Volvemos a tropezar en la piedra del engaño, que los especuladores tienden a pueblos como Villanueva de la Peña, con la promesa, siempre es la misma promesa y siempre es la misma persona quien la hace, de restaurar el terreno al concluir la extracción del mineral. La zona forestal de Valurcia, el monte que se pretende desnudar, se compone de robles, pino silvestre y chopo; alberga especies de flora y fauna y es zona de refugio y alimentación del oso pardo. Veo que, por fin, los ecologistas, se han pronunciado en contra. Pero ahora viene la madre del cordero, UMINSA, la empresa que ha solicitado la explotación, ha dicho que como no tiene experiencia en plantar (es obvio que lo suyo es horacar y destruir), se ha ofrecido para realizar obras sociales por un equivalente. Pero es que tampoco le avalan las obras sociales que realizó en el pasado, para que quienes con más ahínco se oponían, se relajasen un momento. El depósito de agua pata abastecer a la localidad de Castrejón de la Peña no cumple su función por estar mal construido. El desmonte por lo tanto, y bien lo argumentan quienes se muestran en contra, es una hipoteca basura, porque no hay prestamista que la conceda ni Gobierno en sus cabales que la avale.
Pero por desgracia no sirve de lección el desmantelamiento que se hizo en el pasado más reciente y como el monte es lo de menos para quienes lo venden desde Valladolid y ahora todo se hace a voluntad del político que manda, que no a la voluntad del pueblo que le vota, pues así lo del tropiezo se convierte en moda.
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