Una hecatombe temporal
Jesús Calleja, ese intrépido aventurero leonés, viajó a Soria en uno de sus últimos programas, consciente de que viajaba a una de las zonas más deshabitadas de Europa, también, por qué no contarlo, a uno de los patrimonios históricos y arquitectónicos más ricos del país. Triste paradoja que, allí donde te sorprenden las preciosas panorámicas que contemplas desde la Sierra Cebollera, o puedas ser testigo de cómo la historia parece detenida en Calatañazor, sólo nos lleve la triste estadística de la despoblación. Pero no puede uno por menos de hacerse la pregunta, poniéndose en la piel de este controvertido aventurero: ¿interesa solucionar el drama de Soria, y ya por ende el de todos los puntos atrapados por esta enfermedad, porque nos preocupa realmente, o interesa destapar el drama de Soria porque así nuestro programa y nuestros proyectos vuelan alto? Más allá de lo que realmente le mueva a Calleja, cierto es que nos remueve la conciencia, nos remueven los conceptos equivocados que