Poesía en la tierra amada Lola Villar Villanueva nació en Cervera de Pisuerga, tiene 3…
La publicación ofrece un detallado estudio de cada lugar, con su lectura es posible hacer un viaje por toda la Montaña Palentina, nada escapa a quien lo escribió, que conseguirá que lo disfrute el lector, y con el tiempo puede que se convierta en viajero, andador o visitante, y camine con gozo por estos bosques, recorra sus rutas, sendas, admire sus cuevas, cascadas y espacios naturales, sus eremitorios, iglesias y museos, y visite los diferentes Centros de Interpretación...
Con este libro Froilán de Lózar ha logrado sintetizar su saber acrisolado de muchos años en unas páginas memorables.
Fernando Martín Aduriz, Palencia, 10/05/2024
ESTE LIBRO SE ENCUENTRA A LA VENTA EN LIBRERÍAS DE PALENCIA Y PROVINCIA.
Para conocer más de cerca el fenómeno de esa bola de fuego que va dejando desierta nuestra comunidad, nada mejor que ir tras los pasos de toda esa gente que ha pateado sin descanso los pueblos para trasladarnos el resultado de sus investigaciones. El investigador burgalés Elías Rubio, viaja por “los pueblos del silencio” y apunta entre las causas de la despoblación las mismas que a diario vemos en los nuestros: aislamiento, pésimos accesos, mala relación vecinal, falta de servicios, dureza del clima, familias abultadas, efecto dominó…© ORIGENES
Adentrarse en el Valle de los Redondos es una gozada para la vista. Después de atravesar pueblos donde abundan escudos y blasones del siglo XVII, dejando a nuestras espaldas las emblemáticas Peñas del Moro, que dan pie a la leyenda de Viarce, uno se adentra en una tierra virgen, valle agreste donde tanto tiene que decir la botánica, uno de los reductos de mayor valor ecológico de la cornisa cantábrica, al decir de los investigadores y amantes de la naturaleza.© ORIGENES
6 Comentarios
De alguna manera esto es algo que se da casi siempre, eres un gran poeta, como Luis Carlos López, cuando ya no estas, un pintor póstumo como Van Gohg... supongo que sera, como aquello que "nadie es poeta en su propia tierra"..."es como el vino que cuantos más años mejor". Un fuerte abrazo
ResponderEliminarR.C. de Interés, desde Guatemala
@RC, Gracias, querida amiga. Te queda la sensación amarga de que tu trabajo no sirve para nada. Y es cierto, creo que esa misma sensación la sintieron siempre prestigiosos autores de todos los tiempos y de todo el mundo. Un abrazo
ResponderEliminarRespuesta en Bitácoras
Es curioso, por que sin haber leído el comentario de R.C. de Interés he puesto el mismo simil al divulgarlo por twitter. Me viene a la mente tras leer tu comentario, estimado amigo Froilán, la historia aquella del nieto y el abuelo de un pueblo nómada del desierto. El nieto con su juventud y arrojo le dijo que por qué tenían que plantar tantas palmeras a su abuelo, si total ellos no iban a poder comer sus dátiles. El abuelo con la experiencia y sus arrugas en la frente, mientras descansaba a la sombra le respondió, plantaron para que comamos y gracias a que plantaron muchas palmeras (que muchas no crecieron) nosotros podemos comer dátiles ahora y venderlos y vivir de ellos. Plantamos para que un día nuestros nietos puedan tener dátiles para comer y venderlos. No está en nuestra mano, lo que hagan nuestros nietos, ni los que nos lean cuando pasen cien años, pero el mérito (muchas veces no reconocido y que pasa desapercibido cuando no debería ser así) estriba en que hay que seguir echando esas semillas de dátiles cómo tu haces con tu trabajo cada día. Muchas probablemente sean estériles, pero sólo con que una germine y sea leída y tenga su eco (hoy, mañana y de aquí a cien años) bastará para que tenga sentido. Un saludo mucho ánimo y un abrazo!!
ResponderEliminarAmigo Chema, la conversación sosegada es otra de las sensaciones que te permiten responder con nuevas ideas y pensamientos a cuanto ya llevas arrastrado. Curiosamente, siempre he huido de todo protagonismo, lo que en este mundo de hoy podría tomarse como una "balandronada", como dicen en mi pueblo. Hombre, como bien dice mi amigo Xibelius, en su blog de Sanabria, a nadie le amarga un dulce y yo agradezco también estos gestos, pero ya son muchos años de canción para esperar grandes manifestaciones ahora.
ResponderEliminarLo que no me cabe duda es que voy a seguir con esta premisa que me tracé un buen día, cuando era un muchacho de apenas diecisiete años y el periódico que ahora me acoge estos artículos, publicó el primero de muchos centenares de artículos sobre aquella tierra de uno que siempre es especial y única, ahora con más motivos.
También es una forma de expresarse, la mía siempre ha tenido ese tono dramático y quejumbroso, por si aparecía, como tú bien dices, algo que lo hiciera germinar.
Un fuerte abrazo
Ay, Froilán: hablas de tono dramático y quejumbroso... a veces es difícil, muy difícil, evitarlo al hablar de y desde el mundo rural. Mencionas el cáncer de la despoblación: no sé si es reversible. No sé si ya hace tiempo algún tecnócrata decidió que era muy caro mantener los pueblos, que es mucho más económico tenernos a todos bien agrupaditos en las ciudades. No quiero ser agorero, pero quizás un día nos demos cuenta que salió más caro el NO mantenerlos, no cortar una sangría sin fin...
ResponderEliminarCreo, como Chema, que lo nuestro es sembrar: el fruto no está en nuestra mano.
Yo reduzco mi actividad, pero no abandono. Creo que "esto" merece la pena, y creo que tenemos una deuda con nuestras tierras.
Un abrazo, Froilán
Xibelius Jar, Revisando lo escrito, me doy cuenta del error que cometo al cierre del artículo, cuando digo que a lo mejor no somos los continuadores. Claro que somos los continuadores, por herencia, por despecho. Y es evidente, quien me conoce ya lo sabe, que yo no voy a rendirme mientras me quede aliento.
ResponderEliminarLo de las medallas o reconocimientos no es por uno mismo, aunque sobradamente se agradecen si llegan a tiempo, sino por la tierra de uno, que parece abandonada a su suerte.
Tenemos, vosotros también, nada de irse de ningún sitio, digo que tenemos una cita con la historia, aunque sea la pequeña historia de un escondido pueblo. Y a todos los que van dejando por aquí su huella, pero a vosotros especialmente, os quiero ver regularmente, echándome pestes o dándome ánimos para seguir, que a veces uno echa de menos también el apoyo y la comprensión de sus paisanos.
Un abrazo
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