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Por el recóndito valle de Los Redondos

En busca de las nacientes del Pisuerga.
Propuesta de “EL PAÍS SEMANAL
José Manuel Reyero
ANDAR Y VER


Las nieves acumuladas durante el invierno en el circo glaciar de Covarrés, en los cofines de la montaña Cántabro- Palentina, serán la simiente de la que nacerá el Pisuerga que, tras desaparecer por el sumidero de Sel de la Fuente, volverá a ver la luz después de 2,5 kilómetros de recorrido subterráneo, en el umbral de la cueva del Cobre.


Donde nace el Pisuerga

De clara vocación mesetaria, el Pisuerga nace en cambio en un recóndito lugar de la Montaña Palentina, al pie del macizo de Peñalabra, en los confines con Cantabria. En su primer tramo discurre por el valle de los Redondos, un apartado rincón habitado por poco más de cien personas, repartidas en tres pequeñas aldeas: Tremaya, San Juan y Santa María. El topónimo del valle parece provenir de los antiguos cotos redondos, areas que fueron deforestadas con fines agrícolas por los colonos enviados para repoblar estas tierras durante los primeros periodos de la Edad Media.

Para alcanzar el nacimiento del Pisuerga hay que llegar hasta Santa María de Redondo, el último pueblo del valle, desde donde habrá que continuar a pie por la pista que remonta el curso del río. Tradicionalmente se han situado las nacientes del Pisuerga en la cueva del cobre, que también se conoce por este motivo como “Fuente Cobre”. A la salida del pueblo habrá que cruzar un puente y continuar por la pista que asciende junto a unas minas abandonadas. Tras atravesar dos puentes más, la senda cambia de margen para discurrir frente a una ladera tapizada de un espeso monte de roble albar, rebollo, haya y mostajo. La presencia de un nuevo puente de madera servirá de referencia para alegir el camino en la única bifurcación de la ruta. Nos encontramos en la confluencia del valle del arroyo de Tejedo, que se abre paso a la derecha, y del valle principal del Pisuerga, por el que debemos continuar siguiendo las sendas que corren paralelas al cauce del río por su orilla izquierda.

Más información: ruta Cueva Cobre

Y al final, nuestro destino, la enorme gruta por la que se pierde el Pisuerga en las entrañas de la tierra. Estamos ante la Cueva del Cobre llamada así, posiblemente, por la existencia en sus cercanías de algunas antiguas calicatas de blenda cuprífera. El paraje se encuentra en las estribaciones del amplio cordal de Peñalabra, que marca la divisoria con la comarca cántabra del Alto Campoo, y que está perfectamente delimitada por tres cumbres señeras:
Tres Mares (2.175 mtr.), Cueto Mañín (2.100 mtr.) y Valdecebollas (2.136 mtr.)

Imagen: San Juan de Redondo, por José Luis Estalayo

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