Centro de Salud de Barruelo

Todo está muy revuelto estos días. No se si reconforta saber que la queja hacia las administraciones aumenta cada año y que en nuestra Comunidad lideran los salmantinos, o sirve para poco el rebufo de esas asociaciones que siguen latiendo, que siguen elevando la voz en aquellos asuntos que tanto preocupan a los pequeños pueblos.


Una de las protestas que más se airean estos días es la supresión o el cierre de algunos Centros de Salud, entre los que se encuentra Barruelo.

Resulta que la Agrupación Barruelo Independiente denunciaba el pasotismo del Ayuntamiento,  corroborado en la página del Defensor del Pueblo al que en tres ocasiones se le había solicitado una respuesta. Si la respuesta no llega, se cierra el expediente.

Menos mal que a la par van surgiendo voces como la del Foro del Valle de Santullán, motivo de la visita que realizaba estos días el director de Atención Primaria, Francisco Vaquero, y donde volvía a ponerse sobre la mesa el temor de estos pueblos a quedarse sin urgencias médicas. Es curiosa la manifestación que el día 1 y 15 de cada mes siguen alentando, y a la que acuden con velas, en clara alusión a la pobre situación que la Administración les ha dejado.

Vamos a ver, si el Ayuntamiento donde uno se encuentra y al que uno paga religiosamente sus impuestos, se aparta sibilinamente de estos problemas cotidianos, se cierra en banda y hace caso omiso de las reclamaciones que le hace el Defensor del Pueblo y al que está obligado a responder por Ley Orgánica, que solución les queda a los habitantes de estos lugares, los mismos que les dieron su confianza, sino acudir a la protesta.

Pues es evidente que si no vienen de fuera la respuesta, los vecinos tendrán que echar mano de la cacerola y de las velas y acudir para que el asunto llegue donde deba y le oprima de verdad a quien deba tomar solución.

Y lo malo es que no se trata de un caso aislado, sino de un tema serio que afecta a muchos otros pueblos de la montaña palentina, de la Comunidad y del País, y donde todos los ciudadanos deberíamos manifestarnos seriamente.

Imagen: Residencia de Barruelo de Santullán, Froilán de Lózar

POST DESTACADO

El corazón con que vivo