ORÍGENES

10 enero 2004

Historias de este mundo
enero 10, 20040 Comments

Todavía hoy, cuando cuento en familia pequeñas anécdotas que yo conocí en el contacto frecuente con la gente mayor de todos estos pueblos, me viene al pensamiento y, aún a riesgo de ser pesado repito, aquella frase que a pesar de un buen trecho de vida recorrido me dejó estupefacto. La pronunció una vecina de Camasobres hace ya muchos años, que nunca había salido del pueblo. Invitada a una ceremonia, probablemente una boda, llegó hasta Aguilar de Campoo y exclamó: "¡Qué grandísimu es el mundu!. ¡Llega hasta Aguilar y más allá!".



Si uno se sitúa en el viejo Aguilar y, haciendo un ejercicio de memoria, viste a nuestra paisana con las ropas de la época: sayas, corpiños, basquiñas y acaso una blanca toca, tendrá ocasión de paladear por unos instantes la sensación de la mujer a la que sólo una cosa le impresiona: haber descubierto un mundo más allá del suyo.

En su pequeño pueblo ella era la reina, cuándo arrastrándose sobre los surcos, cuándo moviendo sobre la placa los pucheros. Se conocía todos los senderos: el Quiñón, el Otero, la Estacada o la Presa y, aunque fuera la mujer más pobre de este mundo, no echaba de menos nada.

A mí la mujer me ha impresionado siempre, no porque desconociera otros pueblos. Situémonos ante un mapa de Palencia, ¿cuántos pueblos conocemos nosotros, que hemos tenido lo que tuvieron ellas incrementado por la cifra que a ustedes se les antoje dar? A mí la mujer me ha impresionado por la carga tan pesada que tuvo que llevar, en casa y fuera de casa; en el campo la primera, con la cabaña, segando cuando fuera menester, trillando, bajando a lavar la ropa al río, lo que en algunos pueblos implicaba un desgaste tremendo. En Herreruela de Castillería no hace muchos años que se hizo la acometida de agua y, como éste, muchos otros pueblos donde llegar al río era ya una aventura.

Precísamente, de ese mismo pueblo procedía Hermenegilda, que se casó con uno de Ligüérzana. Felipe Llorente, a puntito de cumplir un siglo de vida, me lo cuenta con gracia a la encimera de este pueblo, camino de la ermita del monte. Es curioso el alcance que toman aquí los remoquetes o apodos, que nacen, generalmente, como consecuencia de algún vicio o manía que nos somete. A la "tía Hermenegilda" le pusieron de mote "el rompe", porque iba a las ovejas en invierno y exclamó: "verás cómo rompe el mi carnero", de modo que, como en este mundo de todo se acaba uno enterando, la mujer se quedó con el mote y hasta le sacaron unas coplas. Cierto día que estaban trillando en el lugar que se conoce como "Campuloma" cuentan que pasó un avión y la "tía" Hermenegilda dijo que "era una mazaplán que aterrizó en la Peña El Cuerno". Se conoce que andaba por allí el alcahuete del pueblo que lo oyó, lo contó y tal vez le compuso la copla que luego hizo la risa de los vecinos.

"A la tía Hermenegilda le van a llevar, a la linde gorda en un mazaplán..."

Y grande debía de ser este pequeño mundo nuestro a los ojos de aquellas lebaniegas que entraron por "el collao las eras", de Polentinos, y dice que le dijo la una a la otra creyendo que nadie las oía: "¡Chacha, mira qué Vega!". Sorprendidas ellas que vienen de un valle que tiene tantos pueblos como días tiene el año y gozan de un microclima que los labradores de nuestra montaña hubieran querido para su tierra dulce.

Todos los pueblos de la montaña celebraban concejos cuando lo consideraban necesario. En Polentinos, en el trasncurso de un concejo donde se trataba la adquisición de un toro, los vecinos mostraban su pesar por tan desafortunada compra. Según las versiones, el toro no tenía buena estampa, padecía "rodillón" y las protestas se fueron generalizando y fueron subiendo de tono las voces hasta que el alcalde, temiendo que llegaran a las manos, tomó la palabra y dijo: "...dejemos eso en paz. ¡El toro se trijo y se trajo!".

Una de las anécdotas más divertidas, ahora que ya pasó el peligro, es la que cuenta un vecino de Lores. Declarada la guerra, el alcalde los reunió a todos y repartió las armas. Por toda munición, a cada uno dos cartuchos. "Y ahora –les dijo– cualquier cosa extraña que notéis, si algo se mueve, ¡fuego y fuego!.

Estas y otras muchas historias se contaban en las veladas. Llegado este tiempo, la gente se reunía en alguna cocina para hacer albarcas, que luego se vendían en los mercados de las villas cercanas. En casi todas las casas había un burro (animal hoy en peligro de extinción) y se decía: "el que tiene burro y alforjas, callandito hace las cosas"

@Imagen: Escuela de niños en Casavegas, 1930

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03 enero 2004

Un paseo por el parque
enero 03, 20040 Comments

Gonzalo Alcalde Crespo, en los últimos libros que escribe sobre la montaña, ha manejado una extensa bibliografía. Si ya en la primera serie sobre las cuatro zonas naturales, Gonzalo se va implicando más y más a medida que se llena su maleta de historias, el regreso hacia el norte siempre le depara novedades y le empuja sin duda a buscar el apoyo y la versión de numerosos autores que estudiaron la tierra, desde nuestro paisano Laureano Pérez Mier, hasta Ricardo Becerro de Bengoa, Madoz, Quirino Fernández, Ángel Sancho Campo, Fray Justo Pérez de Urbel, María Luisa Montes Ramos y un largo etcétera de autores que han tocado más o menos alguno de los canales que conduce a nuestra historia.





El río vuelve a su cauce. Los historiadores, que a su modo y manera nos hablan del nacimiento de estos núcleos, más que en la procedencia o en los rasgos de los repobladores insisten en las dificultades para sobrevivir en estos escabrosos terrenos.

Pero, ciertamente, salvo sus propios libros, "El Condado de Pernía", de Pérez Mier, la "Toponimia" de Gordaliza que aparece en entregas semanales en este mismo diario y los libros y artículos que hacen alusión a "La Abadía de Lebanza, no hay tampoco un desbordamiento informativo que trate específica y concretamente aquellos apartados que sirven para descubrir todos los aspectos que conforman nuestro sino, nuestra razón de ser, nuestro rico pasado, nuestro proyecto de futuro. Me refiero, en concreto, a las zonas más apartadas, a las aldeas que lenta e inexorablemente van quedándose desnudas de material humano.

Tenemos el paisaje, desbordante, eso sí; majestuoso, imprescindible. Eso, ahora mismo, es lo más seguro, lo más fiable. Se supone que nadie lo puede romper.

En Zamora, donde vive una inmensa población de lobo ibérico, tienen la Sierra de la Culebra. En Girona, "La Garrotxa", donde puede admirarse una orografía diferente, recubierto el terreno por viejas coladas lávicas. En Andalucía disfrutan de Doñana, el Parque considerado la zona húmeda más valiosa de Europa Occidental. Y aquí, muy cerca, casi a tiro de piedra, se alzan desafiantes los Picos de Europa, que el rey Alfonso XIII, por iniciativa de don Pedro Pidal –marqués de Villaviciosa– convirtió en el primer Parque español en 1918.

Nada que envidiar. Este es el convencimiento que tenemos todos, jóvenes y mayores de cualquier condición y pensamiento. Reconociendo la belleza y el esplendor de otras regiones españolas no disminuye el encanto y la admiración que sentimos por lo nuestro. Pero lancemos la pregunta que estamos masticando: ¿Eso es lo mismo que ven nuestros políticos?. Lo dudamos. Como ejemplo, recojo de la hemeroteca la declaración que hace en Cervera de Pisuerga Mercedes Sánchez, siendo Directora General de Turismo de la Junta de Castilla y León: "Nos hemos dado cuenta que la montaña palentina no lleva la evolución que consideramos para una zona de tanto valor".

Toda la ilusión y el sentimiento que albergamos nosotros, se desarma al comprobar que los actuales embajadores de esta tierra no se han molestado en correr para verlo, para sentir un poco de esa emoción nuestra, para promocionarlo, para activarlo, posibilitando así la repoblación que tanto se hace de rogar y tan difícil la auguramos.
Tierras magníficas las nuestras. Grandes esperanzas. Ese es el lema que nos alimenta, porque las grandes realidades no acaban de llegar debido a que, unos no las plantean, otros no las desean, otros no dicen nada pero tiran "collejas" cuando alguien pone de manifiesto sus teorías o proyectos.

Vamos a clarificar un poco las posturas. Tenemos una preciosa tierra. Dejémosla que crezca. Abramos al mundo las ventanas. Los que viven en ella son conscientes de que la solución para seguir ha de pasar por las infraestructuras. Desde la Asociación Fuente Cobre hemos lanzado una propuesta de comunicación de gran envergadura. Propuesta que ya conocen nuestros representantes y que están considerando seriamente. Propuesta que explicaré con detalle en un próximo artículo. Se trata de habilitar un túnel por Casavegas hacia Potes, lo que nos pondría en unos minutos en comunicación con la villa cántabra, bien para repostar allí servicios, bien para recoger de allí parte del inmenso turismo que ciega las entradas y salidas de este bonito rincón de la comunidad vecina.

Para todo lo que hable de futuro hemos de tener en cuenta una buena comunicación, pues muchas de las barreras que ahora existen están relacionadas con ella. Ese es un paso fundamental para que las generaciones futuras hablen de las posibilidades de esta tierra.

@De la serie "Impresiones" en Diario Palentino.

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20 diciembre 2003

La última carta
diciembre 20, 20030 Comments
A Paco, en el aniversario

Ahora nos invade la nostalgia y metidos de lleno en los cuarenta, afloran los recuerdos, se mueven los archivos de nuestra pequeña gran historia y regresan por momentos aquellos que se fueron y que a su manera nos hicieron más ligero el rutinario acto de vivir. Nadie lo tiene fácil. La escritora albaceteña Alicia Giménez Bartlett, que en estos días anda promocionando “Secreta Penélope” (Seix Barral), reconoce en una entrevista que publica “El Correo”, “que todas las generaciones fracasan en sus sueños, porque estas son superiores a la evolución del hombre en el tiempo que dura una generación. El ser humano no puede realizar sus ilusiones”.



Todos tenemos ilusiones. Francisco las tenía también. A mí me contó alguna en el hospital Río Carrión donde, tras su regreso de Perú, se recuperaba de una infección sin importancia, que no era tal y que un año después le quitaba la vida, esperando muy cerca de la Clínica Universitaria de Navarra un trasplante que no pudo ser.

Estas cosas te marcan para siempre, rompen el esquema que te hiciste, reducen todos los proyectos de futuro y, sigues, claro, qué remedio, achicando el agua que a medida que los días van cayendo se va colando por los poros de tus viejas heridas.

Francisco escribió consciente y sereno la última carta de su vida.

¿Cómo te gustaría morir? De repente –decimos casi todos–. ¿Cómo reaccionaríamos si alguien nos dijera que nos quedan pocos meses de vida? Porque no es un asunto éste lejano. La muerte está al lado de la vida, pasa cada vez más cerca y un día nos hiere cuando alcanza a la persona con la que convivíamos, al familiar, al amigo; y otro día nos toca. No hay más vuelta de hoja. Convendría reflexionar ahora, cuál es la vida que queremos vivir, cómo vamos a vivir la vida que nos queda.

Francisco realizó el año de Pastoral en Velilla y de allí llegó a evangelizar los pueblos de Castillería, Vañes y Polentinos, donde encontró las casas abiertas de “gente humilde, pobre, sencilla, pero buenos como el pan.”-cuenta en su última carta. Al referirse a Celada de Roblecedo, dice: “Allí pasamos muchas tardes y noches hablando, mientras la nieve cubría campos, tejados y caminos... Ahora tienen una nietecita, Angela, que me quiere, me busca y cuando ve un templo y oye las campanas, dice: “Casa de Paco”.

Recuerda la casa del guarda forestal de Vañes, a toda su familia que le acogieron, dice, con una conciencia ilimitada. Más tarde en Arbejal, Ruesga, Valsadornín y Cervera, donde Paco se integra totalmente practicando lo que él llama en su última y sentida misiva, “la corresponsabilidad”.

Tampoco pretendo hacer un canto desmesurado al sacerdote, al amigo que ya no está, al hijo que le pide a su madre comprensión. A una madre que lo ha perdido casi todo: “Gracias, mil gracias a mi madre Evangelina, que ha tenido que sufrir la muerte de mis hermanos: Eulogio, de 37 años; Clementino, de 24 (en la mina); la muerte de su marido... ¡Mamá, sigue siendo la mujer fuerte de la Biblia.”

Aunque es su propia madre la que me lo cuenta desde Villanueva de Arriba, yo vi la pobreza de Latinoamérica en sus ojos. Él podía hablar con razón de las casas sin techo. Una familia numerosa compuesta por ocho personas, sentados a la mesa a la hora de cenar, cuyo manjar consistía en una naranja que iban chupando uno tras otro. Hasta tal punto le impresionó la pobreza que vio, que dejó allá sus maletas y todo lo que llevaba en ellas.

Estamos a punto de abrir la página de un año nuevo. Les estoy resumiendo la última carta de Francisco Gutiérrez de Celis, escrita en Vitoria el 29 de Julio del año 2002 y remitida al obispo de Palencia.

“Manifiesto que mi alma está tranquila y serena y he aceptado los muchos dolores que he pasado y ofrezco por las vocaciones sacerdotales y acepto la muerte para presentarme al Padre en los brazos de nuestra Sta María del Brezo, mi virgen querida desde la Iglesia, que preside la habitación del hospital; en manos de la Virgen del Rebollar y de Sta. María del Castillo y con ellos digo: el Señor ha estado grande conmigo y estoy alegre. Nací para amar. Amo y soy feliz.”

Decía Platón, queridos lectores, querida Evangelina: “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.”

Imagen: Villanueva de la Peña, de José Luis Estalayo.

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13 diciembre 2003

La tierra del Oso
diciembre 13, 20030 Comments

La misma incertidumbre que se cierne sobre el futuro del oso y que ha movilizado enseguida a Medio Ambiente, me invade a mí, nos invade a todos, con el asunto peliagudo de la despoblación. Esto es como un volcán que va perdiendo lava día tras día, anegando pueblos y comarcas que nosotros conocimos llenos de vida, pese a la sangría que los iba consumiendo en las últimas décadas del pasado siglo.




Quiero devolverle los elegios a Rafael Palacios que, en sus "vientos del norte" pone sobre el tapete tantas preguntas a las que nadie nos responde. No importa que nos esmeremos en pedir soluciones, si quienes son responsables de llevarlas a cabo, duermen a pierna suelta. Fíjate, amigo Rafael, los ríos de tinta que han corrido en torno al caso "Adri". Falsedades, enchufes, estafas, prevaricación... Y los silencios en los que se han envuelto por miedo, por favores, por véte tú a saber cuántas historias que bien se ocupan de tapar los implicados.

Y eso es una estafa y nos preocupa, pero toda la parafernalia que hay montada en torno al oso me parece denigrante.

En el diario "La Voz de Asturias", de mediados de octubre, se recoge una información que nos afecta. El Ministerio de Medio Ambiente ha comenzado a trabajar en el desarrollo de un banco de células germinales, integrado por muestras de semen, óvulos y embriones que permitirá garantizar la cría de ejemplares de la especie en caso de una amenaza inminente de extinción.

Este proyecto, en el que colabora el Centro Superior de Investigaciones Científicas, extenderá su actuación a otras categorías animales incluidas en el catálogo de la fauna amenazada, como el lince ibérico, el visón europeo o la foca monje.

A mediados de marzo, “El Diario palentino” informaba de la decisión de la Junta de Castilla y León, que invertirá en el Plan de Recuperación del Oso Pardo 540.000 euros. En dicho Plan se incluye la formación de agentes y celadores medioambientales, la sensibilización de colectivos sociales y de la población escolar en el norte de la provincia. Vamos, que le digan al pueblo el dinero que destinan a los animalitos, que ya verán la sensibilidad que sienten.

A mí el oso no me preocupa en absoluto. Vivirá lo que tenga que vivir y desaparecerá si tiene que desaparecer aunque le llenen de arneses.

Si al oso se le antoja vivir aquí, porque le gusta esto y el ambiente o la sabia naturaleza le mueve a emparejarse y procrear, encantados estamos, pero hablar de semen de oso cantábrico de gran calidad para fecundar a Paca y a Tola, es ganas de perpetuar una especie que, como tantas otras que vivieron en los siglos pasados, tiene los años contados.

Me preocupa el hombre que está desapareciendo poco a poco y nadie levanta un dedo ni se mueve un ministerio para evitarlo. Que hagan una seria reflexión todos esos colectivos de políticos, técnicos, naturalistas y todos los que se quieren añadir a este despliegue de salvamento.

Veo lógico que las patrullas que le alimentan y la fundación que le protege, se esmeren en cumplir la tarea encomendada, evitando o denunciando el furtivismo.

Lógico, por lo tanto, que quienes aman a los animales por encima de todas las personas y de las cosas, se sientan preocupados por la extinción de una especie. Lógico, que quienes viven a su costa, nos lancen ayes lastimeros y nos envuelvan de información en la que cualquier cosa que se haga, cualquier proyecto que tenga que ver con la comunicación, tendrá que someterse a un juicio sumarísimo en el que intervienen ya muchos poderes.

Pero a mí, de toda la información que se ha ido generando, lo que más me sorprende es la coletilla que la adorna- Dice el Ministerio que "la conservación de los animales amenazados es una actividad imprescindible para restaurar población en el medio natural" y, lo cierto es que, enseguida se ha puesto en movimiento un gabinete entero y se ha abierto una cuenta millonaria para el cuidado, la conservación y el futuro de los bichos.

He llegado a la conclusión de que lo que quieren los conservacionistas es un "Parque Natural Animal", o "Parque Animal Fuentes Carrionas-Fuente Cobre", porque son los únicos que consiguen prebendas y subvenciones con sólo chascar un dedo Palomero y la poderosa fundación que suscita el proyecto. Y no digo esto por capricho o para cubrir el espacio de los sábados en el "Diario Palentino". Lo digo porque es lo que piensa el pueblo llano, al que curiosamente nadie se ha preocupado de buscarle otras alternativas.

Que una empresa contamina, silencio; Que una empresa cierra, silencio; Que la demografía señala un descenso alarmante de población, silencio. Pero, ¡ay!, cuidado con el oso. No me lo toquen. Es animal sagrado. Es una herencia valiosa. Es el fundamento del bosque, la razón de existir de unos pueblos, el futuro de estas tierras.

¿Y el hombre?
¡Pobre hombre!


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06 diciembre 2003

Jaime, Guardo y su historia
diciembre 06, 20030 Comments

Muchos son los afanes que nos van devolviendo la sonrisa. Todo no lo vamos a gastar en lamentos. Guardo ya luce espléndido en la voz del maestro que un día llegó a este lugar de la provincia. Sabe Jaime García Reyero conjugar con precisión los elementos que han deparado este libro gordo, auténtico homenaje a las gentes que se asentaron en torno al monasterio de San Quirce, en principio, unas pocas familias mozárabes, a las que poco a poco se fueron uniendo otras familias cristianas de "La Liébana".





Tres son los motivos en los que voy a fijar mi comentario y sobre los que gira la historia de esta tierra. De una parte, su pasado, con los monasterios y La Liébana, y de la otra, su presente, donde el mentor, aunque no lo exprese textualmente, se plantea la necesidad de darle más presencia, más autonomía, mayores medios; dotarle de todo aquello que pueda reactivar su imagen y mejorar la vida de quienes allí moran.

Algunos investigadores atribuyen la fundación del monasterio de Lebanza (Nebantia) a los Condes Alfonso y Justa en 932. Los mismos que fundan en el valle de Liébana el monasterio mozárabe de Santa María de Lebeña. Por esas fechas, aunque nada es exacto, en el año 818, se narra la fundación del monasterio de Nazaoba (Naroba, Liébana), donde se habla por primera vez de Cervaria. Entre los monjes que prometen obediencia al abad, se encuentran dos cerveranos: Flavius y Transicus.

Pero, en las fuentes utilizadas por Jaime, el convento de La Abadía se funda con anterioridad, en el año 794, en acción de gracias por la victoria de los cristianos de Asturias sobre el ejército moro, mandado por un tal Mugahit. La batalla –haciendo caso de las mismas fuentes– se libró en San Salvador, de ahí el nombre de San Salvador de Mugahit o Muga.

La historia de nuestro cenobio, más allá de las fechas reales de su fundación, habla de numerosos sitios y villas que le pertenecieron, llegando incluso su poder a lugares tan distantes como Tierra de Campos. De la misma forma que La Abadía tuvo esa vinculación tan fuerte con zonas tan distantes, Guardo dependió en un principio de los Condes de Liébana.

Removiendo la historia nos encontramos con capítulos sangrantes. El olvido, como vemos, se ha venido consagrando por los siglos de los siglos. En 1597, visita la Abadía de Lebanza Juan Alonso y Córdoba, canónigo de la catedral de Palencia y manda poner orden y cuidado con las rentas que la Abadía posee en Guardo. Siglo y medio más tarde, en 1763, la ermita de Santa Columba está en ruinas y los sacerdotes insisten en este hecho lamentable que no halla solución. La presión debe ser tal que, el obispo trata de encarar el problema ordenando que no se envíe ni un real más a Lebanza hasta reunir el dinero suficiente para reparar el edificio. Pero nadie pone el remedio eficaz y la ermita se cae. Tomen buena nota los gobernantes actuales, porque para nada estamos lejos de ver repetida la misma escena con iglesias y ermitas de la provincia.

El viaje hacia un lado y otro; las dudas: se habla de Boardo, Buardo y cada uno aporta versiones diferentes; los documentos que se citan, la sangre que se mezcla, vuelven a poner sobre la mesa la vinculación tan fuerte que existía. Al comienzo del libro Jaime deja bien claro la procedencia de una parte de los repobladores y, a medida que avanzamos en la lectura, vamos conociendo la importancia de este lugar, su pertenencia en 1591 a la provincia de Valladolid, su valor estratégico para el camino de la Mesta, lugar de paso para traficantes y trajineros de Asturias, posada para comerciantes y castellanos cargados de trigo y vino y lugar de acogida siempre para los peregrinos.

Curiosa la figura de los pecheros que sufrían a menudo el rigor de los impuestos o la de los clérigos.
Y como una carga con la que nadie pudo antes y después vuelven a mencionarse los cien kilómetros que separan a Guardo de Palencia.

Ese es el verdadero lamento que se alza por encima de la historia y que pesa mucho más que los impuestos, y que en modo alguno compensa las gestas de sus hombres en el pasado. Nadie se acerca a poner un poco de orden y concierto allí donde los montes se socavan; allí donde, por ser la localidad más poblada después de la capital, se hace necesaria una revisión a fondo de prestaciones y servicios.

Apenas despuntaba el nuevo siglo, cuando un acontecimiento vino a sumarse a las páginas de este libro, poniendo broche de oro al empeño de este caminante palentino: Claudio Prieto llevando al pentagrama el nuevo himno de Guardo, escrito por Javier Castrillo Salvador:

"Guardo, donde se rinde la llanura, 
donde Palencia inicia su montaña, 
donde la vega encuentra la espesura... 
Tu paisaje resume toda España."

De la sección "Vuelta a los Orígenes", en Diario Palentino. 
06.12.03 @ 13:29:34. Archivado en Artículos, La historia
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22 noviembre 2003

Una montaña limpia y viva
noviembre 22, 20030 Comments

Aquí hombres valientes y comprometidos no hay muchos. Un ejemplo de auténtica defensa lo ha protagonizado Flaviano Casas Martínez, que durante años ha luchado en soledad contra los demonios más cercanos, con lo cómodo que resulta, dado el cargo que ocupa (tampoco lo sé, exactamente, ni tiene que importarme), esconder la cabeza bajo el ala y hacer la vista gorda como tantos otros en la misma situación hicieron.




Pues Flaviano viajó hacia lugares de nuestra provincia donde la contaminación y el abandono eran la tónica general, tomando nota de los hechos, fotografiando, aportando pruebas. Ese es el premio de la Coherencia que debe dar Izquierda Unida de Guardo, a paisanos que luchan aquí a brazo partido, jugándose cada día el puesto de trabajo y envejeciendo rápidamente con una tremenda carga de soledad y la impresión de no haber conseguido nada.

No conozco a Flaviano Casas ni a quienes se reúnen para otorgar el premio. Entiendo hasta cierto punto lo de distinguir a una figura nacional que luego portará en su currículum el nombre de Guardo, pero este tío se merece un premio y nadie se lo ha dado.

Yo respeto y admiro a Almudena Grandes y me gusta mucho la coherencia del Nóbel Saramago, quien recientemente ha puesto el dedo en la llaga al declarar que sobran tantas leyes, que basta con someterse a una: la Carta de los Derechos Humanos, donde ya vienen recogidas todas las demás, pero amemos y premiemos más a los que tenemos más cerca, porque es una forma de apoyar su trabajo, su apuesta sincera por la defensa de una tierra limpia y viva; amemos y respetemos más a todo el mundo; metámonos en la piel de mucha gente cuya actuación no comprendemos y, no se nos llenará el camino de rosas, pero evitaremos muchas guerras absurdas.

En esa misma línea anda embarcado Fernando Jubete dando voz a grupos de personas que llevan la ecología como un principio básico en su vida y que se han levantado en contra de proyectos que ensucian nuestra provincia: granjas porcinas de Guardo, central de Biomasa en Salinas de Pisuerga, tripas de celulosa en Dueñas, y me imagino que ahora también la emprenderán, junto a otros colectivos, contra el proyecto de pilas usadas en Barruelo.

La Asociación Fuente Cobre, de la que soy vocal de prensa, tiene como proyecto prioritario el saneamiento de los ríos. El presidente y algunos socios han mantenido conversaciones con diversos cargos provinciales y han viajado recientemente a Valladolid para llevar adelante un sistema de colectores que se colocaría en la cabecera del pantano de Requejada; uno para recoger las aguas de Pernía y el otro las de Castillería. Pero la idea es sanear los ríos en todo su trayecto, evitando el vertido de abonos y otros desperdicios y posibilitando de ese modo la vida de cangrejos y peces y como consecuencia fomentar el deporte de la pesca y otras actividades.

Frente a la labor tan comprometida de estos colectivos y personas, la nuestra ha sido mucho más sencilla, limitándonos a comentar lo que comentaban los periódicos y las revistas, los informes que nos llegaban de la Coordinadora o de las asociaciones vía e-mail y poco más, lo que sin duda no nos compromete a mucho. Somos meros transmisores, cuya opinión casi siempre se queda en el tejado. Mañana este papel será carne del fuego, rostro sepia de las hemerotecas, ligero comentario en alguna tertulia. Mañana llegarán historias nuevas, que caerán con avidez y encono sobre estas, difuminando cuanto hoy a mí me apura y me acongoja.

Pero hay algo que es evidente para todo el mundo, y no es necesario que venga una legión de ecologistas a advertirlo. Si hay un producto que contamina el agua o que la ensucia, las autoridades locales y provinciales deben mover el culo antes de que se produzca una desgracia o una contaminación. Y que nadie se lave las manos porque los que contaminan pueden ser los primeros afectados. Como las autoridades, los que viven o vienen a la montaña, deben elevar su voz las veces que sea necesario para que quienes instalen una empresa, respeten la normativa que les obliga a la conservación de nuestro entorno.

Claro que, a saber dónde se contemplan las normas y a saber a lo que les comprometen los papeles firmados.


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15 noviembre 2003

Una montaña limpia
noviembre 15, 2003 6 Comments

Al retomar este cuaderno en septiembre, recibo varios correos electrónicos de personas preocupadas por el medio ambiente. Preocupadas e involucradas activamente en la defensa de una montaña palentina limpia. De alguna forma, me siento empujado a emitir una opinión al respecto, aunque no pueda hacer granero ni vaya a implicar un cambio hacia balanza alguna. Más que emitir consejos ni esgrimir soluciones lo que quiero es preguntar como se pregunta el pueblo llano, los motivos que le llevan a un alcalde, en este caso a Alejandro Lamalfa, a decantarse por un proyecto que suscita tanta controversia.




Me pregunto si ha sopesado bien los pros y los contras; si los puestos de trabajo que prometen quienes estudian instalarse van a determinar un cambio que merezca la pena. Y si ese riesgo contaminante que los opositores manifiestan es tan elevado y tan maligno. Me refiero, en concreto, a la planta de tratamiento de pilas usadas que se quiere poner en marcha en la zona de Santullán.

La Coordinadora, que ya sentó precedente al impedir que se instalara en Salinas de Pisuerga una central térmica, no quiere ni oir hablar de una planta de resíduos, aduciendo que se gesta bajo falsas promesas, y no se sabe bien quienes están al frente del proyecto.

No debemos echar en el olvido que en Barruelo, mucha gente ha muerto en la mina y por la mina y nadie se opuso a ella; al contrario, a medida que iban cerrando pozos y galerías, se iba consumando la sangría de esta tierra. En la exhaustiva información que ha manejado Jaime García Reyero para confeccionar su libro: "Guardo, sus gentes y su historia" –capítulo apasionante al que dedico uno de los próximos artículos—, se cita la producción minera en el año 1927 en la montaña palentina: Allí figuran entre otras, la mina de San Luis, de Guardo, con 38.412 toneladas; Antracitas de Velilla, con 54.284; Villaverde de la Peña, que gestionada por la Sociedad Minas de Castilla y Jaén, extrajo 19.763; Hullera de San Cebrián, 18.093 y se lleva la palma, como es de suponer, Barruelo de Santullán, cuyas empresas “Minas de Barruelo” y “Barruelo y Orbó” rondaron las doscientas mil toneladas.

Las medidas de seguridad eran escasas, y así, en Villanueva de Arriba, en la década de los cuarenta, mueren siete mineros; años más tarde, una explosión de grisú en una mina de Barruelo, siega la vida de otros dieciocho y raro ha sido el año que la mina no ha dejado por todos los rincones de la montaña palentina viudas y huérfanos. Pero no sólo como consecuencia de los accidentes, sino también y sobre todo por los efectos de la silicosis.

Pero regresemos al asunto que nos ocupa ahora. Si desmenuzamos la opinión de todas las partes que han hablado, en todas encontraremos buena razón para la duda.

Quienes apoyan como gestores y empresarios la puesta en marcha de una actividad nueva que les reporte beneficios. Quienes estudian o defienden el patrimonio histórico-artístico, como es el caso de “Peridis” o de García Guinea y que se han mostrado contrarios a una nueva tanda de aerogeneradores que dañan “el sentimiento y el paisaje”.

Y por último, quienes se oponen radicalmente a las nuevas empresas que se anuncian, por considerarlas perniciosas para la salud y el medio ambiente.

Pero las preguntas están al alcance de todos y perdonen que no me posicione todavía. ¿Son tan peligrosas las empresas, que matarán a la gente que viva en el entorno? Si es así, los gobiernos y los servicios sanitarios no les darán el visto bueno bajo ningún concepto ¿o sí? ¿No son los aerogeneradores nuevas formas de energía, limpia y descontaminada?. Se trata de instalar una cantidad sensata, no de plagar la tierra con tales artificios.

Si en cualquiera de los proyectos existe un peligro de contaminación que no pueda controlarse y las autoridades hacen caso omiso, tendremos que oponernos con todas las de la ley a ello.

Pero también debemos pensar, que alguien tendrá que venir que pueda instalarse y ayudar a que esas cifras de despoblación no sigan aumentando. Si a todo le decimos que no, no moriremos por contaminación, moriremos por desolación, muertos de soledad, cansados de hacerle poemas de amor al sol, olvidados no sólo por la administración, que ya bastante difícil nos lo pone con las cifras cuando pedimos algo, sino por los nuevos repobladores.

Queremos una montaña limpia, claro, yo el primero, pero sobre todo queremos una montaña viva.


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