Resonada es la fama de la iglesia templaria de Villalcázar, construida en la transición del románico al gótico, un ambicioso proyecto que no se completó nunca. Hito del Camino de Santiago, del que ha sido uno de sus centros religiosos más importantes, y vinculado a la Orden del Temple. En la Documentación de 1069, se cita a esta localidad como Villasirga, en referencia al camino (de sirga) que pasaba por sus cercanías y que los propietarios ribereños deben dejar para uso público. Alfonso X el Sabio, refirió en sus “Cantigas” doce milagros atribuidos a Santa María, la titular de este templo y es parada importante del Camino.
Ya nos pasó algo parecido en Paredes de Nava, donde quisimos detenernos en la iglesia de Santa Eulalia, con su original torre que acumula tres estilos distintos: románico, gótico y mudéjar y que alberga en su interior el museo con más de 300 obras de arte.
No obstante, aquello fue una anécdota, a una de las guías le había surgido un imprevisto y no era cuestión de armar follón por eso, pero lo de Villalcázar parece una costumbre y contentos si esta nota sirve para que las palomas vuelen a otro lugar y alguien explique con buena iluminación las características del templo, que para eso se paga una entrada.
Si vienes y te queda tiempo, tienes un palomar, el Palacio de los Condes de Villasirga, restos del antiguo hospital de Santiago y la Ermita de Nuestra Señora del Río. Al lado de la iglesia se encuentra el mesón de los templarios, el mesón de Pablo, el mesonero mayor del Camino de Santiago, de donde todos parecen salir contentos: sopa castellana y lechazo al mejor punto.
De la sección ¨La Madeja", para Diario Palentino, 2018
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