ORÍGENES

18 diciembre 2004

Osos, 25 - Humanos 15000
diciembre 18, 20040 Comments

En 1984, el Fapas crea el proyecto Oso. Ocho años más tarde, en 1992, nace en Oviedo la Fundación Osdo Pardo, cuyo lema es: "contribuir al conocimiento y a la conservación del oso pardo y de su hábitat".




Me parece bien y lo apunto como parte de esa diversidad que enriquece los caminos del hombre. Pero no dejamos de felicitarnos por el lema que aparece en la cabecera de nuestra Asociación: "Por un desarrollo sostenido y armónico de nuestra zona en el que, la mejora de vida de las personas sea el objetivo primordial e irrenunciable".

Marc Alonso, un técnico de la Generalitat encargado de seguimiento del oso, en unas declaraciones a un diario nacional a finales del siglo pasado, pide a las gentes que no crean en las historias mitológicas que se cuentan, que no hagan caso de esas leyendas negras donde el oso es la alimaña que se come todo lo que encuentra.

El hombre, aunque mermado por la losa de la emigración, gana por goleada al oso. Los defensores del animal saben que para tener más osos hay que aumentar el número, y para cumplir esta premisa, en 1996, los franceses sueltan a Giba y Melba, dos magníficos ejemplares capturados en el sur de Eslovenia. Giva, de unos seis años de edad y 100 kilos de peso; Melba, un año más pequeña. Cada animal llevaba entonces dos emisores que permitían conocer con un margen mínimo de error, dónde se encontraban, qué comían y de qué modo se iban integrando en el paisaje.

El técnico que me sirve hoy de base, formaba parte del programa Life, un proyecto de la Comunidad Europea en el que participaba Francia, Navarra, Aragón y Cataluña. Dentro de ese programa se contemplan diferentes medidas, muchas de las cuales se citan también en nuestro término: mejora de los hábitats, gestión de las zonas oseras, ayudas a los ganaderos...etc.. Los franceses fueron los únicos que se comprometieron a la liberación de osos importados, mientras que por detrás, desoyendo las mejoras que prometían, los ganaderos y agricultores dijeron que "matarían a la bestia, si pudieran". En el lado español fueron más prudentes y se conformaron con que los defensores, los guardianes o el Estado (quien quiera que fuese el responsable), les resarciera de los daños que el animal causara en las colmenas y el ganado, no sin advertir que, si fuera necesario, se haría se haría uso de la escopeta y el veneno.

No se miden esfuerzos para la conservación y el acomodo del oso. Las patrullas se encargan de buscar pieles y excrementos que envían a los laboratorios de Madrid. De eso modo, cada día se saben más cosas de ellos: se estudia a conciencia su ADN, se pretende conocer con exactitud el número exacto de ejemplares, su grado de parentesco, su variabilidad genética, de manera que ningún furtivo pueda escapar a la justicia. Guillermo Palomero, que hace unos días concedía una entrevista a la Agencia ICAL, con motivo de la apertura del Museo de Verdeña, ya dijo entonces:

"Vivimos un momento histórico: o salvamos ahora al oso pardo, o nos despedimos de él para siempre".

Y para compensar de algún modo aquellas impresiones donde el oso era el rey y nada sobreviviría a él, el reportero suaviza el asunto con la intervención de Marc Alonso, quien asegura que: "el futuro pasa porque el oso y el hombre sean compatibles y complementarios".

Yo soy consciente de que todos los que están involucrados en este programa de defensa del oso han hecho bien su labor. Lo hacen bien, coño, reconozcámoslo. La muerte de un oso conlleva un duelo largo, que siempre lleva por testigo a la estadística.

Se pretende sensibilizar a la población, hasta que el lamento del peligro de su extinción se haga una coletilla imprescindible en todos los escritos y referencias. Dentro de poco, nadie se acordará de los hombres y mujeres que hicieron posible la vida en esta tierra, sobrellevando tantas cargas y dificultades con la mejor sonrisa.

Me pregunto: qué ocurrirá el día que los investigadores den con la clave para que la población osera se reproduzca y crezca.

Si los naturalistas siguen haciendo su labor como hasta ahora, pronto se hablará de habilitarle al hombre un hogar nuevo en torno a las villas más pobladas, para que uno de los animales más tímidos y solitarios de nuestra fauna se acomode y viva a cuerpo de rey en el contorno.

Miedo me da pensarlo.

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04 diciembre 2004

La capitalidad de Redondo
diciembre 04, 20040 Comments

La Asociación de Amigos del Valle de los Redondos, recupera estos días el discurso de Luis Redonet, pronunciado en la Real Academia de la Historia el 28 de Marzo de 1852.
El citado documento se publicará como separata unos meses más tarde con el título "Cambio de Capitalidad y de nombre del Ayuntamiento de Redondo".



El Académico somete a la aprobación de la Institución el cambio de capitalidad, que de la villa de Redondo ha pasado a su agregado Areños, más que por el hecho en sí, por el modo en que se hizo, discurriendo acerca del alcance y la legalidad del referéndum.

Para defenderse de este cambio, que muchos no aprueban, en base al factor histórico y a que fue Redondo, con sus dos barrios de San Juan y Santa María, quien ofició de árbitro e impuso siempre su nombre al municipio, el académico hace hincapié en una serie de factores que, aunque no le devuelvan la capitalidad que ha pasado a ostentar Areños, sí deba conservarse la denominación exclusiva de Redondo o la dúplice "Areños-Redondo" o viceversa.

Resulta que, Redondo fue la villa de mayor número de habitantes respecto a sus agregados y en ese momento no ha perdido la superioridad demográfica. Para aseverarlo, Redonet hace alusión a los estudios monográficos, a las crónicas, a los diccionarios geográficos y a la obra de Gerardo Monge y Amando Gordillo: "España Término Denomniada", obra a la que recurre también el concejal Luis de Mier para combatir el cambio de capitalidad. Otro de los puntos que barajan los partidarios de enmendar ese nombramiento es que de 250 ayuntamientos que tenía la provincia de Palencia en el año 1908, carecían de ordenanzas propias 197; es decir, únicamente las tenían 53, entre los que figuraba Redondo, lo que se apunta como un hito, dada su topografía, su áspero territorio, su cruelísimo clima y sus rudas condiciones de vida. Otro de los apartados habla de la estadística de la Diócesis palentina mandada hacer en tiempos del obispo don Vasco, en el Sínodo Diocesano de 1345 y donde aparece ya el pueblo de Redondo como cabeza del Arciprestazgo, con la correspondiente jurisdicción y primacía que esto supone sobre los curas e iglesias de su respectivo territorio.

Insistiendo en la defensa de su nombre, el académico recurre a la figura de Sebastián Miñano que, sin citar de dónde toma la noticia, expone en 1827:

"En el término de Redondo está el convento franciscano de Corpus Christi sobre la cima de un cerro.../ La casa e iglesia son bastante capaces; el número de religiosos, de cuatro a seis, con dos legos. Regularmente van allí por penitencia o corrección. Es un lugar muy frío y lóbrego y se intitula: Nuestra Señora de Biarce."

El Diccionario Geográfico Universal, confeccionado al parecer por una Sociedad de Literatos (1833) se limita a copiar a Miñano, y coinciden estos con Garma y Salcedo en el nombre de la villa y en el del convento. Pero el apartado más curioso, que me sirve para cerrar este capítulo, es el que se refiere a los hidalgos. En aquel momento nada existe de tan rancia prosapia como los hidalgos, tan vinculados a nuestra legislación, a nuestra historia, a nuestras costumbres y a nuestra literatura.

Ya lo decía la copla:

"En el lugar de Redondo,
donde los hidalgos son,
cuanto más largos los días
más se acorta la ración."


Fueran o no "tochos", según reza otro cantar, y no hidalgos de sangre de cuatro costados ni siquiera de privilegio, sino simplemente de gotera, aunque atribulados por la pobreza agrícola y ganadera de la comarca inclemente y pedregosa en que vivían, todas las pruebas presentadas tratan de demostrar que los hidalgos de Redondo concedieron a esta villa un rango que merece conservarse a través de su nombre.

De la sección "Impresiones" publicado en "Diario Palentino".

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13 noviembre 2004

Una bola de fuego
noviembre 13, 20040 Comments

“Los jóvenes ya no huyen de su pueblo” –afirma el demógrafo Benjamín García Sanz en su libro “La sociedad rural ante el siglo XXI”. Para el director del Departamento de Sociología de la Complutense de Madrid, “la España rural empieza a repoblarse, pasada ya la crisis de los años 70,y la tendencia es que las entradas de los pueblos están aumentando”.



Frente a tanto experto como nos augura un resurgimiento, quienes hacemos un continuo seguimiento del medio rural, no dejamos de vaticinar la muerte irremediable y próxima de muchos pueblos. Lo hemos escrito muchas veces. Somos precursores de la catástrofe y, aunque no bajamos la guardia, no tenemos a mano ni se deja ver en las manos de quienes pudieran hacer algo, una señal que nos desmienta. Con razón asistimos ahora a ese levantamiento de los sorianos, que ya desde 1983 encabezan la lista de las provincias de nuestra región con más baja natalidad. Y es loable el alzamiento, que no va a detenerse en este manifiesto, porque ya estamos hartos y en algún momento tendremos que coger nuestras pancartas y unirnos a ellos, y que tiemblen de una jodida vez las Cortes Castellanas.

Porque si se habla en muchos circulos de nuestro pasotismo, y aquí parece que no nos mueve nadie a una protesta en firme, sabemos que la paciencia tiene un límite, que quien espera desespera y que si hay una pizca de entendimiento y nos unimos todos, la sentada puede hacer historia. Que hablen los políticos, pero que vayan resolviendo, que vayan cerrando de una vez heridas. Si ellos que tienen el poder y la capacidad de gestionar y resolver siguen dándonos largas, tendremos que pincharles para que no se duerman.

Aunque parece que soplan buenos aires y en un corto periodo de tiempo hemos asistido a declaraciones de importantes mandatarios que invitan a una esperanza. De un lado, la inversión de 70 millones de euros que el departamento de Medio Ambiente destinará a los Espacios Naturales y, de otro, el elocuente gesto de Zapatero en Lugo, frase que se recoge en varios rotativos:

“Quiero estar más cerca y más veces en aquellos territorios, ciudades y ciudadanos que necesitan más apoyo, inversión, desarrollo y solidaridad”

Entre estos territorios figuran las cuatro comunidades autónomas del noroeste peninsular –Galicia, Asturias, Castilla y León y Cantabria– que, según el presidente serán destinatarias de un especial esfuerzo inversor en los próximos Presupuestos Generales del Estado.

Pero, de momento, no dejan de ser proyectos que para nada despejan la incertidumbre que vuela sobre los pequeños pueblos.

Para conocer más de cerca el fenómeno de esa bola de fuego que va dejando desierta nuestra comunidad, nada mejor que ir tras los pasos de toda esa gente que ha pateado sin descanso los pueblos para trasladarnos el resultado de sus investigaciones. El investigador burgalés Elías Rubio, viaja por “los pueblos del silencio” y apunta entre las causas de la despoblación las mismas que a diario vemos en los nuestros: aislamiento, pésimos accesos, mala relación vecinal, falta de servicios, dureza del clima, familias abultadas, efecto dominó…

En Cuzcurrita de Aranda, pueblo perteneciente al Ayuntamiento de Brazacorta y al partido judicial de Aranda de Duero, que en 1940 llegó a tener 111 vecinos, se cita como la casua de la despoblación total (1973) la adquisición por un particular de todo el pueblo-coto.

Mucho se habla y se estudia el fenómeno de la despoblación rural en Castilla y León. Las administraciones se han pasado la vida haciendo estudios de tan significado drama. Cuando todos los montañeses vemos una posibilidad de futuro con la instalación de algunas empresas, ¿no consideran ustedes que todas la administraciones debieran implicarse de verdad para facilitarle al empresario terrenos y acondicionar los accesos al lugar?

Sinceramente creo que quienes nos estudian y nos gobiernan, no quieren para nada que se detenga esta bola de fuego.

Imagen: Valsurbio, de José Luis Estalayo
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Dicen que gobernar es poblar
Ahora toca despoblarse
Pueblos desaparecidos
Desiertos, desolados
Desaparecidos y rehabilitados



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06 noviembre 2004

Universalidad de Redondo
noviembre 06, 20040 Comments

A medida que avanzan los días, la nostalgia me devuelve al encantado valle de Redondo. Yo estoy emocionado por este Universo de colores, por esta sinfonía variopinta que lo mismo te muestra una pared pintada en un Ribero, que te abre los ojos a la Sierra, donde Tres Mares se evidencia como un clamor acurrucándose sobre la mesa de nuestro Peña Labra.






ESTE ARTÍCULO FORMA PARTE DEL LIBRO
VER DOS VECES LAS COSAS
FROILÁN DE LÓZAR, SEPTIEMBRE DE 2020
LECTURAS EN EL BLOG +DE 310

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30 octubre 2004

La Ocultación
octubre 30, 20040 Comments

Los tiempos cambian. Se supone que avanzan deprisa y hay un momento en la vida en el que a todos nos pilla desprevenidos el futuro, por más gimnasia y adaptaciones que ensayemos. Miro la portada del libro “Sentir y potenciar Palencia”, donde más de cien autores intentan en un relato desesperado cantar las enormes posibilidades de nuestra capital y provincia.


 

No obstante, a mi lo primero que me entra por los ojos, son las cartas de nuestros lectores, que vienen a ser como los remos nuestros, que se sienten heridos por nuestro tratamiento de la noticia, que aportan a su vez historias a las que el diario no ha llegado, que discrepan o apoyan nuestros planteamientos. Una de estas cartas que te invita a reflexionar, la escribía hace unos días Jesús González Ruiz, el alcalde de San Cebrián de Mudá. Allí se habla del cambio que han experimentado nuestros pueblos, de las respuestas tan ambiguas y lejanas de nuestra administración para darle una asistencia cualificada y ágil a lo que denominamos ayuda a domicilio.

Allí se habla sobre todo de la ocultación.

Hay un miedo latente que se deja entrever en todos los rostros, que sale a colación en todas las conversaciones. Es un miedo que se percibe ya en lugares como Los Llazos, donde te hieren los ojos las tenadas hundidas, las casas a punto de caer, lugares semiabandonados como el potro o la Iglesia de San Martin de Tours y las calles desiertas. Sólo un vecino de guardián y señor que soporta el mal tiempo estoicamente, que sobrelleva las tareas del verano, y que, cuando en lo más alto del invierno, los reporteros de televisión llegan hasta las puertas de su casa y le preguntan que cómo se siente un hombre solo, rodeado de tanta soledad, cercado por ese lobo blanco, les responderá como responden los castellanos viejos, que esto es así y que nadie conseguirá cambiarlo.

Desde la parte más elevada del pueblo, la visión es sobrecogedora: Tremaya al fondo, Areños a su espalda y un valle inmenso a los pies de este lugar que se divisa espléndido desde la cima de la Peña Tremaya. En la memoria de todos, este hecho que es sinónimo de estertor, es un hecho aislado. Parece que la muerte de un pueblo tiene que llegar como llega el invierno y Los Llazos pasarán a los anales de la historia como pasaron San Julián, San Martín de Redondo, Roblecedo (que no Celada), Carracedo, Villanueva de Vañes… Algunos pueblos desaparecieron en 1350, cuando la peste negra (que dura más de 50 años) provoca un descenso importante de población; otros, como Villanueva, desaparecerán bajo las aguas del pantano de Requejada, y la visión futurista de Barrio y Mier sobre el ocaso de estos lugares, toma como referencia a Carracedo, con una vieja que puede ser el propio libro de la historia, describiendo al dedillo cada mojón y cada hábito; las fiestas, los vestidos, los instrumentos de labranza, la situación de los pueblos…

Pero la ocultación es un mal de este tiempo.

Queremos huir de las represalias y callamos. Enmudecemos porque no deseamos que nos molesten pidiéndonos participación y compromiso para poner a flote el barco anegado de agua; nos molesta que el pueblo se llene de gente, como si el pueblo fuera nuestro y no tuviésemos bastante campo libre; porque, sinceramente, aquí molesta todo el mundo que no se adapte a nuestra imagen y semejanza.

Y son silencios encubiertos que van minando nuestras fuerzas, ocultaciones que se van agrupando y dividiendo, da igual ya que se trate de asuntos personales, o que impliquen de algún modo a la comunidad..

Somos conscientes de que en algún momento nos tocará salvar el escollo en solitario. Despotricaremos entonces contra el médico, contra el maestro, contra el sistema, por ese tratamiento vejatorio e injusto que ya anunciaron otros antes y, si acaso, lo contaremos meses después como una anécdota.

Cuesta mucho movilizar a un pueblo que por comodidad o conformismo sigue ocultando su historia, a veces inmensamente rica, a veces no tan buena y, en tantas ocasiones, perdiendo agua a mares por la quilla.

Imagen: Ermita abandonada de San Jorde, de Amando Vega

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