La documentación y también las tradiciones nos hablan en ocasiones de antiguos pueblos de la Montaña Palentina, hoy ya desaparecidos, como el bien conocido ejemplo de Carracedo, con la leyenda que narra su despoblación [1].
Por Valentín Ruesga Herreros
Esto nos traslada a la Edad Media, a tiempos ya muy remotos, suponiéndose que los pueblos desaparecidos en estas épocas pudieron despoblarse como consecuencia de la epidemia de peste que asoló Europa a mediados del siglo XIV, que motivaría el abandono de los lugares menos favorecidos por su situación geográfica o por la pérdida de interés estratégico. Pero en épocas recientes, por una u otra causa, también desaparecen o se despueblan o están a punto de despoblarse de hecho y de derecho buen número de lugares de la Montaña Palentina; como ejemplos ya consumados, Villanueva de Vañes, Valsurbio y los pueblos anegados por el pantano de Aguilar de Campoo: Cenera de Zalima, Villanueva de Pisuerga, Frontada y Quintanilla de la Berzosa, Y todavía más recientemente, la despoblación de los pequeños pueblos de la Montaña Palentina parece que avanza de forma inexorable: el padrón de 2015 ya da por despoblada la localidad de Renedo de la Inera, en Aguilar de Campoo, no apareciendo ninguna persona empadronada en dicho pueblo, mientras que otras veinte localidades cuentan con menos de diez habitantes registrados y entre ellas, Los Llazos, en La Pernía, con una sola persona empadronada [2].
Se va a tratar de reseñar aquí aquellos pueblos de la Montaña Palentina ya desaparecidos o despoblados, comentando circunstancias relativas a su pasada existencia. Como punto de partida se ha tomado la relación de pueblos que presenta el Becerro de las Behetrías y agrupados en las tres merindades a las que pertenecían aquellos lugares de la Montaña: Agui-lar de Campoo, Pernía y Saldaña.
El Libro Becerro de las Behetrías se compuso en 1352 y en él se enumeran los pueblos que constituían las diversas merindades de Castilla, asiendo probablemente la mejor fuente documental para el estudio de las localidades existentes en Castilla en la Edad Media. Otras fuentes de información sobre el tema pueden ser el Becerro de Presentaciones, de la catedral de León, y el Becerro de los Beneficios, de la catedral de Palencia. El primero es un manuscrito realizado en 1468 para recoger en él los datos reunidos en un denominado Becerro Antiguo que, por su mal estado de conservación, corría riesgo de perderse; el Becerro Antiguo es de mediados del siglo XIII y en él figuran las parroquias de la diócesis de León, distribui-das por arciprestazgos, constituyendo los pueblos de la Montaña pertenecientes a la diócesis leonesa los arciprestazgos de Cervera de Pisuerga, Triollo y San Román de Entrepeñas, en las merindades de Pernía y Saldaña.
El denominado impropiamente Becerro de los Beneficios de la catedral de Palencia es una estadística de los clérigos que servían en las diversas parroquias de la diócesis y fue realizada en tiempos del obispo Blas Fernández de Toledo (Don Vasco), hacia el año 1345; Los pueblos montañeses de las merindades de Aguilar, Pernía y Saldaña en la diócesis palentina pertenecían a los arciprestazgos de La Ojeda, Ordejón, Redondo, Cardaño y Castrejón de la Peña, aunque en ellos no se incluyen los pueblos que eran señorío del obispo.
Otra fuente de interés, ya en el siglo XVI, es la relación de los eclesiásticos de la diócesis de Palencia que debían asistir al sínodo convocado en 1545 por el obispo Luis Cabeza de Vaca; esta relación la recoge Pedro Fernández de Pulgar en su Historia secular y eclesiástica de la Ciudad de Palencia (Libro II, Prolusión) y presenta un elenco muy completo de las parroquias existentes en aquel tiempo en la diócesis palentina y aunque la transcripción de las referencias es a veces confusa, se incluyen también los clérigos que eran aún titulares de parroquias correspondientes a lugares ya despoblados.
Complemento de las fuentes anteriores son los documentos procedentes de monasterios como Lebanza, Sahagún, Aguilar de Campoo, Piasca, Santo Toribio y San Román de Entrepeñas, o de archivos de las catedrales de Palencia y León., así como algunos datos con-tenidos en el Censo de los Obispos, de 1589, en el Catastro de Ensenada, en el Nomenclátor de Floridablanca, de 1789 y en los diccionarios de Miñano y Madoz.
La localización de muchos de los parajes mencionados aquí es posible por medio de los planos catastrales, digitalizados por la Sede Electrónica del Catastro.
Como se ha indicado, se expondrá la relación de pueblos desaparecidos o despoblados, agrupados en las tres merindades de Aguilar, Pernía y Saldaña, siguiendo el orden en que aparecen en el Becerro de la Behetrías, añadiéndose, en su caso, pueblos indicados en otras fuentes y cerrándose la relación con las localidades despobladas o desaparecidas en tiempos recientes.
Imagen: Pumar59
(1) BARRIO Y MIER, MATÍAS: Tradiciones pernianas. Madrid, 1908.
─GONZALEZ LAMADRID, ANTONIO: Tradiciones etiológicas palentinas a la luz de la Bi-blia. PITTM, Palencia, 1971.
(2) INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA: Nomenclátor. Población del Padrón Con-tinuo por Unidad Poblacional. Año 2015.
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