La Saga de los Mier (y XI)

Conclusiones finales

Cuando comienza a airearse el parentesco de la familia Mier de Redondo con los Grimaldi, en el programa del marujeo que entonces emitía Tele-5, "Que me dices", aparece Vicente en la boca de una de las últimas minas del contorno, con su casco y la cara brillante de carbón, el hijo de Carmen de Mier, el mismo que junto a su madre y envuelto en las esencias de una noticia que estaba recorriendo España, aparecía en otras revistas y periódicos.



Yo recuerdo a Carmen de Mier, una mujer entrañable que tuve la ocasión de entrevistar para mi sección "Protagonistas de la Montaña Palentina", en la última década del pasado siglo, precisamente, la madre de Vicente, la misma que entonces me recordaba que Reinosa perteneció durante algún breve tiempo a la provincia de Palencia. Es su hijo, Vicente, quien empujado por las revistas del corazón y varios medios importantes de comunicación de nuestro país, se encarga de divulgar, de una manera frívola su lejano parentesco con los príncipes de Mónaco.

En alguno de estos medios que por el desplazamiento y poco más quieren una historia que ni a los mismos príncipes interesa, se le oye decir, al hablar de sus "lejanas primas" Estefanía y Carolina, que "son muy ligeras de cascos", lo que sin duda no le da la seriedad que el asunto parecía merecer, haciendo comentarios y gracias de algo que podía haber dejado aclarado más o menos el lazo que los unía.

Que a mi particularmente, lo mismo me da Mónaco, con todas sus lindezas y no me sorprende la sordera y el olvido que allí muestran hacia sus orígenes.
Que no es pasión la mía por ninguno de aquellos príncipes que con tantos tropiezos y desvaríos crecieron.

Lo que quiero es refrescar las fuentes, remover la memoria de quienes llegaron desde aquella localidad asturiana a repoblar esta montaña y sostuvieron durante muchos años la economía de un país tan importante como México.

@De la sección "La Madeja", en Diario Palentino.

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