ORÍGENES

18 diciembre 2015

Un mar en la montaña
diciembre 18, 20150 Comments

Llegados a este punto, en el que te vas viendo mayor, un poco cansado de reponer historias con la fe de alcanzar el premio de un público entregado a la misma causa, te supera a veces el desaliento.



Dicen que uno consigue lo que quiere si pone verdadera intención y trabaja por ello. Pero lo cierto es que, sin haber levantado la vista del cuaderno en 40 años, sin haber pedido a cambio nada, porque nada merece el que hace lo que debe, el tiempo de uno se agota sin ver su sueño hecho realidad. Es como ese viajero que va llenando su alforja de experiencias y visiones a medida que conoce nuevas tierras y como no las comunica se van quedando en la reserva, no sirven para nada. O como ese viajero que va deprisa y no capta el mensaje con la pureza que exuda y comparte sus impresiones con amigos y familares equivocando señales y conceptos que luego pesan en el ánimo de quienes estaban convencidos del canto sublime que aquí interpreta la naturaleza.

En mi caso procuro llevarles, siempre con el mejor ánimo, todo aquello que aprendí de las gentes, que es una gran enciclopedia, que es la vida con todo lo preciso para vivirla, y percibo que no cuaja, porque hay una enorme carencia de ilusión, porque se ha perdido la fe en quienes nos prometieron tantas cosas, porque sin ilusión el mundo no camina, ni se toma en serio lo que vuelven a prometernos sin vergüenza estos días, ni se siente optimista ante este canto repetido por valles y montañas.

De este modo, empeñado en lograr un beneficio para la montaña de la que hablas que no llega, te vas planteando una retirada, que nunca será plena mientras vivas, pero resignado sobre todo a esperar que algo llegue, que alguien venga y esta tierra de un vuelco, porque no faltan motivos para una repoblación y una vuelta al principio, mejor aquí que en cualquier otro sitio.

@Imagen: Pumar59
De la sección "La Madeja" en Diario Palentino.
Reading Time:

16 diciembre 2015

Dónde irá el buey que no are
diciembre 16, 20150 Comments

“Dónde irá el buey que no are. A Piedrasluengas” –dice el refranero que rescataba en estas mismas páginas el escritor palentino Germán Barrio–. Pero, aunque parezca increíble, también el buey araba en aquellas pendientes donde los terrenos arcillosos de nuestra tierra van encogiéndose para dar paso al microclima de la Liébana.


Esa luminosidad que deslumbra a los investigadores, es la que surge casi en los límites de nuestra provincia, a un paso de “La Venta Pepín”, primera posada que se alza en territorio vecino y donde tantas veces reparamos las fuerzas al subir de las ferias de Potes, citas a la que acudian todos los lunes del año nuestros ganaderos y comerciantes; lugares y gentes que tantas huellas dejaron y comunicación que sigue viva entre actuales pobladores de ambos lados.

El investigador Eutimio Martino, en el libro “Roma contra cántabros y astures”, publicado en 1982, ya hace referencia a las “deslumbrantes prestaciones de los picos”, y de cómo los indomeñables fueron conquistados por la mitología; el investigador entiende que, al bautizarles con el mito del “escondite de Europa”, los romanos modulan a su manera aquello mismo que hizo exclamar a los cántabros que antes habían de subir al Vindio las olas del mar que no las armas de Roma.

Artículo completo: "Antropología de la ferocidad".
De la serie "Vuelta a los orígenes", en Diario Palentino.

© Froilán de Lózar
© José Luis Estalayo
Esta sección se muestra también en pinterest


Sección de orígenes ©A dos bandas.


Reading Time:

13 diciembre 2015

Cardaño de Abajo
diciembre 13, 20150 Comments

Durante el siglo XVI Cardaño de Abajo dependió eclesiásticamente de la Abadía de Lebanza y fue en el año 1580 cabeza del Arciprestazgo. Sus viviendas se encuentran dispuestas sin orden por la ladera de la Peña Valdopila y su término hace frontera con Valverde de la Sierra (León).



Todos los años, el tercer domingo de Julio se celebra muy cerca de aquí, en el lugar conocido como Puente Agudín, el "Día de Fuentes Carrionas" la fiesta del pastor, donde se puede degustar la caldereta o guisado del pastor, a base de carne de oveja, una celebración con más de 40 años de historia donde se reivindican las necesidades y el sentimiento de la montaña palentina.

En las ruinas de la ermita de San Juan, pueden apreciarse restos del románico primitivo. En el altar se conservan algunas tallas, entre las que destaca un San Martín de Tours del siglo XVI.

En la misma falda del Espigüete se localiza la casa rural Daniel, conocida familiarmente como "La Tenada", con bellas vistas al pantano de Camporredondo.

CUADERNO DE ANOTACIONES

Cardaño de Abajo
Municipio: Velilla del Rio Carrión
Distancias:
20,9 Kms. a Velilla del Río Carrión
25,6 Kms. a Guardo
120,2 Kms. a Palencia
119,2 Kms. a León
Habitantes: 18 (2014)
Altitud: 1320 msnm
Gentilicio: Cardañés
Fiestas:
San Juan Degollado, 29 de Agosto
Tercer domingo de Julio, Día de Fuentes Carrionas y de la Montaña Palentina en Puente Agudín.
Turismo Rural
En un marco incomparable, a las faldas del Espigüete, Casas "La Tenada". Otra casa de alquiler completo es "Peña El Tejo".


El Video


IR AL ÍNDICE


Imágenes e información complementaria
Facebook Pinterest | Diario Palentino


Reading Time:

11 diciembre 2015

El fielato de Camasobres
diciembre 11, 20150 Comments

Dice al respecto la Real Academia: "Oficina a la entrada de las poblaciones en la cual se pagaban los derechos de consumo". El fielato de Camasobres, situado en el llano, antes de acometer la subida al puerto de Piedrasluengas, diez kilómetros adentro de Palencia, curiosamente, pertenecía a la Diputación de Santander, y trabajaban en el mismo funcionarios de aquella diputación provincial. Quienes pasaban por allí, camino de las ferias, tenían que pagar una cantidad (según el valor de la mercancía).



Según el artículo 37 que aparece en el Diccionario de la Administración Española de Marcelo Martínez, los fielatos serán abiertos a la salida del sol y cerrados a la puesta del mismo. Y en el artículo 42, que viene de alguna manera a explicar la ubicación de este de Camasobres, "donde no existan fielatos exteriores deberán establecerse uno o más interiores según lo exijan las conveniencias del servicio".

Fielato era el nombre popular que recibían en España las casetas de cobro de los arbitrios y tasas municipales sobre el tráfico de mercancías, aunque su nombre oficial era el de estación sanitaria, lo que servía también, probablemente de relleno. Entiendo que lo de "Sanidad" era una disculpa como otra cualquiera, porque al final, lo que menos importaba era el estado de los alimentos, consciente el pueblo de la avaricia de los gobernantes que no teniendo villas ni lugares realengos de que disponer crean el consiguiente arbitrio, lo que acrecienta considerablemente por aquellos años el número de alcaldías, escribanías, notarías, alguazilazgos y fielatos, todo, evidentemente, para engordar al rico, de manera que a los pobres sólo les dejan, si acaso, el camino de la picaresca para librar lo que se pueda algún impuesto o aminorar el pago si el funcionario se dejaba querer con alguna prebenda.

Valentín, que sirvió en la casa de Conrado Francisco en aquellos años difíciles del estraperlo, recordaba cuando en el fielato de Camasobres se examinaban las carrales de vino que, en muchas ocasiones, iban cargadas de legumbres. Lo cierto es que pertenece a la comunidad Cántabra desde el 28 de febrero de 1962, fecha en que fue adquirida mediante compra a su anterior propietario D. Martín Gutiérrez Pérez y cuyo expediente de enajenación, mediante subasta pública, se iniciaba a expensas de aquella Comunidad en Octubre de 2011.

De la serie "La Madeja" en Diario Palentino
Imagen: Pumar59
Reading Time:

09 diciembre 2015

Espigüete en sombra
diciembre 09, 20150 Comments

Los atardeceres más increíbles también llevan su nombre. Cae la tarde y el sol derrama sus últimos rayos a los pies del Coloso, de nuestra montaña más emblemática, de la cumbre más palentina, las más deseada.

Un reto de roca viva que subyuga , desafía, se yergue vigilante sobre el valle y otea sus dominios hasta donde alcanza la mirada. Unas nubes veloces y pasajeras dejan en sombra su poderosa silueta de pirámide solitaria, ensombrecen esta mole que los atardeceres iluminan con luz dorada y generosa. Hacer un alto en el camino, mirar hacia arriba, dejar que el paisaje y la luz nos envuelvan, que nuestra mirada vuele hasta su cumbre. Sentir cómo el viento del Norte acaricia con su soplo recio cada centímetro de este sueño hecho montaña con la misma ternura con la que los suspiros mecen las briznas de hierba y respirar profundamente.


© Margarita Marcos
© Gemma Marcos

Esta sección se muestra también en pinterest


Sección de orígenes ©A dos bandas.



Reading Time:

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *