ORÍGENES

20 abril 1997

Lugares de la montaña
abril 20, 19970 Comments

Hace unos meses, en la Venta de Urbaneja, coincidí en casa de unos familiares de mi esposa con los responsables de Adempa. La venta estaba llena de visitantes, este es un hábito envidiable heredado de quienes desde primeros de siglo adquirieron el edificio, manteniendo vivo el noble lema que guió a los venteros de la zona: acoger a los caminantes, rociarlos de buen vino, haciendo olvidar por unos momentos a quienes allá se detienen, las penas y presagios que a todos los humanos nos entrega de cuando en cuando el mundo.

 




ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO
VER DOS VECES LAS COSAS
FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020
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23 marzo 1997

Redondo, de Grimaldi
marzo 23, 19970 Comments

A finales del siglo XVIII nacen en Santa María de Redondo los tatarabuelos del Príncipe de Mónaco. La casa solariega de Gregorio de Mier y Terán (1796) y Mariana de Celis y Dosal (1790), y toda la historia que rodea y envuelve a la familia aparecen en la revista “Hola”, con motivo de los 700 años del reinado de la dinastía de los Grimaldi.


 
Camino de la Cueva Cobre, Cuelvalcobre –para otros eruditos e investigadores Coble, del adjetivo cobleciense– se encuentra este pequeño pueblo, tocando ya las faldas de Tres Mares. Ya en 1988, en un artículo publicado en prensa, mencionaba –refiriéndome a este hecho en concreto– “desde la Cuna de los Príncipes a Riaño”, valorando entonces y en secreto la información de un afamado periodista de la prensa del corazón que habìa investigado la rama paterna de Rainiero de Mònaco. En 1993, dos periodistas “ambulantes” de “El Norte de Castilla”, al hacer su recorrido desde San Salvador a Santa María de Redondo, vuelven a mencionarlo, al decir de los escudos de las casas “que hablan de tiempos de señores y feudos, de grandezas y de linajes que, aunque parezca mentira, entroncan con la actual casa principesca de Mónaco”. Me refiero a Javier Prieto y a Pablo Genovés y a su aventura mágica por el Pisuerga.

Debo insistir en esto: para mí, romántico trasnochado, tiene más transcendencia el humo de una chimenea cuando amanece, que todos los escudos y linajes que penden de las que están cerradas.

La vida está llena de casualidades, pequeñas anécdotas que se van enlazando, hazañas y aventuras que nos sacan del contexto natural y nos llevan, le llevan en este caso a presidir un principado, a un hombre que de otro modo hubiera sido uno más entre todos, en un pueblo que amanecía siempre con una furgoneta de mineros camino de “Montebismo”.

Es verdad que, en general, la gente de estas latitudes es muy agradecida y, pienso que se sentiría halagada si recibiera una señal de tan ilustres tipos, un reconocimiento a su pasado, cualquier minúsculo detalle, porque de momento sólo han hablado los Medios de Comunicación. Para compensar esa ausencia, o ese olvido, debemos remitirnos sin dudar un momento a las gentes más humildes que habitan estos lugares, forjados a la manera de los antiguos héroes, porque en condiciones tan adversas salieron adelante para dejarnos como legado esta franja tan valiosa de tierra.

Por aquellos días, en el programa de Tele-5 “Qué me dices”, donde se recrea la farándula, en una instantánea relacionada sin duda con este mismo tema, en la boca de una de las últimas minas del contorno, con su casco y la cara brillante de carbón, aparecía Vicente, el hijo de Carmen de Mier, el mismo que junto a su madre y envuelto en las esencias de una noticia que estaba recorriendo España, aparecía en otras revistas y periódicos.

Los Redondos, cuya belleza se traduce camino de la Sierra, quizá donde dejara escondida parte de su niñez el dibujante y humorista Peridis, vivió aquellos días la noticia de su segunda leyenda. La primera nace junto a Viarce –cuentan de un moro al que un día se le apareció una Virgen–, lo que de otra manera sirve para explicar el hecho certero de un manantial que hoy sigue vivo y, la segunda, que allí mismo, en una de aquellas humildes casas, nació el tatarabuelo de un hombre que rigió los destinos de un lejano y pequeño principado.

Esta Tierra, que a impulsos de un viento helado nos ha traído noticias de unas bellas princesas, como en los viejos cuentos, después de tanto manifiesto y un poso de silencio interno, se descubre que necesita el beso de un personaje de leyenda. Y es verdad que parece que pasamos por una época en la que prima más un príncipe que un tratado serio sobre el estado de las carreteras.

Lo que contaba el viejo al calor de la lumbre ha perdido colorido y sólo la historia lejana de un paisano que salió de su casa y casó bien, ha devuelto el interés hacia una Tierra por la que tanta y tan buena sangre corre.

Este artículo se publicó en "Diario Palentino" y "Norte de Castilla"
Para saber más: "Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", de Froilán de Lózar, Editorial Aruz, Segunda Edición, Julio de 2009.
Imagen: News.bbc


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09 marzo 1997

Blandas promesas
marzo 09, 19970 Comments

Cuando Pablo Genovés y Javier Prieto llegaron en bicicleta al norte de Palencia, para poner sobre el tapete de la escuela a nuestra Tierra, no quise adentrarme en la lectura de su trabajo. Recordé las palabras de Tenesse Willians, famoso autor teatral, quien declaró en cierta ocasión a un periodista que no leía nada de teatro contemporáneo porque, una de dos, o eran obras malas y no valía la pena leerlas, o eran muy buenas y corría el riesgo de caer bajo su influencia.


En un principio las archivé como hago con tantas historias que se escriben sobre el norte de la provincia, para recrearme posteriormente con su lectura y recorrer la montaña bajo el influjo de tantos y tantos como hablaron de ella, despreciando las premisas de aquel autor famoso. Cierto es que, al contrario, después de haberme mostrado abiertamente a su favor, conocedor del contorno en el que vi la luz primera, he sido ignorado en todos los proyectos que los organismos y entidades palentinas han llevado a cabo. “Lo que tú escribes, además de polémico –me contestó en cierta ocasión un directivo–, es muy similar a lo que ya escribieron otros antes”. Y estas palabras debieran hacer reflexionar al crítico porque el hecho de que, sin haber leído a mis antepasados, piense lo mismo que ellos, mayor motivo debe ser para que quienes lo saben asimilen nuestro pensamiento y procedan en consecuencia a satisfacernos.

Porque mucho más que la rica historia en la que se fundamenta y crece, nos ha preocupado siempre la marginación en la que vive. Hombres y mujeres de diferente condición y tendencia han hecho oír su voz a través de Asociaciones, con protestas y proyectos, dependiendo del momento, todo en base a negar el progresivo debilitamiento del mundo rural.

No cabe duda que, en el caso de la Montaña Palentina, se han abierto en los últimos tiempos expectativas generosas con el Turismo, pero eso no es suficiente. Es necesario, yo diría que urgente, que los proyectos de infraestructura que ahora mismo se dilucidan, nos alcancen para que podamos hablar sin miedo de futuro.

En las últimas estadísticas vemos como el censo de Palencia ha seguido bajando y, las zonas más debilitadas, donde más se acusa la emigración, vuelven a ser los pueblos más alejados, (sirva el dato reciente del censo actual que presenta Barruelo de Santullán), cuestión que de olvidarse acabará con ellos a la vuelta de las próximas décadas.

Ángel Capdevilla, al asumir el cargo de Gobernador Civil, en 1994, y en una entrevista realizada para un medio de comunicación, aseguraba convencido: “Palencia, dentro del conjunto de Castilla y León, es una provincia con un futuro muy esperanzador”.

Ahora bien –disculpando su reciente incorporación al cargo al hacer estas declaraciones–, yo me pregunto, ¿a qué Palencia se refería el mandatario?¿Hay dos Palencias?. Yo creo que no, pero se lo pregunto a quienes ostentan algún tipo de cargo, para que desmientan este perezoso pensamiento que hoy me guía.

La lejanía de quienes nos representan es aún mayor, si cabe, que la propia distancia que nos separa de la capital. Durante años, a nuestros gobernantes se les ha helado la miel de las promesas en la boca y sólo en actos muy contados y partidistas, han venido, han visto y se han vaciado de exclamaciones donde todo hablaba de caminos de rosas y proyectos fecundos.

Promesas que en raras ocasiones han cumplido, o que han cumplido cuando ya la piel de estos parajes estaba más que reseca y lacia. Por nuestra parte, nos hemos consolado como se han consolado los vecinos del norte de Burgos. Hace unos días, cuando la Cadena Ser llegó a San Salvador de Cantamuga preguntando por los inviernos, los que hablaron dijeron que estaban bien, que sólo habían estado cerrados unas horas, como olvidándose ya de los inviernos en los que pasamos diez días incomunicados, con el parto complicado de una mujer en Lores, salvada de milagro en las últimas horas, mientras las máquinas quitanieves se dirigían al Parador “Fuentes Carrionas” para dar paso a una comitiva que venía a celebrar la boda de la hija de un alto cargo. Y me extraña que no recuerden los inviernos que todavía hoy pasan algunas zonas cercanas a ellos, como la Castillería. Me repito en las historias porque ya me rebelé en su día contra las mentiras de aquellos que tanto te adulaban y que luego dejaban que te hundieras. Y eso también lo han olvidado algunos de mis paisanos, que se encuentran ante la disyuntiva de elegir dos caminos: que las autoridades locales y provinciales se hagan cargo de todo, incluso que cometan errores, pero que nadie les moleste o, hablar, patalear, quejarse con las pocas garantías que da el ser escuchado ante el escaso número de personas que están dispuestos a presionar para que se resuelvan algunos de esos viejos problemas.

Afortunadamente, quienes se van sumando a este último grupo, que cada día es mayor, entienden que su voz es importante y como consecuencia de ello actúan, realizando convocatorias, uniéndose Ayuntamientos, embarcándose en la Cooperativa que lleve lejos la carne de Cervera y su comarca, buscando una solución o una alternativa a la crisis de la minería; en definitiva, actuaciones todas ellas que vienen a desmentir ese individualismo con el que se nos identifica. Porque, si todas las historias que se cuentan , no llevan implícito el cumplimiento de tantas promesas como se nos dieron, de nada servirá mañana todo lo que con tanto esfuerzo nos legaron los hombres y mujeres de esta Tierra.

Imagen: José Luis Estalayo, Mudá.

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23 febrero 1997

La sombra del censor
febrero 23, 1997 10 Comments

Durante estos meses de silencio, muchas veces he pensado en cerrar el cuaderno y así se lo he expuesto a quienes por una u otra razón esperaban mis comentarios. He de confesar –antes de entrar de lleno en esta nueva serie–, que la prensa palentina me ha dado una oportunidad que creo haber aprovechado correctamente, poniendo sobre el tapete historias de nuestra montaña.

De la serie "Vuelta a los Orígenes"

Por otro lado, cada vez que me siento ante el papel en blanco para tratar de poner en orden muchos de los mensajes recibidos, vuelvo a mi estado natural: me concentro, como los deportistas, me tranquilizo como el artista que, a medida que la obra avanza, se va metiendo en el papel, se va sintiendo más seguro; como el pintor al que encargan un cuadro con motivos que domina. Dejo el síndrome y vuelvo a ser yo mismo, buscando la manera más acertada de transmitirles tantas impresiones.

Ello es sencillo y divertido, porque a lomos del recuerdo te sumerges en el mundo de tu niñez, en la historia de tus mayores; recorres los caminos de siempre hallando en cada paso un nuevo estímulo, como una nueva fuente de inspiración. Este ejercicio, aunque se repita miles de veces a lo largo de tu vida, nunca te cansa. Es como asomarte a una ventana y contemplar tu sueño de siempre hecho realidad. “Aquí no hay nada” –insisten tus paisanos–. Pero tú, que vienes amedrantado por los tiros, oculto en una mascarilla por el humo, con el disfraz de mil discusiones en las que no pudiste tomar parte por miedo, tienes aquí todo lo que un ser humano necesita para valorarse y entenderse. Sólo cuando te adentras en el latido diario, te sacudes la idea de la belleza total, de lo absoluto, al darte de bruces en este marco de belleza infinita con los asuntos cotidianos que aquí les atan, que aquí les merman tanto.

De una tierra con dialecto de bombas, a la que te sientes ligado por la familia que ha nacido en ella, por los amigos, por las gentes de tantos pueblos españoles que amanecen con la confusión de no pertenecer a ningún sitio –hasta ese extremo posesivo que ellos piensan–, vuelves a encontrarte con tus propias raíces y encuentras una losa de hielo cada vez más grande, una distancia cada día más insalvable, un pueblo que nunca comprenderá lo suficiente el empeño de tus palabras. Aquí bulle un poco ese pensamiento incorregible de que te has ido y de que perteneces a otra historia, pero no es verdad y me preocupan esas mordazas que parecen ofrecerse gratuitas entre ellos y hacia nosotros.

Un miembro de la Asociación “Norte Palentino”, me contaba que el médico había dejado de hablarle de la noche a la mañana. Al parecer, el encargado de denunciar todos los asuntos relacionados con este tema en el Consejo de Salud, había censurado ciertas posturas en algunos casos muy concretos que ocurrieron en la zona norte. Por alguna razón el informe había transcendido a la Prensa y el médico afectado les censuraba días más tarde: ¿por qué no me habéis dicho nada a mí de lo que ibais a poner en el periódico?

Hace un año, el secretario del Ayuntamiento de la Pernía me entregaba un sobre para que hiciese un comentario sobre la Feria de San Bernardo, y otro empleado que había dentro exclamaba: “Si escribe algo ése de la Feria, le denuncio”. Pues, he aquí que, estos casos de evidente desprecio son ceniza comparados con otros que recientemente me contaron. Ciertos representantes del Ayuntamiento de Guardo le sugirieron al corresponsal que antes de enviar sus escritos al periódico se lo pasaran a ellos para “corregirlo” y así evitar errores. “Ven más dos ojos que uno” –le dijeron–. Sucede que, entre tanta gente estupenda, siempre anidan mezquinos que enturbian todos los mensajes, que le dan la vuelta a todos los signos, que son capaces de quemar su propio nido para no dejar huella; espías de todos los partidos y, además, por su posición social privilegiada, por su dinero, temidos y respetados hasta después de muertos…

Pero no tendría sentido regresar a estas páginas obcecado en buscar una justificación o una respuesta a actuaciones que no la tienen.

Vengo para hablarles del corazón de aquellas otras que al alba se detienen junto al surco y avivan todos esos sentimientos dormidos durante nuestra ausencia.

Es verdad que son historias románticas, con un cierto poso de añoranza: ríos y arroyos cristalinos, verdes prados, veredas con olor a oso pardo, las eras donde se hacía la faena de la trilla en el verano, el campo blanco de rocío a la mañana, los frutos de la huerta, la memoria de la gente…

Esa es la Tierra que me espera. Esa es la Tierra a la que busco. Esa es una de las historias que merece la pena ser contada, que Palencia la mencione, que la provincia la conozca; que se conjugue la leyenda en la que un Conde, ciego de celos, encuentre la respuesta milagrosa de la Providencia.

El camino es muy largo y ha de recorrerse precavido, pero con pleno convencimiento, borrando poco a poco la sombra del censor que aún aflora a lo largo y ancho de nuestra montaña palentina.

© Froilán de Lózar – Diario Palentino 

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23 diciembre 1996

Francisco Llorente
diciembre 23, 19960 Comments

"Emigré para hacer fortuna"

+Francisco Llorente [ Empresario]

Francisco Llorente emigró a México a la edad de 31 años y hace casi medio siglo que se estableció en el valle descubierto por Cortés, antes conocido como «el lugar del aire más transparente del mundo». «Ahora es el peor», dice este perniano que ama México, pero añora tanto la montaña palentina . Para Francisco empezó la guerra civil a los 18 años y duró una década. Combatió en el bando de los perdedores -aunque reconoce que todos perdieron-. Sufrió el desprecio político y social de un entorno que le obligó a emigrar a los 31 años. Dos tíos que residían en México le buscan un trabajo y forman allá su hogar manteniendo siempre vivo su profundo palentinismo. Quizá uno de sus secretos mejor guardados era la idea de levantar un Parador en el Camino Real. Se elabora un proyecto, depositan un fondo y de regreso a Méjico se corre la voz en el pueblo de que alguien pretende hacer allí un palacio, los dueños de las fincas empiezan a soñar con cantidades astronómicas y así la historia, donde se asoma de costado la ilusión por el futuro de esta tierra, se viene abajo y se disuelve. Ahora, a 3.000 kilómetros de Chiapas, en una ciudad donde no hay invierno, donde a cualquier lugar que te dirijas rozas los 3.000 metros, a las faldas del humeante y travieso Popocatépetl, cuyas gentes se ven evacuadas de cuando en cuando para aplacar las iras del volcán, vuelve Francisco cuando aquí ya comienza el otoño y se palpa el invierno. Francisco lo pasó mal, lo reconoce, confiesa haber tenido miedo a volver pobre, pero regresa porque la vida pasa y la gente pasa con ella, y sobre el horizonte queda un pueblo, y una lumbre que arde, y un fuego incandescente que habla del amor hacia una tierra.



Froilán De Lózar | SAN SALVADOR DE CANTAMUGA

¿Quién le señaló a usted México como destino?
Tenía allí dos tíos y como aquí me hacían la vida imposible, tuve muchos problemas familiares y políticos, me fui a México. Fui con la idea de hacer fortuna, porque me daba vergüenza regresar a mi pueblo, pero la primera impresión fue tan tremenda, que si hubiera tenido un pasaje para volver, hubiera vuelto.

México impresiona, ¿no?
Mira, 28 Estados, tres territorios y un distrito federal... ¡Fíjate la cantidad de Españas que caben! Yo lo que sé de México es por que lo he vivido. Los mejores estados agrarios son Sonora y Sinaloa, y otros, como Hidalgo, son célebres por su plata, alguna mina de oro y cobre. El sistema de trabajo es similar al nuestro, con las mismas incertidumbres y peligros, pero casi todas las minas las abandonaron porque se consideran agotadas...

¿Se siente muy vinculado a España?
No sólo vinculados, que lo estamos, sino también cooperadores con España, defendiendo su historia. La mayoría de los españoles que nos quedamos en el país, hemos hecho familia y estamos allí viviendo. Sólamente regresó un 5% cuando Franco botó un barco para que regresaran.

¿Tiene contactos con palentinos que emigraron?
Acaba de morir hace unos meres Jesús Duque, primo de Duque, el de Areños, que tiene una hermana en Aguilar de Campóo. Era un elemento' muy español. Lo conocí en un hotel, porque un día me dijeron: 'Hay aquí uno de tu pueblo¡ '¿Por qué saben que es de mi pueblo', -les pregunté. Porque nos ha dicho que era de un pueblo próximo a Cervera'. Residía en Acapulco y tenía una cadena de zapaterías. Nada más le vi bajar por las escaleras ya sabía que era él. Ha muerto a los noventa años, estando yo aquí ya, y ha dejado mucha familia, hijos todos de carrera: ingenieros, médicos... También he tenido contacto con personas de Casavegas, hijos de Pedro García, los 'Labrador', de Lores y Nicolás, del Campo.

¿Existen muchos centros para contactar?
Todos los españoles que llegan, van al Centro Asturiano. Este centro y el Gallego son los que mejor funcionan. El día de Covadonga se cierra todo el comercio español, hacen desfiles y programas donde se ponen de manifiesto bailes y tradiciones de estos pueblos. Luego está el Círculo Montañés y el Casino Español. De Castilla y León.

¿Qué recuerda de su juventud?
-Estuve poco tiempo aquí, en el pueblo. Estudié en los Maristas de Carrión y me pilló la guerra en Madrid Me acuerdo mucho de las fiestas que se organizaban, cuando se pedían los derechos a los que se casaban...

¿Necesita respirar todos los años el aire de la montaña?
-Me siento muy ligado. Tengo un negocio de madera en México, que ahora atiende un sobrino, lo que me permite trabajar y vivir un poquito...


Sección: "Protagonistas de la montaña palentina"

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16 diciembre 1996

Agustín Fernández Merino
diciembre 16, 19960 Comments

«El turismo es una buena opción siempre que no se masifique»

+Agustín Fernández Merino [investigador]


Este perniano vive en Zarzalejos, cerca de El Escorial lo que le permite ahondar en la investigación. Agustín Fernández ha pasado recientemente por siete programas de televisión, uno de ellos "Fuerzas ocultas" con temas de Alquimia, sobre licores y todo lo relacionado con la Biblioteca de El Escorial.
Agustín nació en el pueblín de Lores, el mismo que reza la canción. Estudió el bachiller en Salamanca y Leganés y realizó las carrera de Filosofía y Teología en Salamanca y El Escorial. Es también licenciado en Ciencias por la Universidad Complutense. Ha publicado Un Catálogo de Impresos Gráficos de la Biblioteca del Escorial, una de las bibliotecas más viejas del mundo y casi desconocida. Cuando se celebró el centenario del francés Prust, estuvo en Segovia con su buen amigo Felipe Calvo, a quien admiraba. En una edición del programa 1, 2, 3 sacó a relucir el asunto de la Milenrama (Archillea millefolium), conocida planta medicinal que tanto embellece el jardín farmacológico perniano, de la que afirma: «Es uno de los ingredientes de uno de mis licores preferidos, conocido como delicuescencias de San Posidio». Ahora trabaja en una ambiciosa obra, «El Tesoro de los remedios secretos» de Conrad Gesner. Se trata de la biografía y el estudio de la obra de Gesner, uno de los grandes genios del Renacimiento, casi desconocido en el mundo de habla hispana; padre de la farmacología, autor de la primera enciclopedia del mundo, que tenía por todo arma un huerto de plantas medicinales y un libro de fósiles...



Froilán De Lózar | LORES


-¿ Es cierto que nuestra tierra es abundante en muchas de las cosas que usted investiga?
-La tierra se formó hace 4500 millones de años. La vida apareció en torno a los 3000. A partir de los 600 millones de años, son muy conocidos los fósiles... Esta tierra es muy abundante en fósiles del carbonífero.

-Su vínculo con la montaña le ayuda a escribir después un libro de licores, o eso tiene otra lectura diferente?
-La montaña me ayuda mucho porque aquì está la materia prima. Aquí encuentras los fósiles silvestres, las raíces, las plantas que van a dar color, olor y sabor a los licores. Aquì abunda la frambuesa, el tè, la manzanilla; plantas y frutos que son bien conocidos como las moras, el endrino, la amaílla, los arráspanos, las grosellas, fresa del bosque, escaramujos, mora de la reina...

-Dejemos por un momento los asuntos relacionados con la investigación y dígame, ¿cree que el futuro de este pueblo ha de pasar por el turismo?
-Puede ser una buena opción, siempre que no se masifique.

-¿No le parece un contrasentido?
-Bueno, tiene que venir una cantidad significativa para que la gente pueda vivir. Esta zona, para la tercera edad, ofrece rutas y caminos ideales, con muy poca pendiente. Y hay una cosa muy clara: ¿para qué queremos este paisaje espléndido sí no lo ve nadie. Por otra lado, la gente se está sensibilizando con el respeto al medio ambiente.

-¿Tiene sentido aferrarse tanto a las raíces?
-Es un sentido relativo. Es uno de los puntos de mira del hombre: Hay que mirar al futuro, pero también hay que mirar al pasado.

-A usted le apasionan las cuevas, ¿hay muchas por aquí?
-Si, la cueva del Neredo tiene huesos incrustados en la roca... Otra cueva singular es la de Los Ratones, que tiene una hstoria muy curiosa. Aquí se decía que, uno dejaba de ser niño cuando ya no podía pasar por ella.

Las leyendas de las cuevas del entorno constituyen una de las principales inquietudes y aficiones de Agustín, "Cuando nosotros descubrirnos la Cueva del Neredo, se contaba que un sacerdote habìa entrado con un brazo de velas y como se le agotaron no pudo llegar hasta el final», recuerda.

Este profesor del norte de Palencia rememora también otra leyenda que, según asegura, no ha sido publicada en ningún sitio y que puede resultar curiosa para la gente. Agustín relata que existía la creencia de que en esa cueva estaba enterrada una caldera de cobre llena de oro. Tomaron la leyenda al pie de la letra y decidieron buscarla. La bóveda de la cueva es de caliza y la parte baja es de tierra. Varios vecinos del pueblo estuvieron cavando y sacando tierra durante bastante tiempo. Hicieron un pozo y una galería, colocaron mamposterìa -como se hace en las minas-, hasta que, cansados de cavar, sin rastro de la caldera, buscaron los servicios de una adivinadora de Santander. Para acceder a la Cueva hay que subir una pendiente muy empinada, que resultó demasiado fuerte para las piernas de la adivina, por lo que tuvieron que subirla en brazos desde la orilla del río. Cuando se acercaron con la adivina a lo alto de la cueva y la preguntaron por el lugar donde debían cavar para encontrar la caldera, la adivina, tras una inspección, dijo que en aquella cueva no había nada de oro. Enojados, los que la llevaban, estuvieron a punto de tirarla por el pozo. Tras esta decisión, un mito más quedaba roto», afirma.

Resumen de la entrevista publicada en el Norte de Castilla a finales del pasado siglo
Sección: "Protagonistas de la montaña palentina"

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09 diciembre 1996

Froilán Barahona
diciembre 09, 19960 Comments

Hacia 1956 comenzó a pasar por aquí la máquina quitanieves de Santander.

Froilán Barahona [Amo de casa]

  Froilán Barahona ha vivido siempre en Piedrasluengas, desde que nació el 17 de julio de 1941, entre la niebla del puerto que da vista a los Picos de Europa y el deje lebaniego, que le imprime el contacto con las gentes de Cantabria. Desciende de los Barahona, familias de Pesaguero y Liébana, pero se siente palentino. Nuestro protagonista no tiene más oficio que el de la cocina y las labores de la casa. La sala del comedor es baja, iluminada gracias a una claraboya que sale del tejado.
Las paredes están repletas de cuadros y fotos, como la realizada desde el Cueto por Ignacio Reyero, el cartero de Cervera. La última adquisición es una postal que firma un estudio de Cervera, tomada desde Camasobres, donde se observa a seis yeguas paciendo plácidamente y, al fondo, las Peñas de la Hoz y el Peñalabra. En esta casa heredada de su abuelo Raimundo, nació y vive Froilán Barahona, con su madre y tres tíos carnales. La niebla, la lumbre encendida y el puchero de legumbres es su pan de cada día, la norma que rige cada casa del último pueblo de Palencia. El panadero sube dos veces por semana y el pescadero, una. Lo que falte, deben comprarlo en Cervera de Pisuerga, cogiendo los jueves el autobús de Duque. Frente al silencio de los administradores, tres ganaderos luchan en aquellos terrenos tan irregulares al comienzo del verano, cuando casi han enmudecido los dalles y los carros. Saben que al invierno no se lo come el lobo y muy cerca queda la experiencia y la huella de un tal Valentía Trueba, que fue como el mentor de una comarca tan desamparada durante siglos, con un pleito de tantos años atrás perdido y unos hombres que se niegan a abandonar este terruño. La esperanza es lo último que se pierde y el tiempo puede hacerles testigos de un esplendor que ahora parece un sueño. Si la suerte acompaña y el gobierno de la Región lo quiere, rincones como Piedrasluengas servirán de despegue a un turismo todavía bajo mínimos y hombres como Froilán Barahona serán fieles testigos.


Froilán de Lózar | PIEDRASLUENGAS

-Hacía tiempo que no visitaba Piedrasluengas. ¿Ha cambiado algo en este pueblo?
-Algo sí. Hay luz, se han asfaltado las calles, tenemos teléfono individual desde hace año v medio y en muchas casas como ésta tenemos calefacción, bien de gas-oíl, bien de leña.

-Hoy en la calle luce un día espléndido, y, sin embargo, veo que tiene encendida la lumbre...
-La lumbre, a diario. El clima es duro, la mayor parte del año amanece nublado, lo que impide una buena vista de los Picos de Europa...

-¿Todavía siembra la huerta?
-Con un poco de todo: patatas, berzas, lechugas, cebollas...

-Piedrasluengas es el último pueblo de Palencia, camino de Potes. ¿Cuántos vecinos viven aquí durante todo el año?
-Lo he conocido con 75 habitantes, catorce vecinos. Ahora quedamos cuatro. Es verdad que en verano se abren nueve casas.

-¿La cercanía con Cantabria es peligrosa o es un as en la manga?
-De allá no esperamos nada, lo digo como lo siento. Ventajas no tenemos, porque Cantabria tiene clima, pero no tiene suelo...

-Entonces, Palencia está siempre en sus oraciones...
-Desde luego, yo me siento palentino. El Último pueblo, pero de Palencia... No sé los otros...

-¿Pero no puede negar influencias de los Cántabros...
-Hombre, no. Mucha gente dice que tiramos hacia ellos en el habla. Hemos mantenido muchos contactos. Mi familia, por ejemplo, descendía de Pesaguero y Liébana y, debido a ello y al roce habitual con nuestros vecinos, siempre influyó ese deje.

-El verano es alegría, siempre acompañados...
-Aquí se detiene mucha gente para ver el paisaje. Ahora mismo, si nos asomamos al collado, seguramente que hay diez coches y un autocar parados...

-Pero el invierno es muy duro, ¿qué recuerdos le depara a usted esta estación del año?
-Este año estuvo cerrada la carretera cuatro dìas. Recuerdo que, cuando tenía diez años y nevaba mucho, abríamos la carretera a pala.
Hacia 1956 comenzó a pasar por aquí la máquina quitanieves de Santander. Dos años más tarde, Palencia adquiría una máquina y desde entonces el invierno parece menos crudo, porque yo recuerdo, cuando tenía diez años, que los ayuntamientos de Polaciones, Liébana y La Pernía llamaban a huebra paro abrir la carretera a pala...


Sección: "Protagonistas de la montaña palentina, 09 Dic 1996"

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18 noviembre 1996

José Damián Simal
noviembre 18, 1996 2 Comments

«Lo haces porque te gusta y, si luego le gusta a la gente, miel sobre ojuelas».

José Damian Simal [Pintor]

José Damián Simal nació en Quintanaluengos, y recibe los primeros estímulos observando las pinturas del director del Colegio de Astudillo. Cursa el bachillerato en Palencia y su ilusión por la pintura se ve colmada con el apoyo de su profesor Mariano Timón, entonces director de la Escuela de Artes y Oficios.José Damián Simal, un pintor a quien su fiel amor a la tierra palentina le ha sorprendido este año con un premio gordo de la la Lotería Nacional en Aguilar, vuelve cuando puede desde su estudio en Barcelona al norte, a reparar fuerzas, a sugerirse historias que de alguna forma siempre llevan el sonido y la esencia de la montaña palentina, que se refleja en su obra. Simal, demuestra una sensibilidad que va mucho más allá de los pinceles. Tres años como transportista en las minas de carbón de San Cebrián le sirvieron para entrar en contacto con la gente que trabajaba allí y, salvo excepciones que en todos los oficios y lugares se dan.-, observó que había mineros entregados en cuerpo y alma a su trabajo, con una vocación que rompe un poco esa imagen, a veces frívola, donde siempre al minero se le considera castigado, sumergido, lapidado. Y, desde esa perspectiva se lanza a descubrirlo en su obra. De la mina al mar hay sólo un paso. Sus conversaciones y paseos con varios pescadores de Llanes, le introducen en el mundo del agua. Mundo que él domina de tal forma y refleja tan fielmente que la contemplación de un cuadro con motivos aguilarenses, lleva a la sorpresa a los observadores, quienes, incrédulos, trataron de buscar el lugar para cerciorarse de que el agua cristalina que baña la Cascajera es el mismo que Simal había dejado impreso sobre tela.



Froilán de Lózar | AGUILAR DE CAMPOO

¿Un pintor, como un escritor, nace o se hace?
Un pintor, creo que se hace. Cierto que hay personas que tienen una mayor predisposición a una determinada cosa. En la pintura, hoy más que nunca, se aprenden cosas nuevas cada día y todo sirve para perfeccionarla, incluso un buen programa de ordenador. Los materiales han evolucionado mucho. Un cuadro tiene un punto de inspiración donde interviene la idea y la imaginación de cada uno. Y un trabajo mecánico que hay que hacerlo bien. Yo ahora tengo un estudio en Barcelona y allí los laboratorios te suministran un material excepcional, pero hay que saber trabajarlo. Imagínate que tú tienes ahora unos frescos en una iglesia y quieres repararlos. Debes volver un poco a la técnica que se aplicó en su momento...

Usted ha pintado de todo. ¿Pintar un coche no implica, un poco, alejarse del arte? ¿O todo es arte?
Esto es la serpiente que se muere de la cola. No puedo comparar mi situación actual con la de antes. Hubo tiempos difíciles en los que no me quedaba más remedio. Ahora mismo estoy pintando un camión enorme, aunque no me dedique a ello. Por diversos motivos el interesado me convence y le pregunto, ¿qué tema quieres? Me pide que le dibuje un tema de la Montaña Palentina, ¿Para qué necesito más si la montaña es mi fuente de inspiración?

¿Cuál fue su primer trabajo?¿Lo recuerda?
Ahora mismo, no podría hablar de mi primer trabajo. Lo que si recuerdo es que, cuando empecé, iba en bicicleta a la iglesia de Vallespinoso. Enrollaba unas láminas, las ataba a la bici, metía unas acuarelas en el bolsillo, y así la he pintado montones de veces, de muchas formas. Quizás no sea el primer trabajo, pero sí ha sido con el que más veces me he ejercitado.

¿Algo que le haya llamado la atención últimamente...?
Por ejemplo, ahora se han puesto de moda los tejos. Yo empecé a fijarme mucho en los topónimos, así llegué un día a Dehesa de Montejo. Un día vino Felipe González y como en Madrid siguen muy de cerca a los políticos, a raíz de aquella visita se pusieron de moda los tejos en Palencia. Los hay hasta de 1000 años. Es un material muy flexible, utilizado seguramente durante las guerras para elaborar material de defensa como el arco y las flechas...

¿Qué firma admira de la pintura actual?
Para mí Antonio López es un fenómeno.

¿Usted se siente reconocido en Palencia?
No me preocupa lo más mínimo. Lo digo con el corazón en la mano. En toda profesión hay algo que te induce a seguir y no es precisamente la adulación que nace en muchas esferas. Lo haces porque te gusta y, si luego le gusta a la gente, miel sobre ojuelas.

¿Cómo es la montaña palentina?
La montaña palentina me encanta. Hace poco me encargaron un cuadro que tuviera motivos locales. Aquí mismo, en Aguilar, me fui a la Cascajera, me situé sobre una piedra, casi metido en el río, con objeto de coger la línea arquitectónica... Ya lo tenía casi acabado, listo para entregar, y un día, alguien que me conoce bien, sube por allí. ¿Qué estás haciendo?-me pregunta. ¿Pero eso no es Palencia? Pues sí que lo es. Ese agua pasa por Aguilar...

Sección: "Protagonistas de la montaña palentina"
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04 noviembre 1996

Modesto Fuente
noviembre 04, 19960 Comments

«Con el progreso, ya nadie escribe cartas»

+Modesto Fuente [Cartero]


Como hijo único que fue, rompe el tabú que arrastran los de su misma condición: Modesto fue jefe de cuadrilla de muchachos y alcalde de Vado durante veinte años. Modesto nace en Vado en 1924. Vado tiene dos barrios: el propio Vado, muy cerca de Cervera de Pisuerga, y la estación de Vado, mal llamada de Vado«Cervera..

Nuestro protagonista es conciso en ese aspecto y pone el ejemplo, para aclararlo, de lo que se ha dado en llamar pantano de Cervera, que no es tal, sino de Ruesga. Cuando llego por tercer día consecutivo a las portones de su casa, Modesto duda de la capacidad de su memoria. Son tantos los recuerdos que vienen a su mente, que, a medida que avanzamos en la conversación, las palabras se le agolpan en la boca y las historias que involuntariamente van brotando le devuelven un poco la imagen de aquella vida suya abonada en silencio, y milagrosamente puesta a salvo en los albores de su vida. Cuando tenía nueve años, fue al aserradero con un amigo para que le hicieran una matraca. Tuvo mala suerte, le pilló la correa y su amigo, asustado, huyó, dejándole casi a las puertas de la muerte. Gracias a la intervención de un joven que pasaba cerca de allí a beber agua, puede hoy contarlo: Aquel día su padre estaba arando y su madre, como siempre, iba delante de las vacas y el disgusto que les dieron cuando se lo contaron fue tremendo. Quizás aquello influyó después para que nadie pudiera separarlos.


 
Froilán de Lózar | VADO


¿Ya no se escriben cartas como antes?
No, ahora, con casi todas esas historias del progreso, la gente ya no escribe cartas.

¿Usted ha sido cartero por vocación o se ha visto obligado?
Mi padre fue cartero toda la vida Mi padre hacía el servicio con una burra y cobraba 75 céntimos, más cinco céntimos que le daban todos aquellos que recibían una carta. En la estación había tejeras y recuerdo que los tejeros le daban diez céntimos. Se retiró él y lo cogí yo, un poco por herencia. Yo compré una bicicleta y ganaba doscientas cuarenta pesetas al mes.

¿Cuándo comenzó a repartir las valijas por los pueblos, cuánto tiempo tardaba en llegar una carta al destinatario?
Normalmente, se entregaban en el día.. Yo las recogía en la estación y hacía el reparto enseguida, si exceptuamos algunos días de invierno.

Recientemente hemos conocido por la prensa, que un cartero ha sido condenado por apoderarse de bastante dinero remitido por giro. Otra funcionario se apoderó de varias tarjetas remitidas por los bancos, después del número secreto, y de ese modo cuentan que extrajo un buen pellizco; ¿usted jamás ha sentido la tentación de abrir un sobre?
No, nunca. Lo que sí es cierto es que cobrábamos los reembolso y teníamos un plazo de quince días para entregarlos.

Me gustaría que me hablase de Vado, ¿cómo es? ¿cuánta gente vive aquí?
Este pueblo es pequeño. Antes había veinticinco casas abiertas. Hoy sólo quedan cuatro pensionistas y cinco ganaderos. Antes, todo se limitaba al trillo, al arado romano... Llegaba el invierno y todo el pueblo a hacer arreglos de caminos, a enderezar portillos... Cuando daban leña, metíamos la hoja para las ovejas y las cabras... Antes teníamos cien ovejas cada uno..

¿Cómo era un concejo?
Entonces se tocaba a obra. Acudía el pueblo y se discutían los asuntos. Antes de entrar en el verano se arreglaban los caminos, unos iban con los carros, otros a unas canteras de piedra. Los últimos años la Junta Vecinal pagaba el vino y como anécdota te contaré que en una de las últimas huebras, le mandé al "criao" que nos subiera unos cafés, unos puros y unas copas de orujo. En veinte años de alcalde, nunca entregué las cuentas... Hace cinco o seis que lo he dejado... Ahora bien, tampoco se movía dinero como para eso.

A usted le tentaron para emigrar, ¿no se arrepiente de quedarse?
Es verdad, yo me pude haber ido, pero aquí esta todo !o que amó. Tenía yo dieciocho años y vino un tìo que había estado en Guinea y me llevó con él a Madrid. Entonces, escribió a mi padre y le dijo: "Si queréis, Modesto se queda aquí». Pero enseguida mandó mi padre para allá otra misiva pidiéndole que me mandaran para el pueblo.

¿Y vivieron felices?
Mira, mis padres han sido generosos conmigo. Nunca me metieron el dinero en el banco. Lo tenía en una mesilla y decían: Si necesitas ya sabes dónde está.

¿La caza es muy importante en su vida?
Recuerdo que compré una escopeta y la pagué á plazos. Cuándo yo cazaba no había cotos. Íbamos a Casavegas; matábamos una liebre o un raposo y lo traíamos a la costilla. Antes se cazaba con nieve. En Vallespinoso, en cierta ocasión, teníamos cercados a cinco jabalíes, echamos disparos a diestro y siniestro y se nos escaparon todos. Otra vez fuimos a Vergaño, y lo primero de todo, eso sí, a beber orujo. Vinimos andando hasta Valsadornil y maté un reposo. Le degollamos y le comimos aquella misma noche...


Sección: "Protagonistas de la montaña palentina"
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21 octubre 1996

Pablo Hinojar, el Burgalés
octubre 21, 19960 Comments

«Me gustó tanto esta tierra que me quedé en ella para siempre».

+Pablo Hinojar [Panadero]

Pablo Hinojar nació en un molino. Lo de la sangre y lo de la tierra tiene su lógica, porque este burgalés, panadero y molinero desde que era niño, no olvida su patria verdadera y hace patria de la tierra palentina, a la que llegó hace 38 años, y en la que todavía tuvo que pasar apuros antes de establecerse. Pablo ya estaba acostumbrado cuando por abundancia de familia, a raíz de la Guerra Civil, estuvo sirviendo en Briviesca sin paga, sólo a cambio de la comida."Unicamente, las nueces que cogíamos de los árboles y las habas dela Bureba", recuerda. Como tantos protagonistas de la montaña palentina, Pablo es un personaje en el pueblo que le acogió hace ahora 38 años. Cervera de Pisuerga ha sido proyecto y meta para este hombre, que se confiesa panadero hasta la médula. Cuando Pablo Hinojar llegó a Cervera de Pisuerga, los labradores seguían cociendo para su gasto, estableciéndose a partir de entonces un tipo de convenio, el llamado canje. En su caso, el cambio de harina por el pan. Ellos hacían del trigo harina en sus fábricas y se lo entregaban para el arreglo del año. Su ambición le llevó a crear la Agrupación de Panaderos del Pisuerga en el año 1976. En aquella operación, se embarcaron con él Petra Arto, de Cervera; Agustín de Lózar, de San Salvador de Cantamuda; José Luis Iglesias, de Salinas de Pisuerga, y Bernardo García, de Ventanilla. Todos ellos provenían del gremio y explotaban este negocio en sus respectivos municipios. Esta cooperativa contó con la experiencia de un excelente panadero, César Ramos cuya vida profesional se fue forjando en la fábrica de San Salvador y aprovechando esta coyuntura y el servicio regular que se efectuaba por el Valle de Liébana, un tal Chisco, desde Potes, llevaba el pan a Santander y lo vendía en la Plaza de la Esperanza.


 
Froilán de Lózar. CERVERA DE PISUERGA

Usted mismo decide ponerse un sobrenombre, ¿por qué el Burgalés?
Porque yo nací en Huerta del Rey (Burgos). Cuando alquilamos la panadería en El Valle, como aquí era costumbre apodar a la gente, decidimos adelantarnos con el Burgalés.

Entonces, ¿el local era alquilado?
Sí, al principio se lo alquilamos por veinte pesetas a Los Cotos. Después se pagaba con hogazas da pan.

¿A pesar de la competencia, usted salió adelante ayudado por su familia?
Tuvimos mucho éxito. Ya entonces había tres panaderías: La Carolina, Barlán y la nuestra. La nuestra estaba ubicada en El Valle, camino de la Feria. Aquello era como una posada,todo el mundo se refugiaba allí. Habré asado infinidad de cabezas de ternera para mineros y transportistas. Allí mismo se preparaban los puestos de la feria y venían los pellejeros de Covarrabias, porque entonces se mataba en muchas casas. En fin, me integré bien aquí. Me gustó mucho esta Tierra y me quedé en ella para siempre.

Usted parece un hombre de muchos recursos y sé que tiene también muchas anécdotas, ¿verdad?
Algunas anécdotas pasan de anécdota. En cierta ocasión, recuerdo que vinieron a buscarme unos vecinos de Triollo. Me dijeron que se estaba muriendo el cura y tuve que salir con los medicamentos. Fíjate, en pleno invierno, con una nevada de metro y medio... y habíamos quedado de acuerdo en que los mismos que vinieron a buscarme me acompañarían en el regreso, pero pasaba el tiempo, y como no se presentaba nadie, tuve que regresar yo solo. Aquello fue una travesía, la carretera estaba tapada y nevaba fuerte, lo que dado las bajas prestaciones del vehículo me obligaba a sacar fa cabeza por la ventanilla para no salirme del camino.

¿En aquella época usted ya llegaba con el pan hasta Cardaño?
Llegábamos hasta Alba dé los Cardaños. Hacíamos el recorrido dos veces por semana y dejábamos el pan en el bar de cada pueblo.

¿Y los pueblos de Ojeda?
A la Ojeda también. Llevábamos a la Guardia Civil y la traíamos. Mientras nosotros repartíamos, ellos gestionaban sus cosas. Por aquellos pueblos, entonces, nos daban 'la picatuesta' (de la matanza del cerdo).

¿En su casa se fiaba el pan?
Se fiaba hasta un mes, dos o tres, e incluso un año. Algunos, pasado este tiempo, vendían una vaca y te pagaban. También hacíamos el reparto hasta Valle y Parapertú. Allí se notaba más la alegría que en otras zonas, porque eran mineros y corría el dinero. De aquella zona te cuento una anécdota muy curiosa. Un día estaban esperando al obispo. Yo iba a hacer el reparto y cuando vieran aparecer mi coche en la distancia comenzaron a tocar los músicos y a tirar cohetes, de manera que cuando llegó de verdad el Señor Obispo ya no quedaba munición...

Sección: "Protagonistas de la montaña palentina"
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14 octubre 1996

Faustino Varona
octubre 14, 19960 Comments

«Aquí no se aprecia bien a los curas»«En la montaña palentina se puede evangelizar más que en el Tercer Mundo» 

Faustino Varona [misionero] 

La proximidad con Palencia y los cinco años que ejerció en Valderredible le hicieron sentir de cerca a nuestra tierra. Faustino Varona nació para servir. Pero, además de los tres años que vivió en Polaciones y otros quince que predicó en Valderredible, la mayor aventura, lo que verdaderamente recuerda con mayor agrado, son los veinte años que pasó en América.

«Allí investigábamos todo tipo de problemas: políticos, sociales, económicos». Se trataba de informar al Vaticano sobre las verdaderas necesidades de aquella tierra. Lo mismo se investigaba un prostíbulo que un grupo de soldados. «Eramos un ejército de misioneros y tal fue nuestro despliegue que nuestra labor quedó bien definida por el embajador Vella: desde que Colón descubrió América nunca hubo una avalancha como ésta». Ahora bien, de aquello -lo dice con pena- no queda casi nada, no se ha hecho nada, y bien podemos decir cómo se dice en el lenguaje dé la calle: "Ni puto caso". Angulo es un pueblo olvidado por la Administración, con pocos vecinos y un odio a muerte entre ellos que se ha hecho insoportable. «Quise hacer algo, empezar a base de paciencia y de buenas maneras, pero todo fue en vano. Aquí no se habla nadie con nadie y la basura nos está cercando», asegura. A sus setenta años, este misionero ambulante lo ha visto casi todo. Faustino Varona nació en Barcedo de Valdeolea (Cantabria), en 1926. Recuerda cuando los seis hermanos entraron en el Colegio de los Dominicos de Villaba, la tierra de Induráin. De allí, comienza su peregrinaje por Salamanca, Vergara y Caldas de Besaya, siempre con dificultades, sin libros, y con hambre. «No teníamos ni zapatos para jugar al balón", asegura este sacerdote que se pone la boina roja para tocar el acordeón y hacer juegos de magia en colegios, residencias y pueblos cercanos de Alava, Vizcaya y Burgos. Faustino, que en sus crónicas para los medios palentinos recuerda a los hombres y mujeres centenarios de la comarca, celebró a primeros de este año los cien años de su padre, que todavía lee, anda, habla, come y duerme..., «¿Qué más le vamos a pedir a la vida?», apostilla en un momento de la entrevista que mantenemos en un pequeño cuarto de su casa. «La salud le da a uno facilidades. Yo todavía subo la montaña, ando mucho, por aquí me invitan a muchos banquetes, aunque nunca como carne, siempre me quedo con hambre».

 


Froilán de Lózar. ANGULO (BURGOS)

¿Valderredible es palentino o cántabro?
Valderredible es cántabro, ahora bien, tiene unas entradas palentinas muy grandes en la parte de Báscones de Ebro. La duda se hace muy grande `porque mucha gente que viaja en autobùs cambia nueve veces de provincia.

¿El olvido que padecen estos pueblos no merece una rebelión en toda regla?
La rebelión ya la hemos hecho los que nos exponemos a contar la crónica diaria. Y, sin embargo, no tenemos e! apoyo de los que defendemos.

¿La peor misión de todas las que le han encomendado?

Como el pueblo de Encinas-Angulo, donde vivo ahora, no he encontrado nada. Esto es lo último de Burgos. No hay pueblo más abandonado.

¿Aquí también se puede evangelizar como se hace en el Tercer Mundo?
Y mucho más, porque en el tercer mundo tienes el principio de la evangelización, Aquí nos falta. Aquí tenemos todo a nuestro alcance: comemos bien, vestimos mejor, tenemos una casa, una cuenta báncaria, pero a la hora de la verdad, la cuenta de hacer el bien está deudora.

¿Dé que se quejan los habitantes del norte palentino?

Piden sacerdotes. Piden maestros... pero al sacerdote no se la aprecia bien en los pueblos. A la hora de la verdad, se encuentra uno decepcionado de la respuesta de la gente. Yo no espero que me inviten a nada. Me quedo satisfecho con que la gente se quede satisfecha. A mi me gustarla que a la gente, fuera budista, mahometana o lo que sea, que haga religión porque todo el mundo lleva dentro el bis del creador y la criatura. Paro mí el Padre Revilla ha sido un profeta de primera categoría, un propulsor de la doctrinas de Jesús, que proponía la unión de todas las religiones. Pero hay muchos intereses creados de por medio.

La Administración, ¿se la teme o se la espera?
Viendo lo que ha pasado, se la teme. Viendo lo que vemos en la nueva democracia, se la espera. Y esperamos que haga algo también por la presión que recibe de la oposición, porque la oposición es importante, está ahí con todo el derecho a investigar, con el consiguiente beneficio para todos.

¿No me negará usted que aquí la Sanidad está en pañales?
Ahora parece que comíenza a funcionar, acaso sea porque yo he visto en América los pasillos llenos, las barracas inundadas de enfermos y morirse niños a millones por el simple sarampión. Es por eso que a mí lo nuestro me parece una belleza.

¿Y la educación?

Lo peor de la enseñanza es que les marcamos a los pobres chavales. Todos los cambios afectan a los padres, a la economía familiar e incluso a la salud de los mismos niños.

Faustino afirma que estaba mejor en América sin sueldo que aquí con él, pero no pierde el sentido del humor en ningún sitio. De improviso, se pone uno de los vestidos que le han regalado, extrae cuerdas, dedales y monedas de un maletín y te prepara un juego de magia, como tan pronto se coloca una boina roja y se marca una pieza acompañándose del acordeón.

¿La sotana es un símbolo necesario?
Al contrario, me parare que sobra la sotana y el color negro para acercarse a la gente.

¿Se aleja la Iglesia o son los feligreses los que se alejan?
Quizás los dos un poco. Y no es la Iglesia, son las autoridades de la Iglesia.




Sección: "Protagonistas de la montaña palentina"
Notas: Ver también: Autores costumbristas, donde el escritor José Pérez Llorente rescata su imagen para nuestra revista "Pernía"

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02 agosto 1996

Se abre el telón
agosto 02, 19960 Comments

Se abre el telón. Empieza la historia. Otra historia como las anteriores, mezcla de afán y soledad. "Tanto tienes, tanto vales". Y se repiten, desgraciadamente, leyes que levantaron los humanos viejos y donde hemos vuelto a tropezar nosotros. ¿Qué somos? ¿Qué buscamos? Tenemos un mundo inalcanzable, buscamos más allá de las cosas, costumbre propia de nuestra raza que se pasa la vida haciendo récord en un determinado campo, que otros individuos se encargarán de romper unos años más tarde.



Pero se abre el telón. La vida continúa, hay que vivirla, no sabemos muy bien cómo, he ahí el gran interrogante de nuestro gran poeta Jorge Manrique:

¡Cómo se pasa la vida,
cómo se llega la muerte... 

La vida, muchas veces, no tiene nada que ver con la religión. Hay personas que pasan por ella sin convencerse de que Dios exista. Pero viven, y te ayudan a pasar alguno de esos puentes que la vida te tiende. ¿Quién los tiende? No obstante, hay una frase en la Biblia que a mi me parece siempre igual y nueva: "Dejad de ambicionar los bienes terrenales". Nadie la oye. La gente corre cada día más, busca un resquicio entre la muchedumbre, abren locales comerciales al margen de la crisis, compran pisos, coches de tres millones, y después, en su papel de relaciones públicas, se juegan a una carta los mil duros diarios, que si un piquito de esto, que si una copa de mil pesetas. Sólo hay varias cosas que echan de menos: el escaso contacto con la familia y el descanso, porque, tan ocupados como están en hacer empresa ni siquiera duermen. Se pasan la noche recitando de memoria las existencias de su almacén en tal calle, los gastos de reparación en su local de más allá, y los impuestos. Eso si, preocupan mucho los impuestos.

Mientras, los obreros, los funcionarios, el resto de la gente, se pasa la vida haciendo trampas para salir adelante. El empresario dice que los obreros viven como "Dios", que se van cumplidas las horas del convenio y allí le dejan tirado a él, entre facturas y remiendos de mucho peso. Pero lo cierto es que los obreros viven obsesionados con el trabajo, por el posible fracaso o quiebra del trabajo. ¿Qué comerán después sus hijos? -se interrogan- ¿Quién les dará una recomendación? ¿Dónde podrán encontrar una salida con los años que tienen? Porque se pasan media vida entre materia hasta que obtienen el diploma. Ya cuelgan en casa tres o cuatro títulos, muy monos, pero ahí está su autor machacándose la cabeza en el sofá, buscando entre las páginas del periódico un quehacer, a veces, bien lejos de su vocación y de sus títulos.

"Pues, fulanito de tal es economista, pero le piden una experiencia de tres años". ¡Dios mío!, de dónde van a sacar la experiencia los que acaban de colgar un cuadro en la pared.!

Y la señora de la casa, abrumada por los precios, cansada de las tareas que le impone el hogar, el cuidado de los hijos, repitiéndose a diario en las sartenes, embarazándose, desembarazándose, fregando escaleras, limpiando el polvo de la casa, lavando, cosiendo, planchando ... Déjeme, señor, director, que otro día le dedique un artículo entero a la mujer, porque se lo merece y aquí seguimos como si nada.

Se abre el telón todos los días. Es como una rueda donde no puedes detenerte. Si lo haces, puedes caer en el abismo. Muchos días querrías no haber nacido. Te gustaría embarcarte hacia las nubes y perderte para siempre. Mejor si te hubieras muerto de pequeño. ¿Para qué ha servido tanto esfuerzo? -te preguntas- tendido sobre la cama de un hospital, robándole minutos a la historia. ¿Para qué? ¿Tú crees que merece la pena seguir viviendo, seguir atesorando, sufrir la rutina durante casi un año de los humos, del sabor nauseabundo del tabaco... ? El camino, siempre el mismo camino, la misma historia, la misma pregunta.

El telón siempre está preparado, cada mañana, algunos quedan atrapados en sus redes, pero vuelve a subir y el resto de los humanos siguen metidos en sus historias, preocupados por el dinero, mucho dinero, cada día más dinero, que el telón no ha caído y el de los bancos se está saliendo por la puerta.

No saben de alimento las palabras que alguien te está gritando. Para que te consueles, que todos tienen problemas y que todos los problemas son importantes. Para que reconozcamos todo lo que se mueve en nuestro entorno y que antes no entendimos: la mano del pequeño que se tiende, el anciano que necesita más cariño; la esposa, trabajadora y paciente que requiere un esfuerzo, una compensación generosa y constante; los hijos, que necesitan más diálogo.

Un día caerá el telón y tú te quedarás abajo, arrepentido acaso de no haberte dado cuenta antes de las pequeñas cosas, que son las más hermosas; de haber confundido el amor con la ambición, con el dinero, con el trabajo.

Se abre el telón de nuevo. Aprovéchate ahora.

@ Froilán de Lózar en "Norte de Castilla"
Imagen: el diario de policromi


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27 julio 1996

Akuna Matata
julio 27, 19960 Comments

Mufasa y Sarabi gobernaban con sabiduria aquella tierra. Era una tierra fértil, donde nunca faltó el ingrediente de la intriga y un hermano salvaje. Como en los cuentos, quienes ahora dominan la leyenda, o aquellos que pueden tener mejor acceso a modificar el final de la historia, son los alcaldes, los presidentes de las distintas sociedades, por pequeñas que sean... los cazadores, los pescadores, los comerciantes, y así, sucesivamente, estos pequeños colectivos, estos pequeños cargos, (a veces ignorándolo) desprenden un enorme poder que bien utilizado puede contribuir, y de hecho contribuye, a las mejoras y el acondicionamiento de estos pueblos. Pero como en el cuento, nuestra gente parece encontrar una prohibición al hecho de traspasar los límites del Condado. 'No debemos bajar allí'. 'Es muy peligroso'. 'Allí se vive de otra manera'. 'No entenderán nuestra forma de vida'.


 
Alguna vez el alcalde sortea previa cita el cementerio de elefantes y acude al encuentro de unas almas superiores para que contribuyan a paliar ese deterioro que va quedando a medida que todas aquellas personas hacendosas y activas van dejando sus puestos de responsabilidad. . La avalancha del sistema burocrático es similar a la estampida que acaba con Mufasa. Mueren los portadores de cabeza tratando de encontrar una respuesta y los escasos hijos que quedan para tomar las riendas, casi se prohíben poner el pie en aquellos campos envueltos por la desolación y la tristeza. Los políticos (casi todos), ambicionan y mienten, como Skar. Sólo desean el poder, el dominio absoluto sobre estas tierras, sobre estas gentes; que se cumpla la ley que ellos soñaron a medida que los mensajeros van muriendo, unos consumidos en el olvido de otras tierras y otros envueltos bajo falsas promesas de prosperidad y de futuro. Durante muchos años, hemos visto cómo se agrietaba la tierra bajo el mandato de los unos y los otros, de los dictadores y de los demócratas, o se resecaba y empobrecía; jirones de su piel siguen cayendo: ahí están los monumentos, ahí están las carreteras, ahí están los pueblos sometidos a una depresión que no encuentra eficaz medicina. Los presidentes, los políticos, los dirigentes de esta provincia, disfrazados de eficacia nos dejaron un mensaje en el contestador: gobernaremos esta tierra, lucirá hermosa, mil millones para esta tierra... y yo creo que estamos convencidos de haberlo soñado alguna vez porque casi todo está tal como estaba: un caramelo, un retoque, un plan estratégico, y una pintura que, tímidamente, puesta en una carretera falsa, da la impresión de estar ahí para advertirnos del peligro permanente que tendrán que sortear quienes decidan vivir aquí su vida. Para los políticos palentinos somos un pueblo de futuro, si, pero al futuro que soñamos se llega por caminos de progreso y el nuestro sigue postergado por las excusas de costumbre en la carpeta del destino.

Pero, cuidado, somos jóvenes, fruto de quienes vivieron sumergidos en formol tantos años y no vamos a conformarnos con el grito de 'Akuna Matata' (Aquí no pasa nada), porque hay compromisos pendientes que no pueden postergarse por más tiempo. Ese grito tendrá sentido cuando la tierra reciba las atenciones que demanda, a las que desde un bando y otro aluden de continuo, y por cuyas heridas sigue manando cada vez con mayor desesperación ese silencio de los oprimidos.

Imagen: Taringa

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16 julio 1996

Historia de una decepción
julio 16, 19960 Comments

Algunas de las historias de las que ahora nos acordamos, podrían haber tenido un final diferente, acaso más justo -¡quién puede adivinarlo!-, pero queda la duda y avanza cada día la creencia de que así hubiera sido. Me refiero a la reestructuración de los pequeños municipios, y en concreto la fase que se llevó a término siendo gobernador de la provincia José Mª Rabanera y Ortiz de Zúñiga.


Estos últimos días me he asomado a un libro que ha lanzado la editorial Lancia: "La Cantabria Leonesa", y donde -según el autor, La Liébana y el norte palentino pertenecen a León. Pero, como el asunto requiere más espacio y reflexión, lo dejaremos para otra ocasión.

Lo cierto es que en dicho libro aparece La Castillería y Resoba formando parte de Pernía. Surge este comentario porque, al margen de que en siglos pasados fuera cierta dicha aseveración, Estalaya, Verdeña, Celada de Roblecedo, San Felices y Herreruela de Castillería, se anexionaron al Ayuntamiento de Cervera de Pisuerga. Con el Movimiento Nacional se lograba la fusión de unos sesenta municipios en nuestra provincia y a quienes les ha tocado cierta responsabilidad de lo que ellos consideraban un problema (muchos Ayuntamientos y muy pocos habitantes) entienden como muy acertada la propuesta.

Uno de los portavoces de la Federación de Municipios Rurales, Pedro Martínez Martínez, declaraba en febrero de este mismo año (1996): "Está claro que en una población de muchos habitantes siempre hay más posibilidades de que rinda más una inversión". Y añadía: "Se deben tomar medidas para detener la emigración de los pueblos". "Los pueblos tienen futuro si se ponen los medios para que lo tengan".

José Mª Castro Asensio recordaba las exiguas cantidades que se necesitan para que estos pequeños municipios funcionen. Sea como fuere, lo cierto es que aquellos días nuestros vecinos de la Castillería le dieron su voto a Cervera. ¿Por qué? -se preguntaba entonces la Corporación de 'la Pernía'. ¿Por qué era más grande? ¿Por qué había un cierto optimismo en el futuro? Por lo que fuera. Lo que sucede es que en la actualidad -con ciertos altibajos y mejoras- siguen como estaban...

La duda anida en la pregunta que hoy se hacen: ¿Qué hubiera ocurrido si nos decidimos entonces a formar ayuntamiento nuevo? Esa duda atormentará siempre, aunque, por lógica, llevábamos por delante varias e importantes ventajas, a saber:

La subvención a percibir sería para el nuevo ayuntamiento. (Entonces se hablaba de 750.000 pts.)
No existía la masificación que ahora mismo soporta el Ayuntamiento de Cervera,
Se unirán dos o tres conceptos iguales de cultura y costumbres, porque Cervera, aún estando próxima, vive de diferente forma, no entiende, por lo tanto, algunas de nuestra reiterativas cuitas: véase la escuela, el invierno, la carretera... etc. Tendríamos otra respuesta de la parte política.
Se abriría una vía de comunicación con Barruelo-Brañosera, lo que ahora mismo podría servir de apoyo para el turismo rural en alza. Y así más y más historias que nos favorecerían.

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09 julio 1996

Vocabulario
julio 09, 19960 Comments


Alampa: (En Barruelo -según Francisco Merino-, algo que pica mucho). En nuestra zona, algo que quema. "Quema que alampa".

Alipende: Travieso.

Apergollar: Suena como a retorcer.

Apencar: Barr. Correr apresuradamente. Pernía: Trabajar con ahínco. Aplicarse mucho en algo. "Hay que apencar el codo".

Apiporrarse:
Hartarse de comida o de bebida.

Arrecido: Helado.

Angarillas: En algunos pueblos, Polentinos, se llama así a un armazón compuesto de cuatro palos, donde se Iievaba a la Virgen 'en procesión. "Coger las angarillas para llevar a la virgen".- Armazón que se utiliza para matar o estazar al cerdo.

Baldragas: Persona muy descuidada. "¡Qué desastre eres. Eres un baldragas!".

Bocoy: Es una cuba de vino pequeña. Hace unos años no faltaba en ninguna casa un bocoy de vino.

Cachizo: Pieza gruesa de leña que suele colocarse detrás de las ramas y los palos delgados, de modo que el fuego tarde más tiempo en consumirlo. 

Camorro: Testarudo.

Coritada: Mojadura. "IVaya corilada de agua que te has cogido."

Chozo: Cabaña donde pasaba la noche el vecero. "Vamos al chozo de Pineda."

Dalle: Guadaña. Se compone de una pieza de metal que va unida a un largo mango de madera. Su uso se ha ido extinguiendo paulatinamente, aunque no del todo, debido a los peligros que supone adentrarse con este utensilio por terrenos muy pindios.

Diana: Toque popular. Generalmente, al día siguiente de la fiesta mayor. Un grupo de mozos va en busca de los músicos y recorren el pueblo deteniéndose en plazas y corrales. Tiene un doble aliciente o significado: el hecho mismo de la fiesta a la que se va sumando gente a medida que avanza el grupo inicial y la obtención de un dinero para sufragar el costo de las fiestas.

Embiscar: Azuzar al perro.

Emburriar: Empujar. "¡No emburriéis!"

Espichar: Morir.

Estropajazo: Caída aparatosa.

Fréjoles: Como aquí se conocieron siempre las alubias pintas. En lenguaje pastoril, frijoles.

Guaje: Palabra muy usual, atribuida a los mineros.

Jijas: Delgado. Dícese también de la carne picada y sazonada que luego se utiliza para hacer chorizos.

Junciana: Genciana. En Lores se extraía la Genciana, que luego se enviaba a los laboratorios catalanes.

Lumia: Descarada.

Machorra: Esta palabra es sinónimo de estéril y se utiliza mucho en ciertas zonas de León. Por ejemplo, una vaca machorra en una vaca que no "empreña", En nuestra zona también se ha utilizado mucho este término. Incluso haciendo alusión a las mozas que se desarrollaban tarde: "Es una machorra." Se llama machorra a unas piezas de madera que se encajaban en las albarcas, donde por norma general iban las gomas.


Para saber más:
"Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", de Froilán de Lózar
Editorial Aruz, Segunda Edición, Julio 2009



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