A través de Internet se puede comprar un pueblo entero. Yosa de Broto, en la comarca de Sobrarbe, ha sido puesto a la venta este año por su dueño, después de fracasar un proyecto inmobiliario con el que se pretendía rehabilitar el núcleo urbano. El anónimo propietario reunió hace una década a los herederos de las casas y tras diversas negociaciones individuales logró la adquisición de todo el pueblo. Desde entonces intentó infructuosamente desarrollar un proyecto urbanístico destinado al turismo.
Como digo, el internauta encontrará aquí curiosas referencias a lugares que todavía se preguntan por la causa que motivó su muerte.
Hueli (Almería), un caserío en la comarca de Sorbas que quedó despoblado en los años 80. El conjunto es una aldea de apariencia totalmente africana que se alza sobre un terreno de bancales con almendros y olivos, y con una alberca de agua abundante rodeada de chumberos y cañaverales.
La Aldea del Cerezo es un pueblo que se ha rehabilitado en Córdoba mediante una escuela taller, dentro del Parque Natural de Cardeña-Montoro, por donde discurre el río Yeguas, encajonado entre sierras de espléndido bosque mediterráneo.
En la provincia de Huesca se halla el curioso ejemplo de Suelves. El pueblo también lo compró alguien que posteriormente se lo vendió a familias belgas. Estos construyeron una magnífica urbanización junto al antiguo pueblo, con chalets, piscina, pistas de tenis. Todo está hoy abandonado.
Más justificación podemos encontrar en Vallemoru, en la comarca asturiana de Ponga, cuyo último habitante, de nombre Juan, lo abandonó a principios de los años 80. Aquí sí había un motivo para la huida: Un pueblo sin luz, sin carretera y sin agua corriente. Pero, sorprende, en cambio, las leyendas ponguetas que hablan de la gente de este lugar en buenos términos: altos, más rubios que el resto, "un pueblo noble y arrogante", en el que todos eran medio poetas e inteligentes y con unas dotes para las artes y el pensamiento impresionantes.
En Gomeciego, un pueblo de Salamanca, en la comarca de Peralejos de Arriba, un lugar abandonado hace más de veinte años, cuentan que el obispado puso un guarda para que nadie cogiera las piñas de unos pinares trasplantados.
Peñalcázar, un lugar de extraordinario interés en la comarca soriana de "La Quiñonería", por estar situado en lo alto de una montaña.
A Soria pertenece, asimismo, el pueblo de Sarnago. Son muchas las gentes que se han quedado prendadas de su singularidad y ponen como ejemplo a Julio Llamazares que se inspiró en este lugar para escribir su famosa novela "La lluvia amarilla".
El poeta Rafael Caffarena escribió un poema titulado "La Frontera", en el que menciona el lugar abandonado de "Azapiedra", en la comarca soriana de Villar del Ala. Quienes han hecho un seguimiento del lugar lo califican de profético, dado que fue escrito allá por 1923 y se ahonda en el tema ahora tan preocupante de la despoblación.
Imagen: DeOrígenes, Museo Piedad Isla, 2016
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