Alejandro Diaz Riol, en su libro "Historia del Montañismo Palentino", recuerda aquella fecha fatídica del 16 de abril de 1957. Días más tarde, el 22 de abril, se localizaban los cadáveres de quienes en otras ocasiones fueron sus compañeros de cordada. En aquella dura experiencia del maestro, vivida junto a personajes que se movilizaron para la búsqueda, como Dativo, de Vidrieros, en el papel de guía, y otros amantes de la montaña entre los que cita al colaborador de este periódico, Miguel Ruiz Ausín, se nos repite un poco la encrucijada actual en la que pueden encontrarse dos montañeros burgaleses.
Nuestro modesto papel, si alguno nos queda, no es otro que suscitar el comentario. He visto, siempre con mucho respeto, la grandeza del pico -como le llaman por aquí y acostumbro a visitarlo en el verano. El Invierno en Vegaloscantos y La Laguna debe de ser terrible. Ocurrió en aquel invierno de 1957, que murieron tres montañeros palentinos. Entonces, el diario "Libertad", de Valladolid, envió a un reportero y a un fotógrafo que no pudieron pasar de Vidrieros, lo que, en principio, dicen que alimentó informaciones confusas y un aparente sensacionalismo, amén de improperios y rivalidades ente el citado medio y "El Diario Regional" de la misma provincia. Yo no puedo saberlo, porque andaba entonces dando patadas en el vientre de mi madre, pero Alejandro, que lo vivió de cerca, termina señalando que sólo este último y "El Diario Palentino" se ajustaron de verdad a los hechos.
Quienes no se conforman con admirar de lejos la montaña, porque llevan en sus venas el estigma del riesgo, vuelven a intentar la escalada por la parte más dura, con niebla, con hielo, sin detenerse ante el abismo y la advertencia seria de un cielo que repentinamente se torna gris plomizo.
En Triollo me cuentan el martes que, aunque el servicio a los pueblos de la ruta está regularizado y no existen mayores problemas de comunicación, sigue suspendida la búsqueda. Siempre nos hemos referido al invierno del hombre que lo vive obligado y es evidente que un despliegue de medios repercute en el ánimo de estos pueblos con la pregunta de costumbre: ¿por qué esa diferencia entre humanos iguales? Pero a pesar de esto, hoy, en el aire de la sierra, en la mente de todos, están dos vidas, seguramente malogradas, que la montaña palentina se ha cobrado removiendo aquel suceso del 57.
Parece que cuando rebulle la última ceniza de esperanza, la muerte es la cosa más palpable en la que pensamos, y lo cierto es que nadie puede pensar en otra cosa, treinta días después de que estos dos muchachos burgaleses se perdieran, sin alimentos, con bajas temperaturas y mucha nieve caída a últimos de enero.
Algunos precedentes históricos nos siguen pidiendo un grito de esperanza. Recordemos el domingo 23 de enero de 1994, cuando se rescataba a Omar con vida. Entonces era el padre del muchacho quien escribía estas líneas:
"Que vuestro espíritu continúe siendo tan amplio como los montes a los que amáis".
@De la sección del autor "Fuente Cobre" en "Diario Palentino".
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