Centro de Día

La idea no era descabellada. ¿Por qué vamos a demonizarlo todo? Un Centro de Día en San Salvador era un buen planteamiento para una población perniana bastante envejecida, porque no dejaba de ser el lugar al que acudían cada tarde a tomar café y echar una partida de cartas todos los vecinos de los pueblos limítrofes.


Las boleras ya pasaron a la historia y aquella residencia serviría para juntar a los parroquianos y ayudarlos a sobrellevar el esfuerzo de vivir en estas latitudes con charlas y ejercicios. Hacer balance de su vida y que no les falte las atenciones de quienes se atrevieran a ponerlo en marcha.
Aquellos que trabajaron para hacerlo realidad, pensaron, con buen criterio, que el Centro podía dar servicio a otras zonas como La Castillería, Polentinos y algunos pueblos vecinos de Cantabria.

La respuesta a este proyecto fue inmediata, con la colaboración del Instituto para la Restructuración de la Minería y la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta.

Las obras finalizaron en el año 2013 y ello supuso un desembolso de más de 1 millón de euros.  En marzo de 2016, el Boletín Oficial de la Provincia publicaba el anuncio para la adjudicación mediante procedimiento abierto del contrato de arrendamiento privado del inmueble. Pero nadie lo quiso.

Lo triste es que pareciera que estamos condenados a muerte, hagamos lo que hagamos. Me explico: el carbón, que en otro tiempo fue la fuente, una vez agotado, nos facilitó el dinero para levantar este edificio. Pero no parece suficiente. Y debiera servirnos el ejemplo de Cervera, una localidad quince veces más grande, donde tanto cuesta que funcione la residencia.
A veces, no es bastante poner la mejor intención. Hoy todos están a la expectativa para lanzar dardos ardiendo contra quien tuvo la buena idea de proponerlo y, al margen de lo que se consiga en un futuro próximo, no estaría mal que quienes están al frente del ayuntamiento, procuren que lo que hay hecho no se caiga.

LA MADEJA | DIARIO PALENTINO

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