ORÍGENES

28 marzo 2014

La romanización (V)
marzo 28, 20140 Comments

  • "Favorezca suerte más ventajosa -señalan- a los investigadores que nos sucedan, y tropiecen con datos o hallazgos aclaratorios."


Detalle en el pórtico de la Iglesia de Revilla de Santullán

En este pequeño ensayo en el que gustoso me sumerjo, desconociendo muchas de las obras que se citan en aquel Pleno de la Institución Tello Téllez de Meneses a mediados del pasado siglo, hay una alabanza constante a las obras expuestas, tal es su fijación, por ejemplo, en los pórticos de Carrión, una de las mejores a su juicio, con una larga y detallada referencia  a las urnas sepulcrales y al variado capítulo de capiteles y pilas bautismales. Sorprendidos así mismo ante los pórticos de la iglesia de San Cornelio en Revilla de Santullán y los de San Andrés de Arroyo en el valle de la Ojeda, haciendo mención del pésimo estado de conservación de las archivoltas de la de Villasirga. Hay una referencia también a las pinturas murales de cuatro templos: Santullán, Pisuerga, la Ojeda y Ordejón. Ordejón es el nombre del valle que comprende las localidades de Barrio de foldada, San Pedro, Barrio de Santa María y el despoblado barrio de Santa Olalla. En 1894 se cambia el nombre de Ordejón por Salinas de Pisuerga.
Se cita también la iglesia de Villanueva de Pisuerga, y como, al construirse el pantano y quedar sumergido el pueblo, se numeran sus piedras, se desmontan y se reconstruye en el parque de Palencia conocido como "La Huerta del Guadián".

En una referencia anterior, hacía alusión a los maestros canteros y avanzando en el estudio compruebo que no sólo se les recuerda como experimentados labradores de la piedra, sino que se les cita , encontrando referencias a nombres concretos, como un tal Petrus que se citaba en la desaparecida iglesia de San Justo, en Quintanaluengos; Ximeno, en el año 1063 en lo que fuera la abadía benedictina de San Salvador de Nucares; Joannes que en 1114 trabaja en la de Frontada, localidad que desaparece bajo las aguas del pantano de Aguilar en 1963, unos años después de aparecer la cita de los académicos; Pelagius en Perazancas; Gustius en 1185, en Lebanza; Fray Sebastián en el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campóo. Y, desde 1090 hasta 1126, discípulos e imitadores de aquellos maestros que se citan como continuadores de su obra en la de San Isidoro (León), Santiago de Compostela y San Vicente de Ávila.

Rendimos gratitud, como sugieren en su escrito, y homenaje obligado a tantos maestros y arquitectos desconocidos que tan fructuosa labor ejecutaron en remotos tiempos, con escasos y sencillos instrumentos. "Favorezca suerte más ventajosa -señalan- a los investigadores que nos sucedan, y tropiecen con datos o hallazgos aclaratorios."

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21 marzo 2014

La romanización (IV)
marzo 21, 20140 Comments
  • Los maestros canteros

Un servidor, que no es un especialista, ni un historiador, sino un mero observador de la historia, se sorprende cada vez más del trabajo llevado a término por los canteros de otras épocas. Uno es estudiante de historia toda la vida, porque cada ojo que se detiene en ella la interpreta de una manera distinta y en casi todos las miradas una honda impresión, una exclamación de asombro, un sobresaliente sin que asome una duda.

Eso pasa con el románico, que siempre cautiva a los de fuera, a quienes se quedan embelesados mirando una espadaña, o deducen por la perfecta sincronización de los cruceros y el minucioso labrado de portadas como la de San Andrés, en Cabria, más que la entrega, la pasión de aquellos talladores de antaño, que con recursos mucho mas limitados nos entregaron obras tan dignísimas.

Siempre se pontifica a los Reyes y Condes que ordenaron levantarlas o ayudaron a iglesias y monasterios para su reforma, pero quedan en el oscurantismo otra vez, antes como ahora, las personas que se implicaron de verdad para que no desentonara en ninguna época de la historia. Es más, los historiadores y los académicos se sienten deslumbrados por la obra, no por las exquisitas manos que dieron vida a un arte que deslumbró al mundo.

No es augurar un pasado ceniciento para quienes nos sobrevivan, y miren hacia quienes hoy inventan cosas o levantan edificios que rotan a gusto de las gentes. Pero no hay comparación ni pretendo hacerla. Aquello era entrega, maestría, dedicación. Aquello era todo, porque suponía una dedicación plena y de por vida a pulir y redondear la piedra.

Aquello era arte, lo de hoy es otra cosa.

Para la sección "La Madeja", en Diario palentino y Globedia.
Imagen: La primitiva Colegiata de San Salvador.

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14 marzo 2014

La romanización (III)
marzo 14, 20140 Comments

En medio de este tratado sobre la romanización, donde intento refrescar un tanto la memoria de nuestros ilustres académicos, recibo la carta de Carlos Camino, un seguidor que ha querido despejar la incógnita sobre los Capiteles vendidos por el dueño de la Abadía de Lebanza en 1927. Bajo el mandato de Alfonso VII (1158-1214), se conceden importantes donaciones a iglesias y monasterios, momento en el que resurgen nuevas formas arquitectónicas y escultóricas. Los capiteles fueron incorporados por Valzania al panteón de la iglesia, uno representando al Salvador y el otro a las tres Marías.


Los eruditos atribuyen la autoría de los capiteles a la misma mano que realizó la portada de la iglesia de Santiago en Carrión de los Condes y ya en el libro de "Cervera, Polentinos, Pernía y Castillería", menciono a Kingsley Porter, multimillonario americano, eminente profesor de Harvard de las bellas artes, viajero e investigador de la arquitectura medieval, que desapareció sin dejar rastro el 8 de Julio de 1933.

Porter, deslumbrado por la exquisitez de nuestro arte, estudia las piezas y por las inscripciones de los ábacos, afirma que está claro en qué año se hizo la obra (1185), bajo el mando de qué superior y quien fue el artista o mecenas del más linajudo abolengo castellano que hizo el arco. Como argumento decisivo de esta tesis expone que estos capiteles de Lebanza son anteriores a las más renombradas esculturas de los siglos XII y XIII. En el frente del uno aparece Cristo sedente, dentro de una nux, el otro representa al parecer la Adoración de los Reyes Magos y los Pastores. Son dos singulares piezas de escultura y epigrafía arcaicas que se encuentran en Harvard y que pueden encontrar los interesados en el apartado de Arte de mi página de Orígenes, en Facebook.

A propósito de aquella venta, ya Rafael Navarro García, en el Catálogo Monumental de la provincia de Palencia, publicado en 1939, lo define como un acto de inculta codicia, calificando a quien lo vende de "poco cristiano y poco español" y la Diputación de Palencia, en Mayo de 2005, habla del "expolio de diversos bienes patrimoniales de la provincia", si bien, discrepo un poco de tales observaciones porque el mundo de los sentimientos es muy extenso y no podemos descalificar un hecho sin situarnos convenientemente en el momento en que sucede y las circunstancias por las que atraviesa quien lo vive.

Lo que sucede con el arte, se refleja en otros muchos aspectos de la vida, que no valoramos lo que tenemos hasta que lo vemos luciendo con generosidad en otros sitios.

Para la sección "La Madeja", en Diario Palentino y Globedia.
Imagen indexada en Harvard y facilitada por Carlos Camino

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07 marzo 2014

La romanización (II)
marzo 07, 20140 Comments

La provincia de Palencia es la zona más rica en monumentos románicos de Europa.



Y quienes vienen buscando el arte,  encuentran, además,  el bucólico paisaje que lo complementa.
Hay menciones allí para las ermitas de San Justo de Quintanaluengos y San Pelayo de Perazancas, ermita ésta última, donde planificó su intervención la Junta de Castilla y León el pasado año, de cara a su restauración. Así mismo, las de Salcedillo, Brañosera y Cordovilla, consagradas en 1118 por el obispo de Burgos; Barruelo, Cillamayor, Verbios, Villanueva de la Torre, Mudá, San Cebrián, Vergaño, Rueda; la ermita de Salinas de Pisuerga y las de Matalbaniega, Cabria, Villanueva del Río, Barrio de Santa María, Vallespinoso, Aguilar... La parroquia de Perazancas, Santa Eufemia de Cozuelos, Moarves, Zorita, Puebla de San Vicente, Nogales, Mave, y un largo rosario de pequeños pueblos desde la Valdavia hacia las Vegas del Carrión así como otros muchos puntos que se citan en los valles del Cerrato. Citan los estudiosos el eremitorio que fue en el 820 la iglesia de Santa María la Real, cuya mención recupero estos días, junto a una extensa e intensa visión de nuestra montaña de lo que podría convertirse pronto en un nuevo libro si el editor así lo estima.

Esa imaginería románica que tanto nos subyuga lo abarca todo en aquel tiempo y, de tal modo, que atrapa el alma como describen los académicos. De tal modo se concibe por los soñadores, que lo cubre todo, dejando en sus composiciones una puerta para la comprensión de la historia que fluye en aquel tiempo. No podemos obviar el inconmensurable canto que se alza ya entonces para tanta riqueza escultórica, lo que coloca a Palencia en la cima más alta de lo Románico durante los siglos medievales. El recorrido no se queda en una lista inabarcable de pequeños pueblos, sino que aterriza también en el claustro del Monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo, sin olvidar en esa cita la Ermita de Santa Eulalia o la célebre de San Pelayo, en Perazancas. Lo que de verdad emociona hoy al mundo y nos llena a los palentinos de orgullo, es la valoración que se hace y el ferviente quehacer que se viene desarrollando en la villa norteña a través de la Fundación Santa María la Real, cuya trayectoria ha sido ampliamente reconocida y premiada. Concienciar a quienes observamos estos días la restauración que se ha venido efectuando sobre tantos pequeños templos, respondiendo así a la conservación del medio, una invitación para vivir de cerca y soñar como soñaron tantos grandes artistas de la piedra.

Para la sección "La Madeja", en Diario Palentino y Globedia
Imagen: Portada de la Iglesia de San Andrés, Cabria, en Wikipedia..

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28 febrero 2014

La romanización (I)
febrero 28, 20140 Comments

Nuestros edificios religiosos levantados en los siglos XI y XII tienen planta de cruz latina y otros recuerdos de lo romano, ábsides circulares o de polígonos, cúpulas, linternas y capiteles historiados sobre columnas que sostienen arcos de medio punto y lobulados.


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En la conferencia inaugural del Curso Académico 1953-54 de la Institución Tello Téllez, Revilla Vielva y Torres Martín hacen un canto al Románico palentino.

Para los dos estudiosos, el románico, en general, es una transformación de la arquitectura, una renovación latente de muchos templos. 
"Tal religiosidad inspiran las iglesias medievales; tal es el silencio contemplativo dentro de sus templos; tal la profundidad de espíritu reflexivo en sus entancias; tal la solidez constructiva de su fábrica; tal, en suma, la delicadez imaginaria decorativa, que la decisión se impuso disipando aquella niebla de zozobra en el comienzo y dando prioridad muy distinguida al tema de apuntarnos."
A mediados del pasado siglo, ya impresionaban los monumentos encontrados en nuestra montaña. Eran como tesoros escondidos esperando la exclamación de los ojos del mundo, como expresaron los autores arriba mencionados, ruínas pintorescas que hacen llorar al poeta...
Dicen allí también y, acaso para algo sirva mi intervención aquí,que las investigaciones se complementan también con la inspección visual y las lecturas, de manera que, en muchas ocasiones, los valores artísticos se descubren, salen a la luz, se promocionan y se cuidan también y, esencialmente, cuando el cantor los interpreta con precisión, porque ha nacido entre ellos y es testigo del cambio y el lucimiento de estas fábricas.

Inicialmente, edificios amplios, dotados por sus fundadores de un espacio generoso para que los vecinos pudieran reunirse en Concejo a tratar los asuntos del lugar.

En Palencia hay una "huida" hacia esos pueblos bucólicos, en un momento de repoblación, donde se levantan con profusión ermitas y parroquias.

Los encargados de pregonar en aquel momento nuestras riquezas artísticas, comienzan su recorrido por el Condado de la Pernía: Lebanza y San Salvador, donde ya salen a colación los dos capiteles de La Abadía que se exponen en un Museo de Harvard.

Para la sección "La Madeja", en Diario Palentino y Globedia
Imagen: @José Luis Estalayo.
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21 febrero 2014

Una paz engañosa
febrero 21, 20140 Comments

Aprovechando uno de esos momentos de reflexión, donde salen a flote tantos rostros, no me cansaré nunca de reconocer lo mucho que me enseñaron estos montañeses, un bagaje lleno de historias personales, de superación ante la adversidad, de rebelión también ante el olvido. Yo no creo que tengamos que remontarnos muy atrás para encontrarle sentido a tantas actuaciones que en su momento nos sorprendieron, para seguir luchando por recuperar algo de aquella camaradería.


                                                                                   
Que parece difícil, porque transitamos por un mundo egoísta,  donde hay que medir cada actuación, cada paso, cada palabra; incluso aquí, en los pueblos pequeños, donde viven cuatro personas, en ocasiones, en el más absoluto de los aislamientos. Yo recuerdo, siendo niño, la alegría que se respiraba en casa de mi abuela Lorenza. El abuelo Clementino, oriundo de Olleros de Paredes Rubias, trabajaba en la mina, en aquella época de la efervescencia del carbón. Era entibador, ya sabéis, quienes se encargaban de habilitar a lo largo de la explotación, las maderas que permitían el tránsito de vagones y trabajadores con alguna garantía, aunque con garantía y todo muchos perdieron la vida en aquellos agujeros.

Aquel trabajo y las cuatro vacas era el sustento, pero no faltaba el folklore de la abuela que acudía a los pueblos limítrofes con su pandereta o te cantaba un romance para amenizar aquellas veladas de los duros inviernos.  Y nunca faltó el jamón y el chorizo en el portal de aquella casa. Todos le llamaban "abuela", y como la mía había otras muchas abuelas en el pueblo que disfrutaban con generosidad ayudando a los vecinos y compartiendo con ellos lo poco que tenían. A mi me gustaría que se cumpliera aquí uno de los dichos populares noruegos, recogidos por el poeta y lingüista Iván Aasen en el siglo XIX: "La hierba no crece en el camino que une las casas de los amigos", con un pequeño matiz, cambiando amigos por vecinos.

Para la sección "La Madeja", en Diario Palentino y Globedia
Imagen: @José Luis Estalayo.

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14 febrero 2014

La montaña del mundo
febrero 14, 20140 Comments

En cambio, hay mucha fantasía a todos los niveles. Y lo que fluye a nivel nacional, pues le ha servido a la Diputación de Palencia para hacer una llamada a los de Valladolid, asegurando en la espalda de un autobús que "nuestra" montaña es la suya.





Suele aconsejarse en publicidad no utilizar imágenes perecederas de personajes públicos, de manera que, una vez que el protagonista del anuncio desaparece o se apaga su estrella, no se vincule su nombre con el producto, para que no decaiga el interés. Pero nadie parece haberle dado importancia a ese consejo, pues los medios están llenos de personajes más o menos relevantes que nos hablan a diario de las bondades de un determinado producto o servicio.

En cambio, hay mucha fantasía a todos los niveles. Y lo que fluye a nivel nacional, pues le ha servido a la Diputación de Palencia para hacer una llamada a los de Valladolid, asegurando en la espalda de un autobús que "nuestra" montaña es la suya.

Y sorprende que la gente se moleste por eso, porque, efectivamente, es nuestra de nombre solamente, vinculada a un determinado espacio de la geografía palentina, pero ha de quedar claro que es de Valladolid también, como es de Pamplona y como por supuesto es del mundo. Y lo mismo entiendo que pasa con tantos otros lugares a los que el ser humano defiende como exclusivamente suyo, de manera que, aferrándose con inusual empaque a ese "mío" pretende prohibir el disfrute de estos puertos a las gentes que vienen de otros lugares.

Ahora que tanto revuelo ha levantado la promoción que de la montaña palentina se ha hecho en Valladolid, que no entiendo tampoco por qué motivo han de despreciar allí el goce de disponer de una montaña como la nuestra, a mi se me antoja renombrar al escritor y académico Gonzalo Alcalde Crespo, que con un buen número de libros publicados sobre la provincia de Palencia, fue el primero que dio a conocer la montaña palentina al mundo allá por la década de los ochenta del pasado siglo.
Inicialmente se publicaron cuatro libros, donde ya se hacía una división de la montaña más ecuánime, incluso más que esa que los técnicos le han dado al Parque de Fuentes Carrionas-Fuente Cobre: La Lora, La Braña, La Pernía y Fuentes Carrionas.

Y aprovecho para reconocer su esfuerzo que seguro ha sido compensado con creces con el conocimiento y el afecto recibido de muchos de sus entrevistados.

Para la sección "La Madeja", en Diario Palentino y Globedia
Imagen: @De Pumar59


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