Ciento setenta jóvenes de institutos de Soria, El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz, en un taller conducido por Xavier Verdaguer, uno de los emprendedores españoles con buena proyección internacional, exponían hace unos meses algunas alternativas en esa lucha contra la despoblación de la que hablamos todo el mundo. Estamos ante un argumento futurista, lanzado por un grupo de escolares en un taller de innovación creativa.
No ha habido un mantenimiento preventivo en este medio y ahora salen de golpe los problemas, que no se detienen en un punto concreto, van tocando territorios que no lo contemplaban; quienes hacen su vida en ellos, ante la falta de ayuda e interés, están sopesando hacer las maletas y vivir desarraigados lo que quede de vida. Lo cierto es que este grupo de soñadores han mirado a la Soria que quieren, no a la que tienen. Y no cabe duda de que todo viene bien para mover conciencias, e interesa moverlas, porque el año se iniciaba otra vez con datos negativos.
Hace unos días la Diputación de aquella provincia firmaba un convenio con la Junta que conlleva unas medidas para que los pueblos no desaparezcan. La vicepresidenta ya dejó claro que los planes no consisten en soplar y hacer porrones, y entendemos que los problemas no se solucionan de la noche a la mañana, pero es que son muchos años esperando un cambio, no es de ahora este mal, no son porrones lo que queremos, sino servicios, mejorar los que están funcionando, reactivar algunos de los que se han dejado perder; si acaso, emprender algo nuevo, que los convoque a todos. Ahora ya se empiezan a contemplar algunos problemas que plantea la superpoblación. Y en Zamora están a favor del modelo soriano, aunque no se entiende si es para desbancar a los políticos contrarios, o es para llevarlo en serio al plano de estos pueblos.
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