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Montaracías

A Fernando Jubete.

Desde que nací supe que había tenido suerte. Vine al mundo en una casa vieja, a mediados de Julio, en el camino que lleva a "Tornavacas", y el monte siempre estuvo presente en mis andanzas. Casi todo lo que hice luego estuvo impregnado por la esencia de aquellos días y casi todo lo que voy desgranando en estos cuadernos lleva el sello de aquella imagen sin igual que nunca encontré después en los mil lugares por los que anduve.





Mi pasión por la naturaleza me lleva a defender asuntos y pueblos que a los ojos de mucha gente no tienen futuro, ni tienen -tú lo sabes- sentido. He preguntado a mucha gente qué opinión le merece vuestras gestiones y casi todos las encuentran fuera de lugar. ¿Por qué será? ¿Será que os presentáis como salvadores de una tierra de la que ignoráis por costumbre a sus habitantes? Mira, detesto tanto como vosotros a los furtivos, no entiendo por qué unos desaprensivos hicieron lumbre en la base del Roblón, viejo e histórico emblema de la Castillería.

Descompensaciones y abusos se producen en todas partes. Hace algún tiempo se hizo público un papel que con un sello de la Consejería de Agricultura y Montes invitaba al guarda de Triollo para que atendiera con especial cuidado la visita de unos señores que irían a pescar, recomendados supuestamente por el entonces director de Caja Palencia. "Confío en ti para que hagan una buena cesta" -concluía la citada nota, cuando es público y notorio que había un número establecido como limite por la ley. Es sabido que individuos de mala catadura andan presumiendo de escopeta, amenazando de muerte a guardas, guardias y a todo bicho viviente amparados incluso en cargos públicos...

El turismo rural va a exigir una vigilancia más exhaustiva, pero no sólo sobre el oso pardo cuya existencia peligra, no sólo sobre el envenenamiento de los ríos, o la contaminación por medio de vertidos incontrolados, sino también y sobre todo por quienes in situ padecen estos abusos y que a su manera, del mismo lado que nosotros, las vienen rechazando.

Los ecologistas deben asumir su papel sin menospreciar la labor que los habitantes han ejercido desde siglos sobre los caminos y los montes. La estabilidad debe llegar a través de un acercamiento de todos los grupos sociales y buena señal es que el oso siga vagando por estos lugares y que la gente que en otro tiempo tuvo con él rivalidades empiece ahora a admirarlo.

Amigo Femando, yo muchas veces me he preguntado qué hubiera sucedido si a tal del oso que tanta polvareda levantó en Brañosera, hubiera sido un hombre el muerto, porque también los hombres y mujeres de estos lugares escasean. Y sin el hombre, el oso no sería más que una leyenda, o tal vez nunca hubiéramos aprendido de los animales tantas cosas, que todo hay que señalarlo. "El hombre como animal político (Aristóteles) es la medida de todas las cosas (Protágoras). Contempla la naturaleza, de la cual es el ser más inteligente, viéndose obligado a encontrarle un significado a todo lo que le rodea, opinando de acuerdo con los errores y aciertos que le haya deparado su experiencia, íntimamente vinculada ésta con su instinto de conservación, que le previene de cometer los mismos errores".

Ahondemos en las buenas experiencias. Confiemos sobre todo en la gente, que al final los animales encontrarán su sitio.

De la sección "Fuente Cobre", publicado en "Diario Palentino".
Imagen: @Pumar59, 2013

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