De osos y prioridades

El 14 de octubre a las nueve de la noche, en las alertas que he habilitado en mi correo sobre Polentinos, comenzaron a llegar las primeras noticias sobre un oso herido por error en una montería en Vañes.



Durante dos días, aquella misma noticia fue recalando en medios nacionales, sumándose a la misma el hondo pesar de la Real Federación Española de Caza, lo que, atendiendo a las declaraciones de ambos colectivos, acabará criminalizando al individuo que pegó el tiro. No puedo por menos de salir en defensa de una carta que publica por aquellos días en un diario cántabro, un vecino de la zona, en referencia a la reacción inmediata que provocó aquel hecho. Es evidente que, un buen número de personas que no viven en estas zonas apartadas, le apuntarán sin reservas al cazador, alguno tiene que pagar el muerto, entendiendo todas las causas abiertas para la protección del oso pardo, algo similar a lo que ocurrió con el cazador de Brasoñera en la década de los 80. Pero muy pocos verán las adversas condiciones en las que viven estas gentes, cuyo arreglo de la única carretera que los comunica se contempla en un plazo de 39 meses, de forma que no se rompa el canto ni el sueño de esos animales a los que el Gobierno y los distintos colectivos defienden a fuego y muerte.

Paradójicamente, sólo parecen sorprendidos y hasta admirados por el revuelo que estos casos provocan, los escasos habitantes de estos núcleos a quienes el Gobierno ha decidido dejar sin Sanidad y sin recursos, mientras que un oso herido despliega titulares, mueve agentes, mueve Gobiernos de ambas comunidades, para luego encerrarlos en Cabárceno, como el caso reciente de "La Güela", y que muera sin saber a quien le corresponde su cuidado y traslado.

Imagen: Diario Montañés

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3 Comentarios

  1. Aunque el 3 de Julio de 2011 ya había sido rescatada en estado agonizante en la montaña palentina, estos días la prensa más cercana nos recuerda la captura de "La Güela", el 14 de diciembre de ese mismo año, en un despliegue sin precedentes en el que participaron gobiernos e instituciones de Castilla-León y Cantabria.

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  2. Los naturalistas describen la agudeza de su oido y el desarrollo de su olfato, lo que les ayuda en su vida cotidiana, cualidades de las que carecía ya nuestra protagonista, y que había motivado encuentros accidentales en los bosques cercanos de Cantabria.
    El programa de recuperación al que se le sometió en Cabárceno, permitió que viviera, "feliz", su último otoño en libertad.
    No sé si lo dice el periodista que refiere la historia o algún antropólogo que ha seguido sus pasos, pero se desconcierta uno al enterarse de que el parque donde fue destinada no tuvo capacidad de decisión, ni instalaciones apropiadas para ella, que veía mal, no se adaptaba a los pastores eléctricos y tampoco pudo convivir con los demás osos, lo que influyó, probablemente, en el comportamiento agresivo que le citan.

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  3. Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), opinaba unos días antes de su muerte: «Cabárceno no es el lugar indicado para 'La Güela'. Debe salir de ahí ya. Se merece un espacio amplio, cómodo y lo más natural posible. Estamos obligados a procurarle un final feliz, después de que haya superado infinidad de avatares para sobrevivir durante tanto tiempo en libertad. Esa osa ha aportado muchas crías al núcleo oriental, el más desfavorecido».

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