Esther Sanguino, una abogada especialista en Medio Ambiente, nos entrega una receta para mejorar y aliviar la depresión que sufre el término rural. La premisa básica es sensibilizar al ser humano hacia el disfrute de la naturaleza “sin aditivos”. Y después, rehabilitemos los cascos urbanos rurales con grandes redes de alojamiento que guarden esa esencia rural, y que puedan los lugareños construirlos y explotarlos. Al recalar su artículo en una página ecológica anima a impulsar la venta de productor de la tierra y artesanales, fomentar la práctica del senderismo y el esquí de fondo, la escalada, el alpinismo...

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