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La rosca infinita | Origenes | Montaña Palentina La rosca infinita

La rosca infinita


Nada cambiará tanto como para ignorar nuestra procedencia. Hemos corrido mucho. Los últimos tramos de este siglo han sido carreras desbocadas, aceleradas. Pisotones. Ya hemos llegado. ¿Qué nos espera?¿Quién nos espera?¿A quién esperamos? Si hay algo que de verdad me inquieta es el punto final de tanto pronóstico. Porque aquí venimos a divagar no en la manera quijotesca de los videntes, sino en la inquietud y la pregunta de tantos millones de mortales. Se descubre el mundo. Se planea. Edificamos sobre él. Innovamos a velocidades supersónicas. Todo está bien, pero no encontramos el punto exacto, el momento ideal, el soporte perfecto que nos sirva ya como camino definitivo. Es evidente que debemos proyectarnos a un futuro, a un espacio sin puerta, a una historia sin final. Parece que la inquietud no nos dejará nunca. Y la ambición tampoco. Después de clonar una oveja no cejaremos hasta clonar al ser humano; después de subir a la luna, vamos buscando vida en Marte. Y lo que nos cabrea no es el progreso, sino el haber llegado a la conclusión de que avanzar tanto en tantas cosas no impide las envidias, ni el desencanto y nada de cuanto hagamos impedirá que sigan cometiéndose injusticias y crímenes horrendos. Vistas así las cosas, no tiene sentido tanta vuelta de tuerca. ¿A dónde vamos? ¿Llegaremos? ¿Estamos ya o no estamos? Parece que ya estamos.

Estaremos.


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3 Comentarios

  1. Yo diría que estamos donde estamos, aunque no sé si es donde queremos. Magnificar avances es irresponsable. Un avance que lo sea no tiene, desde mi punto de vista, que ver con la idea de progreso, pues esta apesta ya de tan manida. Se camina a veces para meterse hasta la nariz en el barro. ¿Ha habido cambios? Sí, pero no tan apabullantes que puedan hacer olvidar que sólo una parte de la humanidad tiene, más o menos, determinadas necesidades cubiertas. Y aun dentro de esa parte la consecución del bienestar no logra encubrir un criminal despilfarro.

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  2. Estamos en el camino. Hay que ir andando y viendo, y cada uno lleva su ritmo y su forma de andar. Para lo que unos es llegar para otros no es ni el comienzo. Pero antes de ver si existe agua en Marte, por ejemplo, busquemos agua en los desiertos que allí es muy necesaria. Eso sería tal vez una rueda menos de rosca? Somos complejos. Gracias Froilán. Besets.

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  3. Gracias, amigos, por llegar a esta puerta, y dejar vuestro comentario que siempre, siempre, aporta esa pizca de condimento que a mí me falta.
    Besets

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