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El bosque de Roberto

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Por aquellos días ya andaba Robert Wagner investigando por el contorno, hasta topar con el paleobosque de su vida. Emiliano Vega, el presidente de nuestra asociación, nos invitaba a tomar parte en el reportaje que se estaba preparando sobre el bosque de fósiles de Verdeña. Allí estaba Roberto, miembro honorífico de “fuente cobre”, disertando sobre un antiguo mar cuyo bosque revuelto salió a la luz en aquellas catas mineras que propiciaron el descubrimiento. Nuestra curiosidad no daba crédito. Aún hoy, cuando emprendo el camino que me lleva a este punto; cuando vuelvo a recorrer aquel sendero de Verdeña, uno de los pueblos más encantadores de nuestra montaña, el mar del que hablaba tan apasionadamente Roberto Wagner, todo me parece un trozo de aquel sueño; las marcas de la pared, restos de árboles retorcidos por un tremendo cataclismo que cambió todo, aquel camino como parte de un cuento; un lugar, en definitiva, al que nunca llegará ese soñado cambio que implica el movimiento de las p

Villalcázar de Sirga

Resonada es la fama de la iglesia templaria de Villalcázar, construida en la transición del románico al gótico, un ambicioso proyecto que no se completó nunca. Hito del Camino de Santiago, del que ha sido uno de sus centros religiosos más importantes, y vinculado a la Orden del Temple. En la Documentación de 1069, se cita a esta localidad como Villasirga, en referencia al camino (de sirga) que pasaba por sus cercanías y que los propietarios ribereños deben dejar para uso público. Alfonso X el Sabio, refirió en sus “Cantigas” doce milagros atribuidos a Santa María, la titular de este templo y es parada importante del Camino.



Froilán De Lózar
Castilla y León es vida
A modo de pinceladas, como de puntillas, el libro está lleno de interesantes curiosidades desconocidas y de referencias -algunas también desconocidas-: Toponímicas, históricas, monumentales, paisajísticas, culturales y gastronómicas.
€16,00 Tapa blanda

Aunque hoy quiero exponer mi queja por varios detalles, que son lagunas para mucha gente que llega hasta sus puertas. A la decepción por los excrementos de las palomas que pueblan la entrada, se suma la pésima iluminación del interior, que el visitante si quiere debe ir llenando las huchas de las esquinas, que son las que encienden las lámparas y esto parece un sacadineros al que, para más inri, después de abonar la entrada correspondiente, le falta un guía que te lo explique.

Ya nos pasó algo parecido en Paredes de Nava, donde quisimos detenernos en la iglesia de Santa Eulalia, con su original torre que acumula tres estilos distintos: románico, gótico y mudéjar y que alberga en su interior el museo con más de 300 obras de arte.

No obstante, aquello fue una anécdota, a una de las guías le había surgido un imprevisto y no era cuestión de armar follón por eso, pero lo de Villalcázar parece una costumbre y contentos si esta nota sirve para que las palomas vuelen a otro lugar y alguien explique con buena iluminación las características del templo, que para eso se paga una entrada.

Si vienes y te queda tiempo, tienes un palomar, el Palacio de los Condes de Villasirga, restos del antiguo hospital de Santiago y la Ermita de Nuestra Señora del Río. Al lado de la iglesia se encuentra el mesón de los templarios, el mesón de Pablo, el mesonero mayor del Camino de Santiago, de donde todos parecen salir contentos: sopa castellana y lechazo al mejor punto.


De la sección ¨La Madeja", para Diario Palentino, 2018

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