Enrique Delegado

«Aunque para la nieve no sirve la valentía, nunca he sentido miedo» 
Enrique Delgado [Maquinista] 

Enrique Delgado nació en Barruelo de Santullán, en 1926. Ha sido corresponsal de "El Norte de Castilla" en Cervera y fundador del Grupo de Danzas de Arbejal. Vino como conductor a la Mina Eugenia y se quedó en Cervera. En 1965, empezó a trabajar en Obras Públicas.

Dicen -quienes saben de esto- que está dormido el duende, que ya los inviernos no son como aquellos años donde en estos parajes sólo se hablaba de incomunicación. No sé si será un premio. Lo cierto es que, cuando me dirijo al encuentro de este protagonista me vienen a la memoria aquellas escenas que de niño admiré al lado de mis amigos y paisanos. Entonces, para nosotros, el hombre que conducía la máquina era un héroe. Nosotros no entendíamos de empleos. Lo veìamos como lo que realmente era: un salvador, nuestro único contacto posible con el mundo exterior. Sabíamos que tras él venía el cartero, el panadero, el lechero. Se desgranaban las historias de películas por las que habían pasado cada jornada y, al fin, todos contentos. En el Camino de Vado, me recibe y hablamos durante largo rato, removiendo poco a poco los recuerdos, ¡tantos recuerdos!... Nadie mejor para hablar del invierno que este hombre que, durante tantas jornadas lo ha vivido en su cuerpo. Quienes esperan la llegada de las máquinas no entienden muchas veces por qué se tarda tanto en salvar las distancias. Enrique lo sabe, pero tampoco pretende demostrarlo. Dice lo que todos hemos repetido tantas veces: «Las máquinas quitanieves deberían estar siempre en Cervera...




Froilán de Lózar CERVERA DE PISUERGA



¿La nieve es negra?
Es blanca, pero sí... es negra.

¿Cuál ha sido el invierno más duro que ha vivido?
He tenido tantos inviernos duros, que no sé cuál escoger. A lo largo de veinticinco años de andar siempre por los caminos, fíjate cuántos años malos habrá habido...

¿Ha sentido miedo o desesperación en algún momento de su vida, cuando iba conduciendo al frente de las máquinas?
Miedo, nada. ¡Como lo hacía con tanta ilusión! Para mí era una enome satisfacción poder ayudar a los necesitados...

La nieve es impresionante, ¿puede uno -rehuyendo el dicho popular- hacerse el valiente con ella?
Para la nieve no hay valentías. No es el peligro la nieve, sino la ventisca.

Después de su amplia experiencia como conductor, ¿podría usted escribir sin libro de anécdotas?
Yo tengo muchas que contar. En cierta ocasión encontré a un hombre al lado de su coche. Estaba como trastornado. Le cogimos del brazo y le bajamos a la Venta del horquero. Allí le dimos una taza de té. En Matamorisca encontramos a otro. Le traían los dos hijos arrastrando por la nieve. Le cogimos, le metimos en la máquina y le empezamos a dar friegas. En otra ocasión, -prosigue- encontramos un seiscientos totalmente tapado, con la madre y dos hijos dentro. Recuerdo también cuando recogí a Benito Tejerina... Se había quedado sin habla. Se agarraba como una lapa a la cuña y no habìa forma de soltarlo. Me contó que habìa estado en Teruel en la época de la guerra, pero que lo había pasado peor aquí ....

¿Cuántas veces lo ha visto imposible y se ha negado a seguir adelante?
Seguir adelante sólo lo he visto imposible uno vez en veinticinco años. Fue en cierto ocasión cuando llegantos a altas horas de la madrugada a la Venta Morena. La casa estaba totalmente tapada. Se acabó el gas-oil...

¿Usted que ha conducido mucho por esta zona, cree que una buena carretera le daría auge a estas comarcas?
Sí, porque aquí son muy estrechas. Eso es muy importante y digo más, en el Puerto de Piedrasluengas interesaría hacer un túnel.

¿Para usted, cuál es el pueblo más bonito de la zona?
No tengo predilección por ninguno en especial. Para mí todos son bonitos, pero a propósito del invierno, uno de los pueblos que más ha colaborado con la nieve ha sido Santibáñez de Resoba. Ir al pueblo y decirles que necesitabas ayuda para subir "La Varga» y allí estaban todos dispuestos a echar mano.

¿Cómo ve usted la promoción de la montaña palentina?
La promociòn parece buena, pero lo del Parque Natural los habitantes no lo ven tan claro. Se cerrarían muchos pasos, después cotos privados, todo lleno de leyes... Paro la gente que vive aquí no creo que el Parque Natural sea una buena idea.

¿Es verdad que usted fue el animador del Grupo de Danzas de Arbejal?
No animador, fui fundador. La idea surgió porque mi madre es de Arbejal y como sé que allí siempre se ha bailado bien la jota entonces se me ocurrió formar un grupo folkòrico. El notario, don Julio Rubio nos regaló las fajas. Después bajamos a concursar a Palencia. Allí quedamos seleccionadas y fuimos a Madrid...


Sección: "Protagonistas de la montaña palentina"

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