Polaciones adentro

Nadie se libra de eso, pero a cierta edad, se incrementan esos capítulos donde olvidas lo que estabas haciendo, dónde dejaste las llaves, dónde aparcaste el coche, cuál es el nombre de aquel pueblo que te impresionó tanto y hasta el nombre de la persona con la que estás hablando. Aprovechando este espacio que dejan a mi criterio los responsables de este diario me recreo, ahora que me vienen a la memoria, en aquellos viajes a Polaciones con mi padre: Quintana, Callecedo; Cotillos, uno de los pueblos más altos de Cantabria, a ocho kilómetros de Lombraña, la capital municipal; Santa Eulalia, Belmonte, San Mamés. 

Viajando por Polaciones_Tudanca

Tudanca | Polaciones | Cantabria

Viajando por Polaciones_Salceda

Salceda | Polaciones | Cantabria

A un lado, majestuoso, el cordal de Peña Sagra, que con 16 km de longitud separa la cabecera suroccidental del Valle del Nansa de Liébana, valle al que regresábamos deteniéndonos en la Venta de Pepín para degustar un cocido lebaniego frente al mirador de Piedrasluengas. Lo cierto es que, todo ese aluvión de recuerdos que me vienen a la mente sin orden ni concierto, se desata el primer sábado de agosto, cuando me dirijo a Pechón, el último rincón de Cantabria con capital en Pesués y, a cinco kilómetros de Unquera, para pasar la jornada con Fabio, Eneko, Shaila, Manu, Aitor y Naiara. Fue un día pleno, de eso días que te quedan grabados a fuego en la mente y en el corazón. Adentrándome por el precioso valle de Polaciones, volví a refrescar mis escapadas juveniles a tantos pueblos con encanto: Tudanca, en cuya casona ya nos detuvimos unos años atrás; Tresabuela, conocido por sus casas adornadas con flores; Lombraña, la patria de Miguel Ángel Revilla, capital municipal y punto de partida de rutas como la Senda del Potro, con una iglesia románica bien conservada; Uznayo, con una ubicación pintoresca al pie de la estación de esquí; y Cotillos, el segundo pueblo más alto de Cantabria. Me detuve a desayunar en Puentenansa, cuyo nombre proviene del puente sobre el río Nansa que pasa por la localidad. El Nansa es un río corto pero de intenso recorrido. Nace en la Sierra de Peña Labra, se va engordan con afluentes como el Vendul, Tanea, Espinal, Collarín y Quivierda y atraviesa desfiladeros únicos, lugares como la Palombera, cuevas como la de Chufín, para acabar desembocando en la Tina Menor en el Mar Cantábrico, precisamente, en Pechón, a donde me dirigía aquella luminosa mañana de agosto. Una vez en Pechón, bajamos todos a la playa, una preciosa cala y, después del paseo, decidimos ir a comer a Puerta de Vidiago, un precioso rincón asturiano a 17 kilómetros de Unquera.

Actualización Oct2025 | +300👀




LA MADEJA

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