ORÍGENES

03 abril 2004

El nombre de la montaña
abril 03, 20040 Comments

"No tomarás el nombre de la montaña palentina en vano". Esa es la petición de José Luis Medina Gallo, un hombre de estos lares, una voz importante del interior que en los últimos años ha sabido ganarse el respeto y la admiración de sus vecinos.


Y dice bien, porque tenemos la tendencia de repetirnos demasiado, acostumbramos a llenarnos de letras el paladar; hemos sofocado el fuego de las carencias con un nombre y, parece que debe agotarse nuestra vida en lamentos para que volvamos los ojos a la realidad.



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29 marzo 2004

Amigos del Valle de los Redondos
marzo 29, 2004 3 Comments

La inquietud es la que pone luz y sentimiento a quienes se denominan "Los Amigos del Valle de Redondo", Asociación que nace como entidad en Mayo de 2002 y que viene con la intención de promover el tremendo potencial endógeno del valle de Redondo. Mari Carmen de Mier, que reside en Bilbao y pone voz y participación también en la de "Fuente Cobre" —para conjugar así pasado y futuro de estas tierras— es consciente del interés que siempre ha despertado este lugar en los viajeros.



Matías Barrio y Mier y la leyenda que da razón de estos lugares, describiendo su forma de vida y el milagro de su Patrona, la Virgen de Viarce; Gonzalo Alcalde Crespo, que destaca en varios libros la riqueza etnográfica e histórica de los Redondos; Laureano Pérez de Mier, que escarba en al árbol genealógico promovido en el año 1817 por José de Mier Alonso y José de Mier Torices, vecinos de Santa María, hallando que tanto los litigantes como todos sus ascendientes por ambas líneas figuran en los padrones de distinción de estados como pertenecientes al Estado Noble de Hijosdalgo, así hasta llegar a la figura de Antonio de Mier y Mier, nacido en 1754, que contrae matrimonio con Antonia Alonso de Terán, natural de Piedrasluengas, de cuya unión nacerán doce hijos entre los que se encuentra Gregorio de Mier, que emigrará a Méjico y emparentará después con los Grimaldi de Mónaco, como ya mencionábamos semanas atrás en el artículo "Redondo en los ojos de Isabel Pesado".

En las primeras referencias de documentos escritos sobre la montaña palentina, figuran entre otros Arbejal y Cervera (818); Bañes, hoy Vañes (1001); Rotundo, después Redondo (1095), Pernía (1033), Valle de Redondo (6 de diciembre de 1251), San Salvador de Campo de Muga (29 de Agosto de 1186) Polentinos (9 de Agosto de 1001),

Areños (1180), Celada de Roblecedo (1135), Concejo de Redondo (30 de Junio de 1251), Estalaya (1215), Herreruela (Septiembre de 1192), Los Llazos (20 de Junio de 1251), Piedrasluengas (16 de enero de 1302), Piedras Negras (916), Rabanal de los Caballeros (1218), Roscales (3 de Mayo de 1308), San Felices de Castillería (21 de Julio de 1187), San Martín de los Herreros (15 de septiembre de 1508), Santa María de Lebanza (932) y Redondo, cuyo nombre aparece así escrito por primera vez en el Cartulario de Liébana en el año 1204, cumpliéndose ahora –según la referencia histórica– los 800 años de su existencia.

Por este motivo la Asociación está pensando ya en las jornadas de Agosto, donde se espera la presencia de Vicente Basterra Adán, oriundo y gran estudioso de los aspectos histórico y arqueológico de la zona. Fruto de sus investigaciones es la publicación acerca de la existencia y ubicación del pueblo de Santa María de Redondo, recogido en la revista número 74 de la Institución Tello Téllez de Meneses. Vicente hablará allí de "La Fundación de Redondo hasta el siglo XV-XVI" y "Fases de construcción de las iglesias del valle".

Asimismo, para las citadas jornadas se espera la presencia de José María Alonso del Val, un historiador de la Orden Franciscana y Vicepresidente del Centro de Estudios Montañeses (entidad cultural asesora y dependiente de la diputación y del gobierno autónomo de Cantabria) que hablará de "los orígenes del Convento del Corpus Christi de Viarce".

Para Mari Carmen que, –a raíz de mi viaje al citado valle– me hace llegar una extensa y sugestiva historia, donde la Asociación habla de sus proyectos, "el folklore es el apartado más apasionante de nuestro patrimonio cultural", pueblos a punto de extinguirse con clara inquietud por el conocimiento que se funde con los intentos por combatir el olvido de las instituciones, sentimientos que todos los que se sumaron a esta iniciativa tratan de promover tanto hacia fuera como hacia nosotros mismos.

En el plano urbanístico este grupo pretende impulsar la recuperación de edificios tradicionales que, en un pasado no lejano, ocuparon un lugar importante en el devenir de nuestros pueblos: fraguas, potros, lavaderos y básculas...

En el aspecto histórico y arqueológico la Asociación está realizando una serie de estudios sobre el desaparecido Convento de Viarce, los orígenes de la iglesia de Santa María de Redondo y la existencia y ubicación de San Martín. También se encarga de la transcripción de documentos que, para su mejor conservación, el alcalde mayor del Valle, Mariano de Mier, depositó muy acertadamente en el Archivo Provincial, donde se hace mención entre otros a mojones y apeos del valle con sus pueblos limítrofes:

Apeos de Redondo con Celada de Roblecedo (Años 1610 y 1657), Apeos de Redondo con Camasobres (Año 1573), Apeos del valle de Redondo con Brañosera (1590), Escrituras de Convenio y Concierto entre los Concejos del Valle de Redondo, Brañosera, Celada, Salcedillo y Herreruela sobre la fabricación de muelas de molino, su calidad y tamaño (Año 1706) y su ratificación (Año 1744).

A punto de cerrar este estudio, el bufete de Mier Abogados me remite desde Barcelona un importante documento: "Cambio de Capitalidad y de nombre de Ayuntamiento de Redondo" del Académico Luis Redonet, separata que consta de siete páginas y que aparece publicado en el Boletín de la Real Academia de la Historia en el verano de 1952.

Pero eso lo trataremos otro día.

"El universo está donde tú estás" -dice un proverbio árabe-.
Y, verdaderamente, la montaña palentina es un universo que podría desbordar al artista más grande.-


De la sección "Impresiones", de Froilán de Lózar, publicado en Diario Palentino.
Imagen: José Luis Estalayo



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13 marzo 2004

Invierno siempre, en todas partes
marzo 13, 20040 Comments
Un moderador de Internet pide a sus visitantes que dejen en el foro fotografías y notas sobre el grosor que ha alcanzado la nieve en sus respectivos pueblos y ciudades. Y es curioso, pero la gente se muestra generosa, describiendo en pinceladas cortas el fenómeno del invierno.






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06 marzo 2004

Armamento de agua
marzo 06, 20040 Comments
Cuando uno se plantea el canto o la defensa de una tierra, con todo lo que la tierra aporta de sentimiento —porque uno pertenece a ella, le pese a quien le pese— se tropieza con aquellos que observan y analizan con lupa, buscando el más pequeño desliz para desvincularte, para aniquilar tu pensamiento, para trastocar la ilusión de aquellos que han encontrado en tus palabras un cierto sabor a vino viejo, un apósito para esas heridas que no se ven pero que llagan.


Eso no va a cambiar en absoluto mi propósito. Quienes ahora duermen a pierna suelta, quienes consideran que su estado de seguridad actual es para siempre, quienes olímpicamente todo se lo pasan por debajo; aquellos que entienden que nada merece la pena, que es inútil intentarlo seis veces, están exponiendo su fracaso, pero no se confundan, se trata de su fracaso personal, no de la tierra que está pidiendo a gritos manos y voluntades para mostrar la riqueza que anida en su precioso vientre.

Cuando a mediados de la década de los noventa, los habitantes de Soria oyeron hablar de la construcción de cuatro pantanos en la cabecera del Duero, manifestaron su sospecha de que la iniciativa no tuviera nada que ver con los intereses de la provincia.

Aquello fue una de la chispa que puso a prueba su paciencia. El levantamiento actual es el rebose de todo los olvidos. En la historia reciente de esta tierra hay un puñado de ejemplos que obligan a cambiar la ligera impresión de muchos ojos que desde fuera se quedaron helados viendo el levantamiento de un "grupito" de gente.

Más que todas las miradas de tristeza, más que la desazón que produce el desahucio, por encima del desastre ecológico que conlleva la construcción de un gran embalse, pienso en la rivalidad que se establece entre los contendientes. Ni las sentencias más justas y arbitrarias del mundo podrán reconciliarlos.

Nadie explicó con exactitud la causa que motivó al Estado para cerrar definitivamente el proyecto del pantano de Vidrieros. Entonces se esgrimió como justificación que era paso del oso, pero a nadie se le escapa que el motivo fue otro.

Viene este tema a colación, ahora que, después de veinte años de fuerte polémica, comienza a llenarse el embalse navarro de Itoiz. Naturalmente, Itoiz se enclava dentro de los grandes embalses del mundo y, según la previsión de Medio Ambiente, cuando alcance su llenado total dentro de cuatro años, suministrará agua de riego y urbana a 300.000 habitantes de 60 núcleos de población, incluida Pamplona. Este proyecto ha obligado a desalojar a más de 50 personas y ha afectado a tres zonas naturales protegidas: La flora y la fauna del lugar han sufrido un fuerte impacto, desapareciendo encinares, hayedos, y bosque de galería en excelente estado de conservación. Se han visto igualmente afectadas especies protegidas, como el águila real o el buitre leonado. La nutria, a quien se considera como excelente bioindicador de la salud de los ríos, ha desaparecido.

Las máquinas no se han detenido en una zona donde los ecologistas, embutidos en la Coordinadora, han peleado durante diecisiete años como nadie para impedir el avance de las obras. Es más, la Coordinadora logró que la Audiencia Nacional dictaminara la anulación del proyecto y la prohibición firme del llenado por distintas infracciones legales.

Pero si el poderoso tiene intención de llevarlo adelante, nadie puede evitarlo. Navarra modificó su legislación y el Tribunal Supremo legalizó a posteriori las obras.

El ejemplo prosigue en otras partes y ahora le toca el turno a Artieda, un municipio del bajo Pirineo, con 106 habitantes y 1200 hectáreas que se verá afectado por la ampliación del embalse de Yesa.

Allí se maneja el mismo argumento: quienes manifiestan su oposición se aferran a las raíces, argumentos que no pesan para la maquinaria sin conciencia del Estado, pero que sí sopesan los vecinos curiosos aplicándose el dicho de las barbas y poniéndose mentalmente en su lugar, sin que sirva de mucho, para qué vamos a engañarnos, porque para nada es lo mismo verlo que padecerlo. Oposición que contrasta con las razones de los regantes, que las tienen, porque pagan sus impuestos y, como nosotros necesitamos las carreteras para hablar de futuro, ellos necesitan el agua.

El conflicto es mundial. A finales del pasado siglo, la escritora Arundhat Roy abanderaba una campaña contra las grandes presas en la India. Su artículo, "el gran bien común", provocó la quema de sus libros a manos de los partidarios de los pantanos. "Las grandes presas –decía allí– son una forma descarada de quitar agua, tierra y riego a los pobres". Tenía una buena razón para escribir eso. Allí las presas han provocado cincuenta millones de desplazados. Para la escritora india, "reasentar a 200.000 personas para llevar agua a cuarenta millones son matemáticas fascistas".

Ni que decir tiene que para encarar la batalla que se desencadenó a propósito de Vidrieros, que desde luego no alcanza ninguno de estos tintes, yo me situé al lado de los míos, al lado de esos grupos que de antemano tienen la batalla perdida si alguien se propone desalojarlos bajo la motivación de un bien tan preciado como el agua.

No me digan que no hemos cubierto con generosidad extrema sus expectativas.

No me digan que no hemos pagado un tributo elevado al desarrollo de otros.

Ya va siendo hora de que reclamemos el derecho a nuestro desarrollo y recibamos en compensación la solidaridad de los demás.

Imagen: Mirador de Alba de los Cardaños, por José Luis Estalayo. 

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28 febrero 2004

La vida que te espera
febrero 28, 20040 Comments

“El valle de Pas, aunque está a pocos kilómetros del mundo moderno, sigue manteniéndose igual que hace siglos, y seguirá así, o desaparecerá, porque es un universo que no puede transformarse”.



Estas declaraciones del cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, a propósito de “La vida que te espera”, son la puntilla a todo lo que aquí llevamos comentado. El trabajo de tantos años, el rayo de esperanza que algunos presintieron con el nacimiento de las últimas asociaciones, la declaración de Parque Natural, todo se ha borrado del mapa con el pensamiento de este intelectual que un día tomó un valle como el nuestro, con los mismos atributos, con el mismo código genético de grandeza y autosuficiencia y lo llevó a la pantalla grande para que, en lugar de rescatarlo, denunciar sus carencias, buscar la dignidad y el acomodo de sus gentes, pasen a la historia como una forma de vida condenada al estudio antropológico.




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31 enero 2004

La tapadera
enero 31, 20041 Comments


Pero también me han hecho reflexionar algunas de las citas que se recogen en una larga carta remitida desde el Norte Palentino a la redacción del diario, por personas a quienes sí les preocupa seriamente el futuro del oso pardo cantábrico y ven como una descarada maniobra la utilización que a menudo se hace de su nombre.





Todos, cada uno a vuestro modo, me habéis entendido. No estoy en contra del oso. En esta tierra casi nadie lo está. Me atrevería a decir más: ni los furtivos más sanguinarios se proponen como objetivo liquidar al oso pardo, para colaborar así más rápidamente en su extinción.

Entre Cueva y Valdeprado, muy cerca de Piedrasluengas, en el mágico valle de “La Liébana”, tuvo un palacio en el siglo XV doña Leonor de la Vega, madre del Marqués de Santillana, que al decir de los cronistas era el albergue de los cazadores de alcurnia. Entonces, entre las piezas que abundaban, se encontraban el urogallo, el faisán, el corzo, el lobo y el oso. Cuentan que un personaje novelesco, tocayo mío, el tío Froilanón de Valdeprado, murió con el record de haber matado 14 osos. Le pisaba los talones Sabas, el maestro de Lameo con 13 y, el escritor Eduardo García Llorente en el libro “Los osos en Liébana”, habla de muchos cazadores con cinco, ocho y hasta diez osos que cayeron bajo la andanada de sus balas.

Y el oso era el señor de los bosques lebaniegos, lo dice muy claro el monumento que se le hace en el mirador de Llesba, cerca del puerto de San Glorio. Pero el oso era al mismo tiempo, y así me lo revelan ustedes entre líneas, el rival del hombre. Había en el aire una especie de batalla por la que ambos se disputaban el territorio. Como si fuera impensable de todo punto que ambos vivieran en el mismo lugar. Si ustedes se acercan a cualquier pueblo donde el bosque está a un paso: El Campo, San Salvador, Lebanza, Lores,Vidrieros, Piedrasluengas... casi cualquier pueblo me vale, e indagan acerca del oso, muy pocos entenderán esa exclusividad, ese terreno vallado a cal y canto, esa negativa a ampliar y mejorar las vías de comunicación que nos acerquen al progreso, que nos lleven a un futuro más digno, donde vivir y trabajar en los pueblos no esté reñido con el respeto y la pervivencia de un animal que también aquí sigue teniendo su reinado.

El oso es ya una leyenda viva. Leo la expresión de la cara de un vecino de Verdeña que se apartó del camino para que pasara. La misma que días después se me representa en la cara de un vecino de Polentinos que, acaso por los perros que le acompañaban, o por la defensa a ultranza de sus crías, se preparaba para repeler con todas sus armas lo que entendía como un ataque.

Aquí se mató al oso muchas veces. Me lo contaba un cazador de Vado y lo adornaba, como muy bien sabía adornarlo Félix Rodríguez, “El pajarero” que posa para la historia en una memorable fotografía, abrazado a un oso, pìeza grande de alguna cacería.

Pero el preciado animal con su belleza, no puede, no debe reemplazar al hombre. Yo lo dije aquí mismo: el oso fue el freno eficaz que impediría la construcción del pantano de Vidrieros, que no la gente con sus pancartas ni los pueblos con sus miedos a caer de nuevo en una expropiación forzosa.

Que el oso fuera un escudo para que alguno medrara, como dicen ustedes, no debe llevarnos a una gresca sin solución que sirva para proteger esa confabulación que hay orquestada. El oso ha sido parte importante de esta tierra. Por muchas razones, turísticamente también, a todos nos interesa que se proteja, que se tienda a su conservación; que el oso, más que una exclusividad, encuentre una justificación a nuestra presencia en estos apartados lugares donde tan difíciles se hicieron los comienzos y tan amargos parecen presagiarse los futuros.

Miren ustedes, ahí sí que estamos plénamente de acuerdo: necesitamos gobernantes capaces de convertir el agua, esa materia que los americanos buscan en Marte para hablar de posibilidades en un planeta tan lejano, en motivo indispensable para que esta tierra nuestra cobre vida.

Dicen ustedes:“Hemos puesto nuestro futuro en manos de quienes no son de aquí y si alguno lo es, no piensa en lo de aquí”

Yo creo que no hay gente de aquí o de allá, más de un lado que de otro, más de un partido que de un pueblo; yo pienso que nadie es tan cruel como para desear la despoblación y el desalojo de una tierra que moriría temprano si unas manos no la dieran caricias y cuidados.Y para eso, ¡quién, sino el hombre que con tanto celo ha sabido guardarla durante tantos años!

¿Será verdad, como dicen ustedes, que hay alguien que no nos quiere en Palencia Norte?¿qué ya no somos dueños de nuestros propios recursos?¿qué la defensa del oso es un encubrimiento?

¿Será verdad que el futuro está aquí, porque hay agua?.

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24 enero 2004

Desde Santa Lucía al Resbalón
enero 24, 20040 Comments
“Quién vos triju esti vinu?” –preguntaba el segador cuando empinaba la bota, o el hombre que pinchaba el chon en la ceremonia de la matanza, o el mozo que tenía por la pata, o el más arriesgado de todos, el que amarró el hocico inutilizando los colmillos.

“Mos lo trijeron los Ruices”, respondía el amo con orgullo si era bueno; cabizbajo si no tenía fuerza, aguja o color. “O mos lo trijo Segundino”.



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