Los niños en el punto de mira




NADIE sabe con certeza lo qúe pasó en el caso de Louise Woodward, la muchacha de 19 años acusada de matar al bebé que cuidaba. Ni quienes la juzgaron, ni quienes la defendieron, ni los medios de comunicación que contaron el veredicto: culpable de asesinato en segundo grado. Sólo lo sabía ella y ella dijo que era inocente. En España la justicia no anda bien que digamos, pero los ejemplos que nos llegan de fuera tampoco tienen nada que envidiar. Ahí está el caso del joven español acusado de asesinato por su antigua mujer, el famoso caso del no menos famoso

O. J. Simpson, y - el de esta joven inglesa a quien la experiencia americana le habría supuesto la cárcel de por vida. Tampoco parece cierta la afirmación de una corresponsal británica, concretamente del diario "The Guardian", que al ser preguntada por qué razón los padres no habían reaccionado al saber el destino de su hija, declaró: "Los británicos no solemos inmutarnos ni por lo bueno, ni por l0 malo". Y no parece cierta, porque en Elton, el pueblo de Louise, sus vecinos y amigos lloraron al conocer el veredicto y hasta un diputado que representaba a la localidad en el Parlamento, calificó de obsceno el comportamiento de la acusación. 

A las pocas horas de conocerse la decisión del tribunal, la prensa se colocaba al lado de Louise y así, el New Post y el Express, este último de Londres, informaban que la madre del pequeño había forzado a su otro hijo a que dijera que la niñera era culpable y que estaba recogido en un vídeo. Además de eso, se registraron ocho mil llamadas telefónicas, centenares de personas se manifestaron a la puerta del tribunal, se creó una página en internet y hay un lazo representativo de color amarillo que se hacía eco continuado de lo que muchos han considerado un Juicio injusto. Y la joven ha sido excarcelada. El viernes, el juez Hiller aparecía en una foto distribuída por "Associated Press", con semblante sombrío, meditando, los codos sobre la mesa, las manos cruzadas en lo alto y apoyando su cara sobre ellas. Se dice que hasta el jurado ha dado marcha atrás ante la presión que se le viene encima. ¿Quién juzgará a los que nos juzgan? Parece evidente que un juez es un señor muy respetable, con una responsabilidad muy grande y debemos entender que en ocasiones puede equivocarse, por las declaraciones confusas de los testigos, por las voces contrarias, por esos mil puentes que se tienden paralelos. Lo terrible es que al fondo de la noticia, un niño es la razón de este alboroto. Los niños son el punto de mira en una sociedad cada día más ególatra y distante.

Primero, las tremendas imágenes de las niñas en China, muy cerca y otra vez en candelero estos días lo del Arny en Sevilla y a finales de octubre las torturas que se grabaron en hospitales ingleses de 33 padres a sus hijos. Son miles ya, millones en el mundo las voces de los niños maltratados por sus padres, vendidos por ellos, violados, cedidos a pederastas sin escrúpulos.

Hace algún tiempo leí en un periódico los castigos tan horrendos a los que fue sometido un niño de corta edad por su padre, aborrecido por él desde su nacimiento, hasta que le causó la muerte. Y muchas veces me he puesto mentalmente en el lugar de aquel pequeño. ¿Se Imaginan ustedes el Infierno? Pero un infierno con fuego auténtico, sin salida posible, sin posibilidad de rebelarse. ¿Qué puede hacer un niño de cinco años?

Los niños, en el punto de mira.
Imagen: Emagister


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