noble de Hijosdalgo, así hasta llegar a la figura de Antonio de Mier y Mier, nacido en 1754, que contrae matrimonio con Antonia Alonso de Terán, natural de Piedrasluengas, de cuya unión nacerán doce hijos entre los que se encuentra Gregorio de Mier, que emigrará a Méjico y emparentará después con los Grimaldi de Mónaco, como ya mencionábamos semanas atrás en el artículo "Redondo en los ojos de Isabel Pesado".

En las primeras referencias de documentos escritos sobre la montaña palentina, figuran entre otros Arbejal y Cervera (818); Bañes, hoy Vañes (1001); Rotundo, después Redondo (1095), Pernía (1033), Valle de Redondo (6 de diciembre de 1251), San Salvador de Campo de Muga (29 de Agosto de 1186) Polentinos (9 de Agosto de 1001),

Areños (1180), Celada de Roblecedo (1135), Concejo de Redondo (30 de Junio de 1251), Estalaya (1215), Herreruela (Septiembre de 1192), Los Llazos (20 de Junio de 1251), Piedrasluengas (16 de enero de 1302), Piedras Negras (916), Rabanal de los Caballeros (1218), Roscales (3 de Mayo de 1308), San Felices de Castillería (21 de Julio de 1187), San Martín de los Herreros (15 de septiembre de 1508), Santa María de Lebanza (932) y Redondo, cuyo nombre aparece así escrito por primera vez en el Cartulario de Liébana en el año 1204, cumpliéndose ahora –según la referencia histórica– los 800 años de su existencia.

Por este motivo la Asociación está pensando ya en las jornadas de Agosto, donde se espera la presencia de Vicente Basterra Adán, oriundo y gran estudioso de los aspectos histórico y arqueológico de la zona. Fruto de sus investigaciones es la publicación acerca de la existencia y ubicación del pueblo de Santa María de Redondo, recogido en la revista número 74 de la Institución Tello Téllez de Meneses. Vicente hablará allí de "La Fundación de Redondo hasta el siglo XV-XVI" y "Fases de construcción de las iglesias del valle".

Asimismo, para las citadas jornadas se espera la presencia de José María Alonso del Val, un historiador de la Orden Franciscana y Vicepresidente del Centro de Estudios Montañeses (entidad cultural asesora y dependiente de la diputación y del gobierno autónomo de Cantabria) que hablará de "los orígenes del Convento del Corpus Christi de Viarce".

Para Mari Carmen que, –a raíz de mi viaje al citado valle– me hace llegar una extensa y sugestiva historia, donde la Asociación habla de sus proyectos, "el folklore es el apartado más apasionante de nuestro patrimonio cultural", pueblos a punto de extinguirse con clara inquietud por el conocimiento que se funde con los intentos por combatir el olvido de las instituciones, sentimientos que todos los que se sumaron a esta iniciativa tratan de promover tanto hacia fuera como hacia nosotros mismos.

En el plano urbanístico este grupo pretende impulsar la recuperación de edificios tradicionales que, en un pasado no lejano, ocuparon un lugar importante en el devenir de nuestros pueblos: fraguas, potros, lavaderos y básculas...

En el aspecto histórico y arqueológico la Asociación está realizando una serie de estudios sobre el desaparecido Convento de Viarce, los orígenes de la iglesia de Santa María de Redondo y la existencia y ubicación de San Martín. También se encarga de la transcripción de documentos que, para su mejor conservación, el alcalde mayor del Valle, Mariano de Mier, depositó muy acertadamente en el Archivo Provincial, donde se hace mención entre otros a mojones y apeos del valle con sus pueblos limítrofes:

Apeos de Redondo con Celada de Roblecedo (Años 1610 y 1657), Apeos de Redondo con Camasobres (Año 1573), Apeos del valle de Redondo con Brañosera (1590), Escrituras de Convenio y Concierto entre los Concejos del Valle de Redondo, Brañosera, Celada, Salcedillo y Herreruela sobre la fabricación de muelas de molino, su calidad y tamaño (Año 1706) y su ratificación (Año 1744).

A punto de cerrar este estudio, el bufete de Mier Abogados me remite desde Barcelona un importante documento: "Cambio de Capitalidad y de nombre de Ayuntamiento de Redondo" del Académico Luis Redonet, separata que consta de siete páginas y que aparece publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia en el verano de 1952.

Pero eso lo trataremos otro día.

"El universo está donde tú estás" -dice un proverbio árabe-.
Y, verdaderamente, la montaña palentina es un universo que podría desbordar al artista más grande.-


De la sección "Impresiones", de Froilán de Lózar, publicado en Diario Palentino.
Imagen: José Luis Estalayo



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13 marzo 2004

Invierno siempre, en todas partes
marzo 13, 20040 Comments
Un moderador de Internet pide a sus visitantes que dejen en el foro fotografías y notas sobre el grosor que ha alcanzado la nieve en sus respectivos pueblos y ciudades. Y es curioso, pero la gente se muestra generosa, describiendo en pinceladas cortas el fenómeno del invierno.






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06 marzo 2004

Armamento de agua
marzo 06, 20040 Comments
Cuando uno se plantea el canto o la defensa de una tierra, con todo lo que la tierra aporta de sentimiento —porque uno pertenece a ella, le pese a quien le pese— se tropieza con aquellos que observan y analizan con lupa, buscando el más pequeño desliz para desvincularte, para aniquilar tu pensamiento, para trastocar la ilusión de aquellos que han encontrado en tus palabras un cierto sabor a vino viejo, un apósito para esas heridas que no se ven pero que llagan.


Eso no va a cambiar en absoluto mi propósito. Quienes ahora duermen a pierna suelta, quienes consideran que su estado de seguridad actual es para siempre, quienes olímpicamente todo se lo pasan por debajo; aquellos que entienden que nada merece la pena, que es inútil intentarlo seis veces, están exponiendo su fracaso, pero no se confundan, se trata de su fracaso personal, no de la tierra que está pidiendo a gritos manos y voluntades para mostrar la riqueza que anida en su precioso vientre.

Cuando a mediados de la década de los noventa, los habitantes de Soria oyeron hablar de la construcción de cuatro pantanos en la cabecera del Duero, manifestaron su sospecha de que la iniciativa no tuviera nada que ver con los intereses de la provincia.

Aquello fue una de la chispa que puso a prueba su paciencia. El levantamiento actual es el rebose de todo los olvidos. En la historia reciente de esta tierra hay un puñado de ejemplos que obligan a cambiar la ligera impresión de muchos ojos que desde fuera se quedaron helados viendo el levantamiento de un "grupito" de gente.

Más que todas las miradas de tristeza, más que la desazón que produce el desahucio, por encima del desastre ecológico que conlleva la construcción de un gran embalse, pienso en la rivalidad que se establece entre los contendientes. Ni las sentencias más justas y arbitrarias del mundo podrán reconciliarlos.

Nadie explicó con exactitud la causa que motivó al Estado para cerrar definitivamente el proyecto del pantano de Vidrieros. Entonces se esgrimió como justificación que era paso del oso, pero a nadie se le escapa que el motivo fue otro.

Viene este tema a colación, ahora que, después de veinte años de fuerte polémica, comienza a llenarse el embalse navarro de Itoiz. Naturalmente, Itoiz se enclava dentro de los grandes embalses del mundo y, según la previsión de Medio Ambiente, cuando alcance su llenado total dentro de cuatro años, suministrará agua de riego y urbana a 300.000 habitantes de 60 núcleos de población, incluida Pamplona. Este proyecto ha obligado a desalojar a más de 50 personas y ha afectado a tres zonas naturales protegidas: La flora y la fauna del lugar han sufrido un fuerte impacto, desapareciendo encinares, hayedos, y bosque de galería en excelente estado de conservación. Se han visto igualmente afectadas especies protegidas, como el águila real o el buitre leonado. La nutria, a quien se considera como excelente bioindicador de la salud de los ríos, ha desaparecido.

Las máquinas no se han detenido en una zona donde los ecologistas, embutidos en la Coordinadora, han peleado durante diecisiete años como nadie para impedir el avance de las obras. Es más, la Coordinadora logró que la Audiencia Nacional dictaminara la anulación del proyecto y la prohibición firme del llenado por distintas infracciones legales.

Pero si el poderoso tiene intención de llevarlo adelante, nadie puede evitarlo. Navarra modificó su legislación y el Tribunal Supremo legalizó a posteriori las obras.

El ejemplo prosigue en otras partes y ahora le toca el turno a Artieda, un municipio del bajo Pirineo, con 106 habitantes y 1200 hectáreas que se verá afectado por la ampliación del embalse de Yesa.

Allí se maneja el mismo argumento: quienes manifiestan su oposición se aferran a las raíces, argumentos que no pesan para la maquinaria sin conciencia del Estado, pero que sí sopesan los vecinos curiosos aplicándose el dicho de las barbas y poniéndose mentalmente en su lugar, sin que sirva de mucho, para qué vamos a engañarnos, porque para nada es lo mismo verlo que padecerlo. Oposición que contrasta con las razones de los regantes, que las tienen, porque pagan sus impuestos y, como nosotros necesitamos las carreteras para hablar de futuro, ellos necesitan el agua.

El conflicto es mundial. A finales del pasado siglo, la escritora Arundhat Roy abanderaba una campaña contra las grandes presas en la India. Su artículo, "el gran bien común", provocó la quema de sus libros a manos de los partidarios de los pantanos. "Las grandes presas –decía allí– son una forma descarada de quitar agua, tierra y riego a los pobres". Tenía una buena razón para escribir eso. Allí las presas han provocado cincuenta millones de desplazados. Para la escritora india, "reasentar a 200.000 personas para llevar agua a cuarenta millones son matemáticas fascistas".

Ni que decir tiene que para encarar la batalla que se desencadenó a propósito de Vidrieros, que desde luego no alcanza ninguno de estos tintes, yo me situé al lado de los míos, al lado de esos grupos que de antemano tienen la batalla perdida si alguien se propone desalojarlos bajo la motivación de un bien tan preciado como el agua.

No me digan que no hemos cubierto con generosidad extrema sus expectativas.

No me digan que no hemos pagado un tributo elevado al desarrollo de otros.

Ya va siendo hora de que reclamemos el derecho a nuestro desarrollo y recibamos en compensación la solidaridad de los demás.

Imagen: Mirador de Alba de los Cardaños, por José Luis Estalayo. 

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28 febrero 2004

La vida que te espera
febrero 28, 20040 Comments

“El valle de Pas, aunque está a pocos kilómetros del mundo moderno, sigue manteniéndose igual que hace siglos, y seguirá así, o desaparecerá, porque es un universo que no puede transformarse”.



Estas declaraciones del cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, a propósito de “La vida que te espera”, son la puntilla a todo lo que aquí llevamos comentado. El trabajo de tantos años, el rayo de esperanza que algunos presintieron con el nacimiento de las últimas asociaciones, la declaración de Parque Natural, todo se ha borrado del mapa con el pensamiento de este intelectual que un día tomó un valle como el nuestro, con los mismos atributos, con el mismo código genético de grandeza y autosuficiencia y lo llevó a la pantalla grande para que, en lugar de rescatarlo, denunciar sus carencias, buscar la dignidad y el acomodo de sus gentes, pasen a la historia como una forma de vida condenada al estudio antropológico.




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31 enero 2004

La tapadera
enero 31, 20041 Comments


Pero también me han hecho reflexionar algunas de las citas que se recogen en una larga carta remitida desde el Norte Palentino a la redacción del diario, por personas a quienes sí les preocupa seriamente el futuro del oso pardo cantábrico y ven como una descarada maniobra la utilización que a menudo se hace de su nombre.





Todos, cada uno a vuestro modo, me habéis entendido. No estoy en contra del oso. En esta tierra casi nadie lo está. Me atrevería a decir más: ni los furtivos más sanguinarios se proponen como objetivo liquidar al oso pardo, para colaborar así más rápidamente en su extinción.

Entre Cueva y Valdeprado, muy cerca de Piedrasluengas, en el mágico valle de “La Liébana”, tuvo un palacio en el siglo XV doña Leonor de la Vega, madre del Marqués de Santillana, que al decir de los cronistas era el albergue de los cazadores de alcurnia. Entonces, entre las piezas que abundaban, se encontraban el urogallo, el faisán, el corzo, el lobo y el oso. Cuentan que un personaje novelesco, tocayo mío, el tío Froilanón de Valdeprado, murió con el record de haber matado 14 osos. Le pisaba los talones Sabas, el maestro de Lameo con 13 y, el escritor Eduardo García Llorente en el libro “Los osos en Liébana”, habla de muchos cazadores con cinco, ocho y hasta diez osos que cayeron bajo la andanada de sus balas.

Y el oso era el señor de los bosques lebaniegos, lo dice muy claro el monumento que se le hace en el mirador de Llesba, cerca del puerto de San Glorio. Pero el oso era al mismo tiempo, y así me lo revelan ustedes entre líneas, el rival del hombre. Había en el aire una especie de batalla por la que ambos se disputaban el territorio. Como si fuera impensable de todo punto que ambos vivieran en el mismo lugar. Si ustedes se acercan a cualquier pueblo donde el bosque está a un paso: El Campo, San Salvador, Lebanza, Lores,Vidrieros, Piedrasluengas... casi cualquier pueblo me vale, e indagan acerca del oso, muy pocos entenderán esa exclusividad, ese terreno vallado a cal y canto, esa negativa a ampliar y mejorar las vías de comunicación que nos acerquen al progreso, que nos lleven a un futuro más digno, donde vivir y trabajar en los pueblos no esté reñido con el respeto y la pervivencia de un animal que también aquí sigue teniendo su reinado.

El oso es ya una leyenda viva. Leo la expresión de la cara de un vecino de Verdeña que se apartó del camino para que pasara. La misma que días después se me representa en la cara de un vecino de Polentinos que, acaso por los perros que le acompañaban, o por la defensa a ultranza de sus crías, se preparaba para repeler con todas sus armas lo que entendía como un ataque.

Aquí se mató al oso muchas veces. Me lo contaba un cazador de Vado y lo adornaba, como muy bien sabía adornarlo Félix Rodríguez, “El pajarero” que posa para la historia en una memorable fotografía, abrazado a un oso, pìeza grande de alguna cacería.

Pero el preciado animal con su belleza, no puede, no debe reemplazar al hombre. Yo lo dije aquí mismo: el oso fue el freno eficaz que impediría la construcción del pantano de Vidrieros, que no la gente con sus pancartas ni los pueblos con sus miedos a caer de nuevo en una expropiación forzosa.

Que el oso fuera un escudo para que alguno medrara, como dicen ustedes, no debe llevarnos a una gresca sin solución que sirva para proteger esa confabulación que hay orquestada. El oso ha sido parte importante de esta tierra. Por muchas razones, turísticamente también, a todos nos interesa que se proteja, que se tienda a su conservación; que el oso, más que una exclusividad, encuentre una justificación a nuestra presencia en estos apartados lugares donde tan difíciles se hicieron los comienzos y tan amargos parecen presagiarse los futuros.

Miren ustedes, ahí sí que estamos plénamente de acuerdo: necesitamos gobernantes capaces de convertir el agua, esa materia que los americanos buscan en Marte para hablar de posibilidades en un planeta tan lejano, en motivo indispensable para que esta tierra nuestra cobre vida.

Dicen ustedes:“Hemos puesto nuestro futuro en manos de quienes no son de aquí y si alguno lo es, no piensa en lo de aquí”

Yo creo que no hay gente de aquí o de allá, más de un lado que de otro, más de un partido que de un pueblo; yo pienso que nadie es tan cruel como para desear la despoblación y el desalojo de una tierra que moriría temprano si unas manos no la dieran caricias y cuidados.Y para eso, ¡quién, sino el hombre que con tanto celo ha sabido guardarla durante tantos años!

¿Será verdad, como dicen ustedes, que hay alguien que no nos quiere en Palencia Norte?¿qué ya no somos dueños de nuestros propios recursos?¿qué la defensa del oso es un encubrimiento?

¿Será verdad que el futuro está aquí, porque hay agua?.

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24 enero 2004

Desde Santa Lucía al Resbalón
enero 24, 20040 Comments
“Quién vos triju esti vinu?” –preguntaba el segador cuando empinaba la bota, o el hombre que pinchaba el chon en la ceremonia de la matanza, o el mozo que tenía por la pata, o el más arriesgado de todos, el que amarró el hocico inutilizando los colmillos.

“Mos lo trijeron los Ruices”, respondía el amo con orgullo si era bueno; cabizbajo si no tenía fuerza, aguja o color. “O mos lo trijo Segundino”.



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10 enero 2004

Historias de este mundo
enero 10, 20040 Comments

Todavía hoy, cuando cuento en familia pequeñas anécdotas que yo conocí en el contacto frecuente con la gente mayor de todos estos pueblos, me viene al pensamiento y, aún a riesgo de ser pesado repito, aquella frase que a pesar de un buen trecho de vida recorrido me dejó estupefacto. La pronunció una vecina de Camasobres hace ya muchos años, que nunca había salido del pueblo. Invitada a una ceremonia, probablemente una boda, llegó hasta Aguilar de Campoo y exclamó: "¡Qué grandísimu es el mundu!. ¡Llega hasta Aguilar y más allá!".



Si uno se sitúa en el viejo Aguilar y, haciendo un ejercicio de memoria, viste a nuestra paisana con las ropas de la época: sayas, corpiños, basquiñas y acaso una blanca toca, tendrá ocasión de paladear por unos instantes la sensación de la mujer a la que sólo una cosa le impresiona: haber descubierto un mundo más allá del suyo.

En su pequeño pueblo ella era la reina, cuándo arrastrándose sobre los surcos, cuándo moviendo sobre la placa los pucheros. Se conocía todos los senderos: el Quiñón, el Otero, la Estacada o la Presa y, aunque fuera la mujer más pobre de este mundo, no echaba de menos nada.

A mí la mujer me ha impresionado siempre, no porque desconociera otros pueblos. Situémonos ante un mapa de Palencia, ¿cuántos pueblos conocemos nosotros, que hemos tenido lo que tuvieron ellas incrementado por la cifra que a ustedes se les antoje dar? A mí la mujer me ha impresionado por la carga tan pesada que tuvo que llevar, en casa y fuera de casa; en el campo la primera, con la cabaña, segando cuando fuera menester, trillando, bajando a lavar la ropa al río, lo que en algunos pueblos implicaba un desgaste tremendo. En Herreruela de Castillería no hace muchos años que se hizo la acometida de agua y, como éste, muchos otros pueblos donde llegar al río era ya una aventura.

Precísamente, de ese mismo pueblo procedía Hermenegilda, que se casó con uno de Ligüérzana. Felipe Llorente, a puntito de cumplir un siglo de vida, me lo cuenta con gracia a la encimera de este pueblo, camino de la ermita del monte. Es curioso el alcance que toman aquí los remoquetes o apodos, que nacen, generalmente, como consecuencia de algún vicio o manía que nos somete. A la "tía Hermenegilda" le pusieron de mote "el rompe", porque iba a las ovejas en invierno y exclamó: "verás cómo rompe el mi carnero", de modo que, como en este mundo de todo se acaba uno enterando, la mujer se quedó con el mote y hasta le sacaron unas coplas. Cierto día que estaban trillando en el lugar que se conoce como "Campuloma" cuentan que pasó un avión y la "tía" Hermenegilda dijo que "era una mazaplán que aterrizó en la Peña El Cuerno". Se conoce que andaba por allí el alcahuete del pueblo que lo oyó, lo contó y tal vez le compuso la copla que luego hizo la risa de los vecinos.

"A la tía Hermenegilda le van a llevar, a la linde gorda en un mazaplán..."

Y grande debía de ser este pequeño mundo nuestro a los ojos de aquellas lebaniegas que entraron por "el collao las eras", de Polentinos, y dice que le dijo la una a la otra creyendo que nadie las oía: "¡Chacha, mira qué Vega!". Sorprendidas ellas que vienen de un valle que tiene tantos pueblos como días tiene el año y gozan de un microclima que los labradores de nuestra montaña hubieran querido para su tierra dulce.

Todos los pueblos de la montaña celebraban concejos cuando lo consideraban necesario. En Polentinos, en el trasncurso de un concejo donde se trataba la adquisición de un toro, los vecinos mostraban su pesar por tan desafortunada compra. Según las versiones, el toro no tenía buena estampa, padecía "rodillón" y las protestas se fueron generalizando y fueron subiendo de tono las voces hasta que el alcalde, temiendo que llegaran a las manos, tomó la palabra y dijo: "...dejemos eso en paz. ¡El toro se trijo y se trajo!".

Una de las anécdotas más divertidas, ahora que ya pasó el peligro, es la que cuenta un vecino de Lores. Declarada la guerra, el alcalde los reunió a todos y repartió las armas. Por toda munición, a cada uno dos cartuchos. "Y ahora –les dijo– cualquier cosa extraña que notéis, si algo se mueve, ¡fuego y fuego!.

Estas y otras muchas historias se contaban en las veladas. Llegado este tiempo, la gente se reunía en alguna cocina para hacer albarcas, que luego se vendían en los mercados de las villas cercanas. En casi todas las casas había un burro (animal hoy en peligro de extinción) y se decía: "el que tiene burro y alforjas, callandito hace las cosas"

@Imagen: Escuela de niños en Casavegas, 1930

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03 enero 2004

Un paseo por el parque
enero 03, 20040 Comments

Gonzalo Alcalde Crespo, en los últimos libros que escribe sobre la montaña, ha manejado una extensa bibliografía. Si ya en la primera serie sobre las cuatro zonas naturales, Gonzalo se va implicando más y más a medida que se llena su maleta de historias, el regreso hacia el norte siempre le depara novedades y le empuja sin duda a buscar el apoyo y la versión de numerosos autores que estudiaron la tierra, desde nuestro paisano Laureano Pérez Mier, hasta Ricardo Becerro de Bengoa, Madoz, Quirino Fernández, Ángel Sancho Campo, Fray Justo Pérez de Urbel, María Luisa Montes Ramos y un largo etcétera de autores que han tocado más o menos alguno de los canales que conduce a nuestra historia.





El río vuelve a su cauce. Los historiadores, que a su modo y manera nos hablan del nacimiento de estos núcleos, más que en la procedencia o en los rasgos de los repobladores insisten en las dificultades para sobrevivir en estos escabrosos terrenos.

Pero, ciertamente, salvo sus propios libros, "El Condado de Pernía", de Pérez Mier, la "Toponimia" de Gordaliza que aparece en entregas semanales en este mismo diario y los libros y artículos que hacen alusión a "La Abadía de Lebanza, no hay tampoco un desbordamiento informativo que trate específica y concretamente aquellos apartados que sirven para descubrir todos los aspectos que conforman nuestro sino, nuestra razón de ser, nuestro rico pasado, nuestro proyecto de futuro. Me refiero, en concreto, a las zonas más apartadas, a las aldeas que lenta e inexorablemente van quedándose desnudas de material humano.

Tenemos el paisaje, desbordante, eso sí; majestuoso, imprescindible. Eso, ahora mismo, es lo más seguro, lo más fiable. Se supone que nadie lo puede romper.

En Zamora, donde vive una inmensa población de lobo ibérico, tienen la Sierra de la Culebra. En Girona, "La Garrotxa", donde puede admirarse una orografía diferente, recubierto el terreno por viejas coladas lávicas. En Andalucía disfrutan de Doñana, el Parque considerado la zona húmeda más valiosa de Europa Occidental. Y aquí, muy cerca, casi a tiro de piedra, se alzan desafiantes los Picos de Europa, que el rey Alfonso XIII, por iniciativa de don Pedro Pidal –marqués de Villaviciosa– convirtió en el primer Parque español en 1918.

Nada que envidiar. Este es el convencimiento que tenemos todos, jóvenes y mayores de cualquier condición y pensamiento. Reconociendo la belleza y el esplendor de otras regiones españolas no disminuye el encanto y la admiración que sentimos por lo nuestro. Pero lancemos la pregunta que estamos masticando: ¿Eso es lo mismo que ven nuestros políticos?. Lo dudamos. Como ejemplo, recojo de la hemeroteca la declaración que hace en Cervera de Pisuerga Mercedes Sánchez, siendo Directora General de Turismo de la Junta de Castilla y León: "Nos hemos dado cuenta que la montaña palentina no lleva la evolución que consideramos para una zona de tanto valor".

Toda la ilusión y el sentimiento que albergamos nosotros, se desarma al comprobar que los actuales embajadores de esta tierra no se han molestado en correr para verlo, para sentir un poco de esa emoción nuestra, para promocionarlo, para activarlo, posibilitando así la repoblación que tanto se hace de rogar y tan difícil la auguramos.
Tierras magníficas las nuestras. Grandes esperanzas. Ese es el lema que nos alimenta, porque las grandes realidades no acaban de llegar debido a que, unos no las plantean, otros no las desean, otros no dicen nada pero tiran "collejas" cuando alguien pone de manifiesto sus teorías o proyectos.

Vamos a clarificar un poco las posturas. Tenemos una preciosa tierra. Dejémosla que crezca. Abramos al mundo las ventanas. Los que viven en ella son conscientes de que la solución para seguir ha de pasar por las infraestructuras. Desde la Asociación Fuente Cobre hemos lanzado una propuesta de comunicación de gran envergadura. Propuesta que ya conocen nuestros representantes y que están considerando seriamente. Propuesta que explicaré con detalle en un próximo artículo. Se trata de habilitar un túnel por Casavegas hacia Potes, lo que nos pondría en unos minutos en comunicación con la villa cántabra, bien para repostar allí servicios, bien para recoger de allí parte del inmenso turismo que ciega las entradas y salidas de este bonito rincón de la comunidad vecina.

Para todo lo que hable de futuro hemos de tener en cuenta una buena comunicación, pues muchas de las barreras que ahora existen están relacionadas con ella. Ese es un paso fundamental para que las generaciones futuras hablen de las posibilidades de esta tierra.

@De la serie "Impresiones" en Diario Palentino.

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20 diciembre 2003

La última carta
diciembre 20, 20030 Comments
A Paco, en el aniversario

Ahora nos invade la nostalgia y metidos de lleno en los cuarenta, afloran los recuerdos, se mueven los archivos de nuestra pequeña gran historia y regresan por momentos aquellos que se fueron y que a su manera nos hicieron más ligero el rutinario acto de vivir. Nadie lo tiene fácil. La escritora albaceteña Alicia Giménez Bartlett, que en estos días anda promocionando “Secreta Penélope” (Seix Barral), reconoce en una entrevista que publica “El Correo”, “que todas las generaciones fracasan en sus sueños, porque estas son superiores a la evolución del hombre en el tiempo que dura una generación. El ser humano no puede realizar sus ilusiones”.



Todos tenemos ilusiones. Francisco las tenía también. A mí me contó alguna en el hospital Río Carrión donde, tras su regreso de Perú, se recuperaba de una infección sin importancia, que no era tal y que un año después le quitaba la vida, esperando muy cerca de la Clínica Universitaria de Navarra un trasplante que no pudo ser.

Estas cosas te marcan para siempre, rompen el esquema que te hiciste, reducen todos los proyectos de futuro y, sigues, claro, qué remedio, achicando el agua que a medida que los días van cayendo se va colando por los poros de tus viejas heridas.

Francisco escribió consciente y sereno la última carta de su vida.

¿Cómo te gustaría morir? De repente –decimos casi todos–. ¿Cómo reaccionaríamos si alguien nos dijera que nos quedan pocos meses de vida? Porque no es un asunto éste lejano. La muerte está al lado de la vida, pasa cada vez más cerca y un día nos hiere cuando alcanza a la persona con la que convivíamos, al familiar, al amigo; y otro día nos toca. No hay más vuelta de hoja. Convendría reflexionar ahora, cuál es la vida que queremos vivir, cómo vamos a vivir la vida que nos queda.

Francisco realizó el año de Pastoral en Velilla y de allí llegó a evangelizar los pueblos de Castillería, Vañes y Polentinos, donde encontró las casas abiertas de “gente humilde, pobre, sencilla, pero buenos como el pan.”-cuenta en su última carta. Al referirse a Celada de Roblecedo, dice: “Allí pasamos muchas tardes y noches hablando, mientras la nieve cubría campos, tejados y caminos... Ahora tienen una nietecita, Angela, que me quiere, me busca y cuando ve un templo y oye las campanas, dice: “Casa de Paco”.

Recuerda la casa del guarda forestal de Vañes, a toda su familia que le acogieron, dice, con una conciencia ilimitada. Más tarde en Arbejal, Ruesga, Valsadornín y Cervera, donde Paco se integra totalmente practicando lo que él llama en su última y sentida misiva, “la corresponsabilidad”.

Tampoco pretendo hacer un canto desmesurado al sacerdote, al amigo que ya no está, al hijo que le pide a su madre comprensión. A una madre que lo ha perdido casi todo: “Gracias, mil gracias a mi madre Evangelina, que ha tenido que sufrir la muerte de mis hermanos: Eulogio, de 37 años; Clementino, de 24 (en la mina); la muerte de su marido... ¡Mamá, sigue siendo la mujer fuerte de la Biblia.”

Aunque es su propia madre la que me lo cuenta desde Villanueva de Arriba, yo vi la pobreza de Latinoamérica en sus ojos. Él podía hablar con razón de las casas sin techo. Una familia numerosa compuesta por ocho personas, sentados a la mesa a la hora de cenar, cuyo manjar consistía en una naranja que iban chupando uno tras otro. Hasta tal punto le impresionó la pobreza que vio, que dejó allá sus maletas y todo lo que llevaba en ellas.

Estamos a punto de abrir la página de un año nuevo. Les estoy resumiendo la última carta de Francisco Gutiérrez de Celis, escrita en Vitoria el 29 de Julio del año 2002 y remitida al obispo de Palencia.

“Manifiesto que mi alma está tranquila y serena y he aceptado los muchos dolores que he pasado y ofrezco por las vocaciones sacerdotales y acepto la muerte para presentarme al Padre en los brazos de nuestra Sta María del Brezo, mi virgen querida desde la Iglesia, que preside la habitación del hospital; en manos de la Virgen del Rebollar y de Sta. María del Castillo y con ellos digo: el Señor ha estado grande conmigo y estoy alegre. Nací para amar. Amo y soy feliz.”

Decía Platón, queridos lectores, querida Evangelina: “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.”

Imagen: Villanueva de la Peña, de José Luis Estalayo.

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13 diciembre 2003

La tierra del Oso
diciembre 13, 20030 Comments

La misma incertidumbre que se cierne sobre el futuro del oso y que ha movilizado enseguida a Medio Ambiente, me invade a mí, nos invade a todos, con el asunto peliagudo de la despoblación. Esto es como un volcán que va perdiendo lava día tras día, anegando pueblos y comarcas que nosotros conocimos llenos de vida, pese a la sangría que los iba consumiendo en las últimas décadas del pasado siglo.




Quiero devolverle los elegios a Rafael Palacios que, en sus "vientos del norte" pone sobre el tapete tantas preguntas a las que nadie nos responde. No importa que nos esmeremos en pedir soluciones, si quienes son responsables de llevarlas a cabo, duermen a pierna suelta. Fíjate, amigo Rafael, los ríos de tinta que han corrido en torno al caso "Adri". Falsedades, enchufes, estafas, prevaricación... Y los silencios en los que se han envuelto por miedo, por favores, por véte tú a saber cuántas historias que bien se ocupan de tapar los implicados.

Y eso es una estafa y nos preocupa, pero toda la parafernalia que hay montada en torno al oso me parece denigrante.

En el diario "La Voz de Asturias", de mediados de octubre, se recoge una información que nos afecta. El Ministerio de Medio Ambiente ha comenzado a trabajar en el desarrollo de un banco de células germinales, integrado por muestras de semen, óvulos y embriones que permitirá garantizar la cría de ejemplares de la especie en caso de una amenaza inminente de extinción.

Este proyecto, en el que colabora el Centro Superior de Investigaciones Científicas, extenderá su actuación a otras categorías animales incluidas en el catálogo de la fauna amenazada, como el lince ibérico, el visón europeo o la foca monje.

A mediados de marzo, “El Diario palentino” informaba de la decisión de la Junta de Castilla y León, que invertirá en el Plan de Recuperación del Oso Pardo 540.000 euros. En dicho Plan se incluye la formación de agentes y celadores medioambientales, la sensibilización de colectivos sociales y de la población escolar en el norte de la provincia. Vamos, que le digan al pueblo el dinero que destinan a los animalitos, que ya verán la sensibilidad que sienten.

A mí el oso no me preocupa en absoluto. Vivirá lo que tenga que vivir y desaparecerá si tiene que desaparecer aunque le llenen de arneses.

Si al oso se le antoja vivir aquí, porque le gusta esto y el ambiente o la sabia naturaleza le mueve a emparejarse y procrear, encantados estamos, pero hablar de semen de oso cantábrico de gran calidad para fecundar a Paca y a Tola, es ganas de perpetuar una especie que, como tantas otras que vivieron en los siglos pasados, tiene los años contados.

Me preocupa el hombre que está desapareciendo poco a poco y nadie levanta un dedo ni se mueve un ministerio para evitarlo. Que hagan una seria reflexión todos esos colectivos de políticos, técnicos, naturalistas y todos los que se quieren añadir a este despliegue de salvamento.

Veo lógico que las patrullas que le alimentan y la fundación que le protege, se esmeren en cumplir la tarea encomendada, evitando o denunciando el furtivismo.

Lógico, por lo tanto, que quienes aman a los animales por encima de todas las personas y de las cosas, se sientan preocupados por la extinción de una especie. Lógico, que quienes viven a su costa, nos lancen ayes lastimeros y nos envuelvan de información en la que cualquier cosa que se haga, cualquier proyecto que tenga que ver con la comunicación, tendrá que someterse a un juicio sumarísimo en el que intervienen ya muchos poderes.

Pero a mí, de toda la información que se ha ido generando, lo que más me sorprende es la coletilla que la adorna- Dice el Ministerio que "la conservación de los animales amenazados es una actividad imprescindible para restaurar población en el medio natural" y, lo cierto es que, enseguida se ha puesto en movimiento un gabinete entero y se ha abierto una cuenta millonaria para el cuidado, la conservación y el futuro de los bichos.

He llegado a la conclusión de que lo que quieren los conservacionistas es un "Parque Natural Animal", o "Parque Animal Fuentes Carrionas-Fuente Cobre", porque son los únicos que consiguen prebendas y subvenciones con sólo chascar un dedo Palomero y la poderosa fundación que suscita el proyecto. Y no digo esto por capricho o para cubrir el espacio de los sábados en el "Diario Palentino". Lo digo porque es lo que piensa el pueblo llano, al que curiosamente nadie se ha preocupado de buscarle otras alternativas.

Que una empresa contamina, silencio; Que una empresa cierra, silencio; Que la demografía señala un descenso alarmante de población, silencio. Pero, ¡ay!, cuidado con el oso. No me lo toquen. Es animal sagrado. Es una herencia valiosa. Es el fundamento del bosque, la razón de existir de unos pueblos, el futuro de estas tierras.

¿Y el hombre?
¡Pobre hombre!


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06 diciembre 2003

Jaime, Guardo y su historia
diciembre 06, 20030 Comments

Muchos son los afanes que nos van devolviendo la sonrisa. Todo no lo vamos a gastar en lamentos. Guardo ya luce espléndido en la voz del maestro que un día llegó a este lugar de la provincia. Sabe Jaime García Reyero conjugar con precisión los elementos que han deparado este libro gordo, auténtico homenaje a las gentes que se asentaron en torno al monasterio de San Quirce, en principio, unas pocas familias mozárabes, a las que poco a poco se fueron uniendo otras familias cristianas de "La Liébana".





Tres son los motivos en los que voy a fijar mi comentario y sobre los que gira la historia de esta tierra. De una parte, su pasado, con los monasterios y La Liébana, y de la otra, su presente, donde el mentor, aunque no lo exprese textualmente, se plantea la necesidad de darle más presencia, más autonomía, mayores medios; dotarle de todo aquello que pueda reactivar su imagen y mejorar la vida de quienes allí moran.

Algunos investigadores atribuyen la fundación del monasterio de Lebanza (Nebantia) a los Condes Alfonso y Justa en 932. Los mismos que fundan en el valle de Liébana el monasterio mozárabe de Santa María de Lebeña. Por esas fechas, aunque nada es exacto, en el año 818, se narra la fundación del monasterio de Nazaoba (Naroba, Liébana), donde se habla por primera vez de Cervaria. Entre los monjes que prometen obediencia al abad, se encuentran dos cerveranos: Flavius y Transicus.

Pero, en las fuentes utilizadas por Jaime, el convento de La Abadía se funda con anterioridad, en el año 794, en acción de gracias por la victoria de los cristianos de Asturias sobre el ejército moro, mandado por un tal Mugahit. La batalla –haciendo caso de las mismas fuentes– se libró en San Salvador, de ahí el nombre de San Salvador de Mugahit o Muga.

La historia de nuestro cenobio, más allá de las fechas reales de su fundación, habla de numerosos sitios y villas que le pertenecieron, llegando incluso su poder a lugares tan distantes como Tierra de Campos. De la misma forma que La Abadía tuvo esa vinculación tan fuerte con zonas tan distantes, Guardo dependió en un principio de los Condes de Liébana.

Removiendo la historia nos encontramos con capítulos sangrantes. El olvido, como vemos, se ha venido consagrando por los siglos de los siglos. En 1597, visita la Abadía de Lebanza Juan Alonso y Córdoba, canónigo de la catedral de Palencia y manda poner orden y cuidado con las rentas que la Abadía posee en Guardo. Siglo y medio más tarde, en 1763, la ermita de Santa Columba está en ruinas y los sacerdotes insisten en este hecho lamentable que no halla solución. La presión debe ser tal que, el obispo trata de encarar el problema ordenando que no se envíe ni un real más a Lebanza hasta reunir el dinero suficiente para reparar el edificio. Pero nadie pone el remedio eficaz y la ermita se cae. Tomen buena nota los gobernantes actuales, porque para nada estamos lejos de ver repetida la misma escena con iglesias y ermitas de la provincia.

El viaje hacia un lado y otro; las dudas: se habla de Boardo, Buardo y cada uno aporta versiones diferentes; los documentos que se citan, la sangre que se mezcla, vuelven a poner sobre la mesa la vinculación tan fuerte que existía. Al comienzo del libro Jaime deja bien claro la procedencia de una parte de los repobladores y, a medida que avanzamos en la lectura, vamos conociendo la importancia de este lugar, su pertenencia en 1591 a la provincia de Valladolid, su valor estratégico para el camino de la Mesta, lugar de paso para traficantes y trajineros de Asturias, posada para comerciantes y castellanos cargados de trigo y vino y lugar de acogida siempre para los peregrinos.

Curiosa la figura de los pecheros que sufrían a menudo el rigor de los impuestos o la de los clérigos.
Y como una carga con la que nadie pudo antes y después vuelven a mencionarse los cien kilómetros que separan a Guardo de Palencia.

Ese es el verdadero lamento que se alza por encima de la historia y que pesa mucho más que los impuestos, y que en modo alguno compensa las gestas de sus hombres en el pasado. Nadie se acerca a poner un poco de orden y concierto allí donde los montes se socavan; allí donde, por ser la localidad más poblada después de la capital, se hace necesaria una revisión a fondo de prestaciones y servicios.

Apenas despuntaba el nuevo siglo, cuando un acontecimiento vino a sumarse a las páginas de este libro, poniendo broche de oro al empeño de este caminante palentino: Claudio Prieto llevando al pentagrama el nuevo himno de Guardo, escrito por Javier Castrillo Salvador:

"Guardo, donde se rinde la llanura, 
donde Palencia inicia su montaña, 
donde la vega encuentra la espesura... 
Tu paisaje resume toda España."

De la sección "Vuelta a los Orígenes", en Diario Palentino. 
06.12.03 @ 13:29:34. Archivado en Artículos, La historia
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22 noviembre 2003

Una montaña limpia y viva
noviembre 22, 20030 Comments

Aquí hombres valientes y comprometidos no hay muchos. Un ejemplo de auténtica defensa lo ha protagonizado Flaviano Casas Martínez, que durante años ha luchado en soledad contra los demonios más cercanos, con lo cómodo que resulta, dado el cargo que ocupa (tampoco lo sé, exactamente, ni tiene que importarme), esconder la cabeza bajo el ala y hacer la vista gorda como tantos otros en la misma situación hicieron.




Pues Flaviano viajó hacia lugares de nuestra provincia donde la contaminación y el abandono eran la tónica general, tomando nota de los hechos, fotografiando, aportando pruebas. Ese es el premio de la Coherencia que debe dar Izquierda Unida de Guardo, a paisanos que luchan aquí a brazo partido, jugándose cada día el puesto de trabajo y envejeciendo rápidamente con una tremenda carga de soledad y la impresión de no haber conseguido nada.

No conozco a Flaviano Casas ni a quienes se reúnen para otorgar el premio. Entiendo hasta cierto punto lo de distinguir a una figura nacional que luego portará en su currículum el nombre de Guardo, pero este tío se merece un premio y nadie se lo ha dado.

Yo respeto y admiro a Almudena Grandes y me gusta mucho la coherencia del Nóbel Saramago, quien recientemente ha puesto el dedo en la llaga al declarar que sobran tantas leyes, que basta con someterse a una: la Carta de los Derechos Humanos, donde ya vienen recogidas todas las demás, pero amemos y premiemos más a los que tenemos más cerca, porque es una forma de apoyar su trabajo, su apuesta sincera por la defensa de una tierra limpia y viva; amemos y respetemos más a todo el mundo; metámonos en la piel de mucha gente cuya actuación no comprendemos y, no se nos llenará el camino de rosas, pero evitaremos muchas guerras absurdas.

En esa misma línea anda embarcado Fernando Jubete dando voz a grupos de personas que llevan la ecología como un principio básico en su vida y que se han levantado en contra de proyectos que ensucian nuestra provincia: granjas porcinas de Guardo, central de Biomasa en Salinas de Pisuerga, tripas de celulosa en Dueñas, y me imagino que ahora también la emprenderán, junto a otros colectivos, contra el proyecto de pilas usadas en Barruelo.

La Asociación Fuente Cobre, de la que soy vocal de prensa, tiene como proyecto prioritario el saneamiento de los ríos. El presidente y algunos socios han mantenido conversaciones con diversos cargos provinciales y han viajado recientemente a Valladolid para llevar adelante un sistema de colectores que se colocaría en la cabecera del pantano de Requejada; uno para recoger las aguas de Pernía y el otro las de Castillería. Pero la idea es sanear los ríos en todo su trayecto, evitando el vertido de abonos y otros desperdicios y posibilitando de ese modo la vida de cangrejos y peces y como consecuencia fomentar el deporte de la pesca y otras actividades.

Frente a la labor tan comprometida de estos colectivos y personas, la nuestra ha sido mucho más sencilla, limitándonos a comentar lo que comentaban los periódicos y las revistas, los informes que nos llegaban de la Coordinadora o de las asociaciones vía e-mail y poco más, lo que sin duda no nos compromete a mucho. Somos meros transmisores, cuya opinión casi siempre se queda en el tejado. Mañana este papel será carne del fuego, rostro sepia de las hemerotecas, ligero comentario en alguna tertulia. Mañana llegarán historias nuevas, que caerán con avidez y encono sobre estas, difuminando cuanto hoy a mí me apura y me acongoja.

Pero hay algo que es evidente para todo el mundo, y no es necesario que venga una legión de ecologistas a advertirlo. Si hay un producto que contamina el agua o que la ensucia, las autoridades locales y provinciales deben mover el culo antes de que se produzca una desgracia o una contaminación. Y que nadie se lave las manos porque los que contaminan pueden ser los primeros afectados. Como las autoridades, los que viven o vienen a la montaña, deben elevar su voz las veces que sea necesario para que quienes instalen una empresa, respeten la normativa que les obliga a la conservación de nuestro entorno.

Claro que, a saber dónde se contemplan las normas y a saber a lo que les comprometen los papeles firmados.


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15 noviembre 2003

Una montaña limpia
noviembre 15, 2003 6 Comments

Al retomar este cuaderno en septiembre, recibo varios correos electrónicos de personas preocupadas por el medio ambiente. Preocupadas e involucradas activamente en la defensa de una montaña palentina limpia. De alguna forma, me siento empujado a emitir una opinión al respecto, aunque no pueda hacer granero ni vaya a implicar un cambio hacia balanza alguna. Más que emitir consejos ni esgrimir soluciones lo que quiero es preguntar como se pregunta el pueblo llano, los motivos que le llevan a un alcalde, en este caso a Alejandro Lamalfa, a decantarse por un proyecto que suscita tanta controversia.




Me pregunto si ha sopesado bien los pros y los contras; si los puestos de trabajo que prometen quienes estudian instalarse van a determinar un cambio que merezca la pena. Y si ese riesgo contaminante que los opositores manifiestan es tan elevado y tan maligno. Me refiero, en concreto, a la planta de tratamiento de pilas usadas que se quiere poner en marcha en la zona de Santullán.

La Coordinadora, que ya sentó precedente al impedir que se instalara en Salinas de Pisuerga una central térmica, no quiere ni oir hablar de una planta de resíduos, aduciendo que se gesta bajo falsas promesas, y no se sabe bien quienes están al frente del proyecto.

No debemos echar en el olvido que en Barruelo, mucha gente ha muerto en la mina y por la mina y nadie se opuso a ella; al contrario, a medida que iban cerrando pozos y galerías, se iba consumando la sangría de esta tierra. En la exhaustiva información que ha manejado Jaime García Reyero para confeccionar su libro: "Guardo, sus gentes y su historia" –capítulo apasionante al que dedico uno de los próximos artículos—, se cita la producción minera en el año 1927 en la montaña palentina: Allí figuran entre otras, la mina de San Luis, de Guardo, con 38.412 toneladas; Antracitas de Velilla, con 54.284; Villaverde de la Peña, que gestionada por la Sociedad Minas de Castilla y Jaén, extrajo 19.763; Hullera de San Cebrián, 18.093 y se lleva la palma, como es de suponer, Barruelo de Santullán, cuyas empresas “Minas de Barruelo” y “Barruelo y Orbó” rondaron las doscientas mil toneladas.

Las medidas de seguridad eran escasas, y así, en Villanueva de Arriba, en la década de los cuarenta, mueren siete mineros; años más tarde, una explosión de grisú en una mina de Barruelo, siega la vida de otros dieciocho y raro ha sido el año que la mina no ha dejado por todos los rincones de la montaña palentina viudas y huérfanos. Pero no sólo como consecuencia de los accidentes, sino también y sobre todo por los efectos de la silicosis.

Pero regresemos al asunto que nos ocupa ahora. Si desmenuzamos la opinión de todas las partes que han hablado, en todas encontraremos buena razón para la duda.

Quienes apoyan como gestores y empresarios la puesta en marcha de una actividad nueva que les reporte beneficios. Quienes estudian o defienden el patrimonio histórico-artístico, como es el caso de “Peridis” o de García Guinea y que se han mostrado contrarios a una nueva tanda de aerogeneradores que dañan “el sentimiento y el paisaje”.

Y por último, quienes se oponen radicalmente a las nuevas empresas que se anuncian, por considerarlas perniciosas para la salud y el medio ambiente.

Pero las preguntas están al alcance de todos y perdonen que no me posicione todavía. ¿Son tan peligrosas las empresas, que matarán a la gente que viva en el entorno? Si es así, los gobiernos y los servicios sanitarios no les darán el visto bueno bajo ningún concepto ¿o sí? ¿No son los aerogeneradores nuevas formas de energía, limpia y descontaminada?. Se trata de instalar una cantidad sensata, no de plagar la tierra con tales artificios.

Si en cualquiera de los proyectos existe un peligro de contaminación que no pueda controlarse y las autoridades hacen caso omiso, tendremos que oponernos con todas las de la ley a ello.

Pero también debemos pensar, que alguien tendrá que venir que pueda instalarse y ayudar a que esas cifras de despoblación no sigan aumentando. Si a todo le decimos que no, no moriremos por contaminación, moriremos por desolación, muertos de soledad, cansados de hacerle poemas de amor al sol, olvidados no sólo por la administración, que ya bastante difícil nos lo pone con las cifras cuando pedimos algo, sino por los nuevos repobladores.

Queremos una montaña limpia, claro, yo el primero, pero sobre todo queremos una montaña viva.


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01 noviembre 2003

Contra el olvido histórico
noviembre 01, 20030 Comments

Hacer un seguimiento del folklore y recuperarlo allí donde se pueda, es tarea de todos, pero hay historias elementales que deben asumir quienes se encargan de promocionar, mantener o recuperar nuestro Patrimonio, ya sea desde la capital o desde la Junta, que con esto de las competencias no sabemos adónde apuntar; tal es el galimatías que quienes están dentro no saben o no quieren saber hasta dónde llegan sus responsabilidades. Esto pasa a menudo con el patrimonio histórico-artístico: “La iglesia de tal pueblo no se puede tocar porque es monumento histórico y el obispado no tiene competencia”. Esa es la respuesta más corriente y a ella se recurre a menudo cuando se viene al suelo parte del edificio. Y esto acabará pasándonos con todo.





ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO
VER DOS VECES LAS COSAS
FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020
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30 octubre 2003

Labradores de piedra
octubre 30, 2003 2 Comments

Razones para vivir no faltarán aquí, donde los maestros canteros nos dejaron sus ideas, inspirándose en la Biblia, los evangelios apócrifos, las leyendas y romances populares.... Daniel Fernández que, en la presentación del cuaderno que dirige Casilda Ordóñez, encuentra numerosas dificultades para descubrir el velo que ocultaba lo que había detrás de los muros seculares de las casonas, vuelve a la carga en 1992, con “la temática decorativa de nuestros canteros en la época románica”. Allí alude a los dos toros tallados que se enfrentan en la colegiata de San Salvador de Cantamuga y a los “falos” que se reproducen en la de San Cebrián de Mudá, y que a decir de nuestro erudito, podrían estar relacionados con el poder, la fortaleza y la virilidad.



Allí donde se inicia la cola del pantano de Requejada, pasando el puente que lleva a Polentinos, emerge el jardín de Carracedo.

Recuerdo que yo era muy niño cuando algún domingo bajaba con mis familiares a comer en el edificio que el empresario de la mina había levantado para dar alojamiento a los trabajadores que venían de fuera, entre ellos, los gallegos Francisco y Miguel Rafael, mis tíos políticos. La casa se encontraba a la entrada misma de este parque, muy cerca de la mina de cobre en la que trabajaban también las gentes del contorno. Las lenguas comentan que se llegó a sacar oro y todavía se hablaba no hace muchos años de ponerla en circulación de nuevo. En esta mina trabajaban gentes de Polentinos, pueblo donde crecieron excelentes canteros: Fermín, José Ibáñez, Florentino Llorente; Mariano Sordo, que aprendió el oficio de su padre Fulgencio, y Cayetano Ruesga que, al decir de las gentes, era el que mejor labraba las esquinas.

En 1983, yo era corresponsal en Cervera del diario “Noticias de Palencia”, cuando Daniel Fernández, que ejerció como sacerdote durante muchos años de la villa, nos sorprendió gratamente a todos con el fascículo número 7 de “Apuntes Palentinos”, donde se adentraba en los vericuetos de la historia.

Hay un dato curioso que a mí me sigue sorprendiendo y que se resume en las primeras líneas escritas en el mencionado cuaderno: “Hay en torno a Cervera un silencio absoluto. Carecemos de fuentes escritas, estudios monográficos que aporten alguna pista...” Pero tan audaz como excelente observador, el sacerdote afronta el riesgo y comienzan a salir de sus adentros vivencias e historias, rasgos y costumbres propias y específicas también de las comarcas de Pernía y Castillería, cuya capitalidad sitúa –como hiciera también en su día el investigador Gonzalo Alcalde– en la villa de Cervera.

Con algunas referencias de Daniel y el ambiente de fondo que me deja Ken Follet, me adentro en las primeras cuestiones de la piedra, imaginándome a los canteros de aquellos días en estas altas tierras del Pisuerga. En la obra magistral de “Los pilares de la tierra”, todo gira en torno a la construcción de una catedral gótica en el pueblo de Kingsbridge donde no faltan los monjes ambiciosos, la guerra por el poder y la muerte violenta de personas que habían encontrado en aquel lugar una razón para vivir.

Razones para vivir no faltarán aquí, donde los maestros canteros nos dejaron sus ideas, inspirándose en la Biblia, los evangelios apócrifos, las leyendas y romances populares.... Daniel Fernández que, en la presentación del cuaderno que dirige Casilda Ordóñez, encuentra numerosas dificultades para descubrir el velo que ocultaba lo que había detrás de los muros seculares de las casonas, vuelve a la carga en 1992, con “la temática decorativa de nuestros canteros en la época románica”. Allí alude a los dos toros tallados que se enfrentan en la colegiata de San Salvador de Cantamuga y a los “falos” que se reproducen en la de San Cebrián de Mudá, y que a decir de nuestro erudito, podrían estar relacionados con el poder, la fortaleza y la virilidad.

Yo soy un simple y singular testigo de la historia. Subido al altozano me imagino al monarca delegando en un magnate de su confianza la repoblación de aquellas tierras. En el año 832, ocho años después de conocerse la “Carta Puebla” de Brañosera, se confirma la existencia de varias comunidades cristianas en torno a Cervera. Los Condes de Peñas Negras, Alfonso y Justa, dotadores del monasterio de Lebanza, le ceden entre otras posesiones las iglesias de San Vicente; San Juan y Santa Leocadia en Carracedo; situadas, señala, en territorio de Cervera.

El trabajo de Daniel es importante, como importantes son las conclusiones a las que llega tras aquella inmersión en nuestra historia: “Invito a todos los cirbarienses a escuchar el lenguaje vivo y elocuente de las fachadas y escudos de blanca piedra de nuestras casonas y a que nutran sus inquietudes, bien legítimas, de prosperidad y crecimiento, en lo que ha sido siempre su corriente histórica”.

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