Antonio Allende, director de la Coral Mixta de Guardo, me recuerda al Roblón, al camino, a la fuente. El chascarrillo es la constante en la conversación de Antonio. Aún dentro de su menuda constitución, es fuerte como el roble; es cantarín, como la fuente, y hace camino en sus composiciones: camino hacia Castilla, hacia Guardo, hacia la montaña...
Javier Ribas Talens, valenciano, palentino o, viceversa, que obtuvo con “La oportunidad” el Premio Provincial de la última convocatoria del Concurso Internacional de Cuentos de Guardo, nos cuenta a las puertas de la Iglesia de Santa Bárbara, donde tiene lugar el acto de la entrega de premios, la sensación que le envolvía a medida que se iba acercando a la localidad, cómo se le iba llenando el corazón de un algo, de qué modo se le mostraba una tierra distinta de la que no había oído hablar en parte alguna.
2 Comentarios
Hace unos días tuve la suerte de ser mencionado en este periódico por una de las personas más preocupadas con el desarrollo de la tierra palentina. Le conocí en la entrega de los premios de cuentos de Guardo, donde él, Froilán de Lózar, fue pregonero. En algún momento distendido me preguntó sobre cómo veía Palencia un valenciano residente durante el último año en la ciudad. Respondí que mi admiración por esta tierra crecía por momentos, que la iba descubriendo poco a poco y que cada nuevo hallazgo hacía que Palencia se me hiciera más digna de alabanzas. Le comenté que se las merece por su historia, reflejada en los innumerables monumentos, por su geografía, espectacular en su configuración y colorido cambiante, y por su gente, conocedora de su tierra y siempre dispuesta a acompañarme en la aventura de comprender sus costumbres y el entorno que las acoge. Sería prolijo nombrar todos los sitios que he recorrido.
ResponderEliminarDe Lózar, en su artículo -como guardián de las virtudes de esta provincia- además de recriminar mi desconocimiento de Guardo y sus alrededores, confiaba en que mis palabras de elogio hacia Palencia fueran sinceras. Dado que no nos conocemos aún suficiente, es lógico que le quede alguna duda ante mi declarada admiración, pues pudiera pensar que la entrega de un premio obliga a ser agradecido con quien lo otorga. Desde aquí quiero decirle que no, que mis palabras de aquel día no provienen de una correspondencia de intereses sino que es la expresión sincera de un sentimiento en el que el asombro juega un papel importante. Pues sorprendente es para un valenciano todo lo que esta tierra ofrece.
En estos momentos, frente a las playas de la costa levantina donde tengo la suerte de veranear, he vuelto a acordarme de Palencia y de la conversación que mantuve con mis amigos de aquí, de Valencia, a las tres de la madrugada, con 32ºC, húmedos, que nos hacían sudar y que imposibilitaban cualquier intento de conciliar el sueño. Trataré de transcribir parte de la conversación mantenida... [sigue]
Todos mis amigos fueron describiendo los viajes que iban a hacer aprovechando sus vacaciones o los que recientemente realizaron: Cataluña, Extremadura, Andalucía ... incluso Teruel. Salió la que también existe. Pero nadie nombró la Tierra de Campos. Un poco encorajinado por el olvido y también movido por la curiosidad frente a las posibles respuestas -lo reconozco-les invité a visitar Palencia.
ResponderEliminar- iValencia? Javier, estás tonto, pero si estamos aquí todo el año.
Tuve que repetir el nombre.
Se produjo un silencio profundo. Las miradas se cruzaron y acabaron centradas en mí. Antes de que pudiera repetir mi propuesta, el más ocurrente arrojó su comentario como un dardo:
- ¡Javier, conozco más gente que ha estado en Nueva York que en Palencia!
Desde luego frente a mis amigas hice una defensa numantina de mi sugerencia y de hecho creo que conseguí que algunos supieran de las cualidades de nuestra tierra: monumentos, paisajes, clima, cocina, gente, ... e incluso sé que vendrán a visitamos. Pero la certeza del desconocimiento general me deja más que preocupado, pues reconozco que a mí, antes de venir a trabajar aquí, me ocurría lo mismo. Sólo al instalarme aquí he tenido acceso al conocimiento de Palencia: leo nuestros periódicos, veo nuestros programas televisivos, hablo con los lugareños y recojo cuanta publicidad institucional hay en las oficinas de turismo de cada localidad. Pero, claro, todo eso no sale de aquí, y si sale, que lo dudo, no llega a quien tiene que llegar ofreciéndole lo que busca.
Soy un convencido de que Palencia tiene mucho, solo que está oculto, y ya sé que tal vez falten medios, pero no tenemos que olvidar que la imaginación hay veces que suple con creces las carencias monetarias, si las hay. Pero sepamos que fuera de nuestra tierra hay mucha gente que busca lo que le podemos ofrecer.
13 Septiembre de 2004 [Cartas al director en DP]
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