Para desbrozar los montes

Es significativo y clarificador un artículo que escribe Herminio Ramos en la Opinión de Zamora y que comienza recordando lo que repetimos una vez tras otra en este espacio: de qué manera algunos medios fijan los ojos en las zonas rurales por todo aquello que va sólidamente engarzado al fenómeno de la despoblación, olvidando de ellos que fueron la reserva humana y aspectos como al que hace referencia del abandono de los bosques. Por allí miles de hectáreas de encinares comienzan a secarse, no se hacen cabañales, ni carbón, ni cisco y por aquí se hechan de menos las huebras y sorprende a los propios ganaderos el cierre para todo tipo de ganados del monte de La Cajiguera y la prohibición que algún iluminado hizo de las cabras.



Aquí, lo poco que vemos de los montes, porque todo está acotado, incluso con muchas dificultades para los pocos que todavía lo trabajan, está sucio y perdido.

Cuando los carros eran movidos por una pareja de vacas -me recuerda un amigo y compañero de estudios-,  la gente de los pueblos llegaban hasta el ultimo rincón del monte donde se hacían las leñas para el invierno, y ahora los tractores sino hay un camino con un mínimo de anchura no pueden desenvolverse.

Todos los años se "cortaba la hoja", es decir los matorros con la hoja verde que servía de alimento para el ganado en invierno, y los troncos para la lumbre. Años y años de buenas practicas de los vecinos con los montes y nunca se deterioraban, ahora con tantas restricciones los montes parece que envejecen también.

Mi amigo, que se desenvuelve en aquel mundo, que vive en buena medida del ganado, en contra de lo que propone en su entrada el zamorano (un equipo de hombres que lo vigilen y lo limpien),  sabe que desde que los rebaños de cabras no transitan por aquellos parajes, la batalla contra la maleza está perdida, pues las cabras y las ovejas son las mejores máquinas que existen para desbrozar un monte.

Para la sección "La Madeja", en "Diario Palentino" y "Globedia"
Imagen: @De Pumar, 2013.

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