El prao de las angas


Ahora recordamos, con ciertas dosis de incredulidad, muchas de las costumbres que marcaron las pautas en el entorno montañés. Muchas historias se han ido recogiendo en los libros, otras se transmitieron de boca en boca y, algunas no han trascendido porque quienes las conocían no consideraron oportuno divulgarlas. Antes de la boda, los padres de la novia recibían la pedida del novio. Llegó a mis oídos por varias fuentes una curiosa historia. El novio pidió a los futuros suegros el prao que lindaba con el suyo. La primera vez no llegaron a un acuerdo. El novio le pedía calma a la novia: "Tú no te preocupes, que aunque tu padre no me ceda el prao de las angas, yo me casaré contigo". Y cuentan que se casaron y vivieron felices. La poetisa del lugar elaboró la copla que explicaba el asunto:


Gracias al prao de las angas
sino, no tenemos boda.
Ese es el amor que tiene
el señor novio a la novia.

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2 Comentarios

  1. saludos Froilán,no conocia tu blog y me ha gustado tu manera de mantener vivas nuestras raices,yo intento hacerlo con mis fotos,porque el verbo escrito no es mi fuerte
    la montaña era un poco desconocida para mi y me esta alegrando cada vez mas en mis escapadas
    nos vemos

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  2. Amigo Luis, te sigo a través de este blog, donde el tuyo aparece referenciado.
    Seguramente que encontrarás en esas salidas hacia la montaña puertos y lugares nuevos que te atraparán.
    Un saludo

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