Eutimio Martino

Mucho se debate en torno a la experiencia de los hombres en los distintos campos de la vida. Nuestra historia se quedaría en pañales sin la valiosa aportación de investigadores como el padre Eutimio, tan conocido por su obra cumbre: "Roma contra cántabros y astures", fuente a la que hemos acudido todos en algún momento y que alcanza un gran valor porque su autor se ve obligado a escudriñar ante la parquedad de los datos históricos transmitidos.


Una investigación que se ha prolongado durante más de treinta años, donde no sólo se han revisado a conciencia las fuentes históricas y la toponimia, sino también y especialmente se ha realizado un trabajo de campo impresionante, lo que le ha permito conocer a fondo los valles y montañas de su comarca natal.

Eutimio, profesor emérito de la Universidad de Comillas y Licenciado en Teología en Frankfurt (Alemania), nació en Vierdes de Sajambre en 1925, pueblo enclavado en el Parque Nacional de Picos de Europa, a orillas del rio Sella y ha pasado las últimas décadas en el Colegio Jesuítas de León, ubicado en los ribazos de Vegazana, casa que se vio obligado a abandonar hace tres años al suprimirse la comunidad por escasez de personal.

Al periodista que le entrevistó a propósito de esta marcha obligada, le hace ver el castigo que para él tiene aquel cambio en su vida. Por más vitalidad que muestre está cansado y no ve la forma de ordenar la inmensidad de archivos y carpetas donde ha ido recogiendo investigaciones tan importantes como "La huella de las Legiones" donde se adentra en la batalla de Bérgida, de la que ya expuso importantes apuntes en su obra cumbre.

Será que todo tiene un límite, que la historia importa mientras se vive, que aquella causa para la que Eutimio entregó buena parte de su vida, ha dejado de revestir importancia, en un mundo donde nos han dicho que lo único que cuenta es el momento, bebernos con desenfreno el día a día, prepararnos sin descansar para el futuro...

Por eso me sorprende las palabras que le dedicaban este mes de agosto en Celadilla del Páramo, donde se le reconocía una vida dedicada a la investigación y al estudio de su querida tierra.

De la sección La Madeja, para Diario Palentino y Globedia
Imagen: @La nueva Crónica

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